Libro II
Desde la Encarnaci6n
del Verbo hasta su
estadia en Egipto
(16 de Abril de 1736)
CIFLIROACION ,-....waArAvaronara
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ESOS DE LA
/rISERICORDIA
LIBRERIA ESPIRITUAL
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CAPITULO I
Vuelve a vivir su
dulce vida ordinaria, no
faltan sin embargo para el
Santo las pruebas y las
persecuciones
Al Ilegar los Santos esposos a Nazaret, su pueblo, grande fue el consuelo que sintieron ambos
al entrar en su pequeiia casita; la SantisimalVirgen por la devocion que tenia en esa habitacion,
donde se habia realizado el gran misterio de la
Encarnacion del Verbo Divino, y Buestro Jose, porque en ese lugar habia experimentado. Gracias
particulares y favores sublimes por parte de. la
Bondad de su Dios; y aunque el no supiera nada
de cuantose habia realizado, a pesareso
habia un gran afecto y una devocion particular
para ese lugar, por lo cual, apenas , llegaron, pidio
a su Santa esposa que lo complaciera en dirigirse
con Ella a su habitacion, para alabar y agradecer
alli a Dios por Id Gra'Cia que les' habia hedho en
hacerlos llegar felizmente a su ciudad. La Santa
esposa lo complacio y aqui: juntos, de rodillas,
adoraron y agradecieron a Dios.
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Dios consolo a nuestro Jose con un extasis sublime en el cual gusto la suavidad del Espiritu de
su Dios y entendici grander cosas acerca de la
Santidad de su esposa, y a la vez le manifesto co.-
mo le era grata y querida a El.
Fue tambien la Divina Madre favorecida con
muchas Gracias. DespueS de' haber transturrido
un poco de tiempo en dichos consuelos, el afortunado Jose volvio del extasis y vio a su esposa Marfa toda rodeada: de luz, por lo cual se quedo algun tiempo mirandola y contemplando en Ella las
Gracias del Senor.
La Divina Madre estaba elevada en alasima
contemplacion, y Jose gozaba al verla favorecida
por su Dios, y agradecfa afectuosamente por haberlo favorecido al darle una espbsa tan digna.
Lloraba con dulzura, y decfa en su interior: -"Oh
mi querida y amada esposa, Lde donde viene esta
Gracia para merecer estar con vos y gozar de
vuestra compailfa tan deseada? Oh, Gracia jamas
merecida por mf, solamente me ha sido dispensada por la inmensa Bondad de nuestro Dios, muy
generoso hacia mf, su despreciable siervo"-.
Mierttras Jose lba asf hablando, volvio en sf la
Divina Madre y comenzo a conversar con su Jose
acerca de la Bondad y Generosidad de, su Creador,
y sobre ellas compuso un sublime cantico.
Todo esto sumergfa el animo de Jose en un
mar de dicha y todo se consumfa en amor hacia
su buen Dios, y crecfa en el siempre mas la veneradon y el amor hacia su Santa esposa. Despues
le participo lo que en esa habitacion le habfa ocurrido cuando Ella no estaba, y que el iba allf a
orar y las muchas Gracias que Dios le habfa participado allf mismo, y el gran consuelo que allf habfa experimentado en sus angustias. Todo lo sabfa
la Divina Madre; a pesar de esto, no lo manifestaba y aceptaba de buen agrado todo cuanto su Jose
le comunicaba, y Ella siendo muy humilde, le decfa que todo lo reconociera como don exclusivo
de la Generosidad de su Dios, y que Dios en algunos lugares comparte mas abundantes Gracias y
que podfan pensar que hubiese escogido esa habitacion para manifestar allf su Generosidad, porque tambien con Ella compartfa muchas Gracias
en ese mismo lugar.
Nuestro Jose quedaba convencido de todo esto,
y rogo a su esposa para que le permitiera que
fuera alguna vez a orar allf, sobre todo cuando se
hubiese encontrado en alguna angustia, de modo
que hubiese podido recibir las acostumbradas
Gracias de la Divina Generosidad, y le dijo: -"Aunque vos, esposa mfa, sedis suficiente para consolarme en mis penas, a pesar de eso deseo tambien este consuelo, de poder venir a esta habitacion para orar, cuando -sin embargo- no os cause fastidio, esto es, cuando vos esteis ocupada en
arreglar la casa y preparar el alimento necesario"-.
La humildfsima esposa inclino la cabeza, y se
mostro dispuesta para todo lo que 01 deseaba, por lo cual nuestro Jose quedo consolado. Cuando
observaba que su esposa estaba ocupada en algo,
iba por breve tiempo a esa habitaciOn, donde Dios
le compartia muchas Gracias, dandose a gustar a
su alma de una forma muy abundante.
Muchas veces el Santo se sentia atraido interiormente cuando estaba alli la Divina Madre
orando, y el se quedaba afuera para no molestar a
su esposa, y alli de rodillas adoraba a su Dios y le
suplicaba, que, puesto que no podia entrar para
no molestar las oraciones de su esposa, se hubiese dignado compartir con el, en ese lugar, alguna
Luz y algran buen sentimiento, y esto se lo pedia
por el amor que el tenia hacia la Santisima doncella Maria que le habfa sido dada como compaliera. Dios no se demoraba en consolarlo comunicandose abundantemente a su alma.
Mucho se humillaba nuestro Jose, y de todo se
consideraba muy indigno, y por lo tanto, pedfa a
menudo las Gracias a su Dios por los meritos de
su Santa esposa, que ya sabia cuanto era querida
y agradable a Dios y como fuese amada y favorecida por El mismo.
Crecfa siempre mas en el Santo el aprecio y la
veneracion hacia su esposa Maria, de tal modo,
que cuando Ella estaba en oraciOn o en alguna
actitud y siempre que no fuera visto por Ella, Jose
le hada reverencias. Esto lo hada, motivado por
un impulso que le salia de su interior.
El crefa que esto procediera de la santidad
que vela en Ella, aunque era por otro motivo mucho mas sublime que el Santo no entendia, y era
que el Verbo Divino que habitaba en Ella, atrafa a
si el espiritu de Jose, para venerarlo y adorarlo en
el seno virginal.
Vela en su esposa siempre mayor gracia y belleza y la reconocfa adornada de las virtudes mas
sublimes, de modo que quedaba como sobrecogido por la maravilla, y no,podia comprender de '
donde viniera todo eso.
Se iba persuadiendo de que siendo Ella tan
Santa, Dios le comunicaba siempre nuevos favores y Gracias, como en efecto asf era, pero el Verbo Divino que estaba en Ella era quien hada traslucir tambien en su exterior, su divina Luz para
consuelo de su amado Jose.
Los Santos esposos vivian de la manera como
ya se ha hablado en el primer libro de esta historia, en parte orando, y en parte rezando las alabanzas divinas, en parte trabajando para conseguir el alimento con sus fatigas, y en parte lo utilizaban en santos coloquios. Hablaban a menudo
de cuanto habfan dicho los profetas acerca de la
venida del Mesias y de lo que estaba escrito en
las Sagradas Escrituras; y muchas cosas que
nuestro Jose no entendia, se las hacfa explicar
por su esposa Maria, porque vela col-no Ella estaba muy instruida en todo y era muy sabia.
