quinta-feira, 2 de junho de 2022

Breviario

 Las Alabanzas del Reino de la Divina Voluntad El Reino del Fiat Divino en medio de las criaturas SEMANA I DIA DE LA DIVINA VOLUNTAD PRIMERAS VISPERAS G. O Dios, ven a reinar en nosotros. T. Señor, venga pronto tu Voluntad. Gloria al Padre… HIMNO (La Virgen María... Oración para cada día del mes) Reina Inmaculada, Madre nuestra celestial, venimos a tu regazo materno para pedirte con los más ardientes suspiros que nos admitas a vivir en el Reino de la Divina Voluntad. Tú que eres la Reina de este Reino admítenos, como hijos tuyos, a vivir en él, para que ya no esté desierto sino poblado de hijos tuyos. Por eso, Reina Soberana, a ti nos confiamos, para que guíes nuestros pasos en el Reino de la Divina Voluntad. Estrechados a tus manos maternas guiarás todo nuestro ser, para que vivamos para siempre en la Divina Voluntad. Como a Madre nuestra te hacemos la entrega de nuestra voluntad para que nos la cambies por la Divina. Todo sea para gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén. (ant. 1) Yo, tu todo, merezco que me ames conforme a mi amor por ti. (Salmo 1) (Vol. I) Si tú no alejas de ti ese pequeño mundo que te rodea: pensamientos, afectos e imaginaciones hacia las criaturas, yo no puedo entrar completamente en tu corazón y tomar estable posesión de él. Este murmullo continuo de tu mente es un obstáculo para mí, que soy un esposo ciertamente celoso: pues no te deja escuchar claramente mi voz, no me deja depositar en ti mis gracias, no te deja enamorar completamente de mí. Prométeme que serás todo mío, y así pondré manos a la obra, para hacer de ti todo lo que quiero. Tienes razón en decirme que por ti mismo nada puedes hacer; no temas, yo haré todo por ti; tú dame tu voluntad y eso me basta. Gloria al Padre... (ant. 1) Yo, tu todo, merezco que me ames conforme a mi amor por ti. (ant. 2) El ideal que yo tengo sobre ti, para mostrar mi obra, no es de cosas prodigiosas. (Salmo 2) (Vol. III, 21 Mayo 1900) Mi ideal es el de absorberte en mi Voluntad y hacer de tu voluntad una sola cosa con la mía, hacer de ti un perfecto ejemplar de uniformidad con mi Voluntad. Lo que yo trato de hacer contigo, es hacerte llegar al estado más sublime, hacer de ti el más grande prodigio, el milagro de los milagros. Mi Voluntad te hará adquirir las virtudes más heroicas y sublimes, que ninguna criatura puede superar. Es tan alta la perfección del alma fundida en mi Voluntad, que llega a obrar como Dios mismo. No viviendo ya en ella su propia voluntad, sino la misma Voluntad de Dios, posee en propio la potencia, la sabiduría, la santidad y todas las demás virtudes que Dios posee. El alma que llega a vivir solamente de mi Voluntad es reina de todas las reinas y su trono está tan alto, que llega hasta el trono del Eterno Dios; entra en los secretos de la Augusta Trinidad, y participa del recíproco amor que hay entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Oh, cómo todos los ángeles y los santos la honran, los hombres la admiran y los demonios la temen, descubriendo en ella al ser divino! Gloria al Padre... (ant. 2) El ideal que yo tengo sobre ti, para mostrar mi obra, no es de cosas prodigiosas. (ant. 3) ¿Sabes por qué el nacimiento de mi Madre Celestial encierra en sí la perfección y todas las maravillas y prodigios juntos? (Salmo 3) Porque naciendo ella, no solamente vino al mundo la más pura criatura, la santa, la hermosa, la Inmaculada; sino que con ella nació también el Don de la Divina Voluntad en las criaturas. Este Don había sido generado y depositado en esta santa niña con el fin de formar en ella su misma vida operante y creciente. El liberar a mi Madre del pecado original y concederle la vida divina, habría sido ciertamente muy poca cosa para nuestra potencia y sabiduría. Lo que por el contrario sorprendió y llamó la atención del cielo y de la tierra fue el nacimiento de mi Divina Voluntad en ella. Gloria al Padre... (ant. 3) ¿Sabes por qué el nacimiento de mi Madre Celestial encierra en sí la perfección