Oh!, lcomo podra sufrir mi corazon al veros sufrir tanto?"-. Y aquf se ponfa a llorar amargamente, y el Divino Infante inspiraba a su Madre Santfsima de modo que lo ponga en los brazos de su Jose, y Ella lo ponfa, y al recibirlo en sus brazos quedaba totalmente consolado el Santo. Su Jesus le hablaba al corazon y lo animaba, lo confortaba y le encendfa el deseo de sufrir y le hacia acrecentar el amor hacia M. Luego nuestro Jose se iba con su Testis estrechado a su pecho y todo consolado decfa: -"iQue hermosa es mi suerte, poder llevar en mis brazos al Hacedor del mundo, al Rey del Cielo y de la 116.7 rra! Oh Cielos, yo no envidio vuestra suerte, porque si vos lo gozais de una forma revelada, yo lo tengo Hum'anado, estrechado a mi pecho"-. El Santo se sentfa muy agil en su caminar al tener en sus brazos al Nino Jesus, y se sentia como volar y con gran consuelo de su espfritu, que inundaba en un mar de delicias. Y esto se lo decfa a la Divina Madre y le preguntaba si causaba los mismos efectos a Ella tambien, la cual con mucha gracia le contestaba: -"iy no sabeis vos, como nuestro Dios . es generoso con todos los' de su 8 9 agrado? Mucho mds podeis creer que lo sea conmigo, que siendo su humilde sierva se digno elegirme por Madre"—. Nuestro Jose gozaba al ofr estas palabras, porque ya se iba imaginando cuanto gozo le darfa a Ella su Divino Hijo, e igualmente a el que se reconocla siervo intitil y no merecedor de toda Gracia y favor. Muchos fueron los sufrimientos que en este viaje sufrio nuestro Jose, junto con su esposa Marfa y su Jesus. Era un tiempo muy frfo; se encontraban a menudo en medio del campo sin ningun refugio, donde les tocaba pasar la noche al descubierto. Mucho se afligfa de esto nuestro Jose, por amor a Jesus y a la Divina Madre; procuraba acomodar su manto en forma de cabana para refugiarse, y allf estaban durante toda la noche en parte rezando las divinas alabanzas, en parte contemplando la grandeza, la belleza y Bondad de ese Dios que Ilevaban consigo, y en parte por algun tiempo descansando. Estaban congelados por el frfo y no habla manera de que pudieran calentarse. Sin embargo la Divina Providencia no dejaba de consolarlos, cuando parecia que ya no podfan resistir al sufrimiento, y hablando del Amor infinito que.Dios tenfa con el genero humano se encendfa su corazon de modo que ardfa el calor tambien en el cuerpo y se encontraban abrigados mucho mas que si hubiesen estado al cubierto y frente al mismo fuego; por lo cual conjuntamente rendfan gracias Senor, que con tanta Caridad y 'Amor los consolara. Sufrieron 1 0 tambien mucho el hambre y la sed, estando dfas enteros. sin alimentarse. A veces encontraban unas pocas hierbas por esos campos, y esas eran su alimento, a las cuales Dios daba. el sabor con sit Gracia, .por lo que les sabfan muy exquisitas.' • Luego podfan beber cuando daban con algtin arroyo, to cual sucedfa muy rara yez. Y sin ,embargo lo sufrfan todo con tanta alegrfa Y jtibilo de . sus corazones, porque .el'OensamientO de teller con ellos a su Testis, todo lo suavizaba.. A veces se encontraban. en el cameo cubierto de nieve y de hielof por 16 cual estaban muy afligidos pOr.el sufrimiento, y en esta cirCunstancia los Angeles enviados por Dios les llevabanel,alimento necesario y •aSf.se recuperaban un poco. Admiraban la Divina Providencia, corn° se preocupaba de ellOs en proveerles de lo necesario donde les faltaba toda ayuda humans. Muchas ye- • ces sin'ernbargo,se quedaban con hambre, sin tener nada, y DioS hada esto para probar su stifrimiento, su resignaciOn- y Fe; y entonces - los saciaba de tal!manera que a ellos' les parecfa haber sido alimentados abundantemente. 'En efecto padecfan mucho, pero etan• ^ .tambien muy conSoladoS `despises de haberSuftiClo, y conjuntamente alababan a Dios:tanto por el Weil que les enviaba,..comO de to que les ;hacia.stifrir y padeder.. Nuestro Jose estaba muy atento, y tan temeroso de que su pequeno Jesus padeciera frfo, que 11 cuando lo tenfa en brazos la Divina Madre, el a menudo le rogaba para que lo sintiera si estaba caliente o frfo. La Divina Madre lo complacfa, y lo consolaba diciendole que estaba caliente y muy abrigado. A veces sin embargo sucedio que el Divino Infante estaba congelado por el frfo, queriendo El sufrir eso, y la Divina Madre se lo decfa a su Jose paraobedecerle; el Santo se afligfa mucho por eso y lloraba a.margamente por no tener corn° calentarle. Sin embargo el Divino Infante lo consolaba, porque entonces sugerfa •a la Divina Madre para que lo dejara en los brazos de su amado Jose, y el lo tomaba con gran afecto y con vivo deseo de comunicarle su calor para calentarle. El Redentor aceptaba con agrado eso, y se calentaba a ese fuego amoroso que salfa del corazOn de Jose y el Santo quedaba totalmente consolado; luego se lo decfa a su esposa, de lo cual se alegraba y conjuntamente daban gracias a su Dios. Al -Ilegar a algtin pueblo entraban para pasar la noche y no quedarse en el campo al descubiertol, nuestro Jose sufrio tambien muchos maltratos y palabras ofensivas por parte de , aquellos que lo hospedaban. LOS posaderos adrniraban y consideraban la hermosura, la dignidad, la gracia y modestia de la Divina Madre y se dirigfan en contra de Jose, tratandolo de imprudente y falto de criterio al llevar a su esposa tan delicada y 1 - Esto sucedfa cuando ya se encontraban en tierra extranjera. gentil por esos lados en un tiempo tan frfo. Lo trataban de vagabundo, se burlaban de el y lo maltrataban. El Santo se callaba y no se disculpaba; todo lo sufrfa con gran paciencia y lo ofrecfa a su Dios por amor del cual todo lo soportaba, y en su interior decia: -"Oh Dios mfo, Vos lo sabeis todo y por - que fin yo estoy yendo asf errante, que no es por otra cosa sino para obedeceros a Vos tinicamente. Gozo sin embargo en ser maltratado, con tal de que sea tratada con todo el respeto que se merece mi querida esposa y mi Luego se retiraba con su esposa y con Ella desahogaba la pena de su corazon y le decfa: -"Oh esposa mfa, las palabras que yo oigo decir contra mf son otras tantas espadas que penetran mi corazon, no por otra cosa, sino porque dicen la verdad, esto es, que yo os estoy llevando por estos lados con tanto sufrimiento de vuestra parte, y parece_ en verdad que yo soy un cruel sin compasion de vuestra delicadeza, sin embargo . me toca obedecer las Ordenes de nuestro Dios que asf lo manda, y esto me consuela entre tantas angustias que experimento. Yo obedezco . a la Divina Voluntad, y eso es suficiente para tranquilizarme. Ahora bien, pensad, ,que dirfan y que harfan de mi, si supieran quien sois vos y quien es el Nifio que vos estais Ilevando en vuestros brazos? Por cierto me darfan la muerte"-. La Divina Madre lo consolaba y lo animaba a tener paciencia y le decia que se alegrara en esa angustia, porque Dios 12 13 todo lo permitfa para ponerlo a prueba y para darle la ocasiOn de ganar meritos. Y de hecho el Santo obtenfa muchos meritos al sufrir todo con resignacion. Esto tambien agradaba mucho a Dios, p'or lo cual cada vez mas, a su siervo fiel Jose le enriquecfa de meritos. .Tambien en este viaje el Santo iba ejerciendo la caridad hacia su projimo, porque cuando debfan entrar en alguna aldea o pueblo para hospedarse, rogaba a su Jestis para que se dignara iluminar y beneficiar a las gentes que allf vivfan. Y de hecho siempre que entrO en esos lugares el Divino Redentor, coMpartio sus Gracias con los habitantes.y en particular dando la salud a los enfermos que habfan, aunque aquellos no entendieran de donde les viniera ese bien; y por este beneficio, nuestro Jose siempre suplico a su querido Jesus, pues tenfa mucho afecto por los enfermos y sobre todo por los moribundos. Cuando se encontraba en las aldeas de infieles, decfa a su Jestis que se dignara sanar a los enfermos que allf habfan, porque esperaba que con el avanzar del tieinpo se convertirfan yabrazarfan la 'erdadera Fe, que El habfa venido - al mundo a enSefiai, y Jesus lo complacfa. El enemigo infernal se enfurecfa, porque se encontraba falto de fuerzas y no podia acercarse a nuestro Jose pat-a angustiarlo como deseaba, porque el poder de la virtud divina lo tenfa lejos y muy abatido; y tanto mas se enfurecfa, porque no podia conocer de donde procedfajeso. No-quiso sin embargo dejar, de afligir al Santo, permitiendolo Dios para, hacerle adquirir mas -meritos, y.esto lo hacfa de la siguiente-manera: cuandci)se. , acercaban a alguna ciudad: 0. aldea7instigaba'a;los habitantes mas malos. de allf,p,ara,que maltraten al Santo. Y" de hecho esto ltilogr* porque en muchOs lugares nuestro Jose recpio..VatioS maltratos, has- • to sechado fuera con oMalaS PaiabraS e en otrOs 1 fugares le era negadg llri poco •de alirnento para poder calmar eh alga stlharnbre. Pero el Santo lo sufria todo con invencible paciencia y con granzenerosidad;porilo,cual;e1 enemigo quedaba.siempre mas confundido y se .retiraba mas enfurecido que nunca. El; enemigo no .desistfa de sus intentosimi, se tranquilizaba, y.:siempre estar ba pensando: en hacerle mayor ,guerra en las ocasiones que se le presentara...*.ss Algunas Veces al estar muy afligidos por el frfo, el hambre, la sect,o .y noteniendalcon que. poder •aliinentaise ni donde - abrigarse; retirabah a aliima eaoniraban, Y . aiiege ponfan r , :f. jt - Of • • t;' • •• en el sublo a,desCans0 unpoco'lifegO la `DiVina Madre torhaba StiJeSk^inspirada asf Poi . El, y lo podia en e. sueld so ree man e su y liiegb se arrodillaban'ainbbs adoiaban. - • El Divino Infante los imiraba con , un rostro amable y sonriente.s Ellos.conternplaban ese rostro'diVino cuya belleza enamoraba, y:asf ;contern 14 15 plando eran arrebatados en extasis por la dicha, y en ese extasis su espfritu qtiedaba lleno 'de gozo y comprendfan misterios muy profundos; venfan restablecidos y •aciados tambien en el cuerpo, por lo cual, al volver del extasis, se encontraban con fuerZas; y tomando a su Jesils se ponfan de nuevo en camino, alabando y ofreciendo a Dios por favorecerlos y consolarlos tanto. Luego la Divina Madrecantaba duiceMente las alabanzas divina4,' ,decual el afortunado Jose sentfa mucho consuelo y derrarnaba lagrimas por la dicha que experimentaba su es 'f it p r u. Muchas' veces lambien nuestro Jose probaba unas penas , m'uY grandes,. porque mientras viajaba ofa .de improviso que el Divino Nino iloraba amargamente, al igual que los otros ninos cuando padecen:mucho. Sufrfa mucho tambien el•Nifio Jesus, pero su' lanto era causado por las ofensas hacia su Padre Divino; esto sin embargo no lo advertfa el afortunado Jose, creyendo que lloraba porniuchos sUffirnientos, sobre todo 'por el gran frfo; por to cual- el Santo se don' inucho y era herido7por un dolormuy fuerte 110ando tambien el amargamente junto con la:Oil:dna Madre, la cual luegcilianifestalDa a sii'Jose la causa de su llanto y del llanto de su ;Jesus, debido a las ofensas hacia el Padre DiVino,,y lo exhortaba para que el tambien acohiPaliara al Divino Nino Ofre'ciendo sus lagrimas al Padre •Eterno, junto con las de Jesus, suplicandole por la conVersiOn de los pedadores, lo cual nuestro Jose lo hacia con gran afecto y con renovadas lagrimas. Despues agradecia a la Divina Madre por lo que le habfa manifestado y ensefiado, y Ella le respondfa con mucha Gracia diciendole que todas las alabanzas, todos los agradecimientos los dirigiese a Dios porque a El se debe todo referir, siendo El el autor y el Hacedor de todo bien. El Santo lo hacia con gran afecto, su esposa se unia a El en estos actos. Muy largo y desastroso fue este viaje para los Santos peregrinos, en el cual mucho padecieron, pero tambien gozaron de los favores divinos y a menudo venfan reconfortados por la Divina Providencia. El gozo que tenfan continuamente al tener en su compailfa a su Jesus fue muy grande, y esto fue suficiente para mitigar toda amargura y hacerles sufrir con paciencia toda angustia, y con alegrfa todo sufrimiento por mas grande que fuera. 16 17 CAPITULO XIII Las mo estias del destierro Despues de muchos sufrimientos por el largo viaje, llegaron nuestros.peregrinos a Egipto. Nuestro Jose sentia una gran pena tener que entrar en la Ciudad para,hacer alit su mdrada con su espos4, y el Divino Infante. Muchotemia el Santo, pOrque,,siendo esa gente barbara e idelatra, de repente htibieSen tenidO Maids tratos hacia su arnada esposa y a su Jest1S; y dirigio calidas suplicas a Dids,.pidiendole la diacta de que si tuvieran que sufrir maids tratoS y malag palabras, se las hubieseri hecho sufrir a el ilnicamente. -"No permitais nunca, Dios info, que vuestro, Unigenito y su Santa Madre tengan que sufriralguna ofensa. He aqui Ira persona. Yo me ofrezco a sufrirlo todo, con tal de que ellos queden ‘ Jibres de eso. No, es dable, Dios mio, ;clue ellos tengan que ser maltratados; demaadd.grande es su inocencia, sus meritos y sus virtudes.. Yo, siervo irlutil, ,miserable, merezco todo el mal, a ml, pues se.haga eso y no a ellos"-. Esto y mas decia nuestro Jose. con el corazon a su Dios, y luego manifeSto temor a la Divina Madre, la cual lo Consdld y ra que no temiera. Le decia: - - iNoSteniais Jose), tenemos a Dios con nosotros, iconfiemoS en ElfEl nos ha 4 k 19 enviado aquf y El' nos proveera, al igual que to ha hecho hasta ahora con tanta Generosidad. Nosotros hemos experimentado mucho que grande ha sido el cuidado que Dios tiene hacia nosotros, zde que tenemos que teener? Dios estd con nosotros, y esto nos basta para darnos tranquilidad en todas las circunstancias y en todos los peligros" —. Nuestro Jose qued6 animado por las palabras de su esposa y mucho mas por la Gracia de Dios, se encaminaron hacia la ciudad, y al entrar en ella hicieron caer al suelo los fdolos que allf eran adorados por esa ciega nacion. Eso conmovio a toda la ciudad, y no habfa quien pudiera entender porque sucedfa esc); no pudieron entender que, entrando en ella 'el Verdadero Dios para habitar allf, derrib6 con su poder a los falSos dioses. El demonio se habia propuesto perseguir al Santo y a su esposa2Cuando los vio acercarse a la ciudad, porqUe allf estaba como •duetio y senor, pens6 la for-ma de poder angustiar a los Santos peregiirios, y por lo' tanto estaba todo feliz; pero quedo• confUndido. y totalniente abatido por la fuerzaque,sintii5 endirnade sf, y ser echados al sueld los fddloS eY fue obligado a huir, por lo cual ardfa de una rabia mas furibunda. De hecho 'instig6 a :muchos contra los Santos peregrinos, pero poco dafio pUdieron hacerles, porque, 'al erlos tan pobres, humildes y modes: tos, no pudierori cre4 .que elios fueran la causa del mal aunque estuvieran muy instigados por el demonio. Sin embargo nuestro Jose recibio algunos maltratos, insultos, y fueron hechos por algunos de los mas malvados, no queriendo que estuvieran en la ciudad. Aunque no faltO quien con animo mas suave y compasivo los defendiera y les dijera que estuvieran el tiempo que habrfan necesitado para vivir allf; y esto lo hacfan por la compasion que tenfan hacia la Divina Madre, que al verla con una belleza tan especial, con tanta modestia y gracia, no podfan hacer menos que compadecerla y tener cierta buena voluntad hacia Ella, y casi todos envidiaban la suerte•de Jose por tenerla consigo como companera. Sin embargo, nunca vino a la mente de nadie el pensamiento de quitarsela ni otro pensamiento impertinente, sino solamente quedaban .admirados y gozaban al verla tan sabia, tan bella y graciosa, y la miraban con asombro. Nuestro Jose sufrio con invencible paciencia todos los maltratos e insultos por parte de algunos de esos mas perversos, y gustoso aceptaba la buena voluntad de aquellos que se la demostraban con respecto a las especiales prerrogativas de su esposa. Mucho gozaba en su corazon al ver como, al entrar allf el Divino Nino, habfan cafdo los fdolos que all): se adoraban, por lo cual le vino una gran esperanza de que con el tiempo esa nacion infiel 20 21 22 caridad . que le habfa sido dada. Se alojaron.en to pequefia, casita el Nilio Jesus con la Santisima Virgen y nuestro Jose, allf descansaron un. poco y rindieron gracias a Dios por el beneficio que les habfa hechb de encontrar un lugar y haberlos provisto de ese poco de comodidad para su tranquilidad. Toda la ciudad estaba en desorden por la desfruccien de los fdolos, y nuestros Santos peregrinos estaban retirados y tranquilos rindiendo gracias a Dios por lo que habfa realizado. Nuestio Jose no se atrevio sin embargo a salir de ,caSa en esa noche para. buscar un poco de li= moSha para'su refrigerio, pero Dios 'no dojo de pro:Neelles como era costumbre hacer en -sus rnas graves 'necesidades.'Luego nuestro Jose .decfa a su esposa: -"2,Corno se'hares, esposa Inca, para buscar el alirrfentO necesatiO?, quien podra it por.la' ciudad raientras eSta -toda'comnovida?•Yo tengo temor de .rauchos intonVenientes, y :estirrio mejor estar retirado hasta que se hayan tranquilizado, porque,pi me hap yer, Aquien sabe . que; haran de ing-T, Djyin,a 14a.iire to animaba ,y lo exhortaba para we: &era, gprierojb, lo iufrieta todo por Amor • de Diop, el cual tanto Pidecia por la salyacion, del genero,hurnano. 'Et Santo se claba.aninib y stifrfa de buena ga-- na as angtistias; perci-'a , pegar de, esto las sentfa mUchtypaque'vefa'la gran Pobteza-'en la cual se eriContraba el Hijci de Dios y su Divina Madre; de 23 T habrfa adorado al verdadero Dios y de esto gozaba mucho y dijo lo que sentfa a la Divina Madre, la cual lo aprobo sabiamente y ambos rindieron gracias a Dios. Nuestros peregrinos iban por la ciudad, no sablan donde retirarse. Buscaban algtin rincon para descansar un poco, pero no lo encontraban. Nuestro Jose se afligfa por el amor que tenfa hacia su Jestis y hacia la Divina Madre y se acordaba canto en Belen no encontre un lugar donde hospedarse, aunque estuvieran allf unos amigos y parientes. Por lo cual dirigiendose a su Dios le suplica pidiendole su .aytida en esa gran necesidad y decfa: -"No encontre lugar alguno donde hospedarme entre gente fiel y parientes, zahora que sera entre barbaros e infieles? Dios mfo, hace falta vuestro poder. Ayudad Vos a vuestro siervo de modo que pueda poner al seguro a vuestro Hijo Unigenito y a su Madre, que me habeis dado en custodia"-. Dios escucho las stiplicas de su siervo fiel y le hizo encontrar a una persona que, movida a cornpasion de la Divina Madre al verla tan gentil y de tan especial belleza, se presento para buscarles un hospedare. Lo •ealiza, encontrandoles una pequeria casita en un lugar retirado donde pudieran vivir con mess tranquilidad. El Santo acepto la caridad, aunque viniera de gente idOlatra, y no dejo de hacer lo que correspondfa para con Dios pidiendole recompensara la lo cual mucho se dolfa, sobre todo porque en estas circunstancias no tenfa forma de poderlos proveer de lo necesario; por lo cual el Santo dirigfa su mirada por la casa y al verla tan pobre suspiraba y luego decfa dentro de sf: - "jAh!, no es el establo de Belen; aquf por lo menos tino esta al cubierto, y luego asf Dios lo quiere, ,y yo tambien lo quiero; y si el Verbo Encarnado no se avergilenza de vivir en un lugar de tanta pobreza y miseria, yo tampoco tengo que avergonzarme, mas bien estoy contento de lo que Dios me da. Tan solo me disgusta el sufrimiento de mi Jesus y de mi esposa, pero si esa es la Voluntad de Dios, a mf tambien me tiene que agradar"-. Y asf nuestro Jose se iba consolando. Estuvieron durante toda esa noche, en parte alabando a Dios, en parte contemplando la belleza y gracia de su amado Jestis quien a todos consolaba y llenaba de jtibilo sus corazones, en parte tomando algdn descanso sobre el suelo; el manto de nuestro Jose servfa de cama para el Divino Infante, porque no tenfan otra cosa. La maiiana siguiente, despues de haber rezado las alabanzas divinas, nuestro Jose se animo, y f • con el congejo de su esposa y el beneplacito de su Jesti's, sali6 de casa y se fue pOr el =pueblo para buscar algo para alimentarse. Lo encontr6 facilmente, no falto quien proveyese, a sus necesidades y quien ,mucho lo compadeciera, perrnitiendolo Dios para consuelo de su fiel Jose, que aunque se encontrara entre gente idOlatra, sin embargo encontro en ella aquella caridad que no habfa podido encontrar entre sus parientes. DeSpues de haber encontrado el Santo lo que le era necesario para alimentarse, tanto el como su esposa; regreso a la casa muy contento para comunicarselo a la.Divina Madre, de lo cual sintio consuelo y conjuntamente rindieron gracias a Dios. Los Santos esposos se alimentaron con mucho agracio, aunque fueran alimentos insignificantes, y alabaron a la Diyina Providencia que con tanta Generosidaa los socorria y nuestro Jose decfa a su amada esposa: -"Oh esposa mia, yo creo que estaremos bien en esta ciudad, aunque, idolatra, y que encontraremos aquf lo necesario para poder vivir mucho rnejor que en Belen"-. I' la Divina Madre tomaba motivo de sus palabras para' ensalzar la . Bondad y Generosidad de su Dios,'y le decfa: -"Veis como es verdad que Dios tiene ,un -cuidado especial para con" nosotros, aunque 'estemos en "un pais extranjero no deja de proveernos de lo necesario" - . Y -aqui se .ponfa a hablar de la,hermosa suerte de aquellos. que confian en Dios en todaS las circunstancias, porqueDios no'abandona nunca a qufen confla en El. Miraron luego a `su Jesus todo feliz y alegre, y comentaba nuestro Rise que cuando .se encontraban en una gran necesidd y no sabfan ni siquiera con que alimentarse, El estaba ma.S: feliz y alegre que nunca, demostrando alegrfa, tambien en esa tier24 25 na edad, cuando se vela mas necesitado, y' de esto comprendio nuestro Santo aim° su Jesus iamaba la pobreza, y cuanto gozaba al verse necesitado; por lo cual el se preocupaba de imitarlo, gozaba en la penuria que tenfa de todas las cosas. Ya se- ha dicho.como nuestro Jose fuera. presuroso en orar a su Dios por la conversion de los pecadores, y con cuanta insistencia lo pedfa, sabiendo que habfa muchos y no se tranquilizaba nunca hasta obtener lo que deseaba. Mucho mas practico esta gran' caridad hacia su prOjimo cuando se .enContro entre los infieles, deseando ardientemente que llegaran al conocimiento dei'Verdadero Dios. El solo pensamiento que tenfa el Santo de encontrarse entre gente totalmerite enemiga de Dios y que no habfa quien lo conociera y lo adorara le sacaba abundantes lagrimas de los ojos y calidos suspiros del corazon. Por esta razon se dedicci a suplicar a su Dios por la conversion de aquella naciOn ciega, y para hacer esto se juntaba con la Divina Madre y ambos dirigfan muchas suplicas .con la esperanza de que Dios seguramente los escucharfa. - . ,Nuestro JoSe iba a menudo . diCiendO a su esposa:' -"Esp. o'sa infa, y6 tengola esperanza cierta de que Dios dares abundantes GraciaS a esta nacien, al haber escogido vivir aquf y ,quien sabe por ctiantO tiempo. Y si en su primer ingreso ha abati- 'do a los MoloS, .cuarito mayor Wen hard haciendo su Mansion aqui. ESta esperanza me m mucho y me da animo para seguir con mis is&OHcas.' ,Ademas nuestro Dios .recompensa con tanta Generosidad, todo .lo que se hace por su Amor, tambien las mfnimas cosas, mucho mas compensara a esta gente que le da hospedaje. Y se ye tarribien que hay .. personas que nos haceri la lirnoShari c bue orazon y compadecen la pobreza en la que nos encOritrainos"-. ,..J.21•Divina.Madre ofa >todo esto 'con' agrado, y responclia a su .Jose con. gran prudencia y con Amor, aprobando. Ella tambien los sentimientos de su Santo esposo. De lo cual sentfa mucho consuelo y se animaba atin mas y decfa a su esposa: -"Oh -esposa mfa, cuando observers nuestra forma de .vivir y oigan vuestras;palabras, no puede ser que no se muevan para amaros y desear estar con vos. Basta que una sola persona os trate para hacer que con el tiempo cada uno llegue a admirar vuestras virtudes. Y esto no tengo duda que tendra lugar, y asf tomareis la ocasion para iluminar por lo menos a alguna vecina que tenga buena disposicion con vos, y esta luego lo manifestard a los otros y asf lograremos algtin beneficio para las almas, de aquellos que nuestro Dios nos enviard, para que por medio vuestro queden iluminados y lleguen al conocimiento del verdadero Dios. Yo por mf soy miserable, no soy capaz de hacer algtin bien con mis .exhortaciones, pero espero ocuparme con el tiempo yo tambien en esto de dar a conocer al verdadero Dios a los que trataran conmigo, y que se muestren encarinados con mi persona. Nuestro. Dios luego nos dares 26 27 fuerza para poderlo hacer y dara poder a mis palabras, de modo que penetren en el corazon de aquellos con los que yo trate"—. La Divina Madre le aseguraba de la divina asistencia en todas sus actuaciones y que habria dado fuerza a sus palabras; de lo cual mucho gdzaba nuestro afortunado Jose, y estos sentimientos que tuvo al comienzo de su estadfa en Egipto, fueron creciendo siempre mas en el, y se aumento mucho su deseo, porque toda su dicha era de que su Dios fuera conocido y amado, y esto surgia en 01 por el grande conocimiento que tenfa del merito de su Dios y del beneficio inmenso que habia hecho al mundo al enviarle a su Unigenito para rescatarlo. La Proteccion del Padre Celestial; las inefables alegrias de la vida comtin con la Virgen y el Divino Infante Habiendose ya instalado nuestro Jose en Egipto, en esa pequefia casita, como se ha dicho, procure.) comenzar a ejercer su oficio de carpintero, para poder conseguir el sustento necesario, como tambien para poder dar el alimento a su esposa y al Divino Nino. PidiO antes su parecer a la Divina Madre, y le hiciera entender si era Voluntad de Dios que el del:31a trabajar en su oficio o dedicarse a otra cosa. Entendio que era Voluntad de Dios que se dedicara a su'trabajo; y de hecho se puso a la obra. Al comienzo iba pidiendo prestado los instrumentos para trabajar, no teniendo nada propio. A veces le eran dados, y a veces le eran negados con descortesfa, permitiendolo Dios para ejercitar a Su siervo On la virtud de la paciencia y de la reSignacion; y de hecho, cuando le era negado alguna cosa, se humillaba mucho el Santo, y todo lo CAPITULO XIV 28 5 29 atribufa a sus desmerecimientos. Sin embargo volvfa a solicitarla con gran humildad y mansedumbre hasta conseguirla y se prestaba para servir a todos aquellos que le hacfan la caridad de prestarseios, diciendoles que le ordenaran lo que sea, que 'el de buen corazOn lo harfa. En efecto nuestro Jose se conquisto el afecto de muchos con su humildad y con sus modales gentiles. Se dedica al trabajo, que nunca le faltaba, porque lo realizaba, no solamente muy bien, sino con respecto al pago tomaba lo que a bien tenfan sin replicar; y cuando le pagaban su trabajo mucho menos de lo que costaba, el Santo lo recibfa como caridad y les .agradecfa con tanto afecto como si de hecho se lo hubiesen donado. Poco a poco nuestro Jose pudo brindar alguna comodidad necesaria para su JesUs y -para su Santa Madre. Porque poco gastaba .para alirnentarse y para esto recibfan tambien' a menudo alguna lirhosna por parte de las vecinas mas amables; y asf de esto que el ganaba con sus . fatigas se fue haciendo lo que era primordialmente necesario para su Jesus y para su Divina Madre, y luego para aquello que necesitaba en el ejercicio de su oficio. La Divina Madre tambieri realizaba trabajos manuales, que su Jose le consegufa, 0 por parte de alguna vecina; y se disputaban las vecinas para poder it a llevarle algun trabajo, no tanto por la necesidad que tuvieran del trabajo en si, sino para verla y tener la suerte de hablarle, porque ya se habfa difundido la fama de su belleza y de las virtudes y modestia singular que tenfa, y sobre todo por la admirable belleza y gracia de su Divino Hijo, el cual, al mirarlo, quedaban todos prendados de su Amor y envidiaban la suerte de la Santa Madre, por tener a un Hijo semejante. La Divina Madre sin embargo permitfa las visitas de las mujeres vecinas a Ella, pero por poco tiempo, y sus palabras penetraban y tocaban sus corazones, y se iban no solarnente llenas de amor y de consuelo sino con el deseo de volver pronto a conversar con Ella y por ver al amabilfsimo de su Hijo, el cual por su gracia y belleza causaba la admiracion de todos. Y aunque fueran corazones infieles, a pesar de eso quedaba siempre en ellos grabado el amor y la veneracion hacia la Majestad del Nino, que aunque estuviera en esa tierna edad, sin embargo se vela claramente que en El habfa algo mas que en los otrosporque aunque El se mostrara amoroso, alegre y jovial, su semblante era tambien muy majestuoso y digno. Nuestro Jose no dejaba de hacer alguha limosna a los pobres, aunque el tambien se encontrara en tanta pobreza, y la Divina Madre le rogaba para que la hiciera; sobre todo cuando recibla el pago de su trabajo siempre habia la parte para los pobres, asf tambien sucedfa con el trabajo que hada su esposa. Aunque nuestro Jose se dedicara a trabajar, nunca .dejo sus acostumbrados ejercicios de ora30 31 don y de rezar Ias divinas alabanzas junto con su esposa. A veces, estando cansado por la fatiga, se iba a donde su esposa y le participaba su cansancic•y EllaAepoSitaba en sus brazos a su Jesus, inspirada por El miSmo. El afortunado Jose lo recibfa con toda humildad, considerandosei indignO de tanto favor y despues de haberlo abrazado, se sen: tia cornpletainerite vigorizado y fortalecido. Se sentla Renal- el , alma, de alegria, y todo consolado gozabade su amado Jesus, del cual recibia muchas caricias infantiles, por las cuales caia en extasis por,la dicha, y luegO, cogido pOr la fuerza y el impulSb del ,amor, .seaPretaba al pecho y lo besaba, .ahora • en los pies, ahora en el pecho; y el Diyino Infante manifestaba una gran dicha, sonriendo a las amorosas caricias que su Jose le hada. • Muchas veces el Santo fue.obligado a devolver prontamente a su JestiS a la Divina Madre, porque no podia soportar el impulso del amor y el consuelo incomparable que sentfa , en su alma, y dirigiendose a •su JesUs- le decia que le diera un corazOnrn4s grande para poder recibir el torrente de kis cos risuel9s la grandeza.de su Amor. A . 'veces,, al . entrar , en' la casa,• encontraba a la Divina Madre, cite, entre' sus brazos acariciaba al Divino NitIO.y ate. al .Verlo se lanzaba en acto de querer it hada Jose, y la Divina Madre enseguida se lo daba. Entonces el Santo cala enseguida en extasts por la dicha, y luego, al volver en sf, lloraba dUlcernente y_decia a su Jesus: -"Oh .Jestis, amor mio, ode donde a mi miserable, iantas Gracias? Es una gran cosa que Vos os digneis venir hacia mf cuando to pido, pero venir hacia mi de vuestra propia espontanea voluntad, y mostrar tambien el deseo de ello, joh, esto sf que es demasiado! zPero que hare yo por Vos, querido bien mio? He aquf a todo mi ser, haced de ml lo que os plazca porque yo soy todo vuestro"-. Y mientras decia esto, el Divino Infante fijaba en el sus miradas amorosas en acto spnriente, mostrandole cuanto le agradaba sus expresiones amorosas. El Santo hizo luego una cuna, donde pudiera descansar su Jesus, con todo lo que era necesario, para que pudiera estar comodo; y la Divina Madre lo ponfa en ella cuando estaba ocupada en preparar el alimento, y cuando trabajaba lo tenla cerca de si, porque tambien trabajando lo estaba mirando y contemplando. Cuando Jose venia y lo encontraba acostado en su cuna, se postraba en el suelo y to adoraba, y si se encontraba dormido, se ponfa a contemplarlo y junto con su esposa lo miraban atentamente y asombrados decfan entre si: -"Y sin embargo, ;este es el Unigenito del Padre Divino, el Mesfas prometido, el Verbo Divino, el dueflo del universo! Melo aquf en su fragil humanidad!"