La Divina Madre lo complacia en todo, mostrandose muy obediente y hablando entre ellos
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acerca de cuanto habia sido profetizado con respecto al Mesfas. Derramaba lagrimas de dulzura
al ofr las admirables cualidades que habria tenido
el Mesfas; sin embargo, la Divina Madre derramaba lagrimas, porque tenfa un claro conocimiento
de lo mucho que padecerfa su Divino Hijo para
rescatar al genero humano, y tenfa escondidos en
su Coraz6n los dolores que le traspasaban e_l alma.
No se los comunicaba a su Jose para no hacerlo
sufrir demasiado, y Ella sola sufrfa la dura pena
sin manifestarsela y sin buscar compasion a su
dolor.
Nuestro Jose observo que cuando hablaba con
su esposa acerca de la venida del Mesfas, Ella a
menudo derramaba lagrimas, y crefa que esto
procediera del deseo que Maria sentfa de ello 'y
por ver que demoraba su venida, sin embargo la
Divina Madre sufrfa por el dolor que su Hijo estaba por sufrir.
Observo tambien como su esposa ya no lo exhortaba para suplicar al Padre Divino para que se
dignara enviar pronto al Mesfas prometido, pero
no se atrevfa el Santo a preguntarle nada, y se
imaginaba que ya Ella habia sido asegurada por
parte de Dios acerca de su venida, que hubiesen
sido atendidas sus stiplicas y que el Mesfas estuviera por venir pronto al mundo.
Luego observaba que al hablar entre ellos de
las virtudes admirables que tendria el Mesfas,
resplandecia una claridad admirable en el rostro
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de su divina esposa, y nuestro Jose no entendla
de donde procedfa esto. Tenfa a menudo el deseo
de saber la causa, pero el Santo se hurnillaba, reconociendose indigno en saberlo, y de esto tambier' guardaba silencio con su esposa. Sin embargo pensaba que Dios se complacfa mucho en esos
discursos y que en serial de esa complacencia le
daba esas sefiales claras comunicandole a. su esposa y participandole tambien en su exterior esa
claridad. El Santo gozaba de todo y se consideraba siempre mas indigno de tanta Gracia.
Observaba luego, nuestro Jose, que su Santa
esposa estaba casi siempre absorta y pasaba dfas
enteros sin siquiera alimentarse, por lo cual el
Santo crefa que hacfa esto para mover a Dios para que enviara pronto al Mesfas prometido, y el
tambien procuraba abstenerse del alimento, tomando lo minimo necesario. Sin embargo era exhortado por su esposa a alimentarse para no perder las fuerzas corporales, pero el Santo se ponfa
a mirar a su esposa y al mismo tiempo se encontraba saciado, y con humildes modales decfa a su
esposa que se contentara en dejarlo estar en ayunas, porque to que llenaba a Ella en su abstinencia, to saciaba a el tambien. Luego de aquf la Divina Madre tomaba nuevos motivos para alabar a
su Dios y los Santos esposos se unfan para cantar
las alabanzas divinas y conversar entre sf sobre
la Divina Bondad.
Nuestro Jose se encontraba con una renovacion espiritual muy grande y sublime, con una di13
cha plena del corazon nunca experimentada antes. Le parecia tener en su casa a un gran tesoro,
y ya no envidiaba la felicidad de los Cielos, los
cuales son la habitaciOn de los espiritus bienaventurados y del mismo Dios. Ya no se preocupaba en mirar al Cielo y solamente le bastaba dar
una mirada a su esposa para que su corazon quedara plenamente consolado, y no tenia mas cosas
que desear. El Santo no sabia de dOnde.procedia
todo eso, y esto le causaba algun temor, diciendo
en su interior: :-"zTal vez, Dios mio, no os amo yo
con ese ardor con el que antes os amaba, por lo
cual ya no me preocupo en mirar at Cielo donde
Vos habitais, por estar lleriando aquf abajo los deseos de mi corazon?"-.
Y reflexionando atentamente en su interior,
entendia como su Dios era el unico objeto de su
amor, y, dirigiendose a su Dios, exclamaba: -"iAh,
Dios mio! Vos sois el tinico amor mio, mi unicobien, mi tesoro, mi todo. Mi corazon otra cosa no
desea que a Vos, y por lo tanto yo amo a mi esposa, en cuanto la reconozco colmada de vuestra
Gracia y de vuestro Amor, y entiendo amar. a .Vos
en Ella mientras bien conozco que Vos haceis en
Ella vuestra dichosa morada; y luego Vos mismo
me la habeis dado como fiel compatiera y me ordendis que yo la ame, y bien merece ser arn'ada,
siendo tan Santa y tan llena de virtud y de Gracia"-. Y asi se tranquilizaba el Santo esposo y gozaba de las Gracias que su Dios le dispensaba.
Al estar nuestro Jose entre tantos consuelos
de su espiritu, no le faltaban angustias por parte
de las criaturas, y mientras el se quedaba trabajando en.su pequeno taller, iban alli algunos ociosos para hablar y pasar el tiempo, pero como
nuestro. Santo la mayoria de las veces pasaba extasiado y contemplando las grandezas de su Dios,
no les daba ninguna respuesta, por to cual ellos
se burlaban y se mofaban de el.
Lo .11amaban tonto, insensato, hombre intitil. •
Nuestro Jose se humillaba, y todo lo sufria con paciencia y generosidad. A veces le preguntaban
acerca de su esposa y le manifestaban como sufrirfa Ella al tratar con el, un ser tan tonto, y comenzaban a decir palabras impertinentes, porque
estos. eran muy instigados por el demonio, el cual
trataba con todos los medios hacer caer al Santo
en actos de impacienciay de ira. Pero el Santo se
serVia de todo para enriquecerse siempre mas de
meritos y practicar las virtudes, y por lo tanto con
buenos modales los despedia y los reprochaba diciendoles que todo lo que hacian era ofensa a
Dios. Una vez que se marchaban, el Santo se retiraba para orar y pedir por ellos, de modo que el
Senor se hubiese dignado iluminarlos y a la vez
perdonarles sus errores, y en estas circunstancias practicaba los actos de humildad, de caridad
y de paciencia.
El enemigo infernal se enfurecia siempre mas
y rugfa contra nuestro Jose y mucho mas contra
su Santa esposa, y no sabia como hacer para angustiarlos y poner discordias entre ellos. Sin em14 15
bargo de ser muy combatido, al enemigo lo tenfa
alejado de ellos el Divino Poder y tambien la fuerza de sits grandes virtudes, y sobre todo su humildad muy profunda, su pureza y abstinencia, y
por el ardiente Amor de Dios que reinaba en sus
corazones.
Nuestro Jose se lo manifestaba todo a su Santa
esposa y era animado por Ella a sufrirlo todo con
paciencia, porque asf agradarfa mucho a su Dios.
Luego se unfan para orar juntos por aquellos que
los persegufan.
Pasaron algun tiempo en esta forma de vivir,
nadando el alma de nuestro Jose en un mar de dicha y de consuelos divinos. Quiso por lo tanto
Dios probar de nuevo a su siervo con una angustia muy grande no sufrida durante el tiempo de
su vida pasada, como se dird en el capftulo siguiente, habiendolo sin embargo Dios fortificado
antes con su Gracia y con los muchos favores que
habfa compartido con 61.