y todas las maravillas y prodigios juntos? LECTURA BREVE (Vol. I) “Quiero purificar tu alma de cualquier mínima mancha que pueda obstaculizar mi amor en ti; quiero probar tu fidelidad hacia mí con el fin de poseerte plenamente; quiero constatar que todo lo que me has dicho es cierto.” RESPONSORIO (Vol. I) G. Con el fin de observar todas tus acciones, * iré junto contigo a donde quiera que vayas. T. Con el fin de observar todas tus acciones, iré junto contigo a donde quiera que vayas. G. Para dirigir y equilibrar todos los movimientos de tu corazón, T. * iré junto contigo a donde quiera que vayas. G. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. T. Con el fin de observar todas tus acciones, iré junto contigo a donde quiera que vayas. (ant. de alab.) Madre Santa, encierra la Divina Voluntad en nuestras almas, para que tome el primer lugar, como le corresponde, y forme ahí su trono y su morada. (La Virgen María 1ª medit.) Cántico de alabanza. Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu exulta en el Fiat, mi Todo. Porque ha visto mi nada, de ahora en adelante todas las generaciones reconocerán el Fiat reinante en mí; porque grandes prodigios de amor ha hecho en mí el Altísimo y santísimo es su Fiat. De generación en generación su Reino se extiende sobre aquellos de buena voluntad. Ha manifestado la potencia de su Fiat, ha confundido a los soberbios en los razonamientos de su voluntad humana, Ha reducido a la nada a los potentes, ha dado su potencia a los que son nada. Ha colmado de bienes a los pequeños, ha alejado a los sabios confundidos. Ha socorrido a la Iglesia, su esposa, recordándose de su misericordia, como lo había prometido a los santos, a Luisa y a su descendencia, por siempre. Gloria al Padre... (ant. de alab.) Madre Santa, encierra la Divina Voluntad en nuestras almas, para que tome el primer lugar, como le corresponde, y forme ahí su trono y su morada. INTENCIONES + Fundiéndonos en la Divina Voluntad, para que su Reino se establezca en toda su plenitud entre nosotros, oremos: ¡Ven Divina Voluntad, ven a reinar en nosotros! + Unidos a nuestra Madre Santísima, con sus mismas oraciones, sus mismas súplicas y suspiros te pedimos: + Para que el prodigio de la vida operante de la Divina Voluntad en nuestra Madre Santísima nazca y crezca también en nosotros: + Para que la Divina Voluntad envuelva en su luz divina a todos nuestros hermanos agonizantes y difuntos: PADRE NUESTRO... ORACION O Dios, que en un exceso grandísimo de tu amor por nosotros nos has dado por Madre a la Santísima Virgen María, haz que también sea Madre de cada uno de nuestros actos, para que la actividad de tu Divina Voluntad obre plenamente en nosotros. Por Cristo Nuestro Señor. Amén. COMPLETAS I G. O Dios, ven a reinar en nosotros. T. Señor, venga pronto tu Voluntad. Gloria al Padre... HIMNO ¡Oh Madre Santísima, tu Corazón Inmaculado se consuma en la Santa Voluntad del Altísimo que en ti vive y reina soberana! ¡Con tu dulce sonrisa encantas a tu Señor y la pureza de tus miradas hieren su Corazón! ¡Con las cadenas de tu amor tú encadenas al Creador y sobre las alas de tu amor nos traes el Reino de la Divina Voluntad! ¡A ti, oh Padre Eterno, al Hijo y al Espíritu Santo divina satisfacción, infinito amor e inmensa gloria y reparación! Amén. (ant.) Yo soy Espíritu de paz, no profanes mi paz en tu corazón. (Salmo) (Vol. I) Cuando al orar no te sientas recogido no debes pensar en otra cosa sino en mantenerte tranquilo en ese estado, sin pensar en el motivo por el cual no puedes orar. Humíllate confesándote merecedor de cualquier sufrimiento y privación mía, para que no vaya a suceder que tú mismo te provoques las distracciones. Quédate tranquilo como un corderito que mientras es sacrificado lame la mano de su verdugo. Así tú, mientras te veas acosado por las distracciones, abatido y solo, deberás resignarte a mis disposiciones y darme gracias de todo corazón. Me ofrecerás todas tus amarguras, tus angustias y los fastidios que sientas, como sacrificio de