-. Y dirigiendose a su esposa le decia: -"Vu" eStra ha sido la suerte, oh esposa mia, de vestirlo de .carne mortal. Por intermedio vuestro se ha hecho , mortal, finito el infinito; comprendido el incomprensible. ;Oh que gran suerte!, ;oh, dignidad incomparable la vuestra al haber sido elegida como Madre de 32 33 un Dios!"—. Y mientras decla esto, el Divino Infante se despertaba, y fijaba su mirada amorosa, ahora en su.querida Madre, ahora en su Jose, y se quedaba allf en acto majestuoso y a la vez amable y arnoroso; y ellos contemplaban la Majestad . de su Dios bajo la fragil humanidad, y luego conjuntamente decian algtin himno de alabanza a su Dios. Humanado, que sabiarnente componfa la Divina•Madre. A veces, cuando se estaban alimentando, al tener la Santa Madre en - sus brazos al Divino Hijo, eran invadidos ambos por un consuelo mas grande /clue de costumbre al mirar .el rostro majestuosamente hermoso de su Jesds, por lo que ambos cafan en extasis sin poderse alimentar, y estaban por bastante tiempo de esa manera, sirviendo eso de refrigerio tambien para el cuerpo, porque al regresar del extasis se sentlan saciados corn° si se hithiesen . alimentado esplendidamente, por lo dual daban/ eonjuntarhente gracias de cuanto haWan reeibido. Asi .se mostraban la Divina Madre y Jose„ muy agradecidos a su Jesus por las Graque iba cornpartiendo con ellos, y con este, se iban disPOnierido - para. recibir siempre nuevas y Mayores Graik.laS cuales genercisamente se las diSpensaha su'regUs. • • • . . . Entre'tantos consuelos que gozaban, no les faltaron 'tambien amarguras,' porque Dios qUerfa que adquirieran grandes meritos; los, cuales se adquieren a' ,traVes del sufrimiento, por lo cual acontecfa a menudo'que el Divino Nino estaba en la cuna, privandose del consuelo que sentla de it a los brazos de su Santa Madre o de su Jose, y •allf lloraba amargamente. La Divina Madre lo veiallor rando, y ,tenia la orden de no cogerlo, por lo cual estaba de rodillas llorando Ella tambien junto con El. Nuestro Jose se deshacfa en. lagrimas amargas al ver a su Jestis er•ese estado y a su amada esposa, suspiraba y deseaba saber la causa de su Ilanto. La Divina Madre le manifestaba qUe esto.era por los pecados del genero humano, y porque el Padre Divino era'muy gravemente ofendido. . .• El corazon de nuestro Jose quedaba herido, al ver llorar a su ,inocente Jestis, y lloraba inconsola- • ble y se amargaba pensando que El 4mbien contribufa para hacer sufrir al Divino Infante con sus culpas, y por lo tanto se ponfa con el rostro a tierra pidiendo perdon a suquerido Jesus, suplicandole para que se dignaratraSpasarlea el todo el dolor . y la amargura, 'y dejara de 11orar.porque. su corazdri no lo podia soportar, e iba replicando: -"!Oh mi querido Jesus! ;Oh Divino,Salvador mfo!, idejad de llorar y depositad toda vuestra pena:.en vuestro .Jose! Yo tengo qtie llorar ,porque. yo soy el culpable, y no Vos que sois. inocente".:,.• Luego bfrecia al Padre DiVitici as lagrimas de su Jesus, asf instruido por la DiVitia.Madte, en reparacion de las ofensas .que recibia del; mundo. -Luego, cuando su Jestis estabi . ash'.afligido y lloranClo,' se 'dill& a mirar ya sea. a 1a Diviiii Ma34 35 dre, ya sea - al afligido Jose y los miraba en acto compasivo, como si buscara ser consolado y cornpadecido por ellos. Estas miradas herfan el corazOn de nuestro Jose, el cual deseaba consolarlo y no sabfa como, y se sentfa destrozar el coraz6n, por lo cual dirigiendose a su esposa le decfa que tratara de comprender su Voluntad, que cosa deseaba y que cosa podia hacer para consolarlo; y la Divina Madre, que ya todo lo sabfa, le decfa que deseaba que su Padre Divino fuera conocido y amado por todAs sus criaturas. Entonces nuestro Jose se, encendfa de un mas vivo deseo de que todos amaran a su Dios, y puesto title aim Cosa no Podia hacer, se unfa a su espoSa)pira:alabarlo en iiombre de todos, lo cual mUcho .agradaba , al Divino Infante, por lo que se tranquilizaba y dejabaHoran Luego hada sena de qUerer 'it a 'los brazos de la Divina Madre, y Ella to: tomaba con gran amor, lo ac ariciaba y lo apretaba a su. peChO; y luego iba en brazos de su JOSe;'y el tambien . tO acariciaba Y se lo 'apretaba al pecho, yen es acto lloraba por la dicha que probaba' y le decfa' cUanto..lo arnaba y cUanto'lo comPadedfa, y le'"suplitaba` pars' que no se afligiera tantOparq'tieno to.Podfa soportar y le decfa: -"Paddle l a Mt vuestio dolor; a mf toda la pena, oh mf querido Jestisl, ino querais sufrirla Vos, de otra manera morire porel dolor!"-. Luego su Jesus le mostraba coma le agradaba sus cordiales afectos, haciendole unas caricias, y llenando de consuelo su alma; le hablaba al corazon y le manifestaba que grande era el amor que le tenfa, y cuanto le fuera agradable y que gusto experimentaba estar en sus brazos, y asf se le convertfa en dulzura toda la amargura que habfa experimentado. A veces se encontraba presente nuestro Jose cuando la Divina Madre envolvfa a su Nino en los patiales, el cual al quedarse libre de ellos se ponia a mirar el Cielo con los brazos en forma de cruz, y asf inmovil se quedaba por algiin tiempo, ofreciendose al Padre Divino. La Santa Madre lo estaba mirando atentamente y lo acompafiaba en los ofrecimientos. Al ver esto nuestro Jose se dolia mucho, y con lagrimas de dolor preguntaba a su esposa cual era la causa de que su Jesus estuviera en esa posician; y Ella toda afligida le decfa que se estaba ofreciendo a su Padre Divino, dispuesto a sufrir todo lo que El quisiese por la salvacion del genera humano. Sin embargo, no le comunicaba -por no hacerlo sufrir aun mas- lo que se ofrecfa y lo que estaba dispuesto a morir en una Cruz. A pesar de esto, ya el corazon de nuestro Jose presagiaba, sino totalmente, por lo menos en parte lo que su Jestis habria sufrido con el tiempo, por lo cual lloraba desconsoladamente. La Divina Madre aunque estaba mas afligida y dolorida que el, lo consolaba y lo animaba para sufrir con paciencia, puesto que asf agradaba al Padre Divino y de esta manera se tranquilizaba el Santo y se conformaba totalmente a la Divina Voluntad. 36 37 Despues de haber terminado sus ofrecimientos y peticiones el Divino Nifio dirigfa su mirada amorosa hacia su Jose. e inclinando la cabeza to invitaba a acercarse, y el lo hacia con gran sumision y respeto; entonces el Divino Infante extendia sus manitas hacia el rostro de su lose y le acariciaba dulcemente con sus manitas; el Santo sentfa mucho consuelo de eso y se quedaba asf de rodillas en el suelo adorando la Majestad del Divines Infante, y gozando de sus amorosas caricias. Luego se acercaba a los pies de su Jesus y los besaba amorosamente. y enloquecfa al mirar su gracia y belleza y no se cansaba de besarlos y de dar sus respetos. Observaba el candor de las carnecitas divinizadas y no se sabia alejar de ellas, sintiendose atraer siempre para venerarlas, y complacerse y deleitarse en ellas, y alimentarse en el rfo de los divinos consuelos, que El iba experimentando al hacer estos actos amorosos y respetuosos. Cuando recibfa alguna Gracia especial de su Jesus en los sublimes extasis que tenfa, el rostro del Santo quedaba como el de un Angel, Cubierto de u-na claridad que consolaba a cualquiera que lo mirara, causando admiraciOn y asombeo a la vez; y acontecfa que, at salir de casa para it a proveer del alimento necesario, se topaba con varias personas las cuales, al ver el rostro de Jose, quedaban asombradas y se sentian atrafdas a reverenciarlo; y aunque fueran ithilatras, Dios permitfa que fueran espectadoras de ese prodigio para. mover sus corazones a acercarse al Santo y tratar con el, de modo que estuvieran iluminadas por sus palabras acerca del conocimiento del verdadero Dios. Y de hecho no faltaron algunos que correspondieran a la Gracia, porque se acercaban at Santo varon y comenzaban a conversar con el, y quedaban extasiados por sus palabras y por sus modales gentiles, por to cual a menudo se quedaban - con el, y nuestro Jose, con 'toda bondad, procuraba darles a conocer las verdades de la Fe, y que habfa un solo Dios, Creador y duetio de todo, y que los fdolos por ellos adorados eran unos falsos dioses. Pero esto to hacia con tanta eficacia y de tal manera, que sin mucho esfuerzo les hacia entender la verdad, y esto lo hacia, no ptiblicamente sino privadamente y con aquellos que se familiarizaban con dl, de modo que logro atraer a algunos de &limos mas dispuestos al conocimiento del verdadero Dios y esto no se publico nunca por la ciudad mientras vivio alli el Santo, mas bien cada uno de aquellos que habian sido iluminados procuraban atraer at conocimiento del verdadero Dios a los que trataban,familiarmente con ellos. Y luego las virtudes que nuestro Jose practicaba y la santidad de su vida servia a cada uno de ejemplo, y sus palabras hacIan eco en los corazones de los que lo trataban, porque no solamente eran palabras llenas del Espiritu de Dios, sino tambien porque estaban acompatiadas por sus Santas actuaciones y por las virtudes que el Santo tuvo en sumo grado. 38 39 CAPITULO XV Las molestias y persecuciones de Satands en la estaclia de Egipto Aunque nuestro afortunado Jose se encontrara entre tantos consuelos de espiritu por la dulce conversacion que tenfa con su Jesus y con su esposa Marfa, no le faltaron angustias y amarguras, permitiendolo Dios para probar a su siervo muy fiel y para tenerlo ejercitado en la practica de las virtudes mas sublimes. Nuestro Jose era odiado a muerte por el enemigo comun, el cual buscaba todos los medios para abatir la invencible paciencia y para perturbar la paz de su corazon; por lo cual instigo a muchos perversos en contra del Santo, poniendoles en el corazon un oclio grande hacia el. Y de hecho no lo podfan soportar ni apreciar, porque al ser todos tinieblas odiaban la Luz; y muchos acordaron maltratarlo y procurar tambien echarlo de su pals, y esto pretendfa el demonio porque temfa la conversion de muchos por los ejemplos y palabras del Santo, por lo cual un dia a proposito se fueron para encontrarlo. Y una vez que lo encon41 traron, se acercaron a 61, le hablaron con malas palabras y le preguntarort que habia venido a hacer a Egipto, y por que no se (wed() en su patria, y le dijeron: -"Ciertamente tti eres un hombre malvado que por tus delitos fuiste expatriado y echado de to pais, y has venido aqui para hacer el mar-. Nuestro Jose agach6 la cabeza a estas palabras y solamente dijo: -"He venido a este lugar para cumplir la Voluntad de Dios y no para hacer mal alguno, y mis acciones os dan claro testimonio de ello"-. A estas palabras se enfurecieron esos malvados y dijeron malas palabras al Santo, el cual no contesto mss nada. Lo amenazaron de que to golpearian si no se iba de su pais y que to queHan echar con la fuerza, antes de que 61 hiciera algtin delito, y que se cuidara, porque si lo encontraban to golpearian, y si no se marchaba, irian donde vivia y to echarian por la fuerza. Por nada se perturbo el Santo,. sabiendo muy bien que no le podrian hacer mal alguno si su Dios no se los hubiese permitido; a pesar de eso se atemorizo mucho, pensando que ellos irian a la casa dohde vivia su esposa, y se pertubarfa al ver la perversidad de estos, por lo cual se encomendo mucho a su Dios de modo que los librase de todo mal y les quite el poder a sus adversarios, de modo que no causen datio alguno, y decfa a su Dios: -"Oh Dios mio, Vos sabeis por cual fin yo estoy acs y por que' hago aqui mi mansion, por to tanto defended Vos a vuestro Unigenito Hijo, a su Madre y a mi vuestro siervo. Yo otra coca no deseo que cumplir vuestra Santa Voluntad, pero si es vuestra Voluntad de que nosotros seamos afligidos y perseguidos, que sea yo quien lo sufra todo. Con agrado redbird las ofensas, las injurias, los golpes, con tal de que dejen en paz a mi esposa y a mi Jestis. No permitais nunca que estos sean maltratados, ni con palabras ni con hechos. Esta Gracia que considero justa os pido que no me la • negueis"-. Asf iba hablando el muy paciente Jose .mientras regresaba a su casa, y Dios no dejaba de consolar internamente a su siervo asegurandole que El no to abandonard a la furia de esos perversos, sino que siempre protegera y defender& y asi el Santo se console. Al llegar a la casa encontrO a su esposa con su Jesiis en brazos, el cual lo mire con rostro sonriente suplicando a la Madre para que se lo entregue a sus brazos, Jose lo recibiO con mucho consuelo de su alma y quedo todo feliz y consolado gozando de las queridas delicias de su Jesus, al cual expuso su angustia pasada y le rogo para que pidiera para ellos Luz y Gracia pot- parte de su Padre Divino. Asf devolvio las injurias recibidas nuestro Jose, deseando el bien a todos los que le hacian el mal. Despues narro lo sucedido a su esposa Maria, la cual todo lo sabla de antemano, y Ella lo exhorto a la paciencia, to animo para que no temiera nada, y le dijo que en esa angustia Dios querfa pener a prueba su fidelidad y a la vez enriquecerlo de me42 43 ritos. Nuestro Jose quedo siempre mas consolado y animado para el sufrimiento y at tener que it por la ciudad para proveerse de lo que le era necesario, iba alla siempre preparado para sufrir todos los malos encuentros que tuvo y que fueron muchos, porque esos perversos obstinados iban hablando mal del Santo e instigaban a la gente en contra de el, sirviendose de ellos el enemigo infernal para hacer que fuera odiado y perseguido por muchos, no obstante que cada uno conocfa claramente su inocencia y su bondad, y que no era capaz de hacer el mal a nadie. Mientras se ocupaba de si, y no trataba si no de lo que correspondfa a su trabajo, no observando ni siquiera los caminos por los cuales pasaba porque iba con el pensamiento siempre fijo en Dios, fue de nuevo encontrado por esos malvados que lo persegufan, los cuales to maltrataron con palabras insultantes y de nuevo lo intimaron para que saliera de Egipto. El Santo con gran humildad les contesto que tuvieran paciencia, que se irfa cuando hubiese sido el beneplacito de su Dios, y de estas, palabras tomaron motivo para maltratarlo mucho mas. Pero el Santo se callaba y todo lo ofrecia con ' invencible paciencia y rogaba mucho por ellos. Nunca sin embargo fuerona la casa donde el Santo vivia, porque estaba en un lugar muy apartado donde no concurria gente; a pesar de esto intentaron varias veces, pero nunca les fue posible, siendo siempre impedidos. Estos, despues de haber perseguido mucho al Santo, se cansaron y reflexionando en su gran paciencia lo dejaron vivir en paz, de lo cual se alegro mucho nuestro Jose. Pero el enemigo no quedaba en paz y siempre mas enfurecido procuraba de todos los modos posibles hacer que Jose se fuera de ese pats, donde el hada de duetio para ser alli adorado por esa ciega nacion; por lo cual se puso a instigar a otros, con modales mas inadecuados, y puso en sus corazones la idea de guitar a nuestro Jose a su esposa; lo cual fue de angustia mucho mas grande que la primera para nuestro Jose. Ya comenzaba a difundirse por Egipto como la esposa de nuestro Jose era de una belleza muy singular, lo cual sirvio a mas de uno de esos malvados de motivo para anhelar quitarsela a su esposo, tanto mas que to consideraban como un hombre de poco espfritu y pensaban que no pondria resisteracia alguna. Y luego, declan esos perfidos instigados por el demonio, este es un pobre y despreciable que estamos seguros que ante esto permanecera tranquilo. Fue comunicado este particular a nuestro Jose, de lo cual sintio gran amargura, no tanto porque temiera de que su esposa pudiera sufrir algtin mal, porque estaba seguro que Dios de aquello la protegerfa y defenderia, sino que le vino ensegui44 45 da a la mente Ia ofensa que el quiso hacerle agueIla vez que se dio cuenta de su gravide-z y quiso dejarla. Temi6 que Dios en castigo de su infidelidad he quisiera permitir esa angustia tan grande, por to cual se perturb6 mucho y fue enseguida a su casa doncle encontre a su esposa en oracion y a su Jestis que estaba descansando. No quiso el atemorizado Jose sacar de la oracion a su esposa, ni distraerla de Ia alasima contemplaciOn en la que se encontraba, por lo cual se puso a un lado a orar el tambien y a suplicar a su Dios que lo liberara de una angustia tan grande. El afligido Jose lloraba amargamente, y decfa a su Dios que si hubiese permitido eso, serfa merecidamente en castigo del error que el ya una vez habfa cometido en querer dejar a su Santa esposa, pero todo afligido decfa: -"Senor, Vos sabeis el fin por el cual yo querfa hacer eso, no habiendo sido informado de lo sucedido con mi Santa esposa, por lo tanto os ruego para que me perdondis y no permitais nunca que mi esposa me sea quitada y yo quede privado de su querida compafila"-. La Divina Madre todo lo sabfa y todo to vela en espfritu, y`no dejaba de orar por su afligido esposo. Terminada la ()radon, la Divina Madre se fue, a consolar a su Jose, el cual se le echo a los pies todo dolido y llorando he narrO lo que he habfa sido participado. La Divina Madre lo console, y lo anim6 para que no temiera en absoluto, porque su Dios nunca habrfa permitido eso. El afligido Jose atiadfa: -"jAh, esposa mfa!, yo temo que nuestro Dios quiera permitirme esta angustia, porque yo lo ofendf gravemente cuando, al conocer que estabais encinta, decidf dejaros"-, y esto decfa con gran abundancia de lagrimas. La Divina Madre lo compadecla, lo consolaba y le asegur6 que su Dios nunca habrfa permitido eso. Entonces el Santo humillandose siernpre aids, pidio de nuevo perdon a su esposa por la decision que en ese tiempo habfa tornado, y le decfa: -"Oh esposa mfa, yo ya se que vos me habeis perdonado de todo corazon y me habeis solicitado el perdon tambien por parte de nuestro Dios. Ahora os ruego para que me perdoneis de nuevo y piddis a nuestro Dios el perclOn nuevamente y la Gracia de que yo no quede nunca privado de vos. 2,Y que harfa yo, esposa mfa, sin vos? ;Oh, como acabarfa mis dfas en Ilanto y amargura! i0h, que infeliz yo serfa!"-. La Divina Madre to tranquilize de nuevo y lo animO para que no temiera. El Santo se consolo con las eficaces palabras de su amada esposa, y todo Su rostro se;sereno y mucho mas su alma, la cual estaba traspasada por.un agudo dolor. Mientras tanto se desperto el Divino Infante y mini con ojos benignos y amorosos.a su amado Jose y quiso it a sus brazos, El Santo to recibio en sus brazos con gran afecto y se lo.estrechO con gran amor. Su Jesus le hizo muchas finuras infantiles, y el afortunado Jose cay6 en extasis por la dicha, donde le fueron revelados altfsimos misterios 46 47 y conocio tambien como su Dios le querfa probar en muchas cosas y darle ocasiones para adquirir meritos y practicar las virtudes que a El tanto le agradan. Estuvo bastante tiempo nuestro Jose en este gozo con su Jesus en los brazos y, al volver del extasis, todo feliz y contento dio gracias a su Dios y luego a la Divina Madre de cuanto le habia dicho para su consuelo, y luego conjuntamente alabaron a Dios. Desaparecio luego esta angustia porque Dios no permitio que esos malvados llevaran a cabo su plan horrendo, porque les envie tantas angustias que ya no pensaron en lo que hablan determinado hacer en contra de nuestro Jose. Finalizada esta angustia para nuestro Jose y al encontrarse completamente en paz, apareci6 otro problema de bastante consideracion, y fue que al haber sido robada cierta herramienta y tablas a uno que hada el mismo oficio de Jose, enseguida fue acusado directamente nuestro Jose con este hecho, que siendo 61 pobre y asi errante, se los habia cogido para poderse ayudar, y creian que era culpable de muchos delitos sobre este particular. Ellos decian: -"Este ciertamente es culpable y no es casualidad que haya venido por estos lados, pues siendo tan pobre, no dudamos que haya robado otras cosas en su pais para poder vivir, y por esto haya sido expulsado"-. Todas estas sugestiones se las ponfa en la cabeza el enemigo cornim para hacer calumniar al Santo y para hacerlo maltratar y echar de Egipto. Fue avisado de esto nuestro Jose por un amigo amable, de modo que se pusiera a salvo, porque de otra manera lo habrian cogido como delincuente, porque muchos consideraban ciertamente que 61 lo habia cogido no por casualidad. El Santo quedo sorprendido por el inesperado aviso, y agradeciendo con gentiles modales a quien le avisaba, le dijo libremente que 61 era inocente de eso, que por lo tanto no consideraba bueno retirarse y que esperaba que su Dios lo hubiese defendido y dado a conocer a todos su inocencia. Nuestro Jose se encomendo mucho a Dios de modo que lo liberara de esa falsa calumnia y diera a conocer a todos la verdad. Nuestro Jose fue cogido nada menos que por esos mismos a los que les habian robado las cosas, y con malas palabras fue interrogado preguntandole donde las habia ilevado. Nuestro inocentisimo Jose se encogi6 de hornbros y dijo claramente que el no sabia nada acerca de eso; y 'aunque fuera conocida por parte de todos los presentee su inocencia, a pesar de eso no faltaron los que lo maltrataron e insultaron, amenazando castigarlo. El Santo no dijo nada en su defensa, solo que siendo el muy pobre, gozaba en su pobreza, y no buscaba ni se preocupaba de nada, puesto que le era suficiente lo que tenia, y si le querian privar tambien de ese poco que 61 48 49 tenia, el no se preocupaba en absoluto, porque Dios lo ayudaria en sus necesidades. Dios permitiO que se tranquilizaran todos a las palabras de .su siervo fiel y to dejaran en paz. Nuestro lOse se fue donde su esposa y le narr6 lo que le habia sucedido, y la Divina Madre to consol6 y to animO para sufrirlo todo con paciencia para adquirir asi muchos meritos, y luego rindieron gracias a Dios por haberle liberado de esa angustia tan grave. Luego fue encontrada la persona que habia robado las cosas, y asi quedaron Inds convencidos de la inocencia de nuestro Jose, el cual al saber eso no les reproch6 a sus calumniadores, sino que lo sufri6 todo con paciencia. Estos calumniadores no se disculparon por nada con el Santo, porque to consideraban una persona despreciable digna de no tomarse en cuenta. Qued6 tambien en este hecho muy confundido el enemigo infernal y se enfurecia mucho mas hacia el Santo at ver que no solamente no podia hacerle perder la paciencia entre tantas angustias, slino que el Santo se servia de todo para adquirir mayores meritos. Sin embargo el enemigo no dejaba de ir incitando ahora . a uno ahora a otro en contra del Santo, de modo que cuando nuestro Jose salfa de casa casi siempre encontraba alguna persona que lo maltrataba o que se burlaba de el. Fue prodigiosa la paciencia de nuestro Jose mientras estuvo en Egipto, porque nunca le faltaron angustias, y sin. embargo el Santo no se resintio nunca con nadie ni se quejo nunca, sino que todo lo sufrio con paciencia, con resignacion y con alegria. No decia otra coca a sus perseguidores que: -"Dios os perdone"-, y de hecho acompanaba con sus palabras tambien las obras, porque rogaba mucho a Dios por ellos y deseaba su verdadero bien, esto es, que llegaran al conocimiento del verdadero Dios y derramaba muchas lagrimas para conseguir esta Gracia. Nuestro Jose estaba tambien agitado por un terror muy grande, que Dios permitio a su siervo para tenerlo ejercitado en la virtud, y fue que, al encontrarse entre gente barbara enemiga del verdadero Dios, temi6 siempre que pudieran hacer alguna ofensa o maltrato a su esposa y a su Hijo, y tenia este pensamiento que casi siempre lo atormentaba, diciendose: -"Estos me quieren hacer dafio, y para disgustarme son capaces de ir a maltratar a mi esposa y al Divino Nino, y de echarlos de 'casa cuando yo no estoy presente"-. Por lo cual el Santo cuando estaba fuera de casa, siempre estaba con la pena en el corazon, y cada hora le parecia mil para poder volver a casa y ver si habia sucedido algo a su esposa, y aunque estuviera cierto de que Dios tenfa un cuidado particular hacia Ella, a pesar de todo eso Dios permitiO que el Santo tuviera siempre esta pena. 50 51 Sin embargo todo lo sufria con tanta resignacion, que nunca fue visto inquieto o perturbado, sino siempre con rostro sereno y jovial. Con esos mismos que lo maltrataron estuvo siempre con rostro sereno y no demostro nunca a nadie, no solamente ira, sino tampoco perturbacion, como si no hubiese recibido nunca algtin disgusto, de lo cual quedaban admirados tambi6n esos barbaros y no sabfan entender como el Santo fuera tan indiferente a todas las cosas contrarias. Libro III De Egipto a Nazareth hasta la pordida de Jestis (21 de Julio de 1736) 52 F 53 CAPITULO Grandes incomodidades de la Sagrada Familia en Egipto Nuestro Jose estaba en Egipto con esa pobreza de la que ya se hablo, sin otra ayuda que la que se ganaba con su trabajo y con el trabajo que hacia su Santa esposa. Por lo tanto nuestro Jose se encontro a menudo en mucha necesidad, porque ocurria que aquellos para los cuales trabajaba no le pagaban enseguida y le retenian lo que le debran por bastante tiempo, por lo cual el Santo no se atrevia a pedfrselo por la fuerza, y mas bien sufria con su esposa. MuChas veces sufrio el hambre no teniendo ni siquiera un trozo de pan para alimentarse, y Dios lo permitia para tener ejercitado a su siervo en la practica de las virtudes. Se acrecentaba mucho mas la pena en nuestro Jose al ver que sufria tambien la Divina Madre, y sin embargo no sabfa a donde dirigirse para encontrar remedio a su extrema pobreza. A veces resolvia it a pedir su paga a los que le debfan, y de hecho iba, pero siempre armado de paciencia. De sus deudores muchas veces recibia malaspalabras. Aquellos egipcios ya habfan visto el tempera55 - k mento del Santo varon, que no era para resentirse y que todo lo sufrfa con invencible paciencia y de ello se valieron para maltratarlo, sin tenerle ninguna consideraciOn, puesto que era gente idolatra donde no se hada caso a la virtud. Nuestro Jose cuando le sucedfa esto sufrfa con paciencia tocio maltrato ya sea de palabra o de amenazas, y aunque el pidiera to que le correspondfa por caridad, y con mucha humildad les rogaba para que le atendieran para poder proveer a sus necesidades; a pesar de todo eso, le era negado de una forma descortes, y mas de una vez para quitarse el hambre le toco it buscando en limosna un pedazo de pan, y tambien esto a veces le era negado con malas palabras, por lo cual el Santo se regresaba a casa todo afligido, pero totalmente conformado a la Divina Voluntad. Mucho lo compadecfa la Divina Madre, y lo consolaba animandolo a sufrir y esperar en la Divina Providencia, a la cual invocaban conjuntamente y Dios no tardaba en socorrerlos, enviandoles el alimento tambien a tray& de los Angeles, aunque esto hada despues que el Santo se habfa ejercitado por algtin tiempo en la paciencia y sufriendo el hambre y la sed con toda resignacion. A veces vefa que venclfan unas frutas con las cuales se alimentaba la Divina Madre, y nuestro Jose deseaba comprar algunas para llevarselas, de modo que se alimentara, pero al no encontrar algiin dinerO para comprarlas, sentfa una gran pena y su corazon quedaba amargado por no poder satisfacer su deseo, porque puesto que amaba mucho a su Santa esposa, deseaba tambien ardientemente hacer todo to que era conveniente para proveerla de todo lo necesario, pero en esto nuestro Jose tuvo que sufrir mucho y decir que no a su voluntad y a su justa satisfaccion. En las estaciones frfas sufrfa mucho el Santo, siendo tanta su pobreza que no tenfa ropa para resguardarse del frfo ni lefia para hacer el fuego, y aunque a veces se provefa de estos elementos segtin la posibilidad que tenfa, sin embargo a menudo acontecfa que no disponfa de ellos, al no tener con que adquirirlos. Nuestro lose se vela todo temblante de frfo, afligido y triste por ver que esto lo padecla tambier' su Santa esposa y su amado Testis, y no sabfa como proveer de lo necesario porque no habfa la manera de conseguirlo, y dirigiendose a su esposa le manifestaba su pena, y se quitaba el manto de modo que sirviera para resguardar del frfo al Divino Nitio y le decfa: -"Que padezca yo es una cosa razonable, pero que tengais que sufrir vos esposa mfa, y nuestro Testis, ;oh!, esto sf que no es conveniente, y, ;oh, que grande es la pena que sufre mi corazOn!"-. La Divina Madre lo consolaba y lo animaba para sufrir con generosidad, porque asf lo querfa su Dios, y le decfa que tanto Ella como su Jest1s sufrfan de buena gana, y asf se consolaba un poco 56 57 nucstro apenado Jose. A veces, cuando el Santo estaha mas afligido y afectado por el frfo, la Divina Madre le daba en sus brazos a Jesus, inspirada por el mismo, y entonces nuestro Jose se to apretaba al pecho y aunque el Nino Jestis estuviera helado y temhlando, a pesar de ello calentaba con su fuego divino a su afligido siervo, encendiendole un dichoso fuego en el alma, de modo que tambien el cuerpo quedaba acalorado. Otras veces tambien at encontrarse en tan extrema pena por el frfo, se ponfa a orar frente al Divino Nitio y contemplando a su Dios Humanado se calentaban al fuego de su ardiente Caridad. Se encontrO tambien muchas veces con que en el tiempo de invierno no tenfan Lena para hacer fuego, ni cosa alguna para alimentarse, to cual era de doble pena para nuestro Jose, tanto mas que hacfa sus justas reflexiones y se decfa: -"Dios me ha constituido como jefe y procurador de su Divino Hijo y de su Madre. A mf me toca proveerlos de todo, por lo cual mucho fallo en mi deber al tenerlos en tan extrema penuria. A mf me toca proveeries de todo"-, Y dirigiendose a su Dios le decfa: -"Oh Dios rnio, Vos veis en que estado me encuentro y que no puedo satisfacer con mi obligacion si Vos no me proveeis. Dadme Vos modo para poder satisfacer con mi deber. Si Vos no me ayuclais, icorno hare? Veo padecer mucho a mi esposa y a vuestro Unigenito, no se como socorrer sus necesidades. Los que deben pagarme por mis fatigas me maltratan, no quieren dar la paga a mis esfuerzos; zque podre pues hacer yo, si Vos no me socorreis?"-. Asi se quejaba amorosamente el apenado Jose con su Dios, el cual no tardaba en consolarlo, inspirandole para que fuera a buscar la limosna, que. luego facilmente encontraba. Dios quiso tener siempre mas humillado a su siervo, haciendo que fuera a mendigar por caridad to que necesitaba para vivir. Tal vez lo hubiese podido privar de esto, y solo dejarle a merced de sus fatigas. Pero Dios permitfa esto porque querfa que el .Santo superara la resistencia que tenfa al it buscando la limosna, porque nuestro Jose era muy reservado para presentarse en blico y tratar con personas del mundo. • Su modestia, su rubor virginal que le. cubria el rostro, la confusion que tenfa era muy grande, Pero tambien todo lo superaba para cumplir la Divina Voluntad y aparecer como un pobre mendigo y asf practicar los actos de verdadera y extrema pobreza en la cual encontraba. Daba sin embargo mucho agrado a su Dios al superar esta resistencia suya, por to que al regresar a casa era acogido amorosamente por el Divino Infante y muy acariciado por El, mas que de costumbre, dandole a conocer con esas caricias cuanto le agradaba ese acto de humildad y de rnortificacion, y le hablaba 58 59 tambien al corazon diciendole: -"Mi amado Jose, ;que gozo me habeis dado, y cuantos meritos habeis adquirido! ;Oh que gran recompensa os tiene preparada mi Padre Divino!"