CAPITULO II
La duda angustiosa
de Jose frente a la evidente
maternidad de Marfa
Mientras nuestro Jose estaba tan contento y dichoso en compafifa de su esposa, y tambien por
los muchos favores que recibfa de Dios, un dfa se
puso a observar con mas atencion a su esposa y
reconociO en Ella las claras sefiales del embarazo,
por lo cual el Santo qued6 atemorizado, muy perturbado y herido en el corazon por un dolor muy
agudo. Se iba persuadiendo que pudieran proceder esas senates de alguna enferrnedad, pero al
ver a su esposa con la fuerza y el espfritu de siempre, decia en su interior: —"Si fuera enferrnedad
otras sedan las senates, pero a mi esposa se la ye
en perfecto estado de salud. Oh Dios mil:), ique es
esto que yo -veo en mi esposa?, zsueno yo, o estoy
despierto?, zacaso mis Ojos ven una cosa por otra?
Oh, .que es esto, Dios Info, que ahora veo en mi
esposa? Yo no me atrevo a preguntarle nada, porque siendo tan Santa, no tengo que hablarle de esto. Pero se ye claramente que Ella esta embarazada. Venid en ayuda, Dios mio, de vuestro siervo
fiel y dadme Luz para entender este hecho, porque yo otra cosa no se reconocer, sino solamente
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lo que se presenta con claridad a mis ojos"-. La
Divina Madre se dio cuenta de la angustia de su
Jose, y rogaba mucho a Dios para que lo asistiera
con su Gracia.
Nuestro Jose se retire) esa noche todo abnimado, pensando que podia ser lo que vefan sus ojos.
Por esa noche su descanso fue muy corto, y apenas despertO le parecia que cada hora era como
mil atios para volver a ver a su esposa y para asegurarse si verdaderamente el estaba equivocado;
por lo cual lleno de ansiedad muy temprano se
peso a esperarla a la salida de su habitaciOn.
La Divina Madre salio y saludo a su Jose con
el acostumbrado saludo cordial. El Santo la vio, y
la considero siempre mas bella y graciosa, pero
por .otro lado con esas seliales que el habia visto
eldia anterior. De nuevo su corazon quedo herido
por el dolor, sabiendo que el no estaba equivocado, sino que era verdad lo que habia visto en Ella,
y se decia: -"10h Dios, como me consuela la belleza, la modestia y la gracia de mi amada esposa!,
ipero como queda tambien herido mi corazon al
ver en Ella estas claras setiales de gravidez! i0h,
Dios mio!, ayudad a vuestro siervo en esta angustia que sera suficiente para darme la muerte, si
Vos no me dais fuerza y no me sosteneis con
vuestro brazo poderoso"-.
La Divina Madre rogaba mucho por su Jose, y
de hecho el Santo sintIO algtin alivio a su gran dolor y pensaba en su interior esperar para ver que
cosa habrfa pasado con el avanzar del tiempo, y
mientras tanto no querfa angustiarse mucho,
pues estaba seguro que su Dios no habrfa dejado
de manifestarle alguna cosa y de proveer a este
h6Clio y decfa en su interior: -"Yo estoy seguro
que mi querida y amada esposa es miry Santa y
amada inmensamente por Dios, no puedo dudar
de Ella. Mejor es que per ahora me tranquilice y
me quede para ver el final"-. Y asf se itanquiliz6
por entonces, aunque no 'del todo, Porque cada
vez que la miraba vefa las sefiales rnuy claras, y
siempre quedaba herido su corazon.
Consigui6 algtin alivio a esa pena nuestro Jose
por las oraciones de la Divina Madre, y Ella misma se manifestaba con el mas que riunca amable
y caritativa, compadeciendo mucho a su Jose por
la angustia en la cual se enco-ntraba.
Cada mafiana el Santo esposo se quedaba con
mucho anhelo de observarla a la salida de su habitacion, para ver si se notaba mas en Ella esas
sefialei de gravidez, y al Vet- que 'se manifestaban
siempre mas claras, se angustiaba mucho, de modo que comenzo a consumirse como si esttMese
afligido y atacado por alguna enfermedad. Y de
hecho. era para el mucho mas grave el dolor" que
probaba, qUe cualquier otro mal que pudiese tener, porque esto le herfa a su corazon y lo tenfa
en una angustia muy penosa.
Muchas fueron las oraciones que nuestro Jose
dirigfa a su Dios; los ayunos, las limosnas, .todas
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las hacia para este efecto, de modo que Dios se
hubiese dignado consolarlo e iluminarlo en esa
gran, angustia.
Cuidaba a su esposa con gran amor y compaskin, y a menudo decia en su interior: —"Oh esposa mfa, vos que sois la causa de tanto consuelo
para mf, sois tambien la causa de tanto dolor. iAh,
si conocierais en que angustias yo me encuentro,
por cierto no dejarfais de consolarme manifestandome la causa de vuestra gravidez!"—.
La Divina Madre entendfa todo aquello que su
apenado esposo iba diciendo en su interior, y Ella
tambien sentfa mucha pena. Igualmente se callaba y sufrfa con paciencia esperando que Dios se
moviera a compasion y consolara a su siervo en
tan grave angustia, por lo cual le rogaba con calldas stiplicas. Pero Dios quiso probar la fidelidad
de su Jose y darle la ocasion para que adquiriera
macs meritos.
Al fin el afligido Jose resolvio pedir a su esposa la causa de esas sefiales que aparecfan en Ella,
y muchas veces hizo este proposito, pero nunca
lo logro, porque cuando se decidia a hacerle la
pregfmta, se encontraba lleno de confusion y de
un temor reverential que le servfa de mayor pena y decia: -"i0h, ,que es esto, Dios mio, que es-'
toy probando? Veo claramente que mi esposa esta
embarazada, y Ella se muestra muy caritativa y
amorosa hacia mf, me trata con mucha amabilidad, por lo cual yo podrfa preguntarle de dcinde
viene lo que se ve tan claramente en Ella y estoy
seguro que no me lo ocultaria. Y sin embargo no
puedo hacerle esta pregunta para quedar libre de
mi dolor. Que puede ser esto, yo no lo se. iAh! Vos
solo, Dios mfo, podeis consolarme y por lo tanto
acudo a Vos y a Vos expongo mi gran pena"-. Pero Dios se callaba a estas suplicas, y dejaba que
su siervo quedara en sus angustias.
La Divina Madre procuraba consolarlo y aliviarlo con varias atenciones que le prestaba al
servirlo, y le suplicaba para que se alimentara. Le
preguntaba en que podia ayudarlo, y a menudo
cantaba algan cantico de alabanza a su Dios para
aliviar a su apenado esposo, y el otra cosa no podia decirle, solamente que su corazon estaba en
una gran pena, y le decia: -"Vos, esposa mia, me
proporciondis un gran alivio en mis penas, no lo
niego, pero no se quita de mi corazon el dolor y la
pena. Rogad a nuestro Dios de modo que se mueva a compasion de mi"-.