alabanza, de satisfacción y en reparación de las ofensas que se me hacen. Tu oración entonces, a pesar de las distracciones, subirá hasta mi trono, como incienso perfumado, herirá mi Corazón y derramaré sobre ti nuevas gracias y carismas. El demonio, entonces, viéndote tan humilde y resignado y completamente abismado en tu nada, ya no tendrá fuerzas para acercarse a ti, y se morderá los labios de pura rabia. Es así como debes comportarte en tal estado, para adquirir méritos cuando tú creías desmerecer. Gloria al Padre... (ant.) Yo soy Espíritu de paz, no profanes mi paz en tu corazón. LECTURA BREVE (Vol. III, 2 Marzo 1900) “Quiero que tu alimento sea el sufrimiento, no como sufrimiento en sí mismo, sino como fruto de mi Voluntad. El beso más sincero que ata más fuertemente nuestra amistad es la unión de nuestras Voluntades y el nudo indisoluble que nos estrechará continuamente será el sufrimiento continuo.” RESPONSORIO G. Déjame derramar en ti mis amarguras, * que ya no puedo contenerlas yo solo en mí. T. Déjame derramar en ti mis amarguras, que ya no puedo contenerlas yo solo en mí. G. Ten compasión de mi doloroso estado, T. * que ya no puedo contenerlo yo solo en mí. G. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. T. Déjame derramar en ti mis amarguras, que ya no puedo contenerlas yo solo en mí. (ant.) Bendita el alma que vive en la Divina Voluntad, todas las generaciones la llamarán bienaventurada. Cántico (Testamento espiritual de Luisa) Ahora muero más contenta, decía Luisa antes de morir, porque la Divina Voluntad me ha consolado en abundancia. Veo ahora un largo, bello y amplio camino, iluminado de infinitos y resplandecientes soles. Oh, sí, los conozco son los soles de mis actos hechos en la Divina Voluntad. Es el camino que ahora debo recorrer, es el camino que la Divina Voluntad ha preparado para mí. Es el camino de mi triunfo, es el camino de mi gloria, para unirme a la inmensa felicidad de la Divina Voluntad. Es el camino que reservaré para ustedes y para todas aquellas almas que quieran vivir en la Divina Voluntad. Gloria al Padre... (ant.) Bendita el alma que vive en la Divina Voluntad, todas las generaciones la llamarán bienaventurada. ORACION Oh Dios, que en tu infinita bondad nos has dado a conocer el misterio de tu Voluntad para realizarlo en la plenitud de los tiempos, dispón nuestras almas, para que le demos muerte a nuestra voluntad humana y vivamos siempre en tu Divina Voluntad. Por Cristo Nuestro Señor. Amén. El Señor nos conceda que termine la noche de la voluntad humana y que reposemos en la Divina. Amén. Ofrecimiento de la propia voluntad a la Voluntad de Dios a la hora de la muerte Dulce Jesús mío, quiero morir en tu Voluntad. Uno mi agonía y la de todos los hombres a la tuya, y tu agonía sea mi fuerza, mi luz, mi defensa y la dulce sonrisa de tu perdón. Mi último suspiro lo pongo en el último respiro que diste por mí en la cruz, para que pueda presentarme ante ti, con los méritos de tu misma muerte. Ah, Jesús mío, ábreme el cielo y ven a mi encuentro a recibirme con aquel mismo amor con el cual te recibió tu Padre, cuando exhalaste sobre la cruz tu último respiro. Luego, introdúceme entre tus brazos, y yo te besaré y me deliciaré de ti eternamente. Madre mía, ángeles y santos, vengan a asistirme como asistieron a la muerte de Jesús, ayúdenme, defiéndanme y llévenme al cielo. Así sea. * * * Sálve Regína Sálve Regína, Máter misericórdiae; Vita, dulcédo, et spes nóstra, sálve. Ad te clamámus, éxsules, fílii Evae. Ad te suspirámus, geméntes et fléntes in hac lacrimárum válle. Eia ergo, advocáta nóstra, Illos túos misericórdes óculos ad nos convérte. Et Jésum, benedíctum frúctum véntris túi, Nobis post hoc exsílium osténde. O clémens, O pía, O dúlcis Vírgo María. LAUDES INVITATORIO G. Señor, abre nuestros labios. T. Y tu Voluntad en nosotros ore y alabe. (ant) ¡Ven Divina Voluntad, ven a reinar en nosotros! Vengan, alabemos al Dios Trino y Único, bendigámoslo, fuente de todo bien, fundámonos en él para adorarlo amarlo y