-. A estas palabras el afortunado Jose lioraba por el consuelo que sentfa, y luego se lo manifestaba todo a su Santa esposa, y conjuntamente daban alabanzas a Dios, agradeciendole por las Gracias que con tanto Amor le compartfa. No menores eran los padecimientos de nuestro Jose en el verano por la estacion calurosa en la cual probaba a menudo una sed ardiente. Se fatigaba al trabajar, y no tenfa a veces ni siquiera una gota de agua para refrescar la sed, y aunque hubiera podido encontrarla con facilidad, a pesar de ello se abstenfa y sufrfa. El Santo varon miraba al modelo de toda virtud y mortificacion que Dios le habfa dado, esto es, su esposa Marfa, y procuraba imitarla en todo lo que el cafa en cuenta, y la imitaba con tanta precision que a veces la Divina Madre con sus propias manos le daba algUn refrigerio, sabiendo la necesidad de su fiel esposo, y entonces nuestro Jose lo recibfa con toda cordialidad y daba gracias antes a Dios y luego a su esposa y le decfa: -"i0h esposa mfa, que bueno es nuestro Dios, porque por vuestro intermedio me consuela y da a conocer a vos mi extrema necesidad!"-. Nuestro Jose nunca se mostro descortes, nunca rechaz6 todo to que le era dado por su esposa, antes bien lo recibfa con gran alegrfa y devocion, en primer lugar porque tenfa necesidad de ello y luego porque le venfa de sus manos graciosas, y to recibfa como enviado por Dios, como asf to era. Cuando el Santo recibfa alguna cosa de las manos de su esposa, segim la necesidad que tenfa, aunque fueran a veces pocos sorbos de agua, - le causaba un consuelo interior muy grande y una saciedad y sustancia como si hubiese comido y bebido cosas de gran alimento y de exquisito sabor. Una vez bu.sco la causa de estos efectos que probaba en su esposa, y Ella con toda su gracia y prudencia le contestaba que Dios le compartfa su Gracia porque lo querfa de una forma singular, y entonces conjuntamente daban gracias a Dios, fuente de todo bien. Luego nuestro Jose deseaba aportar el tambien algun alivio y consuelo a su esposa, pero no sabfa como; por lo cual suplicaba a su Dios de modo que se dignara manifestarle alguna vez por lo menos sus anhelos, dandoselos de alguna manera a conocer; y Dios no dejo de consolar a su fiel siervo haciendole entender a veces la necesidad que tenfa la Divina Madre de algun sorbo de agua, la cual el Santo se la daba, para que se refrescara el ardor de sus labios y le suplicaba con mucha sumisiOn para que la aceptara. La Divina Madre lo complacfa, de lo cual el Santo esposo quedaba consolado sobremanera y daba afectuosas gracias a su Dios. Esto le ocurria muy rara vez, aunque el Santo es60 61 tuViera siempre con un vivo deseo de ello. Mucho le agradaba a la Divina Madre el afecto de su esposo Jose, y procuraba compensarlo en todo, pidiendo para el siempre nuevas Gracias y favorer de parte de su Divino Asi los Santos esposos se iban haciendo entre ellos los actos de caridad, viendo lo que les hacia falta para socorrerse el uno al otro. En esto sin embargo, aunque nuestro Jose fuera muy atento, la Divina Madre le aventajO mucho mas. Ella se mostraba muy grata a su esposo, y sin perder nunca toda la atenciOn y cuidado imaginable para con su JestIs, provefa tambien de todo lo necesario a su Santo esposo con respecto a todo lo que a Ella le correspondia, y a veces cuando lo vela flaco y cansado por la fatiga, procuraba prepararle la comida con mas esmero, de modo que el Santo fuera alimentando con gusto para mantener las fuerzas y asi poder trabajar y conseguir el alimento necesario. El Santo conocla el cuidado que su Santa esposa le tenia y se le mostraba grato y crecfa siempre. : mas,en el el amor y la estima - hacia Ella, y mucho mas gratitud hacia su Dios, quien se la habia dado. CAPITULO Jesus crece, comienza a hablar y a caminar; estaticas a • egrfas del Santo Crecfa sOrprendentemente el Divino Nifio, tanto en estatura como en Gracia, por lo cual la Divina Madre muy pronto lo vistio, habiendole Ella misma tejido la ropa con ese amor y diligencia qtie cada tino puede imaginarse. De ello probaba mucho consuelo nuestro Jose, y le parecia cada hora mil por ver vestido a su amado Jesus; pues sufria mucha pena al verlo entre pafialeS, porque ya sabla cuanto sufria al estar asi atado, ya que el Nino tenfa el perfecto use de razOn,lo' misrn° cuando la Divina Madre trabajaba sti rbpa, el Santo iba a menudo a verla con deseo de que pronto fueralterminada. Se quedaba ,con mucho gusto viendo trabajar a su esposa con tanta gracia y con tanto amor y le decla: --`!Qh esposa, mfa, dentro ,de pogo veremos a nuestro Jestis vestido.vos bienaventurada, que teneis el privilegio de liacerle la ropa que lo tiene que cubrir!".—. Y la Divina Madre al ver el deseo ,de su Santo esposoquiso consolar, di62 63 ciendole que el tambien podia hacer algo para su Jesus. -"Le hares vos", le dijo, "algo comodo para sentarse"-. El Santo sintio mucho consuelo de ello, y se fue enseguida a hacer un banquito donde pudiera sentarse su pequelio Jesus. El Santo lo trabajo con mucho consuelo de su espiritu y con gran abundancia de lagrimas por las santas reflexiones que hacia mientras lo trabajaba. Lo hizo con toda perfeccion imaginable y se uni6 a su esposa para preparar todo lo que era necesario para vestirlo. ' Llegada la hora vistieron a su Jesus , estando de rodillas en el suelo por respeto a El. El Divino Infante miraba con ojos amorosos ya sea a su Divina Madre como tambien a su amado Jose en acto sonriente y majestuoso, y balbuceando los Ilamaba y luego inclinaba graciosamente la cabeza en acto de gratitud. Una vez que el Divino Nitio fue vestido, con sus manitos hizo muchas atenclones a, su Santa Madre, acariciandola en el rostro y luego dirigiendose a su Jose hizo lo mismo con el. El Santo .se incline para besarle los piecesitos, despues que le fueron puestas las sandaHas, y en ese acto cay6 en extasi.s por la dicha y consuelo que probe) su espiritu. Estuvo por algun, tiempo en extasis 'nuestro JoSe, donde le fueron revelados muchos secretos acerca de las obras de su 'Dios Encatnado, y la razors 'por la cual la eterna Sabiduria queria hacerse sentir balbuceando y aprendiendo 'a ca.miriar como los otros M ientras nuestro Jose estaba en extasis, el Divino Infante le hablo a su Santa Madre, le agradecio de todo lo que hada por El, le manifesto el Amor y la Gratitud con los cuales El todo lo recibia. No es tan facil expresar el gozo de la Divina Madre al °fr las palabras amorosas de su amado Hijo. M ientras tanto al volver del extasis nuestro Jose adore) de nuevo a su Jesds y lo recibio en sus brazos por poco tiempo, gozando mucho de un bien tan grande; luego tornandolo de la mano junto con la Divina Madre lo hacian caminar, enseilandole a dar los primeros pasos. iCuanta fue la dicha de Maria y de Jose al hacer estas cosas, nadie podra expresarlo! El afortunado Jose se baiiaba en lagrimas, y no sabla su, corazon contener en si tanta alegrfa, y tambien en el rostro se vela encender un amor celestial, y exhalaba unos grandes suspiros. El pequetio Jesds apenas vestido quiso ponerse El tambien de rodillas y orar a su Padre Divino y hacer todos aquellos actos que ya en su vida estaban prescritos; y nuestro Jose quedo muy admirado de ello, conservando en lo mas Intimo de su corazon el recuerdo de todas las acciones que hacia su Jesus, para poderlas luego meditar al mismo tiempo que trabajaba. El tambien acompafio a su Jestis en las adoraciones y ofrecimientos, instruido asi por la Divina Madre, a la cual todo era manifiesto. 64 65 Despues que hubo adorado al Padre Divino, el Divino Infante extendio las brazos en forma de cruz, ofreciendosele asf dispuesto a sufrir la muerte de Cruz, cuando hubiese llegado el tiempo determinado por el Padre Divino. Al ver este acto nuestro Jose quedo herido por un agudo dolor en su corazon, casi presagiando lo que tenfa que suceder, y derramO copiosas lagrimas de dolor. La Divina Madre lo consolo, aunque Ella estuviera mucho mas afligida que el, puesto que ya estaba al tanto de todo; a pesar de ello dijo a su Jose que no se afligiera de esto demasiado, porque muchas veces le tocarfa ver a su Jesus en esa posicion, y que en esas circunstancias admirara la perfecta obediencia que su Jesus mostraba al Padre Divino y la resignacion a su Santo Querer. Nuestro Jose se consolO bastante por las palabras que le dijo la Santa esposa, y por el momento no le pregunto mas cosas sobre el particular, solo le converso la gran pena que tenfa en su corazor' al ver a su amado JestIs en esa posiciOn. Despues que el Nifio JesUs terming todos los actos de respeto y de ofrecimiento al Padre Divino se fue ,a los brazos de su Santa Madre, y fluestro Jose se fue a trabajar. El Santo trabajaba estando totalmente embelezado meditando las obras de su amado Jesus, con deseo de ir a verlo pronto. Se, sentfa atraer por el amor para ir mirar a su ser querido. Se mortificaba sin embargo el Santo y temfa causarle aburrimiento, por lo tanto muchas veces se inhibfa de ir a verlo; pero el Divino Infante, cuando querfa consolar a su siervo fiel, lo invitaba amorosamente con voces interiores. A estas voces no podia demorarse y por lo tanto acudfa rapidamente, impulsado por un amor mas fuerte y cuando le acontecfa esto encontraba a su Jestis que le daba el encuentro y lo abrazaba con gran Amor, y todavfa balbuceando lo llamaba con el nombre de padre 1 . Esto se repitio muchas veces, pero en esta circunstancia, que fue la primera vez despues de Vestido, le dio el encuentro guiado por la Divina Madre y apenas lo vio lo llama con el nombre de padre, y con sus manitos be acaricio el rostro lanzandose en sus brazos. Esta primera vez que Tesils flame con el nombre de padre al afortunado Jose, sintio un consuelo inexplicable de ello y llor6 por la dicha que sentfa en su corazon. Se considero muy indigno de ello, pero se mostr6 tambien. muy grato por el honor que su Jesds he hada Ilamandolo padre, por lo cual dio afectuosas gracias por ello y suplico a su Santa esposa para que Ella hiciera en su nombre los .actos de agradecimiento, tanto al Padre Divino como a su Hijo. La Divina Madre lo hizo, y se alegro con su Jose por la suerte que le habfa tocado y luego conjuntamente rindieron las debidas gracias a Dios de cuanto compartfa con El y por el honor que ha1 . "Padre info", tal es el nombre cpie Jesus, el Hijo de DiOs Encarnado ha dado mil y veces a San lose, poniendo en este nombre todo el Amor filial de un Dios. 66 1 67 cfa a su siervo en hacerle cumplir en la tierra sus veces y hacer que su Hijo Divino lo llamara con el nombre de padre. Fue este un consuelo continuo para nuestro Jose, porque cada vez que su Jesus lo llamaba con ese nombre el Santo se sentfa arrebatar el corazon y encenderse siempre de amor hacia El, que, siendo Hijo de Dios, no se avergonzaba en ilamarse hijo de Jose. Sentfa una gratitud muy grande y tambien confusion, considerandose muy indigno de ese tftulo. Pues realizaba varios efectos en el alma de nuestro Jose este tftulo de padre por el cual el Hijo Divino lo solfa Hamar; y se quedaba a menudo con su esposa hablando de este gran favor que su Jestis le hada y le manifestaba todos .los efectos que causaba dicho tftulo en su alma, y a menudo le decia: -"jOh esposa queridfsima, a que estado me ha elevado nuestro Dios!, ;que grandes son los favores y las Gracias que comparte conmigo! Por cierto yo creo que se digna compartfrmelo todo por vuestros moritos, iporque yo soy muy indigno de todo!, pero vos, que habeis encontrado Gracia delante de El y habeis sido hecha digna de ser verdadera Madre del Mesfas, vos sois la causa de todas mis dichas porque por medio vuestro todas las Gracias me son compartidas. Vos pues haced por mf, vos agradeced al Altfsimo y dignaos seguir pidiendo para mf nuevas Gracias, y en particular la Gracia de que yo pueda corresponder al gran Amor que nuestro Dios siempre me ha demostrado. iPero que hare yo por vos, esposa mfa Santisima, porque me considero inepto en todo?"- . Respondfa con mucha gracia y prudencia la Divina Madre a su Santo esposo, y lo exhortaba para que lo reconociera todo venido de la Bondad de su Dios muy generoso con sus criaturas, y mucho mas generoso hacia ellos, por lo cual se ponfa enseguida a componer nuevos canticos de alabanza, los cuales luego rezaba junto con Jose alabando conjuntamente al autOr de todo bien. Nuestro Jose quedaba por lo tanto muy consolado y muy alegre se volvfa al trabajo. Nuestro Jose no se atrevfa a llamar a su Jesus con el nombre de hijo, aunque se sintiera atrafdo por el amor mas que paterno en llamarlo hijo; y nuestro Jose hizo una peticion a la Divina Madre, que preguntara si tenfa que llamarlo con ese nombre. La Divina Madre oyo de su Jesus, que habiendose El dignado llamarlo con el nombre de padre, y de tenerlo en la tierra en el lugar de un verdadero padre, asf tambien le hacfa el don de que 01 tambien lo llamara con el nombre de hijo, porque asf era la Voluntad del Padre Divino, y que JesUs estilviera tambien sometido a Jose como si hubiese sido su verdadero hijo, que por lo tanto lo llamara sin mas con el nombre de hijo y que .se portara hacia El como un verdadero padre. Dijo todo esto la Divina Madre a su Jose con gran alegrfa de su corazOn, y nuestro Jose derramó muchas lag•imas por el consuelo que experimente y dio gracias a Dios junto con la Divina Ma68 69 dre y el afortunado Jose iba diciendo interiormente: -"i0h!, dichoso de mf en verdad, que tengo el privilegio de llamar con el nombre de hijo al Verbo Divino Encarnado, al Hijo del Padre Divino"-. Y comenzo a decir: -"10h, Jesus hijo info! ;Oh, Jesus hijo mfo!"-, y diciendo esto fue arrebatado en sublime extasis, donde le fue revelado el misterio que encerraba en sf este particular, esto es, que Jesus se quisiel a hacer llamar de Jose con el nombre de hijo, y El llamarlo con el nombre de padre2 . Al volver luego del .extasis, todo se lo manifesto a su Santa esposa, y aunque Ella ya lo supiera todo, a pesar de eso no demostrO saber cosa alguna acerca de lo que habfa acontecido, y manifesto agrado al ofr con gusto lo que su Jose le manifestaba. Esto hacfa nuestro Jose, que todo lo que le ocurrfa en su alma, todo se lo manifestaba a su esposa, porque ya sabfa la gran persona que era y pOrque de Ella recibfa siempre algUn consuelo 2 . "Cud) es este misterio?, es bueno penetrar en el. Puesto que Maria es Madre no solamente en la humanidad de nuestro Senor, sino tambien de su adorable persona (y esta es una verdad de Fe), asf Ia paternidad virginal de Sah Jose lo pone en relacion directa con la persona del "Verbo, y, a tray& del Verbo, en relaciones especiales con el Padre. Es ante todo la sombra del Padre. La incomunicable y siempre bendita paternidad de Dios es comunicada a San Jose de una manera figurativa, de modo que ejercita Ia autoridad de. El y cumple hacia Jestis todos los deberes paternales. Y Jesus en su naturaleza humane esta' sometido a San Jose, El que, en su naturaleza divine, nunca podia estar sometido al Padre Eterno. Esta paternidad de Jose para Jestis es el espejo de la paternidad divine.; refleja su autoridad, la imperturbable serenidad, inmensidad, suavidad. Jose es por lo tanto la sombra del Padre. por sus muy ardorosas palabras; asf como Ella tambien lo confirmaba siempre acerca del Amor que su Dios le tenfa. Tambien este sentimiento tenfa nuestro Jose, que al reconocerse en todo inca-- paz para dar gracias a su Dios para alabarlo por todo lo que obraba en el, se lo decfa a su esposa, de modo que Ella lo ayudara para alabar y agradecer a su Dios, sabiendo el cuan querida y agradable Ella fuera a su Dios, ,habiendola escogido como Madre de su Unigenito; y aunque nuestro Jose le hablara con franqueza para complacerla, a pesar de eso en su interior tuvo hacia Ella una gran veneracion, considerandose indigno tambien de mirarla y le hablaba todo confundido y humilde en su interior sin darselo a conocer, porque siendo Ella muy humilde le habrfa causado pena verse tratar asf por su Santo esposo Jose. 70 71 CAPITULO III Dolorosas previsiones de la futura Pasion de Jesus; entusiasmo de los egipcios por la belleza y gracia del Nino Divino El Divino Nino iba creciendo admirablemente, como ya se dijo, y tambien iba creciendo nuestro Jose en el amor hacia El, de modo que se derretfa y se consumfa en el fuego ardiente que por El tenfa en su corazon. No podia estar un solo momento sin mimar a ese ser querido, el cual le parecfa siempre mas bello y gracioso. A veces se ponfa a mirarle y quedaba extasiado por muchas horas diluyendosele el corazon en dulcfsimas lagrimas. El amabilfsimo Jestis se complacfa en el afecto de su amado Jose y le daba sefiales claras de su gratitud, aunque se contenfa, porque el Santo varan no podia resistir a la plenitud del gozo. Sus palabras a lo sumo eran estas: -"Mi querido y amado JestIs"-, y luego aiiadfa: -"Mi hijo amado"-, pero al decir esto se sentfa arrebatar el corazon; por lo tanto no lo decfa muy a menudo, puesto que no le era suficiente su espfritu para poder 73 a pesar de todo al final conclufa que solamente al verlo cada uno lo habrfa amado. Y de hecho no se equivocaba en esto, porque siendo tanta la gracia, la belleza, el encanto del Divino Nitio, no habia quien no lo admirara con gran asombro y quien no se sintiera atrafdo a amarlo por dichas razones; pero de aquellos que lo amaran porque conocieran verdaderamente quien era El, como deseaba nuestro Jose, se encontraban muy pocos. Luego, a veces se encendfa el amor en el corazon de Jose con tanta fuerza hacia su amado que, olvidandose de todo, no era capaz de tomar ni alimento ni otra cosa. Y la Divina Madre, que conocia bien a Jose, le preguntaba sobre alguna inquietud que tuviera de modo que el Santo diera algim desahogo a su ardiente amor. Y de hecho se servia de ello y comenzaba a manifestarle todos sus deseos y la llama ardiente que le quemaba el corazOn. Y aquf comenzaba a razonar acerca del merit° que verdaderamente tenfa nuestro Jesus para ser amado; y cada uno de ellos, en esas conversaciones, daba desahogo a su amor, y este siempre se iba encendiendo cada vez mas en cada uno de ellos, cafan en extasig y asi permanecfan bastantes horas gozando del mismo Amor de su amado Jesds. Jose a veces se encontraba observando a su pequefio Jesus de rodillas en el suelo con las manos juntas en acto humilde, el cual se estaba ofreciendo al Padre Divino. Cuando nuestro Jose lo vela de esa manera preguntaba a su esposa que le decia al Padre Divino, y Ella que todo lo conocfa le respondfa: —"Que se ofrecia al Padre por la salvacicin del genero humano"—. Entonces nuestro Jose se postraba en el suelo y con gran humildad y respeto lo acompariaba en los ofrecimientos, ofreciendose a sf mismo, y estaba de esa manera hasta que su Jesds se levantara y fuera donde su amado Jose para acariciarlo. El Santo entonces le abrazaba, y le suplicaba para que pidiera del Padre Divino todas las Gracias por las cuales 61 pudiera volverse grato a sus ojos, y le encomendaba a todos los pecadores, de modo que solicitara la Gracia del Padre Divino para su conversion; y al final le decia: —"iJestis mio, decid a nuestro Padre Divino que de Luz a todos, de modo que todos conozcan lo que Vos sois, y os amen como es debido!"—. El pequefio Jesus sonrefa a estas palabras, y demostraba mucho agrado a sus peticiones, y be aseguraba que El ya lo hacfa, y asi quedaba consolado. El amable Jestis ya caminaba muy agilmente, y hablaba con mucha gracia, por lo cual rezaba El tambien las divinas alabanzas, junto con la Divina Madre y con San Jose, con tanta gracia que, muy a menudo, quedaban ambos extasiados por la dulzura. Es imposible describir la dulzura y consuelo que nuestro Jose experimentaba cuando rezaba las divinas alabanzas con su Jestis. Entonces su corazon se inundaba en un mar de consue76 77 los, y le pareda que cada hora era como mil para que llegara ese tiempo establecido para alabar juntamente al Padre Divino. En cualquier otra action que hacfa el pequeno Jesus junto con ellos, esto es, alimentarse, conversar, orar, todo servfa para nuestro Jose de gran consuelo; pero el mayor consuelo que experimentaba era cuando su Jesus le hablaba de las perfecciones de su Padre Divino, que aunque tan tierno hablaba tan elevadamente y con tanta Sabidurfa de ello, que hada quedar asombrados a los mismos espfritus angelicales que le hacfan la c,orte y lo escuchaban. Entonces se vela a nuestro Jose todo encencli do en el rostro de amor hacia su Dios, exhalaba ardientes suspiros, no pudiendo resistir al dichoso fuego que se encendfa en su corazon. Al final, exclamaba: -"i0h,ios grande!, y sin embargo no sois conocido, no sois amado. Dadme os ruego un s nuevo corazon para que Os pueda amar, porque el que tengo lo encuentro muy pequelio y no puede caber en el vuestro Amor"-. Y didendo esto quedaba en extasis por mucho tiempo. A veces tambien le sucedfa que estando en la mesa con su Jesus y su Santa esposa para alimentarse, estaba observando a su JesUs, que con tan , to gracia se alimentaba, y fijando la mirada en El quedaba en extasis, y no era capaz de tomar otro aliment°. Y cuando esto le sucedfa el pequelio Jesus lo llamaba y le decia con mucha gracia que se alimentara, dandoselo El mismo con sus manos; y entonces el afortunado Jos6 se alimentaba,.bajandole muchas lagrimas de los ojos por la dicha que sentia. Ese alimento le pareda mucho mas dulce y delicado que de costumbre y lo comfa con gusto, como un mama venido del Cielo. A veces encontraba a su Jesus, que, de rodillas en el suelo, oraba al Padre, Con los brazos en forma de cruz, derramando abundantes lagrimas. Entonces nuestro Jose quedaba herido por un agudo dolor, y asf dolido se iba donde su esposa y le preguntaba la causa por la cual su amado Jesus Iloraba. Y le deda: -"i0h, esposa mfa! iHabre hecho yo alguna falta de la cual no me haya arrepentido? ,Por que nuestro Jesus esta asf llorando y lleno de dolor?"-. Y la Divina Madre lo consolaba, y le decla que no era por el, porque su Jesiis lloraba por las ofensas que el Padre Divino recibfa del genero humano; y estaba implorando la Divina Misericordia y aplacando la Ira del Padre, el cual era muy irritado por las graves ofensas que recibfa y que estaba en esa position ofreciendose para sufrir la .rnuerte de Cruz por la salvacion del rriundo. Al ofr esto el afligido Jose daba gracias a su esposa por la explication que le daba, y luego el tambien se postraba en tierra para implorar la Divina Misericordia, y lloraba amargamente por las ofensas que su Dios recibfa. 78 79 A estas reflexiones sobre las ofensas a Dios se volvfa inconsolable nuestro Jose, sus ojos eran como dos fuentes,'Ilorando amargamente, y se ofrecfa a sf mismo para soportar todos los males del mundo, con tal de que su Dios no fuera ofendido. Y si tanto era su amor hacia su Dios, tanto era. tambien el dolor que sentfa al verlo ofendido. En estas circunstancias era necesario que su JestIs lo consolara, de otra manera habrfa estado en un continuo tormento y en un continuo ilanto. Iba por lo tanto su pequefio Jestis a consolarlo y a levantarlo del suelo, y con mucha gracia le decfa: -"Padre info, levantaos que ya es suficiente. Mi Padre Celestial ha aceptado vuestras suplicas, vuestros ofrecimientos, y estad seguro que vendrci el tiempo en el cual sera conocido y amado por muchos, por lo cual vuestras oraciones si no han sido atendidas ahora, vendrd el tiempo en el cual se cumplird cuanto ahora estdis pidiendo"-. Asf se consolaba el afligido Jose, y agradecfa a su amado Jestls, del cual era luego amorosarnente acariciado, y en eras amorosas caricias se llenaba su corazOn de consuelo y de Habiendo ya crecido bastante el Divino Nifio, quiso ir con su Jose a buscar el alimento necesario. Y se lo dijo con mucha gracia para que lo lle-: vara con el. El Santo experimento un consuelo indecible, y con el beneplacito de la Divina Madre, se to Ilevo de la mano. El Divino Nitio sang() de la casa por primera vez con su Jose, y en ese dfa el tiempo estaba muy sereno y tranquilo, haciendo los mismos elementos fiesta a su manera al ver ir por las calles a su Creador. Todos los egipcios sintieron una insolita alegrfa, aunque no pudieran comprender de donde viniera. El Divino Nino iba con el rostro sereno y ma- . jestuoso caminando graciosamente. El jtibilo que probaba nuestro Jose era indescriptible, como que ya sabfa que llevaba consigo al tesoro del Parafso, al Hijo del Padre Divino. Fue visto por muchos, y todos quedaban asombrados por la belleza y gracia del Nifio y se alegraban con Jose por tener un hijo semejante. No faltaron aquellos que dijeron: -"i0h que pena!, que este Nifio sea hijo de este pobre hombre, morgue verdaderamente su aire es noble, su belleza es muy especial, el aspecto es muy atractivo! iEs verdaderamente amable y gentil!"-. Todos quedaban asombrados a esa vista. Hubo tambien unos pequelios nifios que lo acompafiaban, y a estos el amable Jesus les hacfa fiesta y los miraba con rostro sonriente. Regreso a casa ,el afortunado Jose con su Jestis, a quien esperaba con ansia su Santa Madre. Se difundio por la ciudad la fama de La belleza y gracia que tenfa el hijo de Jose, y muchos deseaban verlo, pero no se atrevfan a ir a su casa, por to cual esperaban con deseo que Jose se lo lle80 81 vara consigo para poderlo ver. Sin embargo varios de los vecinos iban con alpretexto para visitar a la Divina Madre llevandoletrabajo, pero esto lo hacian para ver a Ella y a 'su Hijo, quedando asombrados de tanta belleza, Majestad y gracia. Eran recibidos por la Santa Madre y por el Nino Jesus con mucha cortesfa, y las palabras de la Divina Madre eran de mucha eficacia, quedando siempre conmovidos los que iban alla y muy encarinados con la Madre y el Hijo; y cuando nuestro Jose salfa de la casa mas de una persona preguntaba por su esposa y por su hijo, deseando verlos y tratar con ellos para su consuelo. La Divina Madre instruy6 a muchos en la verdadera Fe y conocimiento del verdadero Dios, sobre todo para los de buena voluntad y los que se habfan encarinado con Ella. Iban a menudo unos pequefios ninos a ver al amoroso Jesus y la Divina Madre los hacia entrar en la casa, con ellos se entretenfa el pequeno Jesus. Los acariciaba y les ensefiaba varias oraciones y sentimientos .carinosos hacia su Padre Divino; y esos ninos inocentes con mucho gusto se entretenfan con Jestis y be llevaban unas frutas y pan de modo que se alimentary con ellos. El pequefio Jesus los recibfa, los bendecfa, y luego hacia que se sirvieran y cogiendo El tambien algun bocado comfa en companfa de ellos y gozaba de entretenerse con esos inocentes. Todo esto vela nuestro Jose y gozaba mucho, pidiendo a su Dios que por lo menos esos tiernos ninos aprendieran a conocerlo desde su temprana edad. A veces cuando Jose salfa de casa con su Jesus -era, como siempre, admirado y mimado por todos- y si lo acompanaban 4os pequenos, cuando se encontraban en un lugar apartado, levantaba la mirada al Cielo el Divino Nino y con el dedo sefialaba hacia el Cielo y les decfa: -"And arriba estcf la Casa de mi Padre Celestial"-. X todos esos ninos inocentes hacfan lo mismo y exclamaban: -"Alla arriba esta la Casa del Padre Celestial!"-, y nuestro Jose experimentaba un consuelo tal que fijando El tambien la mirada al Cielo, quedaba en extasis contemplando la Gloria del Padre Divino. CuandO el Santo pasaba por las Galles con su Jestis de la mano, era a menudo invitado por los mas respetables de la ciudad a entrar en sus casas, porque querfan ver con mas comodidad a su hijo y gozar de su amorosa Presencia. El Santo con buenos modales. sedisculpaba; pero en esos lugares donde habfan otros ninos y donde conocfa que su Jestis querfa entrar, aceptaba la cortes invitacion y era recibido con gran cortesfa, saliendo todos los de la casa para it a ver al hermoso Jestis. El Divino Nifio entonces guardaba una postura majestuosa, aunque amable, de modo que nadie 82 83 se atreviera a acercarsele para hacerle esas caricias que se suelen hacer a los nifios; por lo cual todos quedaban admirados de tanta belleza, Majestad y gracia, y sentfan conmoverse el coraz6n. Sin embargo con los ninos, si los habfa, se familiarizaba nuestro Jesus con ellos y los acariciaba; y aquellos luego al haberse encariflado todos de El no lo querfan dejar, por lo cual se ponfan a seguirlo y nuestro Jose los llevaba consigo. Luego daba gracias a los que lo habfan invitado y de una forma muy educada se despedfa. Las personas por su parte le decfan que tuviera cuidado de su Jesus, llamandolo afortunado por ser padre de un hijo de tantas virtudes y que por lo mismo su suerte era envidiada por parte de los mas respetables de la ciudad. Una vez que el Santo estaba con su Jestis, consideraba las demostraciones de afecto que aquellos le habfan hecho y cOmo se mostraban tan encarifiados con su querido Jesus; y reflexionando corn° se encontraban en un estado tan miserable, privados del conocimiento del verdadero Dios, sentfa una gran pena por ello y no pudiendo contener las lagrimas, lloraba amargamente por esta desgracta y pedfa a su Jesus para que obtuviera del Padre Divino la Gracia de que llegaran al verdadero conocimiento de Dios. Lo mismo hacfa cuando se encontraba con aquellos que lo saludaban y que se alegraban con el por tener un hijo semejante. Una vez que se iban el Santo lloraba por su ceguera, y decfa a su Dios: -"Oh Dios mfo, estos no os conocen y demuestran buena voluntad hacia nosotros. i0h!, zque podrfa hacer yo de modo que llegaran a conoceros y a amaros? Heme aquf dispuesto a dar tambien la vida, si es necesario, por su conversion"-. Y asf se iba continuamente ejercitando en estos deseos y ansias ardientes. A veces era visto por algunos llorando y le 'preguntaban la causa de sus lagrimas y el Santo nada contestaba. Sus lagrimas no eran por otra cosa, sino porque deseaba el verdadero bien de todos, y al verlos privados de este lloraba amargamente. Aquellos no entendfan lo que quisiese decir el Santo y muchos crefan que estaba deseandoles bienes ternporales, y por lo tanto decfan entre sf: -"Que hombre mas sencillo es este, el por ser tan pobre, cree que asf lo son todos"-. Cuando se encontraba con aquellos que estaban dedicados a los vicios, se daba cuenta el Santo de ello, porque observaba que su Jesus se perturbaba y se daba cuenta del por que; por lo cual mucho se dolfa y oraba por ellos, compadeciendo su ceguera y miseria, no dejaba nunca de orar, continuando siempre, de modo que se enmendaran. 84 85 CAPITULO Testis presta su ayuda a Tose en el taller de carpintero; dulces consuelos del Santo Habiendo ya crecido en edad el Divino de modo que podia hacer algun servicio a San Jose, quiso El mismo it con su padre adoptivo a ayudarlo en su trabajo y consolarlo con su amable cornpafifa. Nunca crey6 el afortunado Jose que el Divino Nino se quisiera rebajar tantoo - y ocuparse en un trabajo tan humilde. Por lo tanto, cuando su Jestis se lo dijo, el Santo quedo atonito y dijo que esto no lo permitiria jamas, a mends que lo hubiese ordenado el Padre Divino. Y asi dirigiendose a su Jestis le dijo: -"iCOrno, Vos eterna Sabiduria, quereis rebajaros tanto? LA/. come podra consentir vuestro siervo veros ocupado en el trabajo, Vos tan delicado, Vos que continuamente teneis que tratar con vuestro Padre Divino el interes muy importante de la humana Redencion. i,Corno to empelias en hacer trabajos humildes conmigo?"