Algo mas hubiese querido decirle el apenado
Jose y claramente manifestaba su pena a la Santa
esposa, pero no podia y se decia: -"zEs posible
que Ella no entienda cual es la causa de mi gran
angustia?, iah seguramente lo sabe, pero tal vez
ni siquiera Ella lo pueda manifestar"-. 1
Mucho se humillaba el apenado Jose y a me1
. Cuanto era sabio este pensamiento del Santo, y cuanto nos manifiesta el concepto muy alto que tenfa de la prudencia de su esposa. Ciertamente: para sacar a su esposo de las dudas, que no
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nudo lloraba delante de su Dios, y decia que bien
merecia esas angustias, porque el se portaba de
una forma ingrata frente a los grandes beneficios
que su Dios le iba compartiendo; y puesto que se
reconocia el hombre mas dichoso del mundo por
haber conseguido a una esposa tan Santa y tan
adornada de virtud, asi se consideraba, en su pena, el mas afligido y angustiado del mundo. Mas
avanzaba el tiempo y mas crecfa su dolor, porque
con mas claras sefiales sabfa que su esposa estaba encinta, y que el hijo que llevaba en sus entrafias no podia demorar mucho en salir a la luz, por
lo cual deliraba el Santo y no encontraba paz a su
angustia.
A veces desahogaba su dolor quejandose interiormente de su esposa y decia a menudo: -;Ah,
esposa mfa!, y, i,como teneis vos tanto corazon para tenerme en tan grande angustia?,que os
he ofendido y disgustado, para que tengais hacia
mi tanta crueldad?, os habeis por ahora cambiado
de caracter conmigo y de tan dulce y caritativa y
amable que sois, ahora conmigo sois cruel y sin
piedad, que al saber la causa de mi angustia, todo
lo teneis oculto"-. La Divina Madre sentfa las
eran menos penosas para Ella, la Santisima Virgen babria podido
pronunciar una sola palabra, que habria tenido el mas grande
der_ Estaba segura que habrfa sido crefda; y tal vez la ordinaria
prudencia habria sugerido decir alguna palabra. Pero una sabidurfa elevada, la inspiraba para que respetara el secreto celestial; una conveniencia mas delicada aconsejaba que esa confidencia no viniera de Ella; era Dios el que tenfa que ordenar a Jose que
conservara su lugar y su misien acerca del Mesfas, y Dios Sabria
hacerlo en el moment° oportuno. Ella esperaba y oraba. Ese silendo era digno de la Virgen prudentisima, duefia de si en la paz,
plenamente abandonada en Dios.
quejas de su angustiado esposo, y lo compadecla
y se dolla, pero callaba y no podia liberarlo de la
angustia porque no podia manifestarle el misterio, no teniendo la orden de parte de Dios para
manifestarlo, pero no dejaba de orar mucho por
su Jose.
El Santo iba a trabajar, puesto que habia comenzado a perder las fuerzas, le venfan a menudo desmayos, por lo cual 'se regresaba a su pequefia habitacion y decia: -"Oh, donde, Dios mio,
ire para consolarme, si mi esposa que antes era
todo mi consuelo, ahora es causa de todo mi dolor, porque solamente al verla en ese estado me
siento traspasar el alma por el dolor, y. mientras
tanto me siento impulsado para it a verla y estar
con Ella en santos coloquios"-.
Y de hecho se iba el Santo donde su esposa,
pero con los ojos fijos en el suelo para no verla sino para oirla solamente. La Santa esposa le hablaba con tanta dulzura, con unos modales y una
gracia que el apenado Jose se sentfa totalmente
consolado, y encontraba un gran alivio para su
espfritu, pero levantando inadvertidamehte los
ojos la vela en ese estado, y asi se sentfa de nuevo herido por el dolor.
El Santo decidici mostrarse con el rostro serio
hacia su esposa y estar lejos lo mas posible, pero
esto no pudo hacerlo nunca,' por cuanto ofa sus
palabras y se sentfa totalmente -conquistado por
su amor, por lo cual se le mostraba, apenado si,
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pero muy amable y sereno. Muchas fueron las decisiones que el apenado Jose hacia, pero no podia
luego ponerlas en practica, porque la perturbacion le hacia decidir hacer muchas cosas, pero la
Divina Gracia que estaba en su alma, le hacia
obrar diversamente.
Al encontrarse nuestro Jose en una angustia
tan grande, y al verse como abandonado de Dios y
al ver tambien que el Angel ya no se le hacia ofr
en el suefio, al tener siempre presente la causa de
su dolor, ejercio las virtudes mas heroical que se
puedan mencionar; virtudes de paciencia, de sufrimiento, de resignacion, de caridad, de modestia,
no diciendo nunca nada a su esposa, aunque la
viera claramente encinta; no sospecho ningun
mal, no hizo juicios, no cayo en desesperacion, sino que totalmente resignado esperaba que su Dios
to consolara manifestandole la causa de la gravidez de su esposa, por to cual en esta ocasiOn el
Santo practicO muchas virtudes y adquirio grandes meritos y se dispuso para recibir la Gracia sublime qUe el Angel le habria manifestado acerca
del gran misterio de la Encarnacion del Verbo Eterno en el seno purisimo de su Santisima esposa.
Viviendo nuestro Jose en tan grave pena y conociendo muy bien como su Santa esposa estaba
por dar a luz, se encomendo mas que nunca a
Dios de modo que lo iluminara acerca de lo que
del:4a hacer y decfa entre sf: -"Se ve claramente
que mi esposa no puede tardar mucho tiempo en
dar a luz. zQue podre hacer yo? Acusarla, como
manda la ley, yo no tengo que hacerlo, porque estoy seguro de que mi esposa es Santisima, ni
puedo pensar mal alguno de Ella; pero , mientras
tanto al encontrarme yo en este hecho sin saber
nada, no tengo mucho valor para reconocer como
mia aquella prole en la que yo no tuve parte alguna. Mejor sera pues que yo me vaya errante y asI
acabe mis dias en la amargura y en el dolor, porque sera imposible que yo pueda vivir lejos de mi
amada esposa. ,Pero como tendre valor para dejarla, siendo Ella tan Santa y llena de virtudes excepcionales?, sin embargo convendra que la deje
para liberarme de una angustia tan grande"-. Todo esto decfa el Santo, y decidio pues dejar a su
esposa. Estando ya su corazon sumergido en un
mar de dolor y amargura sin consuelo alguno, lloraba desconsoladamente el afligido Jose, y no encontraba consuelo a su gran angustia.
Decidido ya en dejar a su esposa, se retiro de
noche a su pequena habitacion y allf- de rodillas
oro a su Dios, le pidio su ayuda en esa circunstancia tan grande, diciendo a su,Dios: -"i0h Dios
de Abraham, de Isaac y de Jacob, oh Dios mfo!
Que me habeis protegido desde mi nifiez y me
habeis prometido asistirme en .todos mis caminos, os suplico, por vuestra infinita Bondad, por
vuestra Grandeza, por vuestro Poder, Sabiduria, y
por el Amor que siempre me habeis demostrado,
a mi vuestro despreciable siervo, y por el Amor
que habeis tenido y que teneis hacia mi esposa
Maria, para que os digneis mantener las prome24 25
sas que una vez me habeis hecho, de ayudarme y
protegerme siempre. iNo me abandoneis en esta
gran necesidad! Yo me pongo totalmente en vuestros brazos paternales; haced en mi lo que mas
plazca a vuestra Divina Majestad. Os recomiendo
a mi esposa, que Vos me disteis de modo que yo
fuera su guardian. Hasta ahora he procuradb hacer
todo lo que estaba en mi obligacion, pero ahora la
dejo a vuestro paternal cuidado, mientras yo me
alejo de Ella, por esa causa que Vos muy bien conoceis, siendo todo conocido a vuestra Majestad.