glorificarlo, y nuestro espíritu exulte en su Fiat. (ant.) Porque santa es su Voluntad, y su amor se difunde por doquier, en su corazón contiene toda la creación y en él están en acto todas las generaciones. De su Fiat todo recibe la vida y con su amor todo lo mantiene unido. (ant.) Vengan, Jesús, María y Luisa, ángeles y santos, vengan criaturas todas, y postrados adoremos en la Divina Voluntad a la Majestad Suprema. De su corazón hemos salido y sobre las alas de su Fiat debemos regresar. (ant.) Escucha hoy la suave voz del Espíritu Santo y junto con María Santísima di tu « Sí » no endurezcas tu corazón porque Jesús arde de amor. (ant.) Desde hace seis mil años agoniza de amor la Divina Voluntad, que quiere reinar en todos los corazones; abrámosle la puerta para que reine en nosotros, como en el cielo, así en la tierra. (ant.) Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. . . (ant.) HIMNO (Oración de Luisa) ¡Oh santa, piadosa, amable Voluntad de Dios, te adoro y a ti yo quiero unirme, en ti vivir anhelo! ¡Oh inefable orden del amor divino, tú sólo debes ser la única ley de mi corazón! ¡Como se unen plácidos dos arroyos en un solo río dos gotitas en una sola gota de agua dos flamas en una sola luz, así Jesús, concédeme un constante olvido, que todo tu Querer se compenetre en el mío! ¡Haz que yo venga a depender, Señor, de tus más mínimos deseos, quiera todo lo que tú quieres, desee y anhele sólo lo que tú quieres! ¡En el Fiat del Padre, en el Fiat del Hijo y en el Fiat del Espíritu Santo! Amén. (ant. 1) ¡Oh, dice Jesús, qué coloquios tan espirituales tenía yo con mi Madre y con mi padre San José en Nazaret! (Salmo 1) (Vol. I) Siempre que te dejas llevar por pláticas prolongadas de cosas indiferentes o innecesarias, son estas conversaciones que a mí no me agradan; todo esto te llena la mente, de cosas que no me pertenecen y te rodean el corazón de un polvo nocivo, y este polvo nocivo te hace perder la eficacia de mi gracia dejándola débil y sin vitalidad. Imítame cuando yo estaba en la casa de Nazaret, que tenía mi mente ocupada solamente en lo que se refería a la gloria de mi Padre, y a la salvación de las almas. Mi boca no se abría sino para hablar de cosas santas, buscando con mis palabras incitar a los demás a reparar las ofensas que le hacían a mi Padre. De este modo yo hería los corazones, los cuales, deshechos por el dolor y suavizados por la gracia, eran atraídos a mi amor. Todo lo que se decía en Nazaret era referido a Dios, todo lo que se hacía era referido y dirigido a él. ¿Por qué no haces tú lo mismo? Gloria al Padre... (ant. 1) ¡Oh, dice Jesús, qué coloquios tan espirituales tenía yo con mi Madre y con mi padre San José en Nazaret! (ant. 2) Fija tu mirada en tu interior sobre tu amado Jesús. (Salmo) (Vol. V, 30 Junio 1903) Hijo mío, ya no llores, aquí está tu Bien, tu Vida, tu Todo: Jesús; tómalo y tenlo siempre contigo y mientras lo tienes contigo, ten tu mirada interior fija en él. no vayas a sentirte incomodo si no te dice nada o si tú no sabes decirle nada, contémplalo únicamente en tu interior, que con sólo contemplarlo comprenderás todo, harás todo y darás satisfacción por todos; esta es la belleza del alma interior, que sin hablar, sin ninguna instrucción, fácilmente, con solo mirar simplemente a Jesús, todo lo entiende y todo lo hace. De este modo caminarás hasta la cima del Calvario y al llegar ahí, ya no lo verás como un niño, sino crucificado; y tú quedarás crucificado junto con él. No temas, que tu estudio sea el tener tu mirada interior siempre fija en él, esto tiene tanta fuerza que todas las demás fuerzas humanas y diabólicas quedan debilitadas y derrotadas. Gloria al Padre... (ant. 2) Fija tu mirada en tu interior sobre tu amado Jesús. (ant. 3) Señor, me falta todo, no tengo nada más que mi propia nada. (Salmo 3) (Vol. I) No temas, pues poco a poco haremos todo. Conozco cuánto eres débil, pero es de mí de quien adquirirás la fuerza, la constancia y la buena voluntad para realizar lo que te será dicho. Quiero que seas