-. Sin embargo su JestIs lo tranquiliz6 diciendole: -"Que esa era la Voluntad de su Padre Celestial y que El hal:4a venido at mundo para servir, y no para ser_servido y que debfa enseiiar el des87 precio del lujo y de la soberbia mundana. Nuestro Jose se sometio a la Voluntad del Padre Divino, nunca mas replico, dirigiendo su pensamiento al privilegio que significaba tener consigo en el pequetio taller a su amado JesUs, y se consolo totalmente, Ilamandose feliz, dichoso, y dirigiendose a la Divina Madre le decia como se lamentaba por Ella, que se quedaba privada de la amable Presencia de su JesUs. al llevarle consigo al taller. Pero la Divina Madre, toda conformada a la Divina Voluntad, y toda llena de caridad, le aseguro que Ella gozaba con los consuelos que esto significaba para su Jose y que se cumpliera en todo la Voluntad del Padre Divino. Por lo tanto nuestro afortunado Jose quedo consolado, y se llevo consigo a su amado Testis, con ese consuelo de espfritu que ya cada uno puede imaginarse. Nuestro Jose estaba trabajando y le parecia estar en el Paraiso, teniendo alli comp asistente al Divino Hijo, el cual estaba todo atento por ver lo que podia necesitar su Jose, y asf ofrecerle ahora las herramientas, ahora las tablas. Y aunque eh edad tan tierna, entre cinco y seis anos, demostraba un gran deseo de actuar como persona grande y fuerte, fatigandose en levantar las tablas. El Santo quedaba asombrado y procuraba de todos modos que su Jesus no sufriera fatigandose, pero el mismo Divino Nifio era tan atento que proveia al Santo en todo lo que le hacfa falta. El afortunado Jose estaba concentrado viendo a su amado Jestis, contemplando la Divinidad que estaba escondida en El, de la cual vefa traslucir claras sefiales aun al exterior. El Divino Nifio hacfa todas las cosas con tanta gracia, que arrebataba el corazon de quien lo vela; ahora mucho mas a su amado Jose que tanto lo amaba. A veces cuando JesUs le entregaba las herramientas u otra cosa necesaria para el trabajo, el Santo las recibfa de la mano y quedaba extasiado, tanto era el consuelo que probaba su espfritu. A veces, en el acto mismo de trabajar, fijaba la mirada en su amado Jesiis y quedaba casi inmovil. El Santo sufrio tambien a menudo desmayos de amor, por lo cual se sentaba sobre el banco donde trabajaba, y entonces su Jesus lo tomaba de la mano y lo acariciaba; y al volver del dulcfsimo desmayo, le decfa: —"i0h, mi amado Jesus!, ioh, hijo querido y amado! de donde pues a mf tener este gran privilegio de teneros en mi compafifa? que mi alma no puede soportar la plenitud del gozo que me causa vuestra amable Presencia"—. Su Jesus le contestaba y le decfa que esa era una pequefia primicia del gozo inmenso que le estaba preparado en la Casa de su Padre Celestial. Mucho mas se consolaba el Santo con estas palabras, esperando tener que gozar por una eternidad esos bienes y consuelos, que la mente humana no puede entender ni profundizar. Se dieron cuenta los habitantes de Egipto de 88 89 que el Nifio Testis iba con su padre adoptivo al taller a trabajar, y quedaban asombrados de que en esa tierna edad el Nitio pudiera ayudar a su padre. Experimentaron por lo tanto mucha alegria, porque asf lo podfan it a ver y gozar de una vision tan bella; y de hecho iban ally muchos, quedando todos asombrados de la gracia y belleza del Divino Nino. Admiraban la modestia, la Majestad, la amabilidad, la atencion que demostraba ayudando a su Jose en lo que el necesitaba, y todos lo alababan, ilamando afortunado a Jose por tener un hijo semejante. Hubo sin embargo muchos que reprocharon al Santo, tratdndolo de insensible, y diciendole que que clase de corazon tenfa, al permitir que su pequeno hijo trabajara por encima de sus fuerzas. Estas palabras traspasaban el corazon del Santo, y no podia contestar, puesto que el en esto no tenfa nada que ver, pero se callaba y ofrecfa su dolor a Dios. El amabilfsimo Jesus se mostraba con todos atento y amoroso, haciendo con el Padre Divino todos aquellos actor que ya en su vida interior estan escritos. Acudfan tambien unos ninon para entretenerse con el amable Jesus, y El se entretenfa con estos con gusto y los instrufa en los' misterios de la verdadera Fe. Comenzaron a acudir tambien varias personas al taller de Jose, Bevandole algtin refrigerio para que su Jestis pudiera alimentarse porque cada uno conocia la gran pobreza, y el pequetio Jesus lo recibia con mucha cortesfa y luego lo distribufa a los pobres. A Jose le ordenaban algunos trabajos, y esto lo hacfan con tal de tener la ocasian de ver y de entretenerse mimando al Divino Nino, de modo que por las ordenes de trabajo le tocaba a nuestro Jose fatigarse mucho. Pero su Jestis no solamente lo ayudaba, sino que lo consolaba tambien con las muchas finuras que le hada, secdndole el sudor• del rostro con sus santas 'manor, y la ayuda. que Jesus le daba servia al Santo de mucho alivio. El Santo languidecfa de amor pero era muy robustecido por la Gracia de su Jesus. Los trabajos que realizaba San Jose eran tan bien hechos que causaban admiracion en sus clientes, y todos quedaban satisfechos. El pago que el Santo recibfa de sus trabajos, era hecho con espontanea voluntad. De lo que recibfa, parte lo empleaba para cubrir sus millimas necesidades, lo demds lo distribufa entre los pobres, de lo cual gozaba mucho su Jesus y animaba a Jose en su trabajo, para que con el pudiera ayudar a los pobres, a los cuales tenfa un carifio particular. Hubo muchos de los notables de la ciudad que fueron a proposito y en persona al taller de Jose a preguntar por su hijo, porque, decfan ellos, el Nitio tiene un semblante muy noble y muy delicado, y no vale tenerlo en este taller. Nosotros lo criaremos civilizadamente y lo trataremos delicadamente. Vos sois pobre, por lo tanto nosotros os haremos abundantes limosnas. Dadnos pues a vuestro 90 I 91 hijo, que sera preocupaciOn nuestra darle una educacion civilizada. El Santo a estas palabras temblaba de temor y se ponfa palido. Agradecfa su afecto y les decfa que El no tenfa otro consuelo que el de teller consigo a su Jesus, que eso era todo su bien y su tesoro, su herencia, que mas bien darfa toda su sangre y su vida misma para no quedar privado de su amado hijo. A estas palabras le contestaban: -"Teneis razors, no podemos desestimaros en esto, ni molestaros"-. De eso el. Santo quedaba totalmente consolado, y luego decfa a su JesUs: -"Oh mi querido y amado JesUs, no permitais nunca que yo me quede sin Vos, como por otro lado merecerfa por mis faltas de correspondencia a vuestro gran Amor. Pierda primero yo la vida, que quedar privado de Vos. Yo se que serfais muy bien tratado si estuvierais con esos que os ansfan, pero Vos no buscais delicias, ni comodidades; Vos sois amante de la pobreza, por lo tanto espero que no delareis de estar conmigo, vuestro pobre siervo"-. El amable JesUs lo animaba y le aseguraba que El no se alejarfa nunca de su compatifa y que siempre lo obedecerfa como hijo, sometido en todo a el. Lloraba por el consuelo que sentfa el Santo a estas palabras, y le agradecfa afectuosamente. Luego cuando iba donde la Divina Madre se lo manifestaba todo, Ella gozaba mucho de ofrlo na92 rrar, aunque ya lo sabfa todo. Aunque el Divino Nino fuera al taller con su Jose, muy a menudo se quedaba con su querida Madre para consolarla con su amable Presencia, quedandose con Ella en santas conversaciones. Entonces nuestro Jose experimentaba unas ansias amorosas y suspiraba por su amado Jestis, para que volviera al taller, pero luego compadecia a su esposa y se decfa a sf mismo: -"Oh que ansia amorosa tiene que sufrir la Divina Madre cuando nuestro Jesus se ocupa aquf en el taller conmigo, y Ella queda privada de su querida y amable Presencia. ;Oh cuanto la compadezco, porque yo pruebo una pena muy grande de ello! iQue sera de Ella, que debe amarle mas que yo, pues es su hijo natural! Es Con razon que Jesus la consuela quedandose con Ella"-. A veces le sucediO al Santo que mientras iba pensando en esto, salfa de su taller sin darse cuenta y se iba a la casa donde estaba su JesUs con la Divina Madre, y al darse cuenta de lo que le habfa ocurrido pedfa perdon a la Madre y al Hijo, diciendoles que lo compadecieran porque el amor le hada hacer eso sin que el se diera cuenta. En estas ocasiones era recibido por el Hijo y la Madre con gran demostracion de afecto, y tambien el era admitido en las conversaciones santas que tenfan por las cuales el Santo quedaba todo consolado y lleno de alegrfa, y luego daba gracias a su Dios por todo lo que habfa permitido para su bien y consuelo de su alma. 93 Despues volvfa a su trabajo, y todo concentrado en lo que habia oido, mientras trabajaba lo iba meditando, por lo cual mucho se fatigaba pero no sentia la angustia de la fatiga, porque el amor no le hacia sentir el sufrimiento, antes bien gozaba en la misma fatiga sabiendo que todo lo hada para cumplir la Voluntad del Padre Divino y que con la ganancia de sus fatigas se alimentaba el Divino Nino y su amada esposa, y que con lo que sobraba hacia la caridad a los pobres, y ya sabia que en esto daba mucho agrado a su Dios y a la Divina Madre. Muchas eran las demostraciones de afecto y de gratitud que nuestro Jose recibia de su Santa esposa por los trabajos que hacia, proveyendo del alimento necesario y toda otra cosa que hacia falta, como tambien por la limosna que daba a los pobres. Y aunque le agradeciera mucho las cordiales expresiones de su amada esposa, a pesar de eso por su humildad se consideraba indigno de ello, y le decia como 61 no merecla en absoluto que Ella se le mostrara tan amable, siendo obligacicin suya hacer eso y mucho mas, y que no era poca su suerte que tanto Ella como su Hijo Divino quedaran complacidos de su servicio, de lo cual 61 se consideraba tan indigno. En efecto nuestro Jose en todas las circunstancias practicaba siempre una profunda humildad, reconociendose no merecedor de nada, lino de fatigarse para el mantenimiento de su Jesus y de la Divina Madre, y consi94 deraba una gran suerte poder fatigarse por su sustento, como de hecho asi lo hacia. Cuando ilevaba a la casa alguna cosa, como frutas, legumbres, de los cuales se alimentaba la Divina Madre y el pequetio Jesus, este le daba el encuentro y las cogfa con sus santas manos con tanta qemostracion de afecto hacia su Jose que era una maravilla verlo, y asi decia: —"Mi Padre Celestial recompense vuestra caridad"—. A estas palabras no podia contener las lagrimas el Santo, sintiendose llenar de confusion y a la vez de jubilo y de consuelo_ Luego el amabilisimo Jesus continuo yendo con nuestro Jose al taller para ayudarlo. Sin embargo, los trabajos que hizo en Egipto ninguno los realiz6 por si solo, mientras que -el primer trabajo que Jesus hizo fue una pequetia cruz, pero esta la quiso hacer en Nazaret entre los suyos, porque le fue preparada, como se dira, entre los suyos y por su pueblo predilecto. 95 CAPITULO V El Angel, en el suefio, le ordena a Tose que regrese a su patria; la salida Nuestro Jose estaba en Egipto muy feliz, pues la gente habia comenzado a quererlo, y gozaba que su amado Jestis y su querida esposa fueran amados y bien vistos por todos; y aunque en el pasado hubiese hablado muchas veces con la Divina Madre acerca del regreso a Nazaret, esperando la orden de Dios, sin embargo en ese entonces vivfa completamente despreocupado de ello y estaba muy contento en ese lugar, donde su Dios lo habia enviado para salvar la vida, a su Unigenito, por lo tanto, todavia no pensaba salir de aquf. Cuando una noche el Angel le hablO en el suefio y le ordeno que regresara a Nazaret su ciudad, porque ya habia muerto Herodes, que buscaba dar muerte al Divino Nino. Se desperto el Santo y muy contento se fue donde su esposa y le manifest6 cuanto el Angel le habia dicho en el suefio. La Divina. Madre ya estaba al tanto de todo, aunque no diera ninguna sepal de ello a su Jose. A este aviso se postraron juntamente en el 97 suelo y adoraron la orden recibida por parte de Dios. Trataron luego acerca de este particular con su amado Jesus, el cual les hizo una conversacion sobre los divinos decretos, con esa gracia y Sabidurfa que ya cada uno puede imaginar. Nuestro Jose quedo totalmente consolado, pues por un lado, estaba contento de volver a su patria, pero por otro lado, sentfa pena de tener que Ilevar en ese largo y penoso viaje a su esposa y a su Jesus. Pensaba en los sufrimientos que estos habrfan sufrido en el largo camino, y sentfa amargura de ello, pero despues que su JesUs le hizo esa sublime conversacion se alegrO plenamente y se conso16, mostrandose dispuesto para cumplir las &denes de Dios. Sin embargo no dejaba de decir a su Jesus: —"Pero Vos, mi querido hijo, ipadecereis mucho en este viaje, y esto me da mucha pena!"—. Pero su amado Jestis lo consolaba con palabras de vida y le decfa que El gozaba al sufrir, porque cumplfa la Voluntad de su Padre Celestial. Asf nuestro Jose ordeno todo lo que tenfa para su trabajo, vendi6 sus herramientas e hizo abundante limosna a los pobres. Manifesth a los mas fritimos su regreso a su patria y' esto caus6 dolor a muchos, porque las virtudes sublimes del Santo varon hacfan que fuera amado tambien por los idolatras, y el amor que tenfan al Nino Jesids era grande, tanto por su excepcional belleza como por las sublimes cualidades que tenfa. Sintieron tambien mucha tristeza algunas amigas de la Divina Madre, a quienes Ella con sus santas persuasiones e instrucciones habfa iluminado e instruido en la verdadera Fe. Estas derramaron muchas lagrimas, y puesto que eran mujeres que deseaban hacer el bien y crecer en el amor y conocimiento del verdadero Dios, sintieron una pena inmensa al tener que estar privadas de una maestra tan Santa., Por lo tanto la Divina Madre las consols:5, las animo y les dejo muchos recuerdos, prometiendoles que siempre las recordarfa y que rogarfa al verdadero Dios por ellas. Lo mismo hizo nuestro Jose con sus amigos que habfan sido instruidos por el. En efecto fue llorada por muchos su partida, y con razon, porque habfan recibido beneficios tanto espirituales como temporales, porque en las necesidades de la enfermedad o de otra cosa se mostraron favorables y amorosos hacia todos aquellos que acudfan a ellos. Dejaron esos pocos utensilios que tenfan en la casa todos en limosna a los mas necesitados entre sus amigo& y se prepararon a la partida sin provision alguna confiando totalmente en la IDivina Providencia. Y si nuestro Jose encontraba al- . gun dinero, ese tambien lo tenfa listo para dar en limosna a algUn pobre necesitado que hubiese encontrado. Mientras se iban disponiendo para la partida, nuestro Jose, siendo de corazOn muy tierno y 98 99 resistir a la fuerza de su amor. Pero si tan grande era el amor que tenfa para su Jesus, mas atin era el dolor que sentfa al ver que no era conocido por muchos, antes bien gravemente ofendido. Este pensarniento le hada pasar noches enteras llorando las ofensas que su Dios ,recibia y la ceguera de tantas almas idolatras, y decfa entre si: -";Oh, mi Dios .Humanado!, ,es posible que al estar Vos en medio de los infieles, estos no se conviertan a Vos? ;Oh, por piedad!, iiluminad a esta ciega nacion con vuestra poderosisima Luz!, ihaced que os conozcan y se conviertan a Vos!"-. Deseaba que todos los egipcios llegaran al conocimiento del verdadero Dios, y al ver a su Jesus, todos,quedaran prendados de su Amor. Por lo tanto decia a menudo a la Divina Madre: -"jOh, cada hora me parece mil para. que nuestro Testis se deje ver!, morgue no es posible que los corazones de esta gente, aunque idolatra, no queden heridos por su Amor! Entonces tendre por lo menos el consuelo de que nuestro Testis sea 'amado, 'aunque no sea conocido. iOh,' comp quedaran todos prendados de amor, cuando wean it por sus barrios a nuestro Testis, tan querido, tan hermoso y tan gracioso! Yo lo Ilevare de la ma7 no y tendre la suerte de tenerlo siempre conmigo. No tengo duda alguna de que por parte de estos sera envidiada mi suerte feliz"- Asi se iba desahogando con su Santa eSposa, la cual gozaba mucho al dr a su amado Jose tan deseoso de que Jestis fuera conocido y amado; y para consolarlo le decia: - "iVendra el tiempo, si vendra, en el cual nuestro Jesus sera conocido por muchos, seguido y amado!, pero sera tambien odiado y muy perseguido ,por muchos, porque los ciegos odiaran la Luz. iVos ya sabeis la profecia de Simeon!, cuando nos dijo de que nuestro Jesus sera la ruina y la resurrecchin para muchos!; por lo tanto, tenemos que estar seguros de que llegara ese tiempo"-. A estas palabras mucho se dolia nuestro Jose, porque su deseo era de que todos. conocieran y amaran a su Testis. Y se ponia a mirarlo atentamente y luego le decia: -"iMi querido y amado Jesus!' zSera posible que se encuentre en el mundo quien no os ame?, zcorno podran hacer para no amar tanta belleza, tanta gracia, tanta Bondad? VueStro amable semblante mueve el amor tambien en las criaturas irracionales, iy no podra mover tambion el amor en los corazones humanos? iAh, como Me irrita .esto y me amarga! iVos pues, amor mio, no' sereis amado por muchos, antes bien sereis rechazado y perseguido! iQue nunca me encuentre en ese tiempo en el que Vos, querido TeStis mio, sedis perseguido! iQuede yo falto de vida, antes de veroS maltratado, querida vida mia, mi amable Testis, digno de todo respeto y del amor de todos los corazones!"-. pasaba luego mucho tiempo pensando que es que podia hacer para que todos amasen a su Jesus. Y aunque el amor le sugiriese varios modos, 74 75 amoroso, no podia retener las lagrimas al oft los llantos de sus amigos, y de una manera muy educada les agradecia por la caridad que le habian brindado, asi como por el afecto que le habian demostrado. Mas de uno le preguntaba la razon para salir tan rapid() y dejarlos, a los cuales el Santo contestaba que lo hacia solo porque tenfa que cumplir la Divina Voluntad, y que quien lo habfa enviado alit lo llamaba de nuevo a su patria. Muchas fueron las suplicas que nuestro Jose oyd, por parte de los egipcios para que se quedara entre ellos y no se fuera. Muchos le hacian propuestas, y se ofrecfan para ayudarlo en sus necesidades; a los cuales el Santo correspondfa con afectuosos agradecimientos manifestando su complacencia por su cortesfa y su buena voluntad. Hubo tambien quien le rogO para que dejara a su hijo, presentandole varios pretextos. Entre otros, que por la tierna edad y por su delicadeza corria el riesgo de enfermarse durante el camino. Por esto fue muy presionado. El Santo sonrefa a estas peticiones, y les dedia abiertamente que el nunca habria podido partir sin su amado hijo, el cual era todo su consuelo, y que no se habia enfermado wand° lo trajo aquf recien nacido, mucho mas esperaba que no se enfermaria ahora que estaba mds avanzado en edad, y que totalmente confiaba en su Dios que lo asistiria y protegeria en ese viaje, como lo habia hecho en todas las circunstancias. Con estas palabras tranquilizaba a todos y cada uno quedaba en paz, conociendo como el Santo varon con razon se resistia en dejar alli a su hijo, porque quien hubiese estado en su lugar no habria consentido jamas quedar privado de un hijo semejante. Nuestros grandes personajes establecieron el dia y la hora de la partida, segtin entendieron y oyeron que esa era la Voluntad del Padre Divino. Antes de partir se postraron todos en el suelo, adorando al Padre Divino y agradeciendole por todo lo que habia hecho por medio de ellos en esa ciudad, porque muchos ilegaron al conocimiento del verdadero Dios.. Le pidieron su ayuda en ese largo y penoso viaje. Le rogaron para que recompensara a sus amigos por tanta caridad que habian empleado con ellos y por el afecto que les habfan demostrado. Le rogaron por toda esa nacion, de modo que todos llegaran al conocimiento del verdadero Dios y le encomendaron a aquellos que ya habian sido iluminados; y le pidieron su bendicion paternal.
CAPITULO VI Acontecimientos dolorosos y alegres del viaje Despues que nuestros p'ersonajes recibieron la bendician del Padre Divino, se fueron por la mafiana temprano, habiendose el dfa anterior despedido de todos sus amigos. Nuestro Jose salici de casa con su Santa esposa y el Divino Nifio, teniendolo en medio de ellos, despues de haber estado en Egipto entre seis y siete afios. iEra sorprendente ver a nuestro Jose con que cuidado llevaba a los dos grandes personajes, Jestis y Marfa! Todo diligente y amoroso, con un gozo que tambien se le notaba en el rostro brillante y majestuoso. Aunque fuera de mafiana temprano, sin embargo fueron vistas por algunos egipcios, los que admiraron la especial belleza de la Madre y del Hijo. Llamaban dichoso a Jose, por haber conseguido una esposa y un hijo semejantes, y mucho mas Ilarnaban dichosa y afortunada a la Madre que lo habfa dado a luz. Nuestro Jose gozaba al ofr alabar a la Madre y al Hijo, y daba gracias a su Dios por el favor que le labia hecho al escogerlo como padre adoptivo de su Unigenito. 103 1 4 Una vez que con toda dicha salieron de Egipto, iban juntos alabando al Padre Divino. Nuestro Jose tenfa la mirada fija ya sea en su esposa, como en su Jesus, acomodandose a sus pasos. Los mismos espfritus angelicales admiraron esta santa compania, y les hacian la corte. El tiempo se hizo muy claro y agradable y parecia que todos los elementos se alegraran y exultaran a su manera, y las criaturas todas se alegraran a la vista de su Creador. Los pajaros con sus canticos armoniosos los acompanaban, y nuestro Jose todo lo observaba, y, por la dicha que su corazOn experimentaba, no podia dejar de derramar las lagrimas. Despues de haber caminado por algtin tiempo, nuestro JOse, todo preocupado por su Jestis y la Divina Madre, para que descansaran, se detenfa, y como jefe de familia ordenaba se hiciera un pequeno descanso. Sin resistencia alguna era obedecido por-la Madre y el Hijo, sentandose en una colinita y alli se detenian. El Divino Nino sentia el cansancio, al igual que cualquier nino, y se lo vela hambriento; de eso nuestro Jose sentia una gran pena y le pedia que consiguiera la Gracia del Padre Divino para que el solamente sintiera el cansancio, y le decia: , —Oh mi querido y amado hijo!, decid al Padre Divino que me haga experimentar todo el sufrimiento del cansancio, porque solo ye soy pecador. A mi me toca ei sufrimiento y no a Vos y a vuestra Divina Madre, que sois inocentes y Santos. El Divino Nino 'le contestaba con mucha gracia, y le decia que El habia bajado del Cielo a la tierra para sufrir y que sufria con mucho agrado para cumplir la Voluntad del Padre y por la salvacion del genero humano. Luego le manifestaba el gusto que sentia al sufrir con tanta gracia que, tanto el Santo como la Divina Madre, se encendfan en el amor al sufrir, de modo que todo lo que sufrian les parecia muy poco. Y asf despues de haber descansado un poco retomaban su viaje, y cuando el Divino Nino se daba cuenta de que su Jose estaba cansado, comenzaba a hablarle acerca de las perfecciones de su Padre Celestial; de lo cual el Santo sentia tanto agrado, al igual que la Divina Madre, que ya no sentfan la angustia del cansancio, sino que caminaban todos concentrados gozando una dicha indescriptible en su espiritu de modo que hacian el largo viaje sin ni siquiera darse cuenta. Nuestro Jose no conocia el camino que lievaba a Nazaret; a pesar de eso no pregunto ni averiguo nunca, seguro que al it con Jestis no habria equivocado el camino; y de hecho el Divino Nifio los guiaba por el camino correcto. A veces se detenian, y el Divino Nino les hacfa contemplar la grandeza del campo y la inmensidad de los cielos y les decia: —"Observad el orden de todas las cosas y la Sabiduria con la cual mi Padre Celestial las ha creado" —. Y comenzaba a hablarles de la Sabiduria divina con tanta gracia y elocuencia 104 105 que tanto nuestro Jose como la Divina Madre eran arrebatados en un extasis y asf se quedaban por algtIn tiempo; y entonces el Divino Nino se quedaba orando al Padre y suplicandole por la salvaciOn del genero humano. Al volver luego del extasis, segufan su viaje todos consolados y llenos de alegrfa y de jilbilo. Durante ese dfa nuestros Santos peregrinos estuvieron en ayunas, sin otro alimento que el divino consuelo que experimentaban en sus almas y la Presencia alegre de su amado Jestis, que los Ilenaba. Sentfa sin embargo. gran pena nuestro Jose por su Jesus, que siendo de tan tierna edad tenia tanta necesidad de alimentarse. Pero Jesus le animaba y le decfa: — "Mi querido Jose, no os aflijdis, que nosotros nos alimentaremos esta tarde en el albergue a donde llegaremos. No os aflijdis por mi sufrimiento, porque tengo que comenzar pronto a sufrir y tengo que padecer mucho con el avanzar del tiempo. De modo que no sufrdis por tan poca cosa, antes bien dad gracias conmigo al Padre Divino, que me da la ocasi6n de sufrir algo por lo cual pueda yo manifestarle el Amor que le tengo a El y at genero humano" -L. Siendo ya la hora avanzada nuestros peregrinos comenzaron a ver el lugar donde debfan Ilegar para quedarse esa noche y tomar algtin descanso, y nuestro Jose sintio mucho consuelo, no tanto para sf, sino por su Jesus y por su amada esposa; por lo cual apresuraron los pasos para poder llegar a tiempo, sintiendo sin embargo de esto mucha pena nuestro Jose, por el temor que tenfa de que su JestIs y su esposa se cansaran. Pero tambien era necesario apresurar el viaje, de modo que la noche no los sorprendiera antes de Ilegar. De hecho a nuestro Jose con todos los consuelOs inexplicables que iba experimentando, no le faltaron nunca penas por los padecimientos de su querido Jestis y de su amada. Esposa. Al atardecer fueron hospedados los Santos peregrinos, y su refrigerio fue de pan y agua con pocas hierbas y frutas con las que se alimentaron. Al retirarse a una habitacion, aunque los posaderos admiraran con asombro la belleza y modestia de la Divina Madre y del Nino Jestis, a pesar de eso, no hubo nadie entre ellos que les dijeran cosa alguna, permitiendo Dios que fueran dejados en libertad; y asf pasaron esa noche, en parte rezando las divinas alabanzas, en parte desCansando sentados, y en parte orando. La mafiana siguiente, temprano, despues de haber adorad.o, conjuntamente al Padre Divino y de haber hecho los acostumbrados ejercicios de oracion, partieron. Siguiendo su camino no faltaron algunos que los observaran, llamandci dichoso a Jose por haberse encontrado una esposa tan digna y a un hijo semejante, que arrebataban el coraz6n de quien los miraba, tanta era su gracia y belleza. De todo esto gozaba nuestro Jose y daba gracias a su Dios, reconociendo siempre mas el • 106 107 beneficio que habfa recibido. A veces, al estar cansados, el amado Jestis cogla a su Jose y a su Divina Madre de las manos, y asf caminaba en medio de ellos. Entonces tanto a Jose como a la Divina Madre les parecla ser llevados sin sentir fatiga ni cansancio al caminar, y nuestro Jose, dirigiendose a su amado Jesus, le decfa: -"iOh querido y amado hijo mfo!, Vos alividis mi angustia y haceis que yo no sienta cansancio sino consuelo; pero a Vos, zquien os quita la pena que sends al caminar, tanto mas que sois de una edad tan tierna?"-: Y entonces le contestaba con mucha gracia el amado Jesus y le decfa: Amor,hace que Yo no sienta el cansancio. Esto mitiga toda amargura, esto me hace _soportarlo todo con alegrfa y me hace caminar expeditainerite"-. Entonces nuestro Jose exclamaba: -"Oh, Amor, Amor! ;Oh, yen a mf; enciende tambien mi corazon!"-, y diciendo asf cafa en extasis,' por esto se detenfan unos momentos y luego con mas entusiasmo segufan su viaje. Miestro Jose al ofr nombrar el Amor se encendfa de tal manera qUe parecfa que en su corazon hubiese uri fuego, como • en efecto lo habfa; cafa en extasis por la dulzura de esta palabra Amor; por lo tanto su Jesus a menudo le hablaba de ello, y a veces hablandole' del Amor infinito que el Padre DiVino tenfa hacia el genero humano, enviando a su' Unigenito para redimirlo. Mientras mas hablaba Jesus de este Amor, Jose se deshacfa y no podia resistir a la fuerza del amor que experimentaba, alimentando ese dichoso incendio que ardfa en su corazon; y las palabras de Jestis eran como un fuelle que encendian siempre mas ese fuego celestial. Habiendo caminado bastante tiempo, nuestros peregrinos descansaron un poco, necesitando de algun refrigerio, y al no haber nada en esos campos vinieron unos pajaritos y les trajeron en sus picos unos frutos, depositandolos en el regazo de Jesus, con los cuales se alimentaron conjuntamente. Rindiendo afectuosas gracias al Padre Divino, que tan admirablemente los estaba restableciendo y proveyendo en sus necesidades por medio de sus criaturas irracionales I. Una vez que se alimentaron con esos frutos, el gracioso Jesus les hada un discurso acerca de la Divina Providencia, y con sus palabras grababa siempre aids la confianza en el corazon de nuestro Jose y la gratitud hacia el Padre Divino. Otras -veces venian otros pajaritos cantando, y algunos llevaban ramas de flores en su pico y.las hacfan caer sobre el Divino Nifio; y nuestro Jose todo lo observaba con gran atencion y conservaba todo eso en su corazon, reflexionando luego y alabando a su Dios por las maravillas que realizaba' por medio de los animales en honor de su amado hijo_ Otras veces, mientras descansaban, venfan 1 . Si un cuervo por muchos afios Ilevo el pan necesario Pablo "el ermitafio", ino nos debe sorprender que -estas Pequaas ayes lleven algunos frutos al Creador de todas las cocas! 108 109 unas palomas con ramas de olivo y las depositaban en el seno de Jesus, de la Divina Madre y tambien de Jose; y esos animalitos les hacfan fiesta, demostrando jUbilo y alegrfa, agitando las alas y saltando; nuestros peregrinos se deleitaban al mirarlos, gozando de que los animales irracionales festejaran al Unigenito del Padre Divino. En este viaje, como se dira, no dejaron de venir tarnbien los animales silvestres mas salvajes para rendir homenaje a su Creador, de lo cual nuestro Jose quedaba muy sorprendido. Asf segufan su viaje los Santos peregrinos, y les toca muchas veces estar tambien de noche en medio del campo, no habiendo por esos lugares desiertos y abandonados algtin lugar donde hospedarse. jOh!, entonces sf que a nuestro Jose se lo vela muy triste y afligido, teniendo que ver a su querido Jesus y a su amada esposa en medio del campo al descubierto, por lo tanto se ingeniaba en arreglar su manto de modo que cubriera a los tres, en forma de cabana. El Santo lo hada con mucho arte e ingenio, que parecfa como una pequefia cabafiita, y allf pasaban la noche con tanta alegrfa del Divino Hijo y de la Santa Madre porque gozaban verse en tanta pobreza. Pero nuestro Jose estaba herido por un agudo dolor al ver los sufrimientos de la Madre y del Hijo, y por no poder ayudar en tanta pobreza y en tan gran necesidad. Otras veces venfan los Angeles y les lievaban el alimento necesario, de lo cual nuestro Jose daba afectuosas gracias a su Dios. Cuando se encontraba en una gran necesidad, clirigiendose al Padre Divino le suplicaba para que les proveyera, diciendole que no mirara su indignidad, sino a la necesidad de su Unigenito Hijo y de la Divina Madre. Dios no tardaba mucho en proveerlos, ahora de una manera, ahora de otra. Acontecio sin embargo algunas veces que queriendo Dios probar a su siervo fiel, se demora en proveerlos, y el Divino Hijo decfa a su Jose: -"Padre mfo, Yo me encuentro necesitado de algtin refrigerio, a la vez que siento hambre y sed"-. Estas palabras herfan el corazon de Jose, y se ponfa a llorar con las manos juntas hacia el Cielo, invocando a la Divina Providencia, luego dirigiendose a su amado hijo, le decla: -"Oh amado hijo mfo, zque podrfa hacer yo para ayudaros en vuestra necesidad?, yo me siento morir por no tener como ayudaros. Rogad pues a vuestro Padre Divino para que se digne enviaros el alimento necesario, cuanto sea suficiente para Vos y para vuestra Santa Madre, que para mf, al no merecerlo, sufrire de buena gana esta necesidad"-. Y el Divino Nifio, al igual que los otros nifios, se encbgfa de hombros y mostraba sefiales de gran necesidad; por to cual el Santo se ponfa de rodillas y con muchas lagrimas rogaba a su Dios para que viniera en ayuda de su amado Jestls en esa necesidad. El Padre Divino, despues de haber probado la paciencia y el sufrimiento de su siervo, lo provefa abundantemente, tanto para su Unige110 111 nito como para la Divina Madre y para su fiel siervo; y esto lo hacfa a traves de los Angeles; de lo cual quedaba totalmente consolado el apenadfsimo Jose, rindiendo abundantes gracias a su Dios por la providencia que le habfa enviado, y suplicaba a su Santa esposa para que cantara alguna alabanza a la Divina Providencia, y lo hacfa con el beneplacito de su Jesus y para consuelo de Jose, que cafa en extasis por la dicha. Nuestro Jose sufrici tambien ciertas amarguras en este viaje, sobre todo cuando en alguna conversacion que el Divino . Nifio mantenfa con su Padre Divino, se le vela todo triste y angustiado. ;Oh, • entonces sf que nuestro Jose se amargabal, no se atrevfa a preguntar a su Jesus que sucedfa y por que motivo estaba asf afligido. A lo sumo, le preguntaba si sentfa algtin malestar, pero el Divino Nifio decfa que no. ;Oh!, a este punto deliraba el afligido Jose y decfa dentro de sf: -"Oh mi querido Testis, ,que teneis Vos que os molesta? ;Oh querido hijo, oh hijo inocente! 