Este castigo es bien merecido para nil, porque
no he sabido aprovecharme de sus santos ejemplos y consejos por lo cual ahora, alejandome de
Ella, hard penitencia de aquellas culpas que sin
mas yo he cometido; y aunque me parezca no conocerlas seran bien conocidas a vuestra Divina
Majestad, por lo cual os pido perdon y la Gracia
para sufrir una angustia tan grande. No tengo el
valor para despedirme de mi esposa, por lo cual
suplico vuestra Bondad para que la consoleis .en
una angustia tan grande y la defendais en toda
circunstancia. Mientras tanto os pido para que
bendigais mis pasos, porque yo primero ire al
Templo` de Jerusalen para adorar allf a vuestra
Majestad y comprender vuestra Voluntad, siempre y cuando os plazca manifestarmela. Mirad, os
ruego, la angustia de mi espiritu y la pena de mi
coraz6n, y tened piedad de
Despues de haber desahogado durante bastante tiempo su pena con su Dios, nuestro afligido
Jose se dirigiO con el pensamiento hacia su esposa, y amorosamente se ,quejaba a Ella: -"Val esposa mia! -decia en su corazon- iPaloma mfa
inocentisima!, he aqui que yo tengo que alejarme
de vos. i0h!, zque valor teneis al verme en angustia tan grande, y para no pedir a nuestro Dios una
gota de consuelo? ;Oh!, zpor que no me manifestais la causa de vuestra gravidez?, y sin embargo
siempre habeis demostrado tanta caridad y tanto
amor hacia mi, y en este hecho parece que os ha-
'Deis olvidado de ml. i0h!, ique hard yo lejos de
vos que soil todo mi consuelo? Oh mi querida y
amada esposa, he aqui que yo os dejo, y quiet' sabe cuando tendre la suerte de volver a veros. Os
dejo sola, mi amada esposa; jah, mi corazon se
destroza por la pena que sufre al tener que abandonaros, pero asi tambien es necesario . que yo lo
haga en esta circunstancia, no sabiendo en.contrar otra manera para liberaros. del castigo amenazado por la ley, y a mi de la angustia"-.
Asi todo en lagrimas se levanto Jose de la oraciOri; y torno lo que era necesario para su viaje.
Arreglo su pequelio bulto y se puso a descansar
para esperar que se hiciera de dia, habiendo ya
deterrnInado salir muy temprano de modo ,que no
lo)lubieSe visto su esposa, y tambien para que. no
fuera visto por ninguna de las vecinas y otros . pa-:
ra no tener ocasion de manifestar a nadie el motivo de su partida.-2
•
4
. Mateo 1, 19
26 27
Mientras tanto su divina esposa se ocupaba
dirigiendo calidas stiplicas a Dios de manera que
se dignara consolar al apenadisimo Jose, encontrandose Ella tambien en gran pena. 3
3
. Ctue delicadeza, secillez y sublimidad en esta narration; nada
hay de indecoroso para Marfa y Jose, pero todo en cambio este
conforme a la santidad de los dos. Ninguna sospecha en Jose
acerca de la honestidad de Marfa, como algunos equivocadamente afirmaron, ningun conocimiento del misterio realizado para
perturbar la humildad del Santo, como otros opinaron, Jose esta
tan seguro de la virtud de Marfa, que no puede, aun cuando fueron extrafias las aparlencias, aceptar ninguna deshonrosa sospecha con respecto a Ella. No solamente su virtud era testimoniada
por toda su vida y por toda su conducta; sino que era tambien
testimoniada por Dios mismo, cuya Providencia se habfa preocupado de su union virginal. Y las circunstancias de dicha union, y
la, evidente santidad de su esposa, lo confirmaban. Y mientras
tanto Jose sufrfa un gran dolor: porque es un tremendo tormento,
eso de ignotar, cuando uno esta fuertemente interesado en la
causa, cuando tendrfa gran necesidad de Luz. A pesar del profundo dolor, que le causaba el pensamiento de la separation, le
pareci6 no poder, en esta circunstancia, seguir viviendo con Marfa. Puesto que el era justo, crefa en la inocencia de su esposa, y
por lo tanto no querfa difamarla, ni exponer a la crftica lo que suponfa supuestamente que fuera un misterio divino: por lo tanto,
pens6 rescindir con el mayor secreto posible, el vfnculo de su
union. Habrfa dejado a Marfa en las manos divinas que la habfan
dirigido hasta entonces, y que sabrfan tambien tener cuidado de
Ella. Repetimos: icuenta delicadeza, sencillez y sublimidad en esta narration! Pue gran virtud en Jose!
CAPITULO III
El Angel le revela en el
sumo el misterio divino
Una vez que el afligido Jose se quedo dormido
se le aparecia el Angel y le hablo en el sueno, como era de costumbre y le dijo: -"Jose, hijo de David, no temas en tomar a Maria por tu esposa,
porque el Hijo que Ella neva en su sell() es concebido por obra del Espiritu Santa Th esposa dard a
luz a este Hijo al cual pondras el nombre de Jestis, y este sera la salvation de su pueblo y del
mundo entero que viene a salvar y a liberar de la
esclavitud del pecado. Reconoces la Gracia tan sublime que Dios to ha hecho al hacer nacer de tu
esposa al Mesias prometido. Ve. que Santa y que
digna es tu esposa, a la que to querias dejar,
mientras Dios ya la habfa elegido para ser Madre
del Verbo Encarnado". 1
1
. "La Vision celestial tranquilizaba a San Jose acerca de las dos
cosas que tenia necesidad de saber con seguridad. Ante tedo el
misterio realizado en Marfa era verdaderamente una obra divina,
la del Espiritu Santo; y el Hijo que Ella dada a luz era verdaderamente aguel que tenfa que librar a Israel de sus pecados, el Salvador prometido, Dios con nosotros. La tarea de Jose debfa ser y
quedar la que Dios le habfa asignado, al unirlo con Maria. La Virgen bendecida de una manera singular; debfa pertenecerle por el
derecho de su purisimo matrimonio. A los ojos de los hombres, el
28 29
El Angel no dijo nada mas, porque Jose movido por el gozo se desperto, y fue tanta su alegrfa,
que Dios hizo un milagro de su Poder, para que
nuestro Jose no quedara absorbido en el, mar de la
dicha, la cual fue tan grande, que, sin duda alguna, habria muerto.
Al despertarse el afortunado Jose, levanto las
manos hacia el Cielo y exclamo: -"Ph Dios! ;Oh
Dios mfo! ;Oh Dios de inmensa Bondad! 2,Y de
donde yo he merecido una Gracia tan grande?
habria podido pensar nunca que vuestra
Majestad me hiciera una Gracia tan sublime?"-.
Luego se puso con el rostro sobre el suelo, y llorando pidio a su Dios perdon por su gran error al
decidir irse y abandonar a su esposa Maria.