recto en el obrar, un ojo debes tenerlo fijo en mí y el otro a lo que haces. Quiero que las criaturas desaparezcan totalmente de tu vida; así que cuando te den alguna orden harás todo como si yo mismo directamente te hubiera dado la orden. De manera que con tu mirada fija en mí, no juzgues a nadie ni te fijes si la cosa es justa o injusta, fácil o difícil. Cerrarás los ojos a todo lo que se te ordene hacer, y los abrirás para verme sólo a mí, pensando que yo estoy siempre a tu lado para ver como te comportas; y con frecuencia me dirás: “Señor, dame la gracia de hacer bien todo lo que sólo por ti quiero iniciar continuar y terminar; no quiero volver a ser esclavo de las criaturas.” De modo que si caminas, hablas, actúas, o haces cualquier otra cosa, lo harás con la única finalidad de complacerme y para mi mayor gloria. Gloria al Padre... (ant. 3) Señor, me falta todo, no tengo nada más que mi propia nada. LECTURA BREVE (Vol. V, 16 Octubre 1903) “Mi Voluntad es luz y haciendo tú siempre mi Voluntad, te apacientas de luz, convirtiendo tus mortificaciones, privaciones y sufrimientos en alimento de luz para tu alma; porque el verdadero alimento substancial y que comunica verdadera vida es mi Voluntad. ¿No sabes tú que el alma que se alimenta continuamente de luz, aunque llegue a contraer algún defecto esta luz la purifica continuamente?” RESPONSORIO (Vol. I) G. Si quieres llegar a ser algo grande en mí, estímate siempre nada: sólo entonces * derramaré sobre ti mi todo. T. Si quieres llegar a ser algo grande en mí, estímate siempre nada: sólo entonces derramaré sobre ti mi todo. G. Complaciéndome de tu verdadero anulamiento T. * derramaré sobre ti mi todo. G. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. T. Si quieres llegar a ser algo grande en mí, estímate siempre nada: * sólo entonces derramaré sobre ti mi todo. (ant. de agrad.) Infundiré tanto amor y tanta gracia en ti que nadie podrá llegar a amarme y a desearme como tú. (Vol. IV, 19 Septiembre 1900) Cántico de agradecimiento Bendito sea el Señor, en su Voluntad, porque ha visitado a su Iglesia para glorificarla, y nos ha abierto las puertas de su Reino en la persona de Luisa, su hija; como lo había prometido por boca de todos sus santos, profetas y de su Hijo: salvarnos de nuestra voluntad humana y del poder del demonio, del mundo y de la carne. Así, él ha concedido misericordia a las generaciones humanas y se ha recordado de la promesa de su Reino, la promesa hecha por Jesús, Nuestro Señor, en la solemnidad de su misma oración, de glorificarlo sin el temor de la voluntad humana, viviendo en la Divina Voluntad, sobre la tierra como en el Cielo. Y ustedes, pequeños, serán llamados hijos del Altísimo, y viviendo en la Divina Voluntad le prepararán en los corazones el camino, para darle a su Iglesia el conocimiento de su Voluntad, en la liberación de la voluntad humana; gracias a la bondad misericordiosa de nuestro Dios, vendrá el triunfo del Fiat Supremo, que es el sol que surge, para vivificar a aquellos que están en las tinieblas y en las sombras de muerte de la voluntad humana, y guiar nuestros pasos por el camino de su eterna Voluntad. Gloria al Padre... (ant. de agrad.) Infundiré tanto amor y tanta gracia en ti que nadie podrá llegar a amarme y a desearme como tú. INTENCIONES + Jesús, te pedimos que el Reino de tu Divina Voluntad se extienda sobre toda la tierra con la misma plenitud con que reina en el cielo: ¡Ven Divina Voluntad, ven a reinar en nosotros! + Para que reconozcamos en todas las cosas creadas los tesoros de la Divina Voluntad escondidos en ellas: + Para que todos los hombres reconozcan a Dios en su inmenso “te amo” que en cada circunstancia de nuestras vidas nos manifiesta: + Por todos aquellos que en tantas formas nos ayudan y por quienes se encomiendan a nuestras oraciones, para que la Divina Voluntad los colme de todos sus bienes: PADRE NUESTRO... ORACION Señor, tú que nos has escogido desde antes de la creación del mundo para ser santos e inmaculados ante tu presencia