2,Vos entre sufrimientos?, LVos que sois el Unigenito del Padre, el consuelo de todo el Parafso, el alivio de nuestras almas? ;Como sufre mi corazOn al veros asf entre angustias! jAh, tal vez yo habre faltado en algo, tal vez lo habre disgustado!"-, y asf mas se amargaba el afligido Jose, tanto mas que el Divino Nino no le decfa nada, y siguiendo el viaje con su pena se dirigfa con la mirada hacia la Divina Madre, y vela que Ella tambien estaba triste, haciendo compalifa a su. Divino Hijo; pero el Santo con la expresion de su rostro hacfa entender a la Divina Madre su dolor y Ella lo consolaba mencionandole como el Divino. Nifio estaba conversando con su Padre Divino, afligiendose por las ofensas que recibfa del mundo. Con esta explicacion quedaba bastante tranquilo el afligido Jose. Al convencerse de que su Jestis no se afligfa por su causa, se tranquilizaba y desaparecfa su pena, aunque sintiera cierta amargura al verb en esa pena. Y tambien el reflexionaba sobre muchas ofensas que su Dios recibfa del mundo, y se dolfa, derramando amargufsimas lagrimas, y permanecfa inquieto hasta no ver tranquilizado a su Jesus, el cual luego le apaciguaba diciendole: -"Mi queridfsimo padre mfo, ;no sufrdis demasiado, cuando me veis afligido!, ni esto os cause admiracidn, porque vos ya sabeis que Yo he venido at mundo para redimir at genero humano, y siendo esta una mision de mucha importancia, estoy tratando continuamente de ella con mi Padre Divino. Yo se cuanto mi Padre Celestial ama al mundo, y veo la recompertsa que actualmente recibe del mundo ingrato, y tambien la que redbird en el futuro, por lo cual no puedo menos que sentir toda la amargura. Si me veis afligido, no temdis que sea por causa vuestra, porque Yo os aseguro que vos sois para Mf un consuelo y no una pena"-. A estas palabras nuestro Jose se postraba en el suelo y bafiado todo en lagrimas, le decfa: -"Compadeced y perdonad a vuestro siervo, 112 113 porque es tanta la pena que siento al veros afligido y triste, que me siento traspasar el alma por to estado; al estar con Vos siento alivio y alegrfa, y si Vos estais afligido, yo por cierto no puedo vivir • consolado"-. Y hacfa muchas cordiales expresiones a su JestIs hablandole sobre el gran amor que le tenfa y rogandole para que hiciera que toda la amargura que El sentfa la traspasara a su corazon, porque mas contento habrfa sido si el todo lo hubiese tenido que sufrir, con tal de que no hubiese tenido que sufrir su Jesus, al cual amaba mucho mas que a sf mismo, mas bien, todo su amor habfa depositado en El. 114 CAPITULO VII Incertidumbre acerca de la meta; ,Judea o Galilea? Nuestros Santos peregrinos segufan su viaje, de la manera como ya se ha hablado; y aunque no dejara la Divina Providencia de ayudarlos en todas sus necesidades, a pesar de esto fueron mu- , chos los sufrimientos que sostuvieron, y su humanidad quedo muy debilitada. Dios quiso en este viaje poner a prueba a su fiel siervo Jose, como tarnbien a la Divina Madre, y enriquecerlos de grandes meritos por la pena en el sufrimiento y la resignacion perfecta que tenfan a todo lo que Dios permitfa para ejercicio de su paciencia. iCuantas . veces en este viaje no tuvieron con que quitarse el hambre, y sufrieron hambre y sed! iCuantas veces fueron bafiados por la lluvia y no tuvieron donde secarse ni donde hospedarSe! iCuaritas veces fueron obligados a estar de noche en Wend campo abierto; y cuantas veces habiendo llegado a la ciudad no encontraron quien los hospedara, y afligiclOs por el hambre y la sed no encontraron ni siquiera un vaso de agua, ni un pedazo de pan para alimentarse, y les tocaba salir fuera de la ciudad por no encontrar quien los quisiera hospedar. 115 Todas estas cosas eran espadas para el corazon de nuestro Jose que ya sabfa quienes eran los personajes que llevaba consigo, y el verlos en tanto sufrimiento era para el un tormento grande y un dolor inexplicable. A pesar de esto, siempre paciente, nunca se quejO de cuanto Dios permitfa. Nunca se quejo de quien le negaba un trozo de pan o lo mandaba con mucha descortesfa. A lo sumo, lo que nuestro Jose hada era dirigirse a su Jestis y decirle: -"iMi querido hijo!, icuanta pena sufre mi corazon al veros tratado asf por vuestras criaturas!, pero compadecedlas porque no os conocen; que si os conocieran de seguro que no os negarfan un poco de acogida y un poco de alimento, por lo tanto son dignas de compasion"-. A veces, encontrandose a la intemperie, dirigfa por doquier la mirada y al no ver ningtin Lugar donde poder refugiarse para pasar la noche, se afligfa por su Testis y su esposa, y decfa a su Dios interiormente: -"jAh, Dios mfo! Vos desde mi nifiez me prometisteis que me habrfais ayudado en todos mis caminos. Ahora estais viendo la necesidad en la cual me encuentro. No tanto por mf, cuanto por Vuestro Unigenito, yo os suplico, y por su Diviria Madre. Ellos tienen una contextura muy fragil y delicada; icOmo pues sera grande el sufrimiento que sentiran!, por lo tanto os suplico, haced que ellos no lo sientan y enviadmelo todo a mf"-. Dios ofa las palabras de su siervo fiel y le hablaba al corazon consolandolo y animandolo, con lo cual el Santo quedaba muy confortado. A vcces mlentras camiiiaba por esos desiertos llegaban unos animales feroces para reverenciar al Divino Nino postrandose humildemente a sus pies; y era una cosa sorprendente porque estas no se iban hasta que el Divino Hijo no las mandaba; y al irse hacfan tambien un acto de reverencia a la Divina Madre y luego a Jose. Nuestro Santo las mirada sorpreridido, luego dirigiendose a su hijo le decia: -"Oh!, como, hijo mfo, las bestias mas feroces y salvajes vienen a rendiros homenaje y os reconocen como su Creador, y los hombres racionales no os conocen, ni se preocupan de Vos, antes bien os niegan un poco de hospedaje y un vaso de agua. iAh, gran cosa, que se de entre las criaturas! Ahora que sois pequeiio os .reconocen los animales feroces y no los hombres; cuando seals grande, zquien sabe como os trataranr-. Y entonces el Divino Nifio suspirando levantaba la mirada al Cielo y luego decia: -"Yo sere tratado como ya estd escrito de MI y se cumplirdn perfectamente todas las Escrituras"-. Nuestro Jose no entendfa el signifiCaditi , de estas palabras, de otra manera hubiera muerto de afliccion; sin embargo, su corazon, y su mente presagiaban los sufrimientos que iba a padecer su Jesus con el avanzar del tiempo; todo esto significaba para nuestro Jose un continuo dolor, que como espada le herfa su amoroso corazon. Cuando este pensamiento le ocupaba la mente aids que de costumbre, el Santo se desmayaba, y tenfa que sentarse por no poder sostenerse-de pie. 116 117 Entonces el Divino Nino acudfa a el con su anta Madre, para sostenerle la cabeza con sus manitos, se le acercaba a su rostro y lo abrazaba kmorosamente; por lo cual el Santo se recuperaba M talmente, quitandosele por entonces ese pensaiento de la mente y esa Pena del corazon, y su pspfritu probaba igual cantidad de gozo que el dolor que habfa sufrido. Otras veces al estar cansados se sentaban y el Divino Nirio estaba de pie y les conversaba acerFa de las divinas perfecciones, y tanto su Madre, como nuestro Jose, permanecfan extasiados por el ponsuelo que sentian. Ya se dijo como nuestro Jose solfa sufrir desmayos de amor cuando el dichoso fuego se encenldfa mas admirablemente en su corazOn, y en estas circunstancias el Divino Nino le ponfa sus Ibrazos al cuello y lo sostenfa, estando el Santo Isentado en el suelo, y luego decia a su Santa Madre: -Wirad, Madre queridisima,. cOmo Miesitro _Tose sufre de amor!"-. Y manifestaba esto ;con mucho agrado tanto el Hijo como la Madre, y Jose se quedaba por cierto tiempo en ese dichoso gozo entre los,brazos de. su amado Testis. Despues Testis lo llamaba, diciendole que el Padre Divino ordenaba que prosiguieran el viaje, 'y entonces el afortunado Jose se disponfa de la mejor manera a la orden del Padre Divino, y todo llenO de vigor continuaba su viaje, tomando de , la mano a su Jesus, la cual le parecia al Santo que.le servfa de gran apoyo, como de hecho lo era. Despues que nuestros Santos peregrinos anduvieron por bastante tiempo de la forma como ya se dijo, se acercaban ya a su pueblo, dejando el Divino Nino en todos esos lugares por donde pasaba su bendicion. Nuestro Jose estaba muy contento por encontrarse casi cerca del final de su penoso viaje, pensando que dentro de poco su Testis- y su amada esposa habrfan terminado sus sufrimientos, por lo cual manifesto gran consuelo a ambos, diciendoles que gozaba mucho porque se acercaba a su pueblo. Sin embargo este consuelo de nuestro Jose fue amargado, porque al detenerse para pasar la noche en un lugar cercano a Jerusalen oy6 decir que estaba reinando Arquelao y que era una persona muy terrible. Temfa mucho y se entristecio, pensando que este podrfa perseguir a su Jesus asf como habfa hecho Herodes. No querfa demostrar su pena a la Divina Madre de modo que no se afligiese Ella tambien, ni tampoco a su Jestis, por lo cual el Santo se quedaba todo triste y afligido. Todo ya lo sabfa la Santisima Virgen, y no se demoro mucho en consolar a su afligido esposo, suplicando tambien a su festis para que lo quisiera consolar, asegurandole que no habria nada en contra .de El. Jesus le hablo junto con su Santa Madte, y lo consolaron animandolo para que no tuviera temor alguno porque todo habrfa acontecido Begun el beneplacito del Padre Divino y nada mas, y que habiendolo el Padre Divino llamado de 118 119 su exilio, no debfan temer nada en contra. Mucho se consolo el afligido Jose por: las palabras de su amado Jesus y de su esposa, y se le quite, todo temor despues de haber sido tranquilizado por las palabras de los mismos, por lo cual muy feliz y contento sigui6 su viaje. Se aconsejaron entre sf de como tenfan que hacer el resto del camino y si debfan ir a visitar el Templo de Jerusalen, como tambien el lugar de la cueva de Beier', de lo .cual nuestro Jose tenfa un gran deseo, asf como tambien la Divina Madre, para poder adorar el lugar donde habfa nacido su Divino Hijo, teniendo una devocian p.articular a ese lugar. Aunque nuestro Jose ordenara todas las cosas como jefe de la Sagrada Familia, a pesar de, eso se sometfa en todo al Divino Niflo y a su Santa Madre, de modo que en todas las cosas se cumpliera la Divina Voluntad, que ellos ya la conocfan perfectamente. Se estableciO ir a visitar el sagrado Templo de Jerusalen para adorar allf al Padre-Divino y agradecerle de todos Los beneficios que les habfa hecho en ese viaje, y que al llamarlos de nuevo a su patria los habfa hecho llegar sanos y salvos,. y luego ir tambien a Beier' para adorar el Lugar del Nacimiento. Asf despueS de haberlo establecido todo, siguieion su viaje con mucha alegrIa y consuelo por parte de nuestro Jose y tambien de la Divina Madre. Iba diciendo nuestro Jose a su esposa. su Jestis: -"2,Quien sabe si los del TemplO y los de la ciudad seran capaces de reconocernos?, zquien sabe, Jesus mfo, como sereis mirado por esa gente, y si demostrard buena voluntad hacia Vos?, zquien sabe como seremos tratados todos nosotros?, a mf me basta que os traten bien a Vos, Jesus mfo, y a vuestra Santisima Madre. De mf Kagan lo que quieran, porque de nada me preocupo, con tal de que os tenga a Vos; esto me basta"-. El Divino Nitio sonrefa a las palabras llenas de congoja de su Jose, y le decfa que no se preocupara de eso, porque habrfa acontecido todo lo que el Padre Celestial habfa predispuesto, pero que sin embargo le agradaba mucho su paternal cuidado y atencion y el deseo que demostraba de que todos lo hubiesen tratado bien, y le decfa: -"Querido padre into, creed que sereis recompensado abundantemente, no solo por lo que vos haceis por Mt, sino tambien por todos los deseos que teneis, porque mi Padre Celestial recompensa tambien los deseos; por lo cual todo ese bien que Vos desedis a mi Persona, os semi abundantemente recompensado"-. Nuestro Jo86 se ponfa a llorar a estas palabras y dirigiendose a su Testis le decla: -"Oh mi querido y amado hijo, zque recompensa mas grande yo puedo desear, al teneros a Vos conmigo?, aunque el Padre Divino no me diera otra recompensa por mis pocas fatigas, al haberme constituido vuestro padre adoptivo, esta es una recompensa incomparable. zQue mas se puede desear en esta vida, que el tener la dicha de tratar con Vos?, zy que 120 121 • i)uedo esperar de bien en la otra, habiendo vivido r n vuestra _compafila?" - . CAPITULO VIII Visita a Jerusalen Habiendo llegado a Jerusalen, nuestros peregrinos se fueron directamente al Templo para adorar alli al Padre Divino. Fueron admirados por algunos con asombro por la belleza y gracia del Divino Mho, asi como tambien de su Madre, que a la vez que crecia en edad, Ella tambien crecia en belleza, majestad y gracia. Fueron vistos cansados y necesitados, pero no hubo nadie que les diera algun refrigerio y los reconfortara, por lo cual nuestros peregrinos asf hambrientos, sedientos y cansados, se pusieron a orar. Nuestro Jose en el sagrado Templo tuvo un extasis muy sublime, en el cual Dios le revelo grandes y ocultos secretos y misterios acerca de las obras divinas y por que motivo permitia que su Divino Hijo padeciese mucho en esa tierna edad, haciendole hater un viaje tan largo y tan duro. Tambien conocio nuestro Jose los grandes meritos que iba consiguiendo al llevar a cabo las ordenes del Altfsimo con tanta resignacicin. Conoci6 cuan grato fuera a su Dios y corno quedara satisfecho de todas sus actuaciones. Esto fue- de sumo gozo para nuestro Jose, pero fue tambieri de gran desconcierto, reconociendose no me122 123 recedor de todo eso, y se confundfa y se humillaba mucho y se humillaba mucho mas al reflexionar como por sf mismo era completamente incapaz de dar gracias a su Dios por los innumerables beneficios que le hacia y para corresponder a tanta Bondad, a tanto Amor y Caridad inmensa; por lo cual al volver del extasis todo desconcertado y humillado se puso con el rostro al suelo para adorar de nuevo a su Dios y se deshada en lagrimas de ternura y de dulzura diciendo dentro de sf; -"iOh mi Dios, grande y Todopoderoso! donde a mf, muy despreciable siervo vuestro, Gracias tan grandes?, icomo he .podido yo ilegar a tan gran dignidad?, jah solamente vuestra Bondad infinita podia hacer esto!"-. Asf se quedo en varias conversaciones con su Dios hasta que el Divino Nino y la Santa Madre terminaron sus coloquios con el Padre Divino. Al salir del Templo, nuestro Jose sin poder ocultar por mas tiempo el favor sublime y las abundantes Gracias que habfa recibido, se postro a los pies del Divino Nino, en un lugar donde no podia ser visto de nadie, y le suplicd para que se dignara hacer sus veces para con el Padre Divirio, rindiendole aquellas gracias que se debfan por tanta Bondad y Generosidad de su Dios hacia el, tan despreciable siervo. Igualmente solicito a su esposa Marfa que diera gracias por el. Marfa San- t, tisima le aseguro que lo harfa, lo mismo que ,su Divino Nifio, el cual, le dijo a Jose: -"zIVo sabEis vos, mi querido Jose, que mi Padre Celestial es muy generoso? zNo os dije Yo que os estd preparada una gran recompensa?, y luego, zquereis que mi Padre Divino no os de alguna recompensa, tambien aqui en la tierra, por los muchos sufrimientos que vos habeis sufrido en este viaje? Gozad pues de los divinos consuelos, porque de alguna manera os los habeis merecido con vuestros sufrimientos, con vuestro ardiente amor y con vuestra obediencia y preocupacion diligente, ;antes bien esperad siempre nuevas Gracias y nuevos favores por parte de mi amorostsimo y generosisimo Padre Divino!"-. Estas palabras eran como otras tantas flechas que penetraban en el corazon ardiente de nuestro Jose, y siempre mas lo encendfan en el amor y gratitud hacia su Dios; por lo cual el Santo se sentfa abrazar y consumir en ese dichoso fuego que ardla en su corazon, y se vela delirar, y dirigiendose a su Jesus y a la Divina Madre decia todo encendido de amor: -";Oh!, zcomo se podrfa hacer que todas las criaturas ardieran del Amor de nuestro Dios?. Oh mi querido y amado Jestis!, ique podria hacer yo de modo que vuestro Padre Divino y Vos fuerais conocidos y amados? iAh, y mi corazon vive impaciente de ello!"-. Y su Jestls lo consolaba diciendo: -"Consolaos, mi querido padre, porque vendrci el tiempo en el cual mi Padre Celestial y Yo seremos amados por parte de muchos, y conocidos seran tambien por parte de muchos los grandes beneficios y el Amor 124 125 inmenso que nosotros tenemos hacia el genero humano"-. Mucho se consolaba nuestro Jose frente a estas palabras, y levantando las manor hacia el Cielo daba gracias a su Dios por la feliz noticia que le daba, y dirigiendose a sti Jesus le decia: -"iPues un dia seran cumplidos mis ardientes deseos!, ipues vendra el tiempo feliz en el cual Vos, JesUs mio, sereis amado, asi como tambien vuestro Padre Divino! 1Oh, que consuelo siente por lo tanto mi alma!"-. Luego invitaba a su Jesus y a la Divina Madre para alabar y agradecer al Padre Divino, y luego suplicaba a todos los coros angelicales para que lo hicieran en su nombre, y desplies a todas las criaturas. Mucho gozaba el Divino Nirio al ver a su querido Jose tan encendido de amor hacia su Padre Divino, y le demostraba su complacencia acariciandolo amorosamente. No se habla acerca de lo que sentia la Divina Madre, no siendo este el lugar para hablar de. su maravillosa vida, sino que se lo podra muy bien cada uno imaginar. Y si tanto obrO Dios en el alma de su siervo, ,que no habra obrado en.la.purfsima y Santisima alma de la Divina.Madre?, Kyle fuego bienaventurado, que ardor, que llama, que deseos encendidos se encontraban en su CorazOn!, por lo cual el Divino Nifio probaba un gozo muy grande de ello y en Ella se tomaba todas las delicias y todos los cons-Uelos. As1 se explica- que nuestro Jose estuviera tan encendido de amor, pues estaba entre dos grandes fuegos, esto es, el de Jestis y el de Maria. iDichoso nuestro Jose!, y el conocfa y entendia su feliz suerte, por lo cual exclamaba a menudo: -"zY de donde a mi esto, Senor mio?-, y levantando los ojos al Cielo quedaba inmOvil por algun tiempo, y luego todo anonadado se ponfa con el rostro al suelo humillanddse y reconociendo su nada, y con estos actos se iba disponiendo para recibir nuevas Gracias. Luego nuestro Jose encontrO un poco de descanso para esa noche en Jerusalen, donde se refocilaron como de costumbre, alimentandose de pan y de legumbres. La noche la pasaron en parte descansando y en parte orando. Por la mailana regresaron temprano al Templo, y alli al quedarse un poco de tiempo para orar al Padre Divino, nuestro Jose recibio nuevos favores del Cielo, y despues se quedaba para esperar a su Jestis y a la Divina Madre y se acordaba de todos los favores y Gracias que Dios le habfa hecho en ese Templo antes de casarse con la Divina Madre. Se acordO de las sefiales admirables que allf fueron vistas cuando el se cas6 con la Santa doncella Maria y de todo daba afectuosas gracias a su Dios. Entre tantos consuelos en los cuales se inundaba su espfritu no le faltaron ciertas amarguras en verdad grandes, acordandose, de lo que el anciano Simeon habla profetizado acerca de la Divi126 127 na Madre, y de su Jestis. Fue esto una espada que hirio el corazon de nuestro Jose y entre tanta alegrfa fue luego obligado a derramar lagrimas de dolor, por lo cual en todas las circunstancias nuestro Santo tuvo la ocasiOn de sufrir grandes amarguras. Es verdad que sus consuelos eran indescriptibles, pero tambien sus dolores y angustias fueron inconcebibles porque en comparaciOn del amor grande que tenfa a su Dios era tambien muy grande su dolor. Despues de haber terminado sus oraciones salieron del Templo y se fueron hacia Belen. En este viaje nuestro Jose iba mas que nunca deseoso de llegar pronto a la .suspirada cueva, donde habia nacido su Redentor, y durante el camino iba manifestando a su Jesus las muchas Gracias que en el Templo habfa recibido del Padre Divino, cuando el estaba en Jerusalen y lo que el Angel le manifestaba en el suelio y que su Dios ya le habia prometido muchas Gracias como las que ya habla recibido y le decia: —"El Angel no me manifestaba cuales eran las Gracias que Dios me prometia, sino solamente me decia que habrfan sido grandes y que yo me preparara para recibirlas con oraciones y calurosas stiplicas, y esto yo ,hacia, pero nunca habria podido pensar que hubiesen sido tan grandes. Nunca me paso por la mente poder llegar a casarme con vuestra Santa Madre y luego tener la dichosa suerte de ser vuestro padre adoptivo. ;Oh, que Gracias mas sublimes me ha hecho nuestro Dios al hacer que lo reemplazara haciendo sus veces en la tierra!"—. Y mientras estaba diciendo esto el Divino Nifio le decia: —"pinimo!, alabemos conjuntamente at Padre Divino y demosle gracias por tantos favores incomparables que ha hecho a ,nuestro Jose"—, y solicitaba a la Divina Madre que Ella tambien compusiera algun cantico nuevo de alabanza a su Dios, y Ella lo hacia y luego le cantaba con tanta gracia y dulzura que los mismos .Angeles quedaban admirados. El Divino Nino la acompariaba. Igual nuestro Jose se ingeniaba en seguirla, y era una cosa maravillosa ofrlos cantar tan dulce melodia; y despues los pajaritos se juntaban en coros, cantando ellos tambien dulcemente y alabando a su manera al Rey y a la Reina del universo, y nuestro Jose todo extasiado por la dulzura del canto de su Santa esposa, realizaba ese viaje arrobado. Se alegraba mucho at ofr cantar a esos pajaritos, gozando de que ellos alabaran a su Dios, puesto que no lo hacfan las criaturas racionales. Nuestro Jose oy6 tambien algunas veces los cantos de los Angeles aunque no los viera, pero esto fue muy rara vez, si bien el canto 'de los Angeles era muy agradable, no se comparaba al dulcisimo canto de su Santa esposa. Nuestro Jose oY6 estos canticos angelicales al acercarse a la gruta del Nacimiento del Redentor y de ello goz6 mucho porque en esa ocasion cantaron dulces melodfas con alborozo y mucha alegrfa. Ya se imaginaba nuestro Jose cuando ofa estos cantos sin ver nada, que eran los Angeles que cortejaban a su Rey y Reina, pero a pesar de todo eso nunca Se atrevio a preguntarlo. 128 129 Sin embargo se lo manifesto la Divina Madre cuando al estar tratando acerca de las divinas alabanzas, decia: -"Aprendarnos de los coros ange- , licales a alabar a nuestro Dios. zEstais oyendo, Jose, comp lo alaban dulce y sabiamente?"-. Y asi el Santo confirmaba que los que cantaban esa dulce Melodla eran los Santos Angeles y decla a su esposa:queridfsima esposa!, sabed que me causan gran alegria y consuelo los cantos de los Angeles, pero no tiene comparacion el consuelo que causa a mi corazOn vuestro canto que les de incomparable duizura y de gracia indescriptible.quien podra nunca describir la dicha y la lalegrfa que siente mi corazon, el consuelo que prueba mi espfritu, cuando vos, esposa queridisima, levantais vuestra vos dulcfsima para cantar?, I yo no se con quien compararos, porque en mucho superais las melodlas de los Angeles. En efecto, esposa arnadisima, nuestro Dios os ha dotado de todas las virtudes sublimes y de todas las prerrogatIVas .por las cuales poddis dignamente tener el puesto de verdadera Madre del Mesfas, y yo gozo y os felicito, que hayais sido escogida para un puesto tan digno y doy gracias continuamente al Altfsimo, complaciendome por vuestra suerte. Y , vos, queridisifna, no ,os olvideis de dar gracias a nuestro Dios por un favor tan grande que ha hecho a mi, criatura indigna, al elegirme por vuestro esposo y guardian. Vos que sois tan grata y querida a El hacedlo en mi lugar, porque yo me considem incapaz para corresponder a tantos dO- 'nes y a tantas Gracias"—. 1 1 130 La Divina Madre ofa cuanto le deda su Jose y se humillaba, exaltando a la Divina Bondad por todos los dones que le habia compartido, y luego aseguraba a su Jose que no habria dejado de hacer lo que el le pedfa. Estos coloquios los efectuaba nuestro Santo cuando el Divino Nifio estaba totalmente ocupado en hablar con su Padre Divino. El Nifio Jesus a menudo en el viaje se posfraba de rodillas en el suelo y adoraba al Padre Divino, rogandole por la salvacion de los hombres. Entonces nuestro Jose con su esposa, unas veces acompailaban a su Jesus en las stiplicas al Padre Divino, y otras veces se entretenian en estos santos coloquios, esperando que el Divino Nifio terminara sus oraciones que hada al Padre. Mucho gozaba nuestro Jose quedandose conversando con su Santa esposa,-porque -sacaba siempre algfin provecho para su alma, y luego quedaba satisfecho de haber conversado con Ella, pues mucho la amaba y gozaba estar en su compafifa. 131 1 CAPITULO IX Visita a Belen Al llegar nuestros Santos peregrinos a Belen, se fueron, directamente a. la cueva donde habfa nacido el Salvador del mundo. Admirables fueron los efectos que nuestro Jose experimento al entrar allf. Sintio llenarse totalmente de una alegrfa mas que grande, de un consuelo indescriptible y a la vez de un santo terror y respeto por ese santo lugar, de modo que qued6 extasiado por algtin tiempo y luego se postro en el suelo para adorar y besar ese lugar donde fue puesto el Redentor Feder' nacido, y allf derramo abundantes lagrimas de ternura. Besaba y volvia a besar esa tierra afortunada que fue la primera en acoger al Meslas nacido, y se derretla su corazon en sagrados afectos. En ese tiempo nuestro Jose tuvo un extasis muy sublime; en el que quedo consoladoespfritu e iluniinado, "siendole revelados por Dios grandes trtisterios. Al volver del ektasis, el Santo comparecio con' el rostro deslumbrante y llenO de alegrfa comenza a alabar a su Dios dandole afectuosas gracias al verse tan favorecido y beneficiado por El. Observe, luego a la Divina Madre que Ella tambien estaba toda extasiada, y al Divino Nifio que 'estaba orando al Padre Divino; 'y todo 133 eso redundaba en gozo de nuestro Jose. Despues de haber terminado sus adoraciones y oraciones, nuestros peregrinos se encontraron completamente consolados y restablecidos, pareciendoles haberse alimentado esplendidamente, queriendo en dicha circunstancia el Padre Celestial restablecer tambien el cuerpo de nuestros cansados peregrinos, puesto que al ser la hora avanzada no habfa tenido la Oportunidad nuestro Jose para it por la ciudad para proveer el aliment() necesario; por lo cual al encontrarse el Santo tan restablecido y 'alirnentado, temfa que eso no se;hubiese dado para suesposa y para el Nitio Jesus: Por lo tanto les pregunto si tenfa que irse a la ciudad para buscar algo. para que se alimentaran; pero oy6 que ellos tambien se encontraban restablecidos, por lo cual conjuntamente dieron gracias a Dios con gran afecto y ternura. Siempre Inas se htimillaba nuestro Jose dicien- . do a su Testis y a su espoia: -"Ph, que gran desconcierto es el mfo al verme tan beneficiado por nuestro Dios! One se digne dispensar .estas Gracias .a Vos, mi Jesus, y- a vuestra Santa. Madre, es justo pues:sois grandes personajes, pero a mf que soy un despreciable siervo, ;oh, esto sf que es una gran cosa!, yo no. merezco ni puedo nunca merecer Gracias tan grandes, par lo cual.pienso ciertamente que: el Padre Divino en .consideraciOn de vosotros se digna beneficiarme .tanto"-. A estas palabras, el Divino Nifio-le hablo acerca de la Providencia y de :la Generosidad de su Padre Diyino, por lo cual quedaron de nuevo extasiados, tanto nuestro Jose como la Divina Madre, porque era tanta la Gracia y la Sabidurfa con la cual el Divino Nifio hablaba que arrebataba los corazones de quien lo ofa y hada quedar extasiadas sus mentes. Por lo tanto nuestro Jose exclamaba: -"ph Jesus, mi querido hijo y Sefior!, ,quien sera que al ofr vuestras divinas palabra's no quede herido por vuestro Amor? iNo es posible que al escuchar vuestras palabras divinas no se rindan todos los corazones, aunque sean duros! iDemasiado eficaces son vuestras palabras!, penetran en lo intim° del alma y hieren el corazon. jAh, cam° espero que todos los corazones queden prendados de vuestro Amor y que llegueis a conquistar todas las almas perdidas por las culpas!"-. A estas palabras el Divino Niflo se mostraba triste, sabiendo muy bien que grande habrfa sido la dureza y maldad de los corazones judfos, los euales habrfan tenido tambien la suerte de ofr sus palabras divinas, pero le habrfan hecho una resistencia tan dura y habrfan quedado mas endurecidos que nunca. Esa •noche nuestros Santos peregrinos la pasaron parte alabando conjuntamente al Padre Divino, parte en santos coloquios, parte orando y parte tomando algan descanso. Nuestro Jose estaba cerca de la pesebrera, donde tantas veces su Jestis habfa descansado, y no se alejaba de ella, y allf derramaba lagrimas de ternura. La Divina Madre se acercaba al sitio mismo donde habfa dado a luz a su Santfsimo Hijo, renovandose tam134 135 bie'n en Ella las alegrfas y consuelos que habfa experimentado en ese mismo acto de darlo a luz. El Divino Nifio estaba cerca de Ella orando al Padre y haciendo sus acostumbrados actos de ofrecimiento y peticiones en favor del genero humano. Los coros angelicales que lo corteja-ban cantaban de nuevo dulcemente el Gloria en lo alto ide los Cielos; por lo cual en esa noche se renovaron las alegrfas del Nacimiento del Redentor y I nuestro Jose goz6 mucho de ello. I Al llegar la matlana, rezaron conjuntamente Jas divinas alabanzas, como 'era de costumbre, y luego nuestro Jose pidio autorizaciOn para it por I la ciudad para buscar algo para poderse alimentar y luego partir hacia Nazaret. Se fue el Santo y I tuvo mucha dificultad para encontrar un poco de pan para poderse alimentar con la Divina Madre y el Nifio Jestls, por lo cual se alimentaron con I gran pobreza de solo pan y agua, no habiendo podido encontrar otra cosa nuestro Jose, el cual se afligfa de eso por temor de que sufriera su Jestls y su Santa esposa. Mas ellos lo consolaban demostrando alegrfa por ese poco que habfa encontrado y gozando de pncontrarse entre tanta pobreza. 