Nuestro Jose lloraba por la decision tomada y
decfa: -"iAh! Dios mfo, que ingrato he sido al
gran beneficio que me habeis hecho en darme
por compafiera a una criatura tan digna, mientras
yo, atrevido e ingrato, querfa abandonarla y alejarme de Ella, y si Vos no me hubieseis revelado
el gran misterio me habria ido y habria perdido
toda mi fortuna; y entonces, ique habria sido de
mf, pobre infeliz?, ioh, que bueno sois conmigo,
Dios mfol, ;oh que generoso con vuestras Gracias
serfa pues el padre del nifio; la misma genealogfa serfa para ellos
una sepal para reconocer el origen del Mesias, y, por esto, el Angel tiene el cuidado de llamarlo "Jose hijo de David". Sus derechos paternales no existirfan solamente en la opinion de los
hombres, sino serfan reales, fundados en el orden de las cosas y
queridos por Dios".
hacia mf, tan ingrato y desconsiderado! Pero no
tengo duda alguna en creer que Vos me habeis
consolado de este modo, por los meritos y por las
suplicas de mi Santisima.esposa; por lo cual ahora os suplico por los meritos de la misma para
que os digneis perdonarme el error cometido"-.
El humilde Jose segufa todavfa con el rostro en
el suelo pidiendo perdOn a su Dios, cuando Dios ,
se hizo sentir con su Voz Divina en lo mas profuncio del corazon humillado de Jose, al que asegul:5 no solamente el perdon, sino tambien el ardiente amor que le tenfa, diciendole: -"JosE, fiel
siervo mfo, to eres muy amado por
Consolado sobremanera nuestro Jose, por haber ofdo la Voz de su Amado, se levanto y rindio
afectuosas gracias a su Dios y no dejaba de repetir las palabras del real profeta: -"Cuando estaba
oprimido por la angustia, to consuelo me ha animado"-. (Salmo 93, 19).
Sin embargo se encontraba en un deseo tan
grande de ver pronto a su divina esposa y decla:
-"jAh, esposa mfa querida!, ioh, paloma rrila inocentfsirna!, ;oh Madre dignisima del Verbo Encarfiadotaim° hare yo para comparecer delante
de vos?, mi corazon desea veros, pero tengo mucho miedo de que me echeis de vuestra presencia, que con justa razor' to podrfais hacer, al estar
todo presente a vuestros ojos. Vos ya habeis visto
mi infidelidad, mi ingratitud, pero si me ha perdonado mi Dios, espero que tambien vos me per3.0
donareis a imitaciOn suya, porque vos tambien
sois toda clemencia y toda bondad. Oh Divina Madre, no os sorprenda que yo viera en vos tanta
luz, tanta claridad y tanta belleza y gracia. Vos
llevais en vuestro purisimo seno al gran Hijo de
Dios, y yo - miserable, he consentido que vos me
sirvais en todo lo necesario. ;Oh!, icomo no reprochabais mi perversidad, mi atrevimiento? Oh
amada esposa mia, ,como podre comparecer delante de vos?, pero tambien mi corazcin ansia
pronto volver a veros para pedir perdon y para
adorar en vos la Majestad de mi Dios"-.
Mientras decia esto, el afortunado Jose se fue
rapidamente a la puerta de la habitaciOn donde
estaba la Madre Divina, y aquf se puso de rodillas
para esperar que Ella saliera para prestar tambier' a Ella los debidos respetos, como Madre del
Verbo Divino Encarnado.
Aqui, nuestro Jose fue arrebatado en extasis, y
alli vio a su divina esposa que estaba orando y
vio y adorO al Verbo DiVino en su seno purisimo,
como dentro de una custodia. Aquf el alma de Jose se inundo de un mar de alegria, y le fueron revelados por el Verbo Encarnado los altisimos misterios de la Encarnacion.
Al volver luego del extasis, mientras la Divina
Madre se demoraba en salir, el se puso a ordenar
la casa, a deshacer el bulto que habia hecho para
partir, y luego se puso de nuevo de rodillas para
esperarla. Ella salio afuera toda luminosa, bella
sobremanera y graciosa, y el afortunado Jose vio,
con los ojos corporales, lo que ya habia visto en
espiritu en el extasis que habia tenido.
Adorn al Verbo Divino Encarnado en el seno
virginal de su Santa esposa, con profunda adoracion, y se dedico de nuevo totalmente a su servicio. Luego reverenci6 a la Divina Madre, le pidiO
perdon por la decision tomada, se le present6 corn° un humilde siervo, y con lagrimas de dolor y -
de alegria le decia: -"Oh Madre Santfsima del
Verbo Divino; yo os amo intensamente, os pido
perdon. No soy digno de estar en vuestra presencia, merezco ser echado de vos, Madre Divina"-.
Muchos fueron los actos de humillacion, de respeto y de dolor que practico el afortunado Jose,
pero la humildisima Reina Maria Santisima lo super6. Le aseguro de su amor, le disculpo por la
decision tomada, le animo y no quiso permitir
que el la sirviera como le fue pedido, ni que se
cambiara en nada el estilo de vida que ellos lleva
ban.
El humilde Jose se levantO del suelo y comenDi a conversar con su Santa esposa, a: la cual narro lo que el Angel le habia revelado en el suefio,
y entonces bendecia todas las angustias que habia sufrido en esa circunstancia, las cuales le habian merecido tanta Gracia para darle a conocer
el gran misterio de la EncarnaciOn, y decia a su
esposa: "ph, que grande es la alegria de mi corazon!, yo no se expresarlo, pero vos ya lo vereis,
por lo cual os pido que rindais gracias por mi a
32
33
nuestro Dios de infinita Bondad"-. Y se pusieron
a alabarlo y a agradecerlo conjuntamente, componiendo la Divina Madre nuevos canticos de alabanza y de agradecimiento.
Luego se quedaron por algtin tiempo conversando sobre el beneficio muy especial que Dios
habfa hecho al mundo al enviar al Mesfas prometido, y del beneficio que les habfa hecho a ellos
en particular al hacer que tomara carne humana
en el purfsimo seno de la Santfsima Virgen, la
cual tanto se humillaba y se consideraba muy indigna. Decfa el afortunado Jose a su esposa:
- " Ph, quien hubiese pensado que el Mesfas quisiera nacer de vos y estar con nosotros! ;Oh que
suerte dichosa ha sido la nuestra! i0h!, zquien podra nunca alabar y agradecer suficientemente
una Bondad y Generosidad tan grande? Yo soy totalmente incapaz, pero vos esposa mfa muy amable, lo podeis hacer dignamente, al haber sido encontrada digna de ser su Madre"-.
La Divina Madre se humillaba al ofr las palabras de su esposo Jose, y en estas reflexiones ambos eran arrebatados en un extasis muy (Juice.
Luego su esposo Jose le narraba todos los prodigios que hapfa visto en Ella tiempo atras y le decfa como a menudo se sentfa atraldo interiormente por una fuerza para ir a menudo a verla, y
cuando Ella no lo vela, el adoraba al Hijo que Ella
Ilevaba en su seno, no pudiendo hacer otra cosa
que aquello y decfa: -"No es para sorprenderse
que yo estuviera impulsado interiormente a hacer
eso, puesto que dentro de vos habitaba mi Dios.