en tu Divina Voluntad, concédenos el poder vivir siempre en tu Santa Voluntad para darte toda aquella gloria divina que tú esperas recibir de nosotros. Por Cristo Nuestro Señor. Amén. SEGUNDAS VISPERAS G. O Dios, ven a reinar en nosotros. T. Señor, venga pronto tu Voluntad. Gloria al Padre... HIMNO (Vol. II, 3 Octubre 1899) ¡Amada alma mía, cuánto eres hermosa mi sencilla paloma, mi querida morada! ¡Tu continuo penar me consuela y conforta, en las continuas ofensas que recibo de las criaturas! ¡Es tanto mi amor por ti, que me veo obligado a esconderlo en parte, para que tú no enloquezcas, y te impida seguir viviendo! ¡Tú eres mi templo vivo, en el cual, unido al Padre y al Espíritu Santo, yo me complazco y me gozo! Amén. (ant. 1) Al menos tú, hijo mío, seme agradecido. (Salmo 1) (Vol. IV, 5 Septiembre 1901) ¡Animo, hijo mío, no temas, el amor sustituye a todo, sigue poniendo tu voluntad en la mía, para que así puedas hacer lo que yo quiero! De modo que si alguna vez faltas en algo, yo te supliré a ti; así que no temas. Pero debes saber que el verdadero amor es ingenioso y el ingenio sabe hacer de todo, especialmente cuando en el alma existe un amor amante. Un amor que llega hasta hacer propios los sufrimientos de la persona amada, es un amor heroico, semejante al mío. Si en ti llegara a existir este amor, me complacerías siempre. Así, cuando yo sea injuriado y ofendido con toda clase de ultrajes, encontraré en ti uno que verdaderamente me ama, me compadece y me compensa por todos. Yo entonces pondré mis ojos en ti, me olvidaré de todas las ofensas y colmaré de tantos favores y gracias, incluso a quienes me han ultrajado. Gloria al Padre... (ant. 1) Al menos tú, hijo mío, seme agradecido. (ant. 2) Todas las cosas tienen su origen en la fe; quien es fuerte en ella, es fuerte también en el sufrimiento. (Salmo 2) (Vol. VI, 20 Marzo 1904) Quien posee la fe encuentra a Dios en todo, lo descubre en todas sus acciones, lo toca en cada movimiento, y cada nueva ocasión que se presenta es para él una nueva revelación divina que recibe. Por lo tanto, permanece fuerte en la fe; porque en todas las circunstancias y acontecimientos de la vida la fe te suministrará la fuerza y te hará estar siempre unido a mí. Gloria al Padre... (ant. 2) Todas las cosas tienen su origen en la fe; quien es fuerte en ella, es fuerte también en el sufrimiento. (ant. 3) Solamente la paz es la que hace que se conozca si el alma verdaderamente busca a Dios. (Salmo 3) (Vol. VI, 9 Septiembre 1904) En cuanto el alma se sale del ambiente de la paz, se sale del ambiente divino y viene a encontrarse en el ambiente humano o diabólico. Es solamente la paz la que hace que se conozca si el alma busca a Dios, por Dios, o por sí misma; porque si es a Dios a quien busca, el alma jamás se turba. Se puede decir, por lo tanto, que la paz de Dios y la paz del alma, se unen la una a la otra, y alrededor del alma se ensanchan los confines de la paz, de manera que para ella todo se convierte en paz, hasta las mismas guerras. En cambio, si el alma se turba, aunque sea en las cosas más santas, se ve que en el fondo no estaba Dios sino el propio yo o algún fin humano. Así pues, cuando no te sientas sereno, entra un poco en ti mismo, para ver que es lo que hay en el fondo que te turba, destrúyelo y encontrarás la paz. Gloria al Padre... (ant. 3) Solamente la paz es la que hace que se conozca si el alma verdaderamente busca a Dios. LECTURA BREVE (Vol. I) “La caridad o vida divina es la que da vida y esplendor a todas las virtudes, de modo que sin ella todas las obras están muertas. Mis ojos, no se sienten para nada atraídos por las obras hechas sin espíritu de caridad, puesto que dichas obras no tienen entrada en mi Corazón. Por lo tanto está siempre atento en hacer todas tus obras, incluso las más pequeñas, con espíritu de caridad, es decir, hechas en mí, conmigo y por mí.” RESPONSORIO (Vol. IV, 23 Julio 1901) G. Negarse completamente a sí mismo para dar la vida a otros, * ésta es la verdadera caridad. T. Negarse completamente a sí mismo para dar la vida a otros, ésta es la verdadera caridad. G. Tomar sobre de sí mismo los males de otros y darles los bienes propios, T. * ésta es la verdadera caridad. G. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. T. Negarse completamente a sí mismo para dar la vida a otros, ésta es la verdadera caridad. (ant. de alab.) Madre nuestra Celestial, encierra nuestra voluntad en tu Corazón y deposita el sol de la Divina Voluntad en nuestras almas. (La Virgen María 31ª medit.) Cántico de alabanza Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu exulta en el Fiat, mi Todo. Porque ha visto mi nada, de ahora en adelante todas las generaciones reconocerán el Fiat reinante en mí; porque grandes prodigios de amor ha hecho en mí el Altísimo y santísimo es su Fiat. De generación en generación su Reino se extiende sobre aquellos de buena voluntad. Ha manifestado la potencia de su Fiat, ha confundido a los soberbios en los razonamientos de su voluntad humana, Ha reducido a la nada a los potentes, ha dado su potencia a los que son nada. Ha colmado de bienes a los pequeños, ha alejado a los sabios confundidos. Ha socorrido a la Iglesia, su esposa, recordándose de su misericordia, como lo había prometido a los santos, a Luisa y a su descendencia, por siempre. Gloria al Padre... (ant. de alab.) Madre nuestra Celestial, encierra nuestra voluntad en tu Corazón y deposita el sol de la Divina Voluntad en nuestras almas. INTENCIONES + Señor, haz que nuestra vida sea un acto continuo de Voluntad Divina: ¡Ven Divina Voluntad, ven a reinar en nosotros! + Para que viviendo en nuestra nada, tú que eres el todo puedas reinar plenamente en nosotros: + Para que todas las almas aprovechen plenamente los inmensos beneficios que tu Santísima Voluntad constantemente nos da: + Para que la Divina Voluntad envuelva en su luz divina a todos nuestros hermanos agonizantes y difuntos: PADRE NUESTRO... ORACION Padre santo, tú que has querido extender la sombra fecundísima del Espíritu Santo sobre la Santísima Virgen María, generando en ella a tu Verbo Eterno, Jesús, haz que esa misma sombra divina fecunde todos nuestros actos y que cada uno de ellos sea transformado en una vida de tu hijo Jesús. Que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén COMPLETAS II G. O Dios, ven a reinar en nosotros. T. Señor, venga pronto tu Voluntad. Gloria al Padre... HIMNO (Vol. IV, 24 Diciembre 1902) ¡Dulcísimo Jesús, sufrir yo quiero, que dándome el sufrimiento, más que amor tú me darás! ¡Porque para merecer toda tu simpatía, el solo y único medio es el padecer por amor a ti! ¡En la Divina Voluntad, gloria y amor a ti, víctima divina, amorosísimo Jesús! Amén. (ant.) La obediencia es tan impertinente y tan fuerte que humanamente, llega a ser incomprensible. (Salmo) (Vol. II, 17 Agosto 1899) La obediencia da muerte a todos los vicios, y quien debe darle muerte a otro debe ser fuerte y valeroso; y si no llega a cumplir esta finalidad se sirve de formas impertinentes y hasta caprichosas. Si esto es necesario para darle muerte al cuerpo que es tan frágil, más aún lo será para darle muerte a los vicios y a las propias pasiones; y esto es tan difícil, porque a veces aunque parecen muertos, comienzan a revivir. Esta diligente señora obediencia está siempre en movimiento y continuamente está espiando, y si ve que el alma pone la mínima dificultad a lo que se le ordena, temiendo que algún vicio pueda comenzar a revivir en su corazón, le da tanta guerra y no la deja en paz hasta que el alma se postre a sus pies y adore en mudo silencio lo que ella desea. Es por eso que la obediencia es tan impertinente y casi hasta caprichosa. ¡Ah, sí, no existe verdadera paz sin la obediencia! y si parece que se goza de alguna paz, esa paz es falsa, porque está de acuerdo con las propias pasiones, pero jamás con las virtudes, y de este modo termina arruinándose, porque separándose de la obediencia, se separa de mí que fui Rey de esta noble virtud. Además, la obediencia le da muerte a la