'Despues de haber hecho de nuevo las adora- , ciones a ese Santo lugar, nuestros Santos peregrinos se alimentaron un poco con lo que se dijo, y iluego partieron camino hacia Nazaret. Nuestro Jose no ,podfa menos que admirar la ingratitud de los de Belen, y de estos se quejaba con su Jestis de la poca buena voluntad que habfa encontrado, en los suyos, y de su ingratitud. Sin embargo el Divino Nifio lo consolaba, y lo exhortaba para sufrir con alegrfa todo lo que el Padre Divino permitfa, de modo que se ejercitara en la practica de las virtudes y sobre todo en la paciencia y resignacion a la falta de lo que era necesario para mantenerse en vida, como era el alimento diario, y le recordaba las Gracias' que siempre habfan experimentado por parte de la Divina Providencia. Aunque alentado por estas palabras, Jose le pedfa a Jestls que le compadeciera, pues su corazon no dejaba de sufrir por la ingratitud que las criaturas demostraban hacia El y su Santa Madre y le decfa: -"Vos sabois, Jesus mfo, que grande es el deseo que tengo de que Vos seals conocido por todos y amado, y que todas las criaturas se muestren gratas . hacia Vas. AI yer luego que hacen todo lo contrario eso me entristece muchfsimo"- Entonces' su Jestls le d'ecfa: -"Sabed, padre mtro queridlsimo, que to que hasta ahora he sufrido es mu_y poco en comparacidn de to que me estd preparado, y Yo todo To abrazo con alegrfa para ,cumplir la Voluntad de mi Padre Divino y por el Amor que tengo hacia todo el genero humano; y ast vos tenets que imitarme en esto y sufrir con alegrfa tocki . lo que causa tristeza a vuestra humanidad"-. Estas palabras herfan el corazon de nuestro Jose y entre sus consttelos siempre era herido por la espada del dolor al oir 136 137 como su Jesus tenfa que sufrir mucho. iOh!, esto si que le traspasaba el alma y le amargaba todos sus consuelos, porque amaba a su Jesds con un, amor muy intenso, y el solo pensamiento que El tenia que padecer mucho era para el amoroso Jose un dolor muy cruel que le destrozaba el corazon y le traspasaba el almai Se hada ver todo afligido, triste y dolido, y no podia encontrar consuelo hasta que su Jesus con sus divinas palabras logro consolarlo y animarlo para que se conformara a la Divina Voluntad del Padre, a la cual nuestro Jose prontamente se sometia, y cuando ofa decir la Voluntad de Dios, agachaba profundamente la cabeza en serial de que se someth prontamente a ella. En este viaje tambien, esto es desde Belen a Nazaret, nuestro Jose fue espectador de grandes maravillas, porque, al acercarse el Salvador del mundo a su pueblo, salieron a recibirle todos los animales, cosa que no hicieron los hombres. Se vefan venir en bandadas los pajaritos de toda clase para hacer fiesta y armonia a su Creador, demostrando toda su dicha y alegrfa incomparable, saltando y sacucliendo las alas. Tambien las bestias salvajes vinieron saltando todas alegres para reverenciar a su Creador. Nuestro Jose todo lo observaba con asombro, y se, alegraba mucho de ello. El clima mismo parecfa que demoStrara alegrfa y jUbilo, por lo cual nuestro Santo, muy contento decla a su Jestis: -"i0h mi querido y amado hijo!, icomo se alegran todas las criaturas a vuestro regreso a Nazaret! Como las mismas plantas tambien demuestran, a su manera, alegrfa y jUbilo!, por lo cual tambien mi .corazon goza mucho de ello. Y si esto hacen las, criaturas irracionales, ique haran las criaturas racionales? iCuanto se alegraran nuestros paisanos a vuestra llegada? Cuando os veran tan queri- . do, tan bello, tan amable y gracioso, ;oh, como se Renard"' de Abaco y alegrfa sus corazones! A mi me parece que cada hora es como mil para llegar y llevar a todos consolacion y alegrfa"-. Todo esto hada decir a nuestro Jose el amor y el deseo que tenia de que su Jesus fuera conocido y amado, y el amor que tenfa a su projimo, deseando de que todos gustaran de ese consuelo que el gustaba al tratar con su Jesus. Y de hecho al acercarse el Divino Nilio a Nazaret, todos los habitantes del pueblo sintieron una insolita alegrfa en el corazon, no sabiendo de donde procediera eso. . No prestaron mucha atencion a ello por entonces, aunque luego hubo algunos que reflexionaron sobre eso;.y fueron las.amigas de la Divina Madre y sus vecinas, gente muy temerosa de Dios y observante de la ley; que al versa la Santa Madre con el Divino Niflo entendieron que su venida causaba el consuelo que ellas experimentaban. Mientras twit° nuestros SantoS - peregrinos seguian su viaje, con mucho gozo y alegrfa por encontrarse cerca de su pueblo. Se iban de vez en cuando deteniendo porque estaban bastante aba138 139 1 tidos y cansados por el largo y calamitoso viaje, y En estas paradas que hacian gozaban de los favores del Cielo, y nuestro Jose cafa tambien en extaAcostumbraba, en cada parada que hada, le- .rantar los ojos al Cielo, y quedarse contemplando las grandezas de su Dios y de los gozos eternos Ole les esperan a los que cumplen la Voluntad de Desde nino nuestro Jose tuvo como costurnbre .hirar el Cielo y allf deleitarse contemplando a su 7ios y los gozos de esa patria bienaventurada, y esto acostumbro hacer tambien durante todo el anscurso de su vida encontrando un consuelo inmenso al mirar el Cielo sabiendo que allf estaba amado Dios y decla a menudo a su Testis: 7";Mi querido hijo!, aunque yo tenga el gran privilegio de tratar con Vos, de gozar de vuestra mabilisima Presencia y de contemplar en Vos la ivinidad escondida, a pesar de eso experirnento Lin consuelo muy grande al mirar el Cielo, y mi prazon se llena de jubilo. Y su Jesus le contestaba con toda gracia: —"Esto os hace maravillar, ,.torque allf habits mi Padre Divino en el 71-ono su Majestad, y allf estd preparado para vos un lugar muy elevado, donde por toda la Eterldad gozareis y vereis al Padre Divino cara a cara. Vereis las bellezas increadas y gozartis Je los inmensos tesoros de la Divinidad"—. f' A estas palabras nuestro Jose exultaba y ileno 'e alegria exclamaba:. —"i0h Parafso! i,Cuando Regard para mf esa hora deseada en la cual sere hecho digno de entrar en el y de ver cara a cara a mi Dios y de gozar de El? ;Oh Dios mfo, Dios mfo!"—. Y diciendo esto cafa en extasis, y el Divino Nifio gozaba mucho al ver a su Jose tan deseoso de it a contemplar cara a cara a su Dios y deseaba que llegara pronto el tiempo de llevar a cabo la obra de la RedenciOn, esto es de su penosfsima Pasion y Muerte, de modo que, al abrirse las puertas eternas, pudieran ser introducidas las almas a los eternos gozos del Parafso.
CAPITULO IV Mas persecuciones para el Santo: todo lo acepta con heroica mansedumbre Al it ya, como se ha dicho, muchas personas al taller de San Jose para ver al Divino Nifio y consolarse con su amabilfsima Presencia, hubo algunos que con buena intenciOn reprochaban al Santo, diciendole que como se atrevfa su corazon a tener a un hijo tan digno, de tanta gracia y belleza, trabajando en ese taller, y que al ser El de tan noble Indole y de gran talento, debfa aplicar eso al estudio de la Escritura, porque habrfa llegado a ser un gran doctor de la Ley y habrfa tenido gran exito, lo cual habrfa sido de honor tambien para la ciudad. El Santo frente a estas palabras que le herfan el corazon otra cosa no respondfa que encogiendose de hombros, por lo cual aquellos pensaban que el tenfa poco amor a su hijo y poca compasion a su delicadfsima complexion; y encendidos de celo, bien intencionado, reprochaban al Santo de cruel y de exigente, de desamorado con su hijo y que con tal de tener a alguien que lo ayudara en el trabajo no se preocupaba de tener a su hijo fatigandose en eso. Y le decfan: -"Si otro, quien quiera, tuviese un hijo de esta clase, pondrfa en riesgo tambien la vida por fatigarse, ganar, y hacer que 78 79 disgusto, sino que siempre les hablaba con humildad y sumision, demostrando alegrfa de cuanto ellos declan en contra de el. Y de hecho lo aceptaba con gusto, porque en dicha ocasion practicaba esos actos de virtud que ya sabfa que eran tan gratos a su Dios y de tantos meritos para su alma y rogaba mucho por aquellos que tanto lo molestaban y le decfan palabras ofensivas. La pena y amargura que el Santo sentfa por eso, era por el hecho de que le disgustaba ver a su Redentor fatigarse en ese miserable taller, por lo tanto, cuando aquellos le decfan eso quedaba mas que nunca herido su corazon, por la compasion que tenfa hacia su Divino hijo. Lloraba muy a menudo amargamente, pero luego se conformaba en todo a la Divina Voluntad. El Redentor le demostraba cuanto le agradaban esos actos que 01 hacfa de virtud Y. de paciencia, y con una mirada sOnriente que le daba lo consolaba plenamente. Se ponfa a mirar a su hermosfsimo _Testis y se inundaba de un jtibilo incomparable su corazOn y le decfa: -";Oh mi querido hijo, el veros solamente es suficiente para mitigar cualquier amargura, por lo cual mi alma se deshace toda a vuestra vista! Vengan pues las angustias y que yo sea despreciado y burlado por las criaturas, maltratado y ofendido, porque todo se me hace dulce y suave solamente al veros, mi querido bien"-. Y asf diciendo cafa en extasis por la dulzura. Las angustias que nuestro Jose experimento por parte de las criaturas, a las que los enemigos infernales adrede instigaban contra el Santo, fueron muy 80 f 81 su hijo tuviese los medios para estudiar"-. Todas estas cosas estaba escuchando nuestro Jose con gran mortificacion y pena de su corazon, conociendo que tenfan razon, hablando humanamente, pero no les podia hacer comprender, porque no tenfa la orden de descubrir el secreto y el misterio escondido. Por lo cual el Santo les respondfa con gran humildad y sumision, diciendoles que tenfan razen, pero que el teniendo necesidad de ayuda no debfa privarse de ese hijo que Dios le habfa dado, y que si hubiese conocido de otra forma cual era la Volun: tad de Dios, pronto hubiese estado dispuesto para cumplirla. Se burlaban aquellos de las palabras del Santo diciendole: -";0h, ahora quereis que venga Dios para decir lo que debeis hacer! ;Grandes pretensiones son las vuestras! Vos debeis de Codas maneras enviar a vuestro hijo para que estudie"-. El Santo agachaba la cabeza y no les respondfa, todo lo sufrfa con invencible paciencia, no dijo jamas palabra alguna por la cual les pudiese ofender, como de hecho se merecfan por su inoportunidad; antes bien, les agradecfa por la preocupacion que demostraban y por el afecto que tenfan hacia su hijo. Pero aquellos comenzaron a considerar al Santo como un hombre de cabeza dura, y que no querfa dejarse persuadir en nada en cosa tan importante, y como tal lo iban divulgando por toda la ciudad. Mucho duro esta angustia y molestia para nuestro Jose, porque cada vez que iba a su taller lo molestaban acerca de este particular; pero el Santo todo lo sufrici con invencible paciencia, no rnostro nunca su rostro perturbado, ni dijo jamas palabra de 1 livianas en comparacion de las que el Santo sufrio por medio de su Jest's, y que JesUs mismo le enviaba para hacerle adquirir mas meritos. Jestis se hacia ver a veces en el taller todo triste con la mirada fija en el trabajo, suspirando, mientras pensaba en las graves ofensas que recibfa su Padre Divino, y sentia amargura y dolor por ello. Esto no lo sabfa nuestro Jose, y al ver a su Jestis en esa posicion, quedaba herido por un agudo dolor. ;Oh, que grandes eran los desvarios de su corazon! iOh, que grandes las penas de su espiritu!, no podia encontrar paz, y otra cosa no podia decir que: -"Querido Jestis mfo, ique mal os habre hecho yo para que tengais el rostro triste y sufrido?"-. Y esto decia en lo mas profundo de su corazon. El Santo pensaba it donde su esposa y preguntarle que le sucedfa a su Jest's, pero luego no se animaba a ello. Querfa preguntarle la causa de su dolor y no se atrevia, y asf afligido segufa su trabajo, derramando abundantes lagrimas de dolor. Jesus dejaba que se quedara con esa pena, queriendo que el Santo adquiriese meritos y se resignara. De hecho, todo conformado, ofrecia al Padre Divino su gran dolor, que en verdad le traspasaba el alma, y estaba en esa pena hasta que llegara la hora de la comida, porque allf se daba &limo y todo confundido decia a su Jestis: -"iMi querido hijo, ha llegado la hora destinada para la comida!, por lo tanto, os aviso para que vayamos a alimentarnos"-. Entonces el amable Jesus, teniendo compasion del afligido Jose, muy serenamente lo miraba con su acostu ► brada gracia y le decia: -";Vamos, padre mfo, porque es conveniente que vos os restablezcdis por haberos fatigado tanto!"-. A estas palabras dichas por Jesus con mucha gracia y dulzura el afligido Jose se consolaba plenamente y se reanimaba en su espfritu agobiado por el dolor. Y muy contento se iba con su Jesus para ver a la Divina Madre, la cual tenfa ya todo preparado, y Ella misma, que todo lo habfa comprendido, miraba a su Jesus con gran amor y luego a su Jose con gran compasion, y con esa mirada Jose entendfa como su esposa ya todo lo sabfa y que mucho lo compadecia; y el agachaba la cabeza en sepal de gratitud. Despues de haberse alimentado, el Redentor les hada alguna exhortacion, ahOra hablando de las perfecciones de su Padre Celestial, ahora de la Divina Providencia, ahora de la conformidad que siempre hay que tener en las cosas adversas, ahora del Amor que el Padre Divino tiene al genero humano, por lo cual no pasaba dfa en que el Divino Maestro no hiciera alguna reflexiOn, y esto particularmente despues del alimento, para alimentar con su Palabra diyina sus almas y restablecerlas, de modo que quedaran muy restablecidas y confortadas y siempre mas iluminados e instruidos. Nuestro Jose gozaba mucho de las palabras de su Redentor y le parecia cada hora como si fuera mil para que llegara ese momento destinado a la refley tambien Gala en extasis por el consuelo que experimentaba su espiritu. Luego el Divino Hijo se retiraba y quedaba Jose con la Santa Madre, y se ponfa a hablar de las per82 83 fecciones de su amado Testis, de su gracia y amabilidad, de su divina Sabidurfa y de sus otras admirables virtudes y prerrogativas. El Santo decia a su esposa: -"i0h, esposa mia!, zy donde jamas he merecido yo un bien tan grande para estar en compatifa vuestra y de nuestro Salvador? Oh que Bondad _ y Caridad ha usado nuestro Dios hacia mi, eligiendome para un cargo tan digno" -. Y junto con su esposa daba afectuosas gracias al Padre Divino. Luego manifestaba a la Divina Madre lo que le habfa sucedido en el taller con su Jesils; y Ella, aunque todo lo supiera, no daba sepal de ello, sino que compadecia mucho la pena que el habfa tenido, y mucho mas compadecia a su amado Hijo, y exhortaba a su esposo para que no se afligiese demasiado al pensar que el era la causa de las angustias que demostraba tener su Testis, sino mas bien que se afligiera por las ofensas que el Padre Divino recibia del genero humano, y asf habria podido acornpafiar a su afligido Testis. El Santo no dejaba de cumptir lo que su esposa le sugerfa; pero dirigiendose a Ella le clecia que solamente el ver a su Testis en esa pena le causaba profundo dolor; de lo cual era muy compadecido por Ella, porque Ella tambien experimentaba eso y mucho mas que Jose por la adhesion y union mas Intima y cordial que Ella tenfa con su amado Hijo. Luego el Santo iba a su trabajo con su querido Testis, y al dejar a su esposa, le pedla tenerle en cuenta en las oraciones al Padre Divino, pues sabia que Ella estaba continuamente en la Presencia de Dios. Le decla tambien que la compadecfa mucho porque su Divino Hijo no se quedara con Ella, pero que el no dejarfa de presentar cordiales cumplidos a su Testis de parte de Ella mientras estaba trabajando en el taller con El y que le pedirla tambien que fuera a visitarla. Mucho agradecla la Divina Madre las expresiones que su Jose le manifestaba y la atencion y delicadeza que le mostraba al querer verla - consolada y de satisfacer su "deseo, por 'o cual daba afectuosas gracias a su Jose. De hecho, no dejaba el de hacer todo lo que habfa prometido a su esposa, porque mientras trabajaba con su Testis, cuando este le hablaba para consolarlo, el enseguida le presentaba cordiales cumplidos por parte de la Divina Madre, y Testis le manifestaba su agradecimiento por ello, recibiendolos con rostro alegre y sonriente, y cuando le pedia que fuera a verla, iba con gran Amor y prontitud, porque ya se sabe cuanto El amaba a la Divina Madre, siendo Ella la delicia de su Corazon; y esto sucedia a menudo como ya se ha dicho otras veces. Asf nuestro Jose entre sus angustias y penas era consolado por su Testis y por la Divina Madre, esto hacia que disminuyan sus penas, aunque estas a veces se duplicaran porque no solamente el sufria, sino tambien su esposa a quien la encontraba afligida, y esto sucedia cuando el Redentor se presentaba con rostro serio. Tambien a la Divina Madre para hacerla ganar meritos, le tenia escondida la causa de sus angustias, por lo cual la Santa Madre venia entonces a sufrir un gran martirio en su Corazon. Nuestro Jose sufrfa doble pena al ver al hijo. triste, serio y angustiado y a la Madre convulsionada y an84 85 gustiada. jOh!, entonces si nuestro Jose no sabfa que hacer, porque Jestis estaba retirado orando al Padre y su esposa afligida y angustiada. Entonces el iba a su taller y aqui postrandose en el suelo lloraba amargamente, pero al acordarse de las palabras que le habia dicho su esposa, dirigia sus lagrimas para llorar las muchas ofensas que recibia el Padre Divino y se desahogaba en calidos suspiros, suplicando la Divina Clemencia para que se dignara perdonar a los pecadores y luego le rogaba para que consolara a la Divina Madre y a el, haciendoles ver de nuevo el rostro sereno de su Jestis. Cuantas cosas decia a su Dios, nuestro Jose, confidencialmente, demostrandose sin embargo en todo resignado y dispuesto para sufrir esa pena por todo el tiempo que hubiese querido su Divina Voluntad. Luego regresaba donde su esposa y al verla tambien triste y afligida procuraba consolarla, aunque el tuviese necesidad de ser consolado. Al encontrarla tan conformada a la Voluntad de su Dios, quedaba siempre mas edificado y admiraba sus virtudes, procurando en todo imitarla, como fiel y amante esposo. Luego que el Divino Hijo habia visto como la Santa Madre y Jose habian practicado los actos de virtud y en todo se habian conformado y enriquecido de meritos, se hada ver a ellos con rostro sereno y amable y todo amoroso les hablaba y les animaba en el sufrimiento. Entonces los corazones de la Santa Madre y de San Jose se alegraban, se llenaban de alegria, quedando todos consolados. Conjuntamente daban alabanzas y agradecimientos al Padre Divino, y nuestro Jose como jefe de familia, hablaba a su Jestis con mucha confianza y le decia: -"Ph mi querido y amado hijo, en que angustias se ha encontrado mi corazon y el de mi esposa al veros angustiado y con rostro triste y dolorido! Mi corazon prueba una pena grandisima al veros entre angustias. jOh!, entonces mi dolor es indescriptible y no se como puedo yo vivir en tan gran dolor"-. Su Jesus lo miraba con rostro sonriente, lo compadecia y le , decia que no debfa preocuparse demasiado ni angustiarse de ello, antes bien tenfa que dar gracias al Padre Divino porque eso querfa para enriquecerlo aLin mas de meritos y para tenerlo ejercitado en los actos de virtud. El Santo ofa eso con gran sumisi6n, y se grababa en su mente y en su corazon las divinas Palabras para luego ponerlas en practica en las ocasiones que se le hubiesen presentado. A veces para probar at Santo de otras maneras, el amado Jestis se hacia ver todo amable y amoroso, pero con una mas clara sepal de la Majestad y Divinidad que habia en El. Y de hecho su aspecto infundia alegria por la amabilidad, y estremecimiento por la Majestad. Entonces nuestro Jose sentia en el corazon como si una flecha poderosa le atravesase, y todo encendid° de amor hacia su amado Jesus y atrafdo por su gracia y belleza querfa acercarse a El, pero se vela atemorizado por la Majestad por lo cual no se atrevia acercarse y hablarle, de modo que deliraba y no sabia que hacer y languidecfa de amor. Tenfa cerca de el al ser querido y no podia satisfacer sus anhelos ni siquiera mirandolo, porque la Majestad lo 86 87 atemorizaba. Entonces se postraba con el rostro en el suelo y adoraba la Divina Majestad de su Dios Humanado, y no se levantaba hasta, que no fuera levantado por El e invitado a un trato familiar, que le permitia adquirir confianza, pues ya escondia las claras sefiales de la Divinidad, de modo que su Jose pudiese dar lugar al amor y saciarse en mirar al ser querido y hablarle confidencialmente diciendole cuanto lo amaba y cuanto gozaba de su amabilisima Presencia. De varias maneras el Divino Redentor probaba a su fiel Jose, y esto lo hada no porque no le fuera fiel en todo, sino para darle ocasiones para adquirir meritos y practicar los actos de virtud, estando en todo resignado y humilde, sin perder jamas su invencible paciencia, sin quejarse jamas y mas bien culpandose a sf mismo de todo lo que le aconteda, manifestando que todo sucedia por su indignidad. Siempre se reconocla merecedor de muchos castigos, y por lo tanto cuando le sucedia algo contrario, deda que era poco para sus desmerecimientos; por lo cual nuestro Jose de cualquier manera que fuera angustiado, o por las criaturas, o por la furia de los enemigos infernales que instigaban a muchos en contra del Santo, o por el mismo Jesils que queria tenerlo ejercitado en el sufrimiento, practico siempre los actos de todas las virtudes en grado eminente y procuro imitar a esos grandes modelos que Dios le habfa dado en custodia. CAPITULO V El amor consume la vida de nuestro Santo Ya se dijo aim° nuestro Jose tenfa la devocion particular a esa pequefia habitacion donde se- habfa celebrado el gran misterio de la EncarnaciOn y donde su Santisima esposa vivia para hacer alli oracion. Ahora bien esta devocion y amor a ese lugar fue acrecentandose siempre mas en nuestro Jose y por lo twito suplicaba a su Santa esposa para que le permitiera it alli a orar, cuando Ella estaba ocupada en las cosas domesticas de la casa, lo cual lo logro. Aunque con su esposa Maria visitaba con mas frecuencia este lugar sagrado, sobre todo cuando querfan obtener alguna Gracia particular por parte del Padre Divino, se postraban en ese mismo suelo, donde estaba la Divina Madre cuando el Verbo Eterno se encarno en su purisimo seno, y allf nuestro Jose se sentia encender el coraOn de un amor mas poderoso y de una gran confianza en la Bondad Divina, muy seguro que en ese lugar nunca habfa tenido Gracia que no le fuera concedida por parte de la Divina Generosidad. Despues de haber pedido la Gracia que deseaba, recibla muchas Luces por parte del Padre Divino; alit su espfritu se unia mas Intimamente con su Dios y gozaba un paraiso de delicias, y mientras el 88 8.9 Divino Redentor estaba retirado orando al Padre y conversando acerca de la importantisima mision de la Redencion humana, el afortunado Jose estaba con su Santa esposa Maria en esa pequetia habitacion. La Divina Madre, toda absorta, vela cuanto pasaba entre el Padre Divino y su Santisimo Hijo, y Ella tambien lo acompanaba en sus peticiones. Muchas veces tuvo tambien el afortunado Jose esta revelacion, y el tambien se unia con el Divino Hijo y con su Santisima esposa; y a las stiplicas que el Redentor dirigia a su Padre Divino por el genero humano, se unfan tambien las de la Divina Madre y de San Jose, haciendose en esto tambien comparieros del Salvador en las stiplicas, lo cual resultaba de gran utilidad para sus almas, acrecentandose en ellos admirablemente la Divina Gracia, el amor hacia Dios y al projimo y los incomparables meritos. De esto gozaba mucho nuestro Jose, y cuando salfa de ese santo lugar le parecia no ser ya el de antes, sino totalmente transformado por Dios. El Santo no era capaz de cosa alguna temporal, sino que parecia un alma divinizada a la manera de los bienaventurados que estan en el Cielo; por lo cual al salir afuera, esperaba un poco para volver en si, dejando aquf a la Divina Madre totalmente absorta, la misma que nunca fue perturbada por el Santo esposo, dejandola allf a su gusto y gozando del consuelo que su divina esposa gustaba en el mismo. Iba creciendo tanto el amor de nuestro Jose hacia su Dios, que se iba consumiendo tambien en el cuerpo. El Santo sufria continuos desmayos amorosos, y esto por el trato continuo y familiar de su amado Testis, y por la divina contemplaciOn y por la relacion de un amor santo que tenia con la Madre del Amor hermoso. Habia ilegado a ser un volcan en llamas el corazor' del afortunado Jose, de modo que a menudo exclamaba: —"i0h Dios de Amor y de Caridad!, poned fin a esta vida mfa, y muera yo entre las cenizas de estas llamas que tanto arden en mi pecho"— . Y asi el Santo comenzaba a tener un deseo muy ardiente de morir consumido y quemado en el fuego del divino Amor, y a menudo iba diciendo a su esposa: —"i0h mi querida y amada esposa!, yo siento nacer en mi un vivo deseo de morir consumido y abrazado en el fuego del Amor divino"—. Y la Santa Madre lo consolaba diciendole, que Dios quien le daba ese santo deseo, lo habrfa tambien consolado haciendolo morir en la forma como el deseaba. Entonces el Santo, levantando las manos y los ojos al Cielo exclamaba: L"i0h Bondad inmensa de mi Dios! 2,Sera pues verdad que Vos me consolareis de la manera , que yo deseo, y llegare a morir consumido por vuestro dichoso fuego?"—. Y diciendo esto, todo encendido en el rostro y mucho mas en el corazon, con los ojos resplandecientes cafa en extasis, donde se quedaba mucho tiempo hasta que, llegada la hora destinada para rezar las divi- . nas alabanzas junto con Jesus y la Divina Madre, .volvia en si. La Santa Madre miraba a su esposO Jose con mucho agrado de su alma, porque pare90 91 cia mas un hombre celestial que terrenal, pareciendo su rostro el de un Angel del Parafso; y de esto daba afectuosas gracias a su Dios por dignarse conceder abundantes dones a su esposo Jose, reconociendolo como si fueran hechas a Ella misma. Nuestro Jose era tambien muy devoto y encarinada con el gran misterio de la Encamacion y al conocer por parte de la Divina Madre el dfa y la hora que tuvo lugar dicho misterio, a menudo celebraba el recuerdo del mismo, pero sobre todo cada mes y cada ano, y se preparaba a ello de una manera especial, practicando muchos actos de mortificacion; y cada vez que corrfa el octavo dfa renovaba el recuerdo del mismo, levantandose a esa misma hora para orar y dar gracias a Dios por el beneficio hecho al genera humano. Esto lo hacia junto con la Divina Madre en esa misma habitaciOn en nombre de todo el genera humano, dedicando a ello muchas horas en actos de agradecimiento y de gratitud a su Dios, a quien llamaba muy generoso con sus Gracias. Lo mismo hacia acerca del misterio de la Natividad, levantandose a la media noche, a la misma hora y en ese dfa en el cual habfa nacido el Salvador, quedandose durante todo el resto de la noche meditanClo el misterio y rindiendo gracias al Padre Divino. Lo mismo hacia con respecto a la presentaciOn de su Jesus en el Templo, deteniendose a meditar las palabras que habfa ofdo de boca del Santo anciano Simeon. Practicaba todo esto junto con su Santa esposa, y con tanto afecto y abundancia de lagrimas, que parecfa que se le deshacfa el corazon por la ternura; asf su alma se iba colmando de meritos. Se quedaba luego con la Divina Madre en santas reflexiones, en las cuales se iban siempre mas encendiendo sus corazones hacia el Amor de Dios, haciendo en esto admirables progresos. Entre tantos consuelos nuestro Santo sufrfa penas y amarguras inenarrables por el recuerdo de las penas que estaban preparadas para su querido Testis, y, en lo maximo de los consuelos, comenzaba conversar acerca de los muchos pasajes de la Escritura que hacfan mencion de los tormentos del Redentor. La Divina Madre se los explicaba con toda claridad, y 61 muy bien los entendfa, y en la medida del gran amor que tenfa a su Jestis sentia el dolor y la pena, y a menudo se desmayaba por el agudo dolor que sentfa. Con que ternura hablarfa de ello, cuanto compadecerfa a su Jestis y cuanto desearfa sufrir 61 todas esas penas en lugar del Divino Redentor, no es facil describirlo. Y cuando se encontraba en estos coloquios dirigiendose a su esposa, le decia: -"iAh, esposa mia!, yo deseo morir consumido en el fuego del divino Amor, pero deseo tambien morir atormentado por las penas por amor a nuestro Testis. ;Oh, cuan feliz me considerarfa si pudiera yo tambien sufrir parte de sus dolores y de sus penas!"-. Y de hecho se encendfa tanto en este deseo de sufrir, cuando meditaba en esto, que insistia a su Dios por ello y le suplicaba para que le diera modo de sufrir antes de su muerte, y de padecer agudos dolores para poderse asemejar de alguna manera a su Testis, que tanto sufrirfa en su Pasion y Muerte. Y cuando su Testis se quedaba con la Santa Madre en santas conversacio92 I 93 Ines, nuestro Jose se iba a su taller y se postraba en el suelo poniendo el rostra sobre esa pequefia Cruz labrada por su Testis, y allf todo encendido de deseo de sufrir suplicaba al Padre Divino de modo que 16 diera parte de esos dolores que su Testis sufrirfa en 1la Cruz. Sus peticiones no cayeron en el vacfo port que en su mortal enfermedad, el Santo sufrici gravfsimos dolores como se dira en su debido lugar. Aunque nuestro Jose, por el exceso del divino consuelo y del amor ardiente que tenfa hacia su Dios se sentfa incapaz de tomar el alimento corporal, mucho mas y con mas frecuencia le pasaba esto por el exceso de dolor que el e.xpe.rimentaba por las penas preparadas a su Jestis. Se vela al Santo estar dfas y noches enteras lleI no de dolor y lloroso, sin tomar alimento ni descanso, angustiado, afligido y casi fuera de sf por el ex1 ceso de dolor, con la mente fija en las penas preparadas al Redentor, y manifestaba su reproche hacia aquellos que lo habrfan atormentado y se le ofa de1 cir: —"jAh, corazones crueles! zCorno podreis atormentar a vuestro amado Redentor? zComo podreis I poner las manos encima a vuestro Dios Humana- ; do? zTendreis el valor de maltratar a un Hijo de Dios, de tanta Majestad y Grandeza, de tanta Gra1 cia y Hermosura, de tanta Sabidurfa y Bondad, de tanto Amor y Caridad? ;Oh, como podreis hacer esto, criaturas muy despreciables e indignas! jAh, l' crueles! i,Como podreis poner las manos sobre la persona de vuestro Salvador?"—. Y al decir esto se 1 desmayaba por la pena, y su Jesus acudfa para ani- ; marlo y consolarlo. 1 94 A pesar de todo esto no se ofa al Santo proferir palabras de ira, sino con el corazon lleno de dulzura y caridad, tambien hacia los crueles ministros; solamente los llamaba crueles, despiadados, y luego rogaba al Padre Divino para que los perdonara; y todo conformado se remitfa a la disposiciOn divina y a cuanto el Padre Divino hubiese permitido, para que se cumpliera la obra de la Redencion humana de la manera como Dios habla destinado y ordenado, esto es, que el Redentor muriera crucificado entre penas y dolores. A veces fijaba la mirada en el rostro de su amado Jestis, contemplando sus admirables bellezas, quedando arrebatado por las mismas; pero enseguida se hacia presente en su mente el pensamiento de las penas que debfa sufrir, y quedaba totalmente amargado y herido por un agudo dolor, diciendose: —"iAh, rostro hermosfsimo y sobremanera admirable de mi Jestis! ;Como quedareis afligido y triste, cuando sereis ultrajado por vuestras criaturas!"—. Lo mismo hacia al contemplar las otras partes del cuerpo, por ejemplo, cuando el Redentor le hablaba con tanta Sabidurfa y dulzura,—"jAh, boca divina, que profells Palabras de Vida, corm sereis amargada!, iy aim° seran rechazadas vuestras divinas Palabras y la celestial doctrina que Vos ensefiareis a todos!"—. Volvia a mirar las manos muy candidas y hermosas de su Jesus, complaciendose en tan hermosa vision, pero enseguida pensaba como aquellas serfan clavadas sobre una Cruz. Miraba toda la persona de su Salvador, contemplando la hermosura y nobleza de su aspecto, y luego decia: —"jAh, mi . 95 Dios Humanado! jAh, Humanidad Santisima divinizada! ;Sin embargo Ilegareis a morir sobre un patfbulo de infamia!"