Lo cierto es que mi espfritu estaba atrafdo para ir
a adorar al Mesfas deseado, y probaba tanto consuelo al quedarme con vos, no pudiendo de ninguna manera estar lejos sin dejar de hacerme
mucha violencia. iAh! Dios mfo -afiadfa- Vos estabais atrayendo mi corazon como dulce iman, y
mi corazOn no sabfa de dOnde procediera eso. Os
adoraba, pero no os conocfa; deseaba estar siempre en vuestra venerable Presencia, pero yo no
sabfa donde estabais. Alabo y exalto vuestra Majestad, que aunque no fuera adorada por mf debidamente, porque no os conocfa, sin embargo me
dispensabais tantas Gracias"-_
Luego volvia a hablar con su esposa y le decfa
como muchas veces la habfa visto con el rostro
cubierto de una luz muy Clara, y otras veces habfa percibido un olor tan suave que no sabfa con
que compararlo, por lo cual quedaba recreado en
el alma y en el cuerpo, que a menudo se sentfa
como atemorizar por la majestad de su presencia,
pero al mismo tiempo se sentfa animar y llenar
de confianza; y todo esto, decfa el, crefa que procedfa de la Gracia Divina que tan abundantemente se habfa derramado en vuestra alma, y que vos
hubieseis tratado con Dios en la oracion, sin jamas compenetrarme que el Verbo Divino se 'hubiese dignado tomar carne humana en vuestro seno y vivir allf Humanado. -"Oh, si yo hubiese podido compenetrarme en esto, no hubiera cometido tantas ingratitudes y faltas de respeto hacia
34 35
mi Dios Humanado, ni hubiera permitido nunca
que vos os hubieseis ocupado de los oficios mas
humildes de la casa. iQue diferente me hubiese
portado, y cuanto mas a menudo hubiese adorado
y venerado a mi Dios Humanado en vuestro purlsimo senor-. La Divina Madre contestaba con
gran humildad, y decfa que asi habia permitido
Dios, y que Ella tenia, aunque Madre del Verbo Divino, que humillarse y servirlo asi como
lo habia hecho antes y que Ella del:4a abrazar,
no huir de las humillaciones y los oficios humildes, cuando un Dios se habia hurnillado y
rebajado tanto.
Nuestro Jose quedaba confundido al ofr las palabras de la Divina Madre, y aun cuando se esforzara en quererla servir con cordiales expresiones
no podia lograr su intento, por lo cual sentfa mucha pena y se dolfa con su esposa porque no querfa ser servida en todo por el y le decfa a menudo:
-"Dejad, esposa y paloma mfa, que yo os sirva,
porque con esto creo servir a nuestro Dios que
habita en vos"-.
Y Ella con amables modales le contestaba que
tuviera un poco de paciencia, porque habrfa conseguido su intento de servir a su Dios, una vez que
hubiese nacido. "Entonces, -le decfa-, lo serviremos conjuntamente y lo tendremos en nuestros,
brazos, los cuales mas de una vez le serviran
de cuna, donde El tomard su descanso".
A estas palabras; el afortunado Jose lloraba
por la dicha y decfa a su esposa: -"i0h, Divina
Madre!, isera verdad que yo llegare a gozar de
una suerte tan bella, de estrechar a mi pecho y de
tener entre mis brazos a mi Redentor? iQue Gracia tan sublime! de donde me vendra a mf esto?"-. Y asi diciendo era arrebatado en extasis y
se encendfa de amor de tal modo que, todo radiante en el rostro, parecfa un Seraffn.
De esto mucho gozaba la Divina Madre, y daba gracias a Dios por parte de su esposo, por favorecerlo tanto y por llenar su alma de muchas
Gracias y su corazon de tanto amor. En estos extasis, el Verbo Encarnado le manifestaba muchos
secretos al afortunado Jose acerca del misterio de
la Encarnacion y de la vida que llevarfan, los cuales luego se los manifestaba a la Divina Madre; y
aunque Ella todo lo sabfa, sin embargo gozaba
mucho en ofrlos de su esposo Jose, tomando de
esto, motivo para alabar de nuevo a la Bondad Divina y ensalzar la grandeza de las obras de su
Dios, quedando nuestro Jose junto con la Divina
Madre siempre mas admirados, exclamando conjuntamente: -"Oh, Bondad inefable de nuestro
Dios! ;Oh Amor! ;Oh, inmensa Caridad! zY
quien hubiese creido nunca que un Dios de infinito Poder quisiera dignarse vivir de este
modo entre nosotros, entre tanta pobreza y
tan desconocido al mundo?"-.
Luego la Divina Madre instrufa a su esposo Jose, y le decfa como ellos estaban en la obligacion
de suplir la falta de todas las criaturas que no lo
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37
habrian conocido, y que al tener ellos la dicha de
conocerlo y de tratar con El, debian estar en continuos actos de alabanza, de agradecimiento, de
respeto y de amor, correspondiendo en lo que podian a un beneficio tan grande.
CAPITULO IV
ContemplaciOn amorosa del
Verbo Encarnado vivo en el
seno de su esposa
Despues que nuestro Jose realizara todos los
actos convenientes con la Divina Madre y el Verbo Encarnado, y despues de haberse ocupado en
varias conversaciones con su esposa sobre el
misterio de la EncarnaciOn, decidieron el modo
con el cual debian tratarse entre ellos, y fue el
mismo modo con que se trataban en el pasado, y
la Divina Madre se contento de que su esposo Jose adorara al Verbo Divino en su seno virginal, y
esto lo hiciera cada vez que le hubiese -agradado.
San Jose tambien se alegra con esto, porque conocio que esa era la Voluntad Divina, por lo cual todo feliz y contento, nuestro Jose dio gracias a
Dios y luego a su divina esposa. El afortunado Jose se iba a trabajar, estando siempre con el pensamiento fijo en su Dios Humanado, y amandolo
ardientemente con el corazon.
El Santo no podia sustraerse al deseo de adorar a su Dios; y a menudo se iba con impulso
amoroso a ver a la Divina Madre, donde enseguida de rodillas adoraba a su Dios y se encendia to38
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talmente en su amor. Despues de haber hecho alDin acto de adoracion, a veces se iba en silencio
hacia su trabajo, y esto lo hacfa cuando conocfa
que la Divina Madre estaba en extasis, para no
molestarla se iba con todo cuidado. Otras veces al
encontrarla ocupada en los trabajos y otros quehaceres de la casa, se quedaba en algtin breve coloquio de alabanza a su Dios.
Muchos eran los efectos que el afortunado Jose
experimentaba en estas visitas y muchas veces
quedaba extasiado cuando vela claramente al Verbo Encarnado en el seno virginal de la Divina Madre, y allf lo adoraba y todo se entregaba a El, y
era mirado por el Divino Infante con gran Amor.
Al volver del extasis, todo se lo.manifestaba a
la Divina Madre, hasta el semblante del rostro
que en El habfa visto mientras estaba tan elevado
en espfritu, y le decfa: -"i0h esposa mfa Santfsima, que bello, que tierno, que gracioso y amable
es nuestro Dios Humanado!, estoy seguro que solamente su belleza hara gozar un Parafso de dicha a nuestro corazon y que atraera a sf los corazones de todas las criaturas como un dulce iman.
zY quien podra pues resistir a su Amor? zY quien
podra detenerse y no venir a adorarlo, mientras
su belleza es tanta y tan grande que arrebata el
corazon solamente al pensarlo? i,Que sera luego
poder gozarla abiertamente y tratar con El de una
'forma confidencial? ;Oh, dichosos de nosotros!