propia voluntad, y hace que a torrentes descienda en el alma la Divina Voluntad, tanto, que se puede decir que el alma obediente ya no vive de su propia voluntad sino de la Divina. Y ¿es posible que se dé una vida más bella y más santa, que la de vivir de la Voluntad de Dios mismo? Así que con las demás virtudes incluso las más sublimes, se puede dar el amor propio, pero con la obediencia jamás. Gloria al Padre... (ant.) La obediencia es tan impertinente y tan fuerte que humanamente, llega a ser incomprensible. LECTURA BREVE (Vol. VIII, 30 Enero 1909) “Las criaturas en casi todas las circunstancias de la vida repiten una y otra vez: “¿Por qué?” ¿Por qué esta enfermedad, este estado de ánimo, este desastre? Y tantos otros “¿Por qués?.” La explicación del “¿Por qué?” no está escrita en la tierra, sino en el cielo en donde todos podrán leerlo.” RESPONSORIO (Vol. VI, 21 Enero 1905) G. Quien vive de Voluntad Divina está en paz. * Quien vive de voluntad humana está en guerra. T. Quien vive de Voluntad Divina está en paz. Quien vive de voluntad humana está en guerra. G. El alma que se pone a razonar la obediencia, deshonra a la obediencia y quien deshonra a la obediencia deshonra a Dios. T. * Quien vive de voluntad humana está en guerra. G. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. T. Quien vive de Voluntad Divina está en paz. Quien vive de voluntad humana está en guerra. (ant.) Bendita el alma que vive en la Divina Voluntad, todas las generaciones la llamarán bienaventurada. Cántico (Testamento espiritual de Luisa) Ahora muero más contenta, decía Luisa antes de morir, porque la Divina Voluntad me ha consolado en abundancia. Veo ahora un largo, bello y amplio camino, iluminado de infinitos y resplandecientes soles. Oh, sí, los conozco son los soles de mis actos hechos en la Divina Voluntad. Es el camino que ahora debo recorrer, es el camino que la Divina Voluntad ha preparado para mí. Es el camino de mi triunfo, es el camino de mi gloria, para unirme a la inmensa felicidad de la Divina Voluntad. Es el camino que reservaré para ustedes y para todas aquellas almas que quieran vivir en la Divina Voluntad. Gloria al Padre... (ant.) Bendita el alma que vive en la Divina Voluntad, todas las generaciones la llamarán bienaventurada. ORACION Oh Padre adorable, escucha la oración de tu hijo Jesús, que te ha pedido por nosotros, para que todas nuestras acciones sean tan conformes a las suyas, que ya no se puedan llegar a distinguir las unas de las otras, y así se cumplan en nosotros tus eternos designios. Por Cristo Nuestro Señor. Amén. El Señor nos conceda que termine la noche de la voluntad humana y que reposemos en la Divina. Amén. Ofrecimiento de la propia voluntad a la Voluntad de Dios a la hora de la muerte Dulce Jesús mío, quiero morir en tu Voluntad. Uno mi agonía y la de todos los hombres a la tuya, y tu agonía sea mi fuerza, mi luz, mi defensa y la dulce sonrisa de tu perdón. Mi último suspiro lo pongo en el último respiro que diste por mí en la cruz, para que pueda presentarme ante ti, con los méritos de tu misma muerte. Ah, Jesús mío, ábreme el cielo y ven a mi encuentro a recibirme con aquel mismo amor con el cual te recibió tu Padre, cuando exhalaste sobre la cruz tu último respiro. Luego, introdúceme entre tus brazos, y yo te besaré y me deliciaré de ti eternamente. Madre mía, ángeles y santos, vengan a asistirme como asistieron a la muerte de Jesús, ayúdenme, defiéndanme y llévenme al cielo. Así sea. * * * Sálve Regína Sálve Regína, Máter misericórdiae; Vita, dulcédo, et spes nóstra, sálve. Ad te clamámus, éxsules, fílii Evae. Ad te suspirámus, geméntes et fléntes in hac lacrimárum válle. Eia ergo, advocáta nóstra, Illos túos misericórdes óculos ad nos convérte. Et Jésum, benedíctum frúctum véntris túi, Nobis post hoc exsílium osténde. O clémens, O pía, O dúlcis Vírgo María.

Cumprimento do Pai Nosso

 Thy Will be done on Earth as It is in Heaven This petition in the Prayer of Jesus to our Father in Heaven is of the highest importance for ...