-. Estas reflexiones eran como otras tantas espadas que herlan y desgarraban el corazon de nuestro Jose, y asf se iba consumiendo en el amor y en el dolor, y a medida que pasaba el tiempo, se iba grabando en su mente las penas que sufrirIa su amabilisimo Redentor; y al ver que crecia en edad, mas se afligfa, porque se iba acercando el tiempo de sus duros tormentos. A menudo le decia a su Santisima esposa, que al ver crecer a su amado JestIs, crecia en el la pena y el dolor pensando que esa Humanidad Santisima que tan admirablemente iba creciendo, habrfa sufrido tan atroces tormentos. A estas palabras se acrecentaba el dolor y la angustia tambien en la Divina Madre, y en la medida del dolor iba creciendo el amor, tanto en Ella como en nuestro Jose. Fue algo admirable en nuestro Santo que en ingar de tener horror a la Cruz, como patibulo de infamia y causa de tanta pena suya, por tener que morir sobre ella su amado Jestis, el Santo tuvo para ella una devocion particular; por lo cual a menudo iba a verla, la abrazaba y besaba con gran afecto y abundancia de lagrimas, mirandola como un instrumento sobre el cual se debia realizar la obra de la Redencion humana. Con la Cruz hada muchas conversaciones, desahogando la pena de su corazon, y luego se decia: -"Oh, 2,cruien sera ese artifice que labrard la Cruz verdadera donde mi Redentor morird crucificado?"-. Y asf diciendo su corazon se deshacfa en lagrimas. CAPITULO VI Graves sintomas de decaimiento fisico Iba creciendo tanto en nuestro Jose el amor hacia su Dios y el dolor por las penas que estaban preparadas al Redentor, que le comenzaron a faltar las fuerzas ffsicas de tal modo que ya no podia trabajar a no ser con mucha fatiga. El Santo aparecfa muy agotado y abatido, por lo cual el Redentor lo asistia con mucho cuidado, quitandole la fatiga y haciendo El mismo el trabajo mas pesado. Mientras el Santo permaneda en el taller, le era de mucho alivio la companfa de Jesus, pues su Presencia lo consolaba y le daba animo para que su trabajo le fuera mas facil y de menor fatiga. El Redentor lo iba consolando con palabras de afecto y de compasion por lo cual el Santo crecia siempre mas en el amor hacia El, y tambien en el dolor porque miraba la gracia y belleza del hermosfsimo Joven que habfa crecido en edad, gracia y Sabidurfa; sin embargo, no se le quitaba nunca de la mente la muerte despiadada que debia padecer. A veces mientras el Redentor se fatigaba trabajando, el le decia: -"iAh, amado hijo mfo! iVos 96 97 ahora os fatigais trabajando sobre estos maderos, vendra el tiempo en el cual habra quien se fatigapor Vos labrandoos la Cruz sobre la cual debereis terminar vuestra vida!"-. Asf diciendo se desmayaba por el dolor que sentfa, y su JesUs lo sostenia entre sus brazos y lo consolaba, recordandole que se tenfa que conformar a la Voluntad del Padre Celestial. A estas palabras el Santo respiraba y exclamaba: -"iSf, sf Jesus mfo!, ihagase en todo la Divina Voluntad!, pero mi corazon no puede dejar de sentir el cruel dolor. Sacrifico este dolor al Padre Celestial y me ofrezco dispuesto yo tambien a morir en la Cruz cada vez que esta sea su Voluntad"-. El Santo sentia pena de este debilitamiento de sus fuerzas que no le permitfa fatigarse mas para conseguir el alimento necesario, tanto para sf como para su esposa y para su Jesus; al Redentor le manifestaba alguna palabra sobre este particular y la afliccion que tenfa al ver a su hijo tan cansado. Y todo amoroso, dirigiendose a su Jestis, le decfa: -"jAh, mi querido hijo y Seflor, cuanta pena me da ver que os estais fatigando y que tampoco yo puedo ayudaros! No deseo las fuerzas corporales para otra cosa sino para serviros de alguna manera de ayuda y alivio, pero me encuentro casi totalmente privado de ellas. ;He aqui que me privo el privilegio de fatigarme por Vos!"-. Y asi se ponfa a llorar, atribuyendolo todo a su indignidad. Sin embargo era consolado por el Salvador, que le dada que ya habfa trabajado demasiado en el pasado, y que habfa hecho todo lo que habfa sabido y podido; que por lo tanto se consolara y que entonces era tiempo de tomarse algtin descanso y de cumplir la Divina Voluntad que to querfa en ese estado de debilidad, que sufriera con alegria, porque hacia la Voluntad del Padre Divino. Asf nuestro Jose se iba consolando y sufrfa con toda generosidad y alegria la falta de las fuerzas fisicas, tanto mas que las fuerzas espirituales se hacfan siempre mas fuertes y robustas. Por las cuales practicaba todas las viltudes con tanto animo y perfeccion, haciendo grandes progresos en el Amor y en la Gracia de su Dios. La Santfsima Virgen tambien lo consolaba y animaba, y procuraba prepararle algtin alimento, de modo que su esposo pudiera alimentarse, porque comfa menos que de costumbre: Al Santo le agradaba el alimento, lo saboreaba, dando sin embargo siempre una parte a los pobres, hacia los cuales, como ya se dijo, el Santo file muy amable y compasivo; y por lo tanto tambien deseaba estar con fuerzas para trabajar para darles la limosna, pero puesto que no podia hacerla por su debilidad, la hacia multiplicando por ellos las oraciones y suplicas a Dios de modo que los proveyera en sus necesidades. En este tiempo en el cual no podia trabajar por las causas mencionadas, el Santo dedicaba mas tiempo a contemplar las divinas perfecciones, y se iba encendiendo en el un mas ardiente deseo de it a ver y gozar de su Dios cara a cara. Se ponfa a mirar el cielo y .estaba durante muchas horas con 98 99 los ojos fijos en el, deseando que llegara pronto ese afortunado dia en el cual se cumpliera la obra de la Redencion, por medio de la cual hubiese sido hecho digno de ser introducido en las moradas eternas. A este respecto rezaba varios pasajes de la Escritura y de los Salmos de David, anhelando esa patria bienaventurada. Luego se iba donde su Santa esposa Maria y le expresaba su deseo y le decia: -"iCuando sera, mi queridisima esposa, que yo sea hecho digno de ser introducido en el gozo de nuestro Dios! ;Oh, que deseo ardiente prueba mi corazon! Me parece comprender que no se va a prolongar mucho mi exilio, y que mi alma tendra que liberarse pronto de las ataduras del cuerpo para ir a descansar en el seno de Abraham, y alli esperar que se cumpla la obra de la Redencion hurnana para ser luego introducido en el gozo inmenso de nuestro Dios. Esto me parece, porque no solamente me van faltando las fuerzas corporales sino que siento tambien encenderse en mi un deseo ardiente para dejar esta vida. Otra pena no experimento que la de dejaros a vos, esposa mia querida, y a nuestro JestIs en tantas penas que debereis sufrir, pero el Padre Divino os asistird y consolara, y dentro de poco espero veros cuando el Salvador a traves de su muerte nos abrird las puertas eternas y nos introducird en la patria bienaventurada" - . La Divina Madre sentfa mucha pena, porque Ella tambien conocla que su esposo estaba cerca del final de su vida corporal, pero toda conformada a la Divina Voluntad manifestaba a su esposo con mucho cariflo y consideracion la pena que sentfa de ello. Nuestro Jose entendia muy bien que se estaba acercando el final de su vida, como ya se dijo, y por lo tanto se apresuraba mucho en la practica de las virtudes y rogaba al Salvador para que se dignara hablarle mas a menudo de los aspectos divinos y de los misterios de su Vida, Pasion y Muerte, porque luego, le decia: -"Ya no podre veros, ni oir vuestras divinas Palabras; ipor lo tanto hacedme gozar ahora que estoy con Vos y que tengo la dicha de veros revestido de nuestra came mortal!"-. Jesus lo consolaba atendiendo cuanto le pedia, hablandole muy a menudo de los divinos misterios, de las divinas perfecciones y de los divinos atributos, de la gloria del Parafso; por lo cual se iba acrecentando siempre mas en el Santo el deseo de ir a gozar de su Dios card a cara. Y dirfgiendose a su Jestis le decia: -"i0h mi amabilisimo Redentor!, cuanto desea mi alma ser liberada de las ataduras del cuerpo y de ir a gozar de nuestro Dios cara a cara. Si solo el oirlo de Vos me causa tanto gozo que parece que mi alma se separa del cuerpo y se dirige ya a disfrutar del gozo eterno. Sin embargo, todo mi consuelo se Ilena de amargura cuando pienso que nadie podia abrir la puerta del Cielo fuera de Vos, por medio de vuestra Vida, Pasion y Muerte. ;Oh esto es lo que me aflije y me traspasa el corazon! iCuantas penas, cuantos dolores y 100 1 f 101 cuanta Sangre os costard vuestro rescate! Nosotros gozaremos de la vision beatifica de nuestro Dios a costa de vuestros dolores y de vuestra penosisima Muerte. iAh, mi amabilisimo Redentor, se me aprieta el corazOn cada vez que pienso en esto! iQuisiera poder de alguna manera corresponder a vuestro infinito Amor y dar mi vida, mi sangre por Vos y quisiera poder suplir las ingratitudes de tantos y tantos que no reconoceran un beneficio tan grande y de tanto Amor!"-. Nuestro querido Jose iba repitiendo frecuentemente estos actos con su Jestis, y cada vez mas se iba consumiendo en el dolor y en .el amor. Contemplaba atentamente al Redentor con su amor cada vez mas ardiente e iba meditando los dones maravillosos que poseia, esto es, de belleza, de Gracia, de Sabidurfa, de Ciencia y todas las cualidades que en su persona destacaban admirablemente, se deleitaba y se complacfa tanto de la riqueza de los divinos tesoros que vela en Jesiis que su alma se llenaba de un gozo especial. Sin embargo este gozo, como ya se ha dicho, venia acompafiado por la amargura al pensar en las penas y en la muerte que le esperaban, y le decfa a Testis: -"i0h Testis, Salvador mio!, itanta Gracia, tanta belleza, tanta Sabidtria, Ciencia y Bondad que se encuentra en Vos, sera ultrajada, ofendida, burlada!"-. Estas reflexiones ocupaban casi de continuo la mente y el corazon de nuestro Jose e iban consumiendo su vida. El Redentor lo aceptaba todo con agrado y le daba claras seflales de su complacencia. Al rezar luego las divinas alabanzas con el Salvador y con la Divina Madre, eran mas frecuentes los arrebatos de espfritu y los extasis sublimes que el Santo tenia, de tal modo, que tambien entrando en oxtasis recibia frecuentes revelaciones acerca de los divinos misterios; por tanto su alma, si no hubiese tenido el conocimiento de la Pasion y Muerte del Salvador, por lo cual sentfa una inmensa amargura, se podia decir que habria gozado siempre las delicias del Paralso; pero porque quiso Dios darle ocasion de merecer y de sufrir para enriquecerlo de meritos, le dio a conocer con claridad todos los sufrimientos preparados al Salvador. En esta debilidad suya y falta de fuerzas nunca deja el Santo sus acostumbrados ejercicios de oracion, antes bien los aumento, y estaba muchas horas de rodillas en el suelo orando y suplicando al Padre Divino por la salvacion de las almas y para que cada uno reconociera al verdadero Mesfas, cuando este a tray& de su predicacion se habria manifestado mas claramente al mundo; lo cual ya sabfa por revelacion divina el afortunado Jose, y tenfa un deseo muy ardiente de que todos los que hubiesen tenido la suerte de ofr los sermones y ensefianzas del Redentor se hubiesen aprovechado de ellos, y hubiesen abrazado la ver- . dadera Fe y la Doctrina Celestial. Por estas intenciones, el Santo dirigla calidas stiplicas al Padre Divino y se decia: -"i0h, bienaventurados aguellos que oiran las Palabras divinas del Salvador y las guardaran!"-. De esto hablaba frecuentemente con la. Divina Madre y le decia: -"A vos, mi 102 103 querida y amada esposa, os tocard la hermosa suerte de ofr los sermones que hard nuestro Jesus. Es verdad que sufrireis grandes amarguras al ver sus grandes padecimientos, las contradicciones, las persecuciones que sufrird, pero sus divinas Palabras os consolaran y su amable aspecto os confortard mucho. Yo gozo del hermoso privilegio que tendreis de sufrir por amor a nuestro querido Jesus, y me alegro tambien del gozo que ireis experimentando por sus amorosas visitas, que espero os hard a menudo para consolaros vuestras penas, que como amorosa Madre ireis sintiendo por sus penas .y por las tantas fatigas y sufrimientos que tendra que sostener por la conversion de los pueblos"-. En estos coloquios se encendia siempre mas el amor de nuestro Jose y quedaba de tal manera abatido que a menudo se desmayaba y la Divina Madre lo confortaba, le preparaba el alimento para restablecer sus fuerzas y el Santo lo recibfa con mucha gratitud bendiciendo siempre a su Dios por haber enriquecido a su esposa de tantos dones y adornado de tantas Gracias. CAPITULO VII Ultimas persecuciones de Satands Al encontrarse San Jose muy debilitado en sus fuerzas y muy abatido como ya se dijo, a pesar de eso no dejaba de it a trabajar con su Jesus, y esto se lo permitfa el Divino Salvador para no privarlo del consuelo que el Santo tenia al estar en su compalifa, y a menudo era rogado por el mismo, diciendole: -"Mi querido y amado Redentor, permitidme que yo este con Vos, porque conozco que me queda poco tiempo de vida, por lo cual deseo gozar de vuestra querida Presencia durante este tiempo que tengo que vivir, porque luego ya no tendre la hermosa suerte de veros hasta que vengais victorioso para sacar del limbo mi alma y la de los patriarcas y justos que allf se encuentran"-. El Redentor lo llenaba de dicha, y permitfa que se quedara 'con El en el pequelio taller. Pero el enemigo infernal, que siempre ardia de ira contra el Santo y contra el Salvador, no pudiendo soportar tanta Luz, tanta virtud y santidad, instigo a muchos, y tambien a algunos de los mas queridos del Santo. Bajo la forma de compaskin, se pusieron a hablar en contra del Salvador, que al tener ya cierta edad consciente para fati104 1 105 gar y ganarse el alimento para si y para sus padres, obligaba a que Jose trabajara y se fatigara estando reducido a un tan mal estado y privado de fuerzas. Y yendo al taller en forma sorpresiva reprochaban al Salvador, diciendole, que no se avergonzaba de hacer fatigar a su padre que se vela tan decafdo y en tal mal estado, y que El siendo joven, de buena complexion y con fuerzas debia fatigarse El y tener caridad hacia su padre, que tanto habia sufrido y fatigado para El. Estas palabras herfan el corazon de nuestro Jose y le causaban profunda pena, tanto mas que no podia hacerlos recapacitar para no revelar el secreto y el misterio escondido, por lo cual agachando la cabeza se humillaba. El Salvador todo lo oia y se callaba con la tranquilidad en el rostro, que solamente de verlo hada enamorar los corazones, tanta era su gracia y belleza. Pero esos corazones duros por la tentaciOn no se rendlan tan facilmente. No podfan sin embargo dejar de admirar la mansedumbre y paciencia del hermosisimo JestIs, y corn° lo sufrfa todo con tanta serenidad en el rostro y se callaba, a pesar de eso aquellos que estaban dominados por la tentacion no se quedaban tranquilos., Se iban pero luego volvian de nuevo a quejarse y nuestro Jose sufria gran amargura. Hubo algunos que iban con animo enfurecido para lanzar insultos al Redentor, instigados asf por el demonio, pero cuando ilegaban al taller para desahogar su ira quedaban sorprendidos al ver la amabilidad y gracia del nobilisimo Jestis, el cual los recibia con cortesfa y demostracion de afecto. Ante lo cual, estos individuos desistian de sus propOsitos. Sin embargo algunas veces, mientras el Redentor estaba en oracion conversando con su Padre Divino, nuestro Jose se encontraba solo en el taller, y entonces estos demostrando gran celo y compasion hacia el Santo comenzaban a hablar mal del amabilisimo Jesus, diciendole que lo habia criado mal, haciendolo quedar ocioso, sin trabajar, y que era una gran vergiienza el ver a un hijo suyo que en plena juventud se quedara en casa, sin hacer nada, y que el habria tenido que dar cuenta a Dios por haberlo criado asf ocioso y que no era capaz de nada. —"Ahora estas viendo corn° te trata"—, asf le decian, — "corn° te deja solo trabajando y no tiene cuidado ni preocupacion alguna por ti"—. El Santo quedaba herido por estas palabras y otra cosa no sabia responder que pedirles que se callaran y no ofendieran a Dios, porque ellos no podian saber en que estuviera ocupado su hijo. Aquellos se burlaban de las palabras del Santo y burlandose de el le decian: —"Si, sf mientras tanto a ti te toca trabajar y to hijo se esta. paseando"—. Eran tantas las palabras impertinentes que esos instigadores decian al Santo que habrfan podido hacer perder la paciencia aun a las personas sensatas. Y sin embargo nunca se vio a nuestro Jose fastidiado, ni impaciente, sufriendolo todo con paciencia por amor a su Salvador que ya sabfa 106 „107 cuanto habrfa sufrido por la salvacion del genero humano. En estas circunstancias se renovaban en su mente el recuerdo de las penas y las persecuciones que sufrirfa su amabilfsimo Redentor y esto le causaba mas dolores. Se iba a donde su Santa esposa y le manifestaba lo que le habfa sucedido y luego le decfa: -"Oh queridfsima esposa mfa, cuanta compasion tiene mi corazOn hacia vos, porque, si tanta pena me causan las pocas palabras que siento ofr en contra de nuestro amabilfsimo Jestis, que me siento separar el alma del cuerpo, ,que sera de vos, querida.esposa mfa, cuando oireis y yereis tantas cosas y lo mirareis tan afligido y angustiado, tan cuestionado, perseguido y maltratado? ;Oh!, ,como hard vuestro Corazon para vivir en ese tiempo? ;Oh, como sera traspasada vuestra alma por un agudo dolor! ph, en que gran martirio estard entonces vuestro Corazon! iCuanto os compadezco! Si yo pudiera con toda mi sangre y mi misma vida impedir vuestras angustias, vuestros martirios, vuestros espasmos y crueles dolores, ioh con que gusto lo harfa!"-. La Divina Madre ofa todo esto que le decfa su Jose, y tambien Ella traspasada por el dolor por las penas que estaban preparadas para su querido Hijo, compadecfa a su esposo y aunque estuviera mas afligida que el, a pesar de eso lo consolaba y con gentiles modales lo compadecfa y le hablaba de cosas que‘pudiesen tranquilizarlo, esto es, de la Gloria que Jesus habrfa adquirido por las penas sufridas, y de la salvacion de tantas almas que se habrfan aprovechado de su Doctrina Celestial y de sus ejemplos. Asf el Santo quedaba consolado por el momento. Cuando el Santo tenfa que salir de casa por algun motivo era detenido por muchos para preguntarle que cosa tenfa, porque se mostraba muy flaco y extenuado. Y aquellos enseguida comenzaban a hablar mal de su Jestis y de su esposa Marfa, porque no lo ayudaban y no le suministraban el alimento necesario y porque lo hacfan cansar. Frente a estas palabras el Santo se sacudfa todo y temblaba por la pena que sentfa, y les rogaba para que no ofendieran a quien era inocente y que el recibfa de ellos todo el bien. -"Sabed"; les decfa, "que tanto mi esposa, como mi hijo, me dan todo lo que necesito y atin mas; me dan todo el cuidado inimaginable y por lo tanto no vayais hablando mal de ellos porque estais hiriendo mi corazon con estas palabras. Si Dios me quiere en este estado, zpor que quereis acusar a quien me tiene todo el cuidado y atenciOn debida?"-. Algunos quedaban confundidos pero otros mas obstinados se burlaban de sus palabras y le decfan que el se dejaba cegar por el afecto que les tenfa, pero le declan que se cuidara, porque la causa de su debilidad procedfa del poco cuidado que de el se tomaban tanto su esposa como su hijo. Pero el Santo salia de eso con pocas palabras diciendo: -"De ellos yo recibo todo el bien y todo el cuidado y estos son todo mi consuelo y mi alivio. Si luego que108 1 109 reis pensar y creer distintamente, estais equivocados"—. Y agachando la cabeza se iba. De regreso a casa todo afligido, encontraba allf a su Jesiis y a su esposa que lo consolaban y animaban en el sufrimiento. El Santo, por las muchas vejaciones que tenfa por parte de las criaturas, decidio no dejarse ver mas a no ser muy rara vez y en caso de necesidad. Se priv6 tambien del consuelo que tenfa de estar en el taller en compatifa de su Jestis para no dar ocasion de hablar. Esta privacion fue para el de mucha pena y dolor, pero el temor de que su Dios fuera ofendido le hizo sufrir con paciencia cada cosa, por lo cual se quedaba en su Casa, en oraci6n, o sino manteniendo santos coloquios con su Santa esposa. Sin embargo su Jesus no dejaba de consolarlo yendo a menudo a verlo y entreteniendose con el y con la Divina Madre, hablandole de los divinos misterios. Cuando la Santfsima Virgen se quedaba preparando el alimento para su Jose, puesto que al estar tan flaco y abatido de fuerzas le hacia de vez en cuando alguna comida especial para el, entonces el Santo iba a la pequetia habitacion de su Santa esposa, donde se habfa realizado el gran misterio de la Encarnacion, y allf contemplando el admirable misterio se deshacia totalmente en lagrimas y a menudo permanecla en extasis durante horas, de modo que al darse cuenta de eso la Divina Madre, no le perturbaba para no privarle de sus consuelos, gozando mucho en ver a su esposo muy favorecido por el Cielo y daba abundantes gracias a Dios por parte de su Santo esposo. Jose al final de su vida, con mucha frecuencia permanecia en la habitacion de la Divina Madre, en esta habitacion encontraba sus complacencias espirituales. El Santo rogo a su esposa para que condescendiera a ello, y Ella se lo permitio de muy buena gana, conociendo Ella tambien que se acercaba el tiempo en el cual su Santo esposo debla ser separado de las atadur4 del cuerpo. En esta pequetia habitacion nuestro Jose se iba cada vez mas consumiendo en el amor hacia su Dios, como si fuera esa una fragua de amor. Conocia muy bien el Santo que en ese lugar se encendia mucho mas en el las llamas muy ardientes de una perfecta caridad y por lo tanto con tanto gozo de su parte se quedaba allf y parecia que no quisiera alejarse de la misma. De hecho nunca se habrfa ido de allf, pero al saber que llegaba la hora en la cual Ella acostumbraba retirarse para orar y tratar a solas con su Dios, entonces el Santo salia de allf, dando lugar a la Santisima Madre de modo que pudiera hacer sus acostumbracjas oraciones, y en ese tiempo el tambien se retiraba a su pequefia habitacion y al igual que su Santa esposa, se ponia a orar. Muchas veces Dios lo favorecio haciendole ver en espiritu a su esposa que estaba orando rodeada totalmente de Luz y mucho gozaba de ello el Santo y daba afectuosas gracias a su Dios y por lo tanto se propuso orar al mismo tiempo en que su Santa esposa oraba en su habitaciOn, porque entonces 110 111 tambien el Santo recibfa gran abundancia de Gracias. En ese tiempo el Redentor estaba trabajando para poder conseguir el alimento necesario para el sustento de San Jose; por lo cual el Santo sentfa mucha pena al ver al Divino Hijo fatigarse para conseguir el alimento necesario, y, a menudo suspirando manifestaba a su esposa su dolor. Pero Ella lo consolaba diciendole que no se afligiese por su Jesds que estaba cumpliendo la Voluntad del Padre Divino, el cual querfa que por entonces se dedicara a ese trabajo. El Santo se consolaba tambien al dr como ya se habian tranquilizado aquellos que molestos iban al taller y se quejaban de Jesds y de su Santa Madre porque exiglan que estuviera trabajando su Jose. Ahora al ver que Jesds se fatigaba solo en el trabajo lo alababan; y mas bien, terminada la tentacion que tenian, iban para ver a Jest's, y al verlo quedaban consolados y a la vez admirados de la gracia y belleza del hermosisitno Joven y muchos pasaban adrede por ese camino para poder tener la dicha de verlo y decian:-" ^Privilegiado Jose que ha conseguido un hijo semejante!"-. Ya se habld en la vida de Jesucristo de la cantidad de admirables efectos que el Divino Redentor causaba en las almas de aquellos que iban alla, por lo tanto aquf no se narra esto. Solamente digo que al conocer todo esto nuestro Jose sentia un gran consuelo de ello y cuando su Jesus iba a verlo para llevarle alegria, enseguida le preguntaba que le habla sucedido mientras habia estado trabajando, porque estaba siempre con el temor de que tuviera algdn disgusto. Jesus se lo manifestaba todo, como hijo obediente, y tambien para que estuviera consolado. Luego le presentaba las disculpas diciendole: -"Compadeced, querido hijo mio, mi atrevimiento en querer saber lo que os ha sucedido, porque estoy siempre con el temor de que Vos seals ofendido por parte de alguna persona instigada por el cormin enemigo, por lo cual mi corazon vive siempre apenado; y siendo Vos el objeto de mi amor, en Vos siempre pienso y el saber que hubieseis sido ofendido me causarfa gran tormento, asi como me consuela ofr que habeis sido tratado con amor"-. Al Salvador le agradaban las expresiones de su Jose y El tambien le contaba cuanto le amaba y cuanto hada por el orando al Padre Divino de modo que lo enriqueciera siempre mas de sus Gracias y lo iluminara con sus Luces divinas. CAPITULO VIII Grave enfermedad junto con dolorosas pruebas del espiritu Al estar nuestro Jose abatido y extenuado de fuerzas, sufria tambien una grandisima inapetencia, no pudiendo tomar alimento alguno, teniendo nausea de toda clase de alimento corporal y solamente le agradaban y gustaban el alimento espiritual de la santa oracion y de la divina Palabra, que a menudo ofa del Redentor. A pesar de todo esto el Redentor hada de tal manera que el Santo se alimentara, como tambien la Divina Madre que se preocupaba en cocinarle alguna comida de su agrado, y su Jesus se la bendecfa y ponfa en ella su Gracia. Por lo cual el Santo se iba alimentando, sin embargo solamente cuanto fuera necesario para conservarlo con vida. Una noche fue asaltado por fuertisimos dolores y el Santo los sufrici con invencible paciencia, ofreciendolos a Dios en reparacion de sus faltas, asi decfa, aunque no se encontrara en el jamas alguna. El Santo no quiso intranquilizar a su esposa ni tampoco al Salvador, sino que todo lo sufria esperando con toda resignacion la Divina Providencia. La Divina Madre todo lo vela en espiritu y ora1 1 5 ba mucho por su esposo de modo que Dios lo hubiese asistido y dado fuerza para poder sufrir y adquirir el gran merito que se obtiene al sufrir con resignacion. La Divina Madre esperaba el beneplacito divino para it a ver a su Jose y consolarlo en su dolor dandole tambien algtin remedio. Despues de haber entendido el divino beneplacito, se fue enseguida a ver a su Jose y con Ella se fue tambien el Salvador. Cuando el Santo los vio, levanto las manos y el corazon al Cielo agradeciendo al Padre Divino que tan pronto lo habia consolado enviandole a las personas de .su consuelo, luego dirigiendose a su JestIs lo Ramo con gran amor, como tambien a su esposa y se encontro enseguida aliviado de sus dolores. A pesar de todo eso la Divina Madre toda presurosa no dejo de calentar los patios y ponerselos a. su Jose para aliviar sus dolores, y allf se quedaba demostrando gran compasion del mal que sobrevino a su amado esposo Jose, viendo en que podia ocuparse para servirlo y aliviarlo en sus dolores. Pero el Santo totalmente consolado le decia que su sola presencia y la de Jestis eran para el suficiente Para consolarlo. De hecho entonces el Santo probaba un gran alivio y consuelo, pero cuando ellos se alejaban sentia que se le partia el corazOn y sentfa que tambien aumentaba su dolor. El Santo sin embargo no se atrevia a rogarles para que se quedaran en su compaiiia, sino que se remitfa totalmente a las divinas disposiciones y decia: -"Si mi Dios quisiera consolarme ordenarfa que tanto el Hijo como la Madre me asistan, pero, si quisiera que sufra alguna pena y dolor, ordenaria que me dejen. Hagase como plazca a mi Dios. ;Herne aquf dispuesto, oh Dios info, para cumplir vuestra Divina Voluntad!"-. Jestis y Maria se quedaron mucho tiempo en compafiia de San Jose hasta que recuperado de sus dolores se encontraba bastante bien. Al volver la Divina Madre a su habitacion, comu tambien el Divino Hijo, el Santo tom() algtin . descanso, y en el suelio se le aparecio el Angel del Senor y le aviso por parte de Dios, como al acercarse el tiempo de su transito tenfa que disponerse y prepararse adquiriendo muchos meritos y practicando rhuchas virtudes; que por lo tanto Dios lo habria probado mucho con la penosa enfermedad de crueles dolores, lo exhorto al sufrimiento y le aseguro que en esos dolores habrfa agradado mucho a su Dios con su paciencia y conformidad. Ntiestro Jose se desperto totalmente conformado a la Divina Voluntad, hizo un ofrecimiento de todo su ser a al. Dios, mostrandose dispuesto a sufrir todo lo que le hubiese enviado; le agradecio por el aviso que le fue dado y le pidiO su ayuda en esa angustia. Despues que se levant& se lo manifesto todo a la Santa esposa, y le suplicO que ruegue por el para alcanzar el don del sufrimiento con la ayuda de la Gracia Divina. Su Santa esposa se mostro muy amable y tambien dispuesta a sufrir sus dolores cada vez que hubiese sido el beneplacito del Padre Divino, pero el Santo no •se lo 116 117 permitio, queriendo el sufrir por el deseo que tenfa de imitar en algo a su Redentor, puesto que ya sabfa cuantos tormentos le estaban preparados. Los dolores de nuestro Jose eran dolores de estOrnago muy agudos y sufrfa tambien unos desmayos y unos delirios causados algunos por los dolores, otros por el amor ardiente que sentfa hacia su Dios; palpitaciones del corazon y delirios amorosos, que se tranquilizaron un poco con la Presencia de su Jesus, su verdadero y amado bien; y cuando Jesus se le acercaba y lo tomaba de la mano, entonces el Santo se tranquilizaba y cafa en extasis, no sintiendo durante ese tiempo mal alguno, sino gozando de las mas preciadas delicias del Parafso. Nuestro Jose sentfa una gran pena al tener que dejar la querida y amorosa compafila de Jesus y de la Divina Madre. Es verdad que deseaba que se rompieran las ataduras del cuerpo para luego it a gozar de su Dios en la Eternidad, pero el pensamiento de tener que dejar a su Jestis y a su Santa esposa lo martirizaba. Dios por lo tanto, en esta penosa enfermedad suya, le fue purificando y desprendiendo cada vez mas de este amor que aunque fuera santo y perfecto, no obstante habfa algrim apego de su parte. Amaba, es verdad, con un amor puro y sincero, pero habfa tambien en ello algo de su propia satisfaccion y de gozo al verse en comparifa de seres tan queridos y amados, por lo cual en esta enfermedad el Santo se dispuso a quedar privado de ellos, sin sentir pena, antes bien gozando de cumplir en esto la Divina Voluntad a costa de la privacion de la satisfaccion y gusto propio. Antes se ofa al Santo a menudo suspirar mirando a su JestIs y a su Santa esposa, y esto se debfa por pensar que tenfa que dejarlos. Pero luego estaba totalmente dispuesto, y cuando los vela se decfa: -"i0h mi querido hijo, mi querida esposa, y sin embargo tendre el hermoso privilegio de gozaros para siempre en la Casa del Padre Celestial!"-. Asf transcurrfa el tiempo, deseando que llegara pronto el momento destinado para ser llevado a las eternas moradas. Estando ya nuestro Jose preparado para sufrir sus dolores con toda la generosidad, estos se hacfan sentir de cuando en cuando, asaltandole con crueldad durante las horas de la noche a cuando la Divina Madre y el Salvador estaban tomando algtin pequefio descanso. A veces acudfa enseguida la Santa esposa, pero a veces Dios se to tenfa oculto, y esto era cuando querfa prObar a su Jose y dejarlo' solo entre sus dolores sin consuelo alguno. Y en efecto el Santo sufrfa mucho en esas circunstancias, pero tambien iba adquiriendo mas meritos. Podia Ilamar a la Divina Madre con toda facilidad, pero no lo hada, esperando que Dios se la enviara, y confiando totalmente en la Divina Providencia, decfa: -"Vos, Dios mfo, quereis que yo sufra con paciencia y en silencio, y yo lo hago de buena gana, pero ayudadme Vos con vuestra Gracia, porque yo por mf mismo, ino se, no puedo nada!"-. Y 118 119 asi dolorido ofrecia a su Dios sus dolores, en recuerdo de los muchos padecimientos que estaban preparados para su querido Jesus. Luego iba la Divina Madre por orden divina que le daba a conocer la angustia de su Santo esposo, y lo encontraba casi exanime, totalmente rodeado por dolores muy fuertes. La Santa Madre le consolaba, lo abrigaba, rogaba por el al Padre Divino hasta que le proporcionara algtin alivio en sus dolores y le reclamaba porque no la hubiese llamado en su ayuda. Pero el Santo le contestaba: -"No os sorprenda esto, queridisima esposa mia, porque yo estoy seguro de que cuando Dios me quiere dar este alivio, os hace entender el estado en el cual me encuentro, y vos acudireis con vuestra acostumbrada caridad y asi estoy en todo puesto en las manos de la Divina Voluntad. Cuando quiere darme el alivio, lo recibo, y cuando me quiere tener en la angustia tambien estoy contento porque asi cumplo con la Divina Voluntad"-. La Divina Madre quedaba totalmente consolada al oir los sentimientos del Santo y daba gracias a su Dios. Se quedaba con el para hablar de la Divina Bondad y Providencia, de las obras admirables cue su Dios, y entonces el Santo se encendia totalmente..en su rostro y mucho mas en el corazon y exclamaba: -"i0h Dios mio! iQue admirable sois en vuestras obras! ;Clue grande es vuestra Bondad! j,Que podria hacer yo para cornplaceros y para corresponder a vuestro Amor y a los inmensos beneficios que me haceis? Es verdad que me estais afligiendo con estos dolores, ipero cuanto me consoldis con vuestras Gracias y cuanto alivio me proporciondis por medio de mi Santa esposa y de mi amado Jesus! Aumentad sin embargo, si este es vuestro beneplacito, mis dolores, porque yo estoy dispuesto a sufrirlos, con tal de que os digneis acrecentar en mi vuestra Gracia, de modo que los pueda soportar con paciencia y resignaciOn. Si recibo los consuelos con tanto gozo, ,por que no he de recibir de la misma forma tambier' los dolores y las penas? Si, mi Dios, heme aqui dispuesto a sufrir, puesto que estoy siempre dispuesto a gozar o a sufrir"-. Mientras estaba asi de enfermo nuestro Jose, no todas las veces podia tener el consuelo de ver a su lado a su amabilisimo JesUs, porque este se iba a trabajar para poder conseguir el alimento necesario para su sustento. Sin embargo de vez en cuando iba a verlo para consolarlo; pero la Divina Madre le asistfa quedandose mas tiempo, porque no lo dejaba a no ser para it a prepararle el alimento. De esto tambien se contentaba el Santo, y aunque su deseo ,era de que su Jesus no se alejara nunca de el, a pesar de eso tambien en esto se remitia en todo a la Divina Voluntad; aunque luego hasta el final de sus dias nunca fue dejado por el Salvador. En dicho tiempo probaron mucho mas la pobreza porque la Divina Madre estaba ocupada con el Santo y Jesus tambien dedicaba cierto tiempo a el, por lo cual poco le quedaba para poder trabajar. 120 1 121 Pero la Divina Providencia no dejaba de socorrerlos, o por medio de alguno de sus amigos o de las vecinas y a veces tambien a traves de los Angeles, y esto ocurria cuando no habia ninguna ayuda humana. Cuando luego le venia en mente al Santo algun fruto o alimento extraordinario, Dios se lo enviaba por medio de los Angeles para consolar a su fiel Jose, el cual tomaba la confianza para decir a su Santa esposa lo que comerfa, y Ella entonces con gentiles modales le contestaba y le decia que estuviera de buen &limo porque Dios lo proveeria de lo que le gustaba, y en efecto asi era. Ya dije que el Santo tenfa una gran inapetencia y no podia alimentarse sino con gran pena, pero Dios de vez en cuando lo consolaba enviandole esos frutos y otras cosas que le gustaban. A veces le envio pan muy blanco para que el Santo se alimentara con el, y la Santa Madre se lo guardaba con gran cuidado como algo venido del Cielo. El Santo entendia muy bien cuando se encontraban en tanta pobreza, porque ni siquiera habia un poco de pan para alimentarse, y de ello sentia mucha pena y suplicaba al Padre Divino para que se dignara proveer de lo necesario para su Unigenito y para su Madre Santfsima. Enseguida eran satisfechas las stiplicas del fervoroso Jose, no demorandose la Divina Providencia en proveerlos de todo lo necesario, y cuanrdo el Santo se daba cuenta de la gran pobreza en la que se encontraba, sentia pena, como ya he dicho, por causa de su Testis y de la Divina Madre, pero por parte de el, gozaba que tambien en los ultimos momentos de su vida probara la pobreza y la privacion de lo necesario, y de ello daba gracias a su Dios gozando de encontrarse en ese estado y poder ejercer todos aquellos actos de virtud que sabla que eran tan gratos a su Dios. En efecto los ejercio admirablemente, con toda la generosidad, paciencia y resignacion, y tambien con gozo y alegrfa, imitando en todo y para todo al Salvador y a la Divina Madre. Llegando a ser nuestro Jose un perfecto modelo de toda virtud como otras veces se ha dicho. En lo maxim° de sus crueles dolores nunca se le vio decir cosa alguna que pudiera dar sepal de disgusto sino que siempre alababa y agradecia a Dios diciendo: —"Dios mio, si es vuestro beneplacito aumentar mas mis dolores, heme dispuesto a ello, y os doy gracias de cuanto me envidis. Todo lo recibo de vuestras santas manos"—. Al nombrar lo que hada su Dios sentfa en el corazon un gran consuelo y jubilo, y por esto tambien en lo maxim() de sus dolores, gozaba el afortunado Jose y daba gracias a su Dios. Sin embargo Dios quiso probar a su siervo fiel mucho mas, para hacerlo adquirir mas meritos, y para ello lo tuvo por algtin tiempo bajo el peso de los dolores con gran aridez de espfritu y quitandole el gusto interior de las cosas divinas; por lo cual una noche fue asaltado por sus dolores con mas violencia y sintio al mismo tiempo un total abandono y privacion de todo gusto y consuelo interior. LLamaba en su ayuda a su amado Dios, pero ya no 122 1 123 sentia el acostumbrado consuelo de antes. Se sintio totalmente abandonado y privado de todo consuelo y decia en su interior: - "Oh Dios mfo, ,que es esto? ;En que estado miserable yo me encuentro! zDonde habre faltado yo y que disgusto os habre dado para que Vos me abandoneis en lo maximo de mis penas? En este lugar donde yo me encuentro esta tambien el Salvador y su Divina Madre, y sin embargo yo estoy aqui abandonado y privado de todo consuelo. Mi Santa esposa y el Salvador sabran muy bien en que estado me encuentro y sin embargo no acuden para consolarme. iAh, Dios mfo! iTened compasion de vuestro siervo!, pero si Vos me quereis asi abandonado, afligido, desolado, yo estoy contento de cumplir vuestra Divina Voluntad, con tal de que no os haya causado disgusto alguno"-. Asf nuestro Jose se quejaba amorosamente con su Dios, y se remitfa totalmente a su Santo Querer. El Santo se levanto con mucha fatiga para ir a mirar el Cielo y recibir algtin consuelo, porque al mirar el Cielo experimentaba un gran consuelo, pero no consigui6 su deseo y exclamaba: -"Oh Cielos, vosotros enCerrais mi tesoro, vosotros siempre me habei sido propicios, pero ahora os mostrais cerrados y me teneis escondido todo consuelo"-. Asf estuvo un poco de tiempo el afligido Jose, y luego se fue a descansar, pero no podia encontrar descanso, tanto por la dureza de los dolores que sentia, como tambien por los desvarlos de su corazon al verse privado de todo su consuelo. Lloraba amargamente y suplicaba a su Dios para que le diera a conocer en que lq habia disgustado, y que motivo le habia dado, en el tiempo en que se habia alejado de el y lo habia dejado tan abandonado. Demasiado se agitaba el afligido Jose, pero no encontraba ningtin consuelo y totalmente conformado tambien en esto, daba gracias a su Dios. Luego se iba animando y decfa: -"Ah, vendra hiego mi amada esposa Maria, y Ella me dard alivio y quedare consolado a la vista de Ella, alcanzard para mi Gracias inmediatas del Padre Divino. Vendra mi amado Testis y entonces mi corazOn quedard consolado plenamente y mi espfritu encontrard el consuelo perdido!"-. Y asi se quedaba esperando y deseando que vinieran a verle su esposa Maria y su amado Testis, que al verlos, esto lo sabfa por experiencia, quedarfa totalmente consolado. Mucho tardaron esa mailama en ir a ver al Santo, disponiendolo asi el Padre Divino, para tener ejercitado a su siervo y ponerlo a prueba en su paciencia y virtud, en las cuales el Santo mucho se ejercito, sufriendo con gran resignacion y generosidad; antes bien, se humillaba mucho, considerandose indigno de su visita. Decfa: -"iAh, yo no merezco que tanto el Hijo como la Madre se acuerden de mi y no sera gran cosa si me abandonaran y se alejaran de mi, dejandome aqui solo sufriendo, porque asi lo merezco!"-. Y de hecho el Santo tuvo un gran temor de que por su indignidad fuera abandonado tanto por Testis como por su Santa esposa, y por bastan124 1 125 to tiempo tuvo este temor, considerandose indigno 1e su asistencia; pero a1 final manifesto su temor su esposa y fue asegurado por Ella que no to abandonarfa jamas y asf se tranquilize, sobre este iparticular. Un dfa, estando nuestro Jose tan afligido y angustiado, fue visitado por el Salvador y la 'Divina Madre, esta visita no le cause, ningtin allNrio. Oh entonces sf que era como para que exhalara su ultimo suspiro por el agudo dolor que sentfa. La Divina Madre se dedicO para dar alivio a su Santo esposo con remedios necesarios para su dolor, pero no era esto to que buscaba el afligido Jose, sino lo que podia consolarlo plenamente, que era la Gracia y el Amor de su Dios que le pa recta haber perdido; por lo cual todo afligido miraba el rostro de su Jesus y con el corazOn le depia: -"jAh mi queridoy amado hijo Jest's!, imi verdadero bien! Vos tambien sabeis en que estado yo me encuentro. iPor piedad, socorred a vuestro desamparado y abandonado Jose!"-. Su JestIs to miraba con compasion, pero tambier' lo dejaba sufriendo asf para que se enriqueiera de mas meritos. El Santo crefa que su amado Jest's no lo iba a atender, y no por esto se quejaba, lino que much() se humillaba y decfa:mi guerido bien! iVos ahora me tratais como merezco!, irnas bien, mucho -mas de lo que merezco, porque yo no soy digno que Vos esteis aquf conmigo!, y 1.istamente no me atendeis, porque no he corresjoondido como debfa a vuestras muchas Gracias y eneficios, por lo tanto si me tendreis en este estado hasta el Ultimo respiro de mi vida, Vos hareis lo que es justo y yo de buen animo abrazo este abandono en reparacion de mis incorrespondencias e ingratitudes"-. Luego miraba a su Santa esposa y la vela totalmente atenta para darle alivio a su dolor, pero el Santo se decfa: -"iAh esposa mfa!, si vos supierais en que estado se encuentra mi espfritu, ciertamente os moverfais a compasiOn y me concederfais el deseado alivio. Pero veo que tampoco vuestra amable presencia me causa el consuelo que suele causarme, por lo cual creo que mi Dios me quiere asf afligido y abandonado, y yo adoro sus divinas disposiciones y me humillo y conformo al Querer de mi,Dios"-. Asf pase, todo el dfa nuestro Jose en continuos actos de resignacion y sufriendolo todo con gran paciencia; era sin embargo asistido en su mal por Jestis y por la Santa Madre. Dios ,guiso probar mas atin la fidelidad de su Jose permitiendole al .demonio que to tentara y esto tuvo lugar en la noche siguiente. Mientras el Santo estaba afligido y privado de todo consuelo, rue asaltado por mas agudos dolores y tambien por una tentacion muy fuerte de desconfianza y de impaciencia. Cada uno se puede imaginar en que estado se encontraba el Santo. Se sentfa agobiado por dolores, abandonado de todo consuelo y cruelmente tentado. Pero no dejo de mostrar su fidelidad a Dios y su invencible paciencia, superando con toda generosidad al enemigo, haciendo actos de ' 26 127 confianza hacia su Dios, porque aunque tuviera la sensacion de ser abandonado por El, a pesar de eso se encomendaba a El y confiaba en su Bondad y Clemencia que no habria demorado en socorrerlo. Todo lo sufrio con invencible paciencia y en ese conflicto practice los actos de virtud mas heroicos que jamas se puede imaginar. Habiendo estado durante muchas horas en esta angustia el apenadisimo Jose, y encomenclandose de todo corazon a su Dios, fue visitado por el Salvador, a cuya vista desaparecio el enemigo, vencido y confundido por la virtud de nuestro Jose. El Santo abrio los brazos, cuando vio a su amado Testis exclarno: -"i0h Jesus tufo, ayudadme!, iporque me encuentro en una gran pena!"-. Y en efecto, estaba proximo para morir. Fue auxiliado por su Jestis y quedo libre de las tentaciones y aliviado de los dolores y muy robustecido en su interior, pero ya no encontro el deseado consuelo, estando en ese estado de abandono por muchos dias, como ya se ha dicho. Despues de haber recibido el mencionado alivio, se tranquilize y descanso un poco. Despues fue visitado por su Santa esposa, a la cual manifesto toda su angustia y fue exhortado por la misma a sufrir alegremente y con generosidad, porque ese era el tiempo en el cual Dios queria enriquecerlo de muchos meritos para hacerlo mas grande en su Reino. Le aseguro de la Gracia de su Dios y que Ella no lo habia abandonado como el pensaba, sino que estaba continuamente en su compafila dandole fuerza para, sufrirlo todo y gozando al verlo constante y fiel. Estas palabras, aunque no le aportaran el deseado consuelo al afligido Jose, lo animaron y lo levantaron de tanta angustia en la cual se encontraba, y dirigiendose a su esposa le rindio humildemente sus gracias y luego le suplic6 calurosamente para que rogara por el al Padre Divino de modo que no lo abandonara en tanta pena suya, y si era de su agrado, que le devolviera el sentimiento interior que siempre habfa tenido de El, probando el continuo consuelo de sus visitas amorosas. Luego, si hubiese sido del agrado de la Divina Majestad de tenerlo asf abandonado, estaba dispuesto a sufrirlo todo con total - resignacion. La Divina Madre le aseguro que harla lo que el le pedia; y de hecho no dejaba de llevar a cabo con toda premura lo ofrecido, rogando mucho al Padre Divino por su Santo esposo, mostrandosele en esto y en toda otra necesidad, fiel compafiera suya, ejerciendo hacia el todos los actos de caridad, de servidumbre y amabilidad que jamas se han ejercido en otra criatura, y con todo el amor y buena voluntad, amando Ella mucho las especiales virtudes de las cuales estaba tan adornado su Santo esposo. El Santo conocia muy bien la caridad, el amor y la atenciOn con los cuales su Santa esposa lo servfa y le demostraba todo su agrado por ello; mas aun, experimentaba mucha confusion al verse servido por una criatura tan digna, y porque ya 128 l 129 -abia que grande era su dignidad y sus meritos. A veces, al no saber el Santo que hacer para demos- ..iarle el aprecio y el amor que le tenfa, observaba londe pisaban sus santos pies, y cuando Ella se habia ido, se levantaba y se postraba en el suelo ara venerar y besar el polvo pisado por sus santos pies; y esto decia el Santo que to hacia por una deuda suya de honrar y demostrar a los Angeles presentes cual era la estima y la veneracion que tenfa a su Santa esposa. Lo mismo hada tambien con el Salvador, con _iquel culto y con un respeto mayor como Hijo de Dios, y por lo tanto en forma incomparable con respecto a la Divina Madre. Todos los alimentos 4ue Ella le llevaba para su sustento los tomaba como alimentos venidos del Cielo, y con mucha eneracion y devocion se nutria de ellos, con mucho gusto espiritual, aunque no pudiese alimentarse sino con gran fatiga por la gran repugnancia que sentia del alimento, a pesar de eso jamas demostro rechazo alg-uno a su esposa, rehusando alimentarse, sino que le demostro siempre el agrado y el gusto que sentia al ver los alimentos preparados por Ella y se esforzaba tambien para limentarse con ellos, aunque, como ya se dijo, sintiera en esto gran repugnancia e inapetencia. El Hijo Divino y la Virgen Maria asisten amorosamente a nuestro Santo con gran consuelo de su parte Estando nuestro Jose todo afligido y angustiado por la enfermedad y por otras angustias, como ya se dijo, y habiendose enriquecido de muchos meritos por las virtudes . practicadas y por su invencible paciencia, Dios quiso consolarlo, y esto fue no solamente para devolverle el consuelo interior perdido, sino tambien para acrecentarselo siempre mas, con muchas otras demostraciones del gran Amor que le tenfa. Estando por lo tanto nuestro Jose tan abandonado y afligido, le hablo el Angel en el sueflo y le dijo que se consOlara porque Dios lo querfa aliviar en su gran angustia y compartir con el muchas Gracias y le aseguro que en ese tiempo de .prueba que Dios habia hecho con el, no solamente habia sido enriquecido con muchos meritos, sino que habia agradado mucho a su Dios, demostrandole en esa circunstancia su fidelidad y su amor. CAP! FULO IX '1 30 131 El Santo se despertO todo feliz y contento y escucho enseguida una dulce melodia de canticos angelicales, por lo cual se enternecio mucho su corazon y al mismo tiempo se lleno de consuelo, y sintio la visita de su Dios, el cual con Palabras de gran Amor lo invitaba a una union mas intima y mas amorosa con su Espiritu. Fue tanto el consuelo que inund6 el alma Santisima de San Jose que no pudo hacer menos que exclamar en voz alta diciendo: -";Dios mio! ;Dios mio! 2,Como a mf todo esto?, isi soy un siervo indigno y despreciable!"-. Las voces interiores que le hizo ofr su Dios tuvieron tanta fuerza, que lo elevaron a un altisimo extasis, donde al unirse con su Dios, conocio los grander misterios de la Divinidad. .Le fue revelado que se estaba acercando la hora de su feliz traspaso, y pidio la Gracia a su Dios de morir en Presencia de Jesus y de Maria y tener su amorosa asistencia. Esto le fue concedido generosamente. Adernas pidi6 la Gracia de morir en esa hora y en ese dia en los cuales morirfa el Salvador, diciendo que, puesto que no podia estar presente a su muerte, deseaba por lo menos morir en ese dia y en esa hora y esto pidio por el gran amor que tenia a su Jesus y poi la gratitud que tenia hacia El que se habria dignado morir para cumplir la obra de la Redencion humana. Esto tambien consigui6 de su Dios, como se dird en su debido lugar. Entonces Dios le manifesto como ya lo habia escogido y destinado para ser abogado particular de los moribundos, y puesto que se habia demostrado tan preocupado en su vida para asistir a los moribundos y con oraciones y con lagrimas habia solicitado su Salvacion Eterna, queria que continuara esta caridad hasta que dure el mundo, y que desde el Cielo hubiese realizado el oficio de asistente de ellos y hubiese sido el abogado particular de todos en las agonias de muerte. El Santo con gusto acepto dicho oficio, gozando poder ser titil a todos en la mas grande y extrema necesidad. Dio gracias a Dios por el oficio al que lo habia destinado y recibi6 desde entonces el cargo y se mostro totalmente empefiado por la salvacion de los pobres moribundos. Al volver del extasis se encontro un poco aliviado de sus dolores y tan encendido en el amor hacia su Dios que le parecia no poder vivir mas, sino que crefa morir de puro amor. Era tanto el ardor de la caridad, que relumbraba hasta el exterior; era todo encendido en el rostro, todo inflamado en el corazon, que intentaba salir del pecho y volar al seno de su amado Dios. Estando en ese estado fue visitado por su Jestis y por la Divina Madre, y apenas los vio exclarno con gran amor: -"Oh que bueno es el Dios de Israel!"-. Pero no pudo decir mas porque se sintio inundar el alma de un nuevo jubilo y consuelo en la Presencia de su amado Jesus y de la Divina Madre, los cuales se alegraron con 41 por la victo132 1 133 -ia conseguida sobre sus enemigos y por la paciencia con la cual todo lo habia soportado. Era tanto el gozo que sentia en el alma y en el corazon nuestro Santo, que no podia decir palabra alguna, sino que todo se deshacla en dulcisimas lagrimas de jtIbilo, y como mejor pudo les pidio que agradecieran al Padre Divino por las muchas Gracias que le habia compartido, y entonces conjuntamente rindieron gracias al Padre Divino. Nuestro Jose al verse tan favorecido, se fatigaba para rendir gracias y alabar y bendecir a un 'Dios tan generoso. Todos sus suspiros eran actos de alabanza y agradecimiento hechos desde lo mas intim° del corazon. Luego, quiso rezar las divinas alabanzas junto con Jesus y Maria y a intervalos de tiempo era arrebatado en extasis su espiritu, siempre mas colmado de consuelo y de jtibilo, con los ojos resplandecientes y el rostro encendido se quedaba inmovil, fijando la mirada hacia el Cielo esperando con deseo la hora de su feliz transit°, ya que se encontraba en compania de Jesus y de Maria, como deseaba. Tranquilizados un poco los delirios de su corazon, hablo a su esposa y a su hijo y les manifesto lo que le habia sucedido en la noche anterior, y lo que el Angel le habia dicho en el suefio. La Divii,na Madre gozaba al ver tan consolado a su Jose y daba continuas gracias al Padre Divino. El SalvaI dor hablo detenidamente sobre la Bondad y Generosidad de su Padre Celestial; esto causo tanto consuelo a su Santa Madre y al afortunado Jose, que enseguida despues de haber terminado la reflexion cayeron todos en extasis y asi permanecieron por mucho tiempo. Al volver del extasis el Santo fue asaltado de nuevo por sus dolores, que sufrfa con gran resignacion, gozando entre las penas y rindiendo gracias a su Dios que se dignaba hacerle sufrir para que ganara mas meritos. Y dirigiendose a El, le decfa con gran afecto: -"iMi Dios!, yo no puedo demostraros mejor mi fidelidad y mi amor que os tengo, que cuando me encuentro agobiado por los dolores y afligido por las penas; por lo tanto enviadme todas las que os plazca, de modo que yo pueda demostraros ese amor que arde en mi corazOn por Vos. Vos estais viendo Dios, que grande es mi deseo de sufrir para poder de alguna manera asemejarme a mi Salvador, el cual sufrird tan crueles penas por mi amor; zy yo no he de sufrir por su Amor? jAh si! Que sufra yo y padezca por amor de quien tanto sufrird por mi salvacion eterna"-. Esto decfa nuestro Jose cuando se encontraba agobiado por sus fuertes dolores, por lo cual se volvfa siempre mas grato delante de su Dios y mereciendo mayores Gracias. Nuestro Jose se habia consumido tanto por el gran amor que ardfa en su corazon, asf como tambien por los agudos dolores que sufrfa, que parecfa un esqueleto, y al verse en ese estado, gozaba de ello y daba gracias a Dios, diciendole que de1 134 135 seaba que tambien los tuetanos de los huesos se hicieran cenizas al fuego de su divino Amor. Luego el Santo fue visitado algunas veces por sus amigos y por los vecinos, los cuales al verlo tan agObiado por sus dolores consideraron mejor no perturbarlo, algunos de ellos no tuvieron el valor de verlo entre tantos espasmos, y asf lo dispuso Dios que dejaran de visitarlo, de modo que con mas tranquilidad •pudiese quedar con El, con su Salvador y con la Divina Madre. Las palabras que el Santo decfa a quien lo visitaba, no eran otras que pedirles que lo encomendaran a Dios de modo que lo asistiera en sus dolores y se cumpliera en el la Divina Voluntad. Todos quedaban admirados y compungidos al ver el gran sufrimiento del Santo y la gran conformidad con la Divina Voluntad. Este sufrimiento 10 soportaba con alegrfa y la serenidad que manifestaba su rostro le hacia parecer un Angel. Su Santa esposa lo iba alimentando segiin la necesidad, haciendolo todo con gran amor y atencion; y aunque el Santo Sintiera gran pena al alimentarse por la gran nausea que sent-fa del alimento, a pesar de eso tomaba lo que le daba la Divina Madre, y nunca se quejaba de la nausea que sentfa, sufriendolo todo en silencio y paciencia. En esta Ultima etapa de su vida, el afortunado Jose fue favorecido muy a menudo para que oyera los canticos angelicales que le iban anunciando su feliz transito. El Santo los ofa con mucho agrado y con mucho consuelo de su espfritu y daba gracias a su Dios porque lo estaba favoreciendo de muchos modos. En efecto nunca estaba solo en estos ultimos momentos, porque bastante tiempo se quedaba con el el Salvador consolandolo con su amabilfsima Presencia y con sus divinas Palabras. Lo mismo hacia la Divina Madre, y cuando estos se alejaban para hacer lo que hacia falta para su sustento, entonces los Angeles se hacfan ofr con dulces melodfas y suavfsimos sonidos. Entre sus penas estaba siempre asistido, y esto bien se lo merecla el fiel Jose, porque durante su vida ejercie todos los oficios de caridad que jamas se pudieran ejercer por parte de una simple criatura hacia su prejimo y hacia Jesds y Marfa; y asf Dios, en este Ultimo momento de su vida lo quiso de alguna manera recompensar, aunque el Santo todo lo atribufa a la gran Bondad y Generosidad de su Dios para con el, reconociendose en todo no merecedor, y confesando que nunca habia hecho nada bueno, que habfa sido un miserable, y que no habfa nunca correspondido como debfa a las muchas y casi irifinitas Gracias que habfa recibido de su Dios. Tan grande era su humildad y el bajo concepto que tenfa de sf, que a menudo se ofa decir: -"jAh Dios mfo, que mal he correspondido a las muchas y preciadas Gracias que Vos me habeis hecho!"-. Y esto el Santo lo decfa porque las aspiraciones de su vida eran muy grandes y hubiese querido hacer mucho mas, aunque jamas habfa dejado de 136 137 hacer eso que podia y sabfa, y de hacerlo con toda la perfecciOn posible. Estando asf agobiado por sus dolores, tenfa un continuo temor de haber faltado en algo a sus deberes, y por tanto rogaba a su Santa esposa para que le avisara si por su inadvertencia, habfa faltado en algo por lo cual habfa causado algtin disgusto a su Dios, y de esto le rogaba con profunda humildad diciendole que no mirara a su desmerecimiento, sino al merit° que significaba servir a su Dios con toda fidelidad y complacerle en todaslas cosas. Tambien la Divina Madre se humillaba; no habra mujer mas humilde que Ella; y Marfa Santfsima le aseguraba que si hubiese conocido y visto en el algo que no hubiese hecho con toda la perfeccion y que no hubiese sido de plena complacencia para su Dios, le habrfa avisado para satisfacer su deseo y su requerimiento. Con esta reflexion el afortunadfsimo Jose quedaba consolado. CAPITULO X La Santisima muerte Habiendo ya nuestro Jose llegado al maxim° de esa santidad a la que Dios lo habfa destinado, y enriquecido de meritos, Dios quiso separar esa alma santfsima de las ataduras del cuerpo y enviarla al limbo de los Santos padres, de modo que les diese la gran noticia de la cercana liberaci6n, porque dentro de poco se habrfa realizado la obra de la Redencion humana. El afortunado Jose ya se sentfa llegado a los tiltimos momentos de su vida y ofa las armonfas angelicales que dulcemente le invitaban para llevar su alma bendita a descansar en el seno de Abraham. El Santo se sentfa mas que nunca encendido de amor hacia su Dios, que lo iba consumiendo todo. un extasis muy sublime que le permiti6 gozar por mas horas las delicias del Parafso y mantener dulces coloquios con su Dios. Al volver del extasis, haciendo un esfuerzo, hablo con su Redentor y con la Divina Madre allf presentes. Les pidi6 perd6n por todo lo que el habfa faltado en todo el tiempo que habfa tenido el privilegio de estar con ellos, y esto lo hizo con gran dolor y abundancia de lagrimas. Les agradeci6 por toda la caridad que habfan usado hacia el, por tanta 138 139 paciencia en soportar sus faltas, por tantos beneficios que le habfan hecho y por tantas Gracias que le habfan solicitado al Padre Divino. Les agradecio por el cuidado y asistencia que han tenido en su larga y penosa enfermedad, y luego dio gracias afectuosas al Redentor por la Redencion humana y de cuanto habfa y deberfa padecer para cumplir la gran obra de la RedenciOn humana. Al final dio gracias tanto al Hijo como a la Madre por todo lo que habfan hecho por el, sin dejar en el olvido ni siquiera una palabra, acordandose entonces de todos los beneficios que habfa recibido de ellos. En fin, como •sefial de su gran amor hacia su Santa esposa, sin que fuera esto necesario, la dejo recomendada de una manera especial a su Divino Hijo, con palabras de tierno afecto y con palabras de dulzura, mirandola con gran amor y compasion, por lo que le quedaba por sufrir por la PasiOn y Muerte del Salvador, considerando como en ese tiempo serfa abandonada y desamparada, sumergida en un mar de dolores y de angustias. Tambien le fue confirrnado por el Redentor el cargo de abogado y protector de los agonizantes, lo cual el Santo acept6 de nuevo de buen corazon con el deseo y voluntad de ser iltil a todos. Pidio luego, con gran humildad, la bendicion a su Jesils y a la Divina Madre, suplicandoles para que no lo privaran de ese consuelo. Pero tanto el humildfsimo Jesus, como la Divina Madre, quisieron ser bendecidos por el: como su jefe, que el Padre Divino les habfa dado. Esto hizo el Santo con mucha ternura para obedecer, y el tambien recibid su bendicion que 10 Hello de consuelo y de jubilo. Crecfa siempre mas la fuerza del amor en el corazon del privilegiado Jose, asf como tambien el dolor; y reducido en la tiltima agonfa, se lo vela todo encendido de Amor celestial, estando con la mirada fija hacia el Cielo, luego en el Redentor, y . luego en su Santfsima y purfsima esposa, gozando de esa vista y de encontrarse asistido por dos tesoros del Cielo, de los cuales el habfa sido fiel guardian. A cada respiro nombraba los dulcfsimos nombres de Dios Padre, de Testis y de Marfa, cuyos nombres le causaban una dulzura indescriptibje. Teniendolo el Salvador de la mano y muy cerca de su cabeza, le hablaba de la Bondad, Amor y Grandezas de su Padre Divino, cuyas Divinas Palabras penetraban el alma del moribundo Jose y lo encendfan siempre mas en el Amor de su Dios. Habiendo ilegado el ultimo momento de su vida, el Redentor invite, a esa alma bendita a salir del cuerpo para recibirla en sus manos santisimas y entregarla a los Angeles, de modo que la hubiesen llevado al Limbo de los justos. A esta dulce invitaciOn expire nuestro privilegiado Jose, invocando el santfsimo nombre de Maria y de Jesus su Redentor; expire, en un intenso acto de_amor a su amado Dios. ;Oh, alma verdaderamente privilegiada! 140 141 1 ey como podia Dios dejar de atender las &apneas de un alma tan santa y que con tanta fidelidad lo habfa servido y con tanto amor lo habfa amado y obedecido prontamente todas sus ordenes con tanta diligencia, humildad y resignaciOn y con tanta exactitud habfa observado la Ley e imitado los ejemplos de Jesus y de Marfa? CAPITULO XI Jose en la Gloria del Padre Cuando el Salvador del mundo, tres dias desplies de su muerte muy penosa, resucito glorioso y triunfante y libero a todas las almas que estaban en el Limbo, llevandolas consigo, nuestro Jose retome) su santo cuerpo por virtud divina, entrando su alma ya gloriosa en el cuerpo quedando este glorificado, esto es con las dotes gloriosas, como resucitaran los Santos en el Juicio Universal; y entro en el Cielo con el Salvador en su admirable Ascension, donde nuestro Santo fue colocado en un trono muy eminente y cerca del Cordero Inmaculado como Virgen Purisimo; y esta muy cerca de la Reina de los Angeles y de los hombres, como fiel y castfsimo esposo suyo, y el mas semejante a Ella, que haya existido y que existird en la terra. En el Cielo goza de una Gloria indescriptible y por encima de todo otro Santo, la cual no se puede manifestar al mundo, no siendo capaz el entendimiento humano de comprenderlo. Solo sera bien comprendida y admirada en la Eternidad por parte de los Bienaventurados Compresores. El Santo esta haciendo continuamente el oficio de abogado de los moribundos cerca de Dios, con gran premura y cuidado. Muestra todavfa una
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