;Oh, afortunados de nosotros, que tendremos la
suerte de verlo siempre entre nosotros y de tratarnos familiarmente! ;Oh, los mismos Angeles
envidiaran nuestra dichosa suerte! jOh, dichosos
de nosotros! ;Oh, afortunados de nosotros!" -
. Y al
decir esto derramaba lagrimas de dulzura, y la
Divina Madre componfa nuevos canticos de alabanza al Verbo Divino y cantaba dulcemente; y
entonces el afortunado Jose caia en extasis por la
dulzura, tanto del canto, como de las palabras ad-.
mirables que la Divina Madre componfa. Al volver luego del extasis agradecfa a su Dios por las
Gracias que participaba a la Divina Madre.
Luego cada vez que el afortunado Jose iba al
trabajo, o salfa de casa para proveer el alimento
necesario o algo concerniente a su trabajo, siempre se inclinaba ante el Verbo Encarnado, pidiendole su asistencia y su bendicion, quien se la daba abundantemente.
El humilde Jose hubiese querido la bendicion
tambien de su esposa, pero porque Ella era tan
humilde, no se la pedfa para no causarle pena;
sin embargo tenia la intencion de pedirsela tambier) a Ella cuando se la pedia a su Dios, y asf se
quedaba feliz.
Se sentia luego destrozar el corazon al pensar
en la gran pobreza en que estaba y en no poder
dar a su esposa lo que el deseaba, no solamente
de servirla en todo, sino hubiese querido proveerla de los alimentos convenientes a su estadO y
- a
menudo le decfa: -"10h esposa mia!, cuanta pena
sufre mi corazon por no tener para comprar eso
que yo se que es necesario para vuestro sustento,
y por mi pobreza me toca proveeros solamente de
unos despreciables alimentos; asf a nuestro Dios
que es duel-10 de toda la creacion le toca tomar de
vos el alimento tan pobre y sin sustancia alguna,
y por ello sentird gran sufrimiento"-.
A estas palabras la Divina Madre sonrefa, y
animaba a su Jose diciendole que no se preocupara de ello, porque su Divino Hijo asf lo querfa y
de ello estaba contento; que si hubiese querido de
otra manera no le hubiese faltado la forma de darle la posibilidad de poderlo hacer, y asf nuestro
Jose se tranquilizaba.
A veces entraban en conversaciOn acerca de
como vivirfa el Redentor y cuanto sufrirfa al estar
con ellos en la pobreza en que se encontraban, y
en estos coloquios a menudo derramaban lagrimas, considerando como el duefio del universo
tendria que someterse a tanta pobreza.
A veces la Divina Madre le iba manifestando
algun paso de la Escritura y de los Salmos de David, donde estan explicados los sufrimientos que
el Divino Redentor sufrirfa para redimir al mundo
y la dolorosa Pasion que sufrirfa. La Divina Madre
le decfa esto con gran reserva, sin manifestarle
todo para no verb sufrir mucho, porque al ofr estas palabras nuestro Jose se desmayaba por el do-
, for y lloraba amargamente.
La Divina Madre le iba manifestando de vez
en cuando estas cosas, porque sabfa que era Voluntad de su Dios, queriendo que su Jose sufriera
algunas amarguras tambien en medio de los muchos consuelos y que no estuviera sin sufrir penas, para acrecentar en el el merit° que se adquiere al sufrir. Por lo cual nuestro Jose se iba
siempre Inas enriqueciendo de meritos y de Gracias mientras mucho compadecfa al Divino Redentor en sus penas, aunque no hubiese todavia
salido a la luz, y obtuvo el merito de sufrir junto
con los sufrimientos del Redentor, aunque no se
encontrara presente en su Pasien, y por todo el
tiempo de su vida se done y se compadecie de
sus penas atroces, como se ira diciendo a lo largo
de esta historia.
A veces, mientras nuestro Jose se quedaba en
santas conversaciones con la Divina Madre, era
iluminado por Dios y claramente conocfa como el
Verbo Encarnado padecla por las ofensas al Padre
Divino, y el amargamente lloraba y se lo manifestaba a su esposa, a lo cual, unidos en el dolor
ofrecian . al Padre Divino sus tagrimas para aplacar su Ira hacia el genero humano y le suplicaban
por la conversion de los pecadores, y nuestro Jose
se dirigia a su Dios, diciendo: -"jAh! Dios mfo,
que dolor veros tan gravemente ofendido justo en
el tiempo en el que Vos habeis usado con el mundo una MiSericordia tan grande, como es la de enviar a vuestro Unigenito para que Se hiciera hornbre para salvar al mundo. ;Oh!, zcerno es posible
que un Amor tan grande tenga que ser pagado
con tanta ingratitud?, pero es que el mundo no
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sabe todavfa el beneficio tan grande que Vos le
habeis hecho, por eso yo que he tenido la suerte
de saberlo, deberfa morir de amor y corresponder
a un beneficio tan grande y suplir la falta de todos. Me declaro, aunque miserable e indigno, que
yo deseo en nombre de todos, amaros, agradeceros, bendeciros y alabaros. Dad Vos espfritu y
fuerza a vuestro siervo indigno, de modo que lo
pueda hacer dignamente"-.
Mucho gozaba Dios de las carifiosas expresiones de su amado Jose y le daba claras sefiales de
ello, llenando su espiritu de consuelo y su coraz6n de amor de modo que iba por dfas enteros extasiado y todo encendido en su rostro, no distinguiendose si era un hombre terrenal o celestial,
estando por dfas enteros sin ningun otro alimento
que el de la .plenitud del consuelo que Dios comunicaba a su alma.
Nuestro Jose vivid siempre olvidado de todas
las cosas caducas y terrenales, estando siempre
con el corazOn y con el pensamiento fijos en su
Dios, tinico objeto de todo su amor. Pero esto se
acrecento mucho en el despues que le fue revelado el misterio de la Encarnacion, por lo , cual su
mente ya na fue capaz de recibir en sf otras cosas
perecederas. Siempre fijo en su Dios Humanado,
con. ;El hablaba siempre interiormente; y, icuantos
actor de amor, de gratitud, de respeto le hada
continuamente! Para ello harfa falta contar todos
los momentos de su vida para enumerar estos actos que nuestro Jose hada.
Las mismas palabras que el decia, todas estaban dirigidas a su Dios muy amado, por lo cual a
menudo acontecia que al it la gente a pedirle algun trabajo, el otra respuesta no sabia dar ,que
alabar a su Dios y enaltecer su infinita Bondad y
Misericordia, diciendo a todos: -"Alabemos a
nuestro Dios, alabemoSlo siempre. ;Oh, cOmo es
admirable en sus obras! ;Oh, que grande es su
Amor!"-
.
Algunos temerosos de Dios quedaban admirados y se aprovechaban de sus palabras, pero
otros miserables sumergidos en las culpas se mofaban de el, se burlaban y lo insultaban, no falto
quien a menudo lo calumniara y lo considerara
alterado por el vino, al igual que se dijo de los
apostoles por parte de los malvados judios, cu. ando aquellos fueron llenados del Espiritu Santo y
del Amor de Dios.
Nuestro Jose todo lo sufria alegremente, pero
no por eso dejo de tratar y narrar la Bondad y_la
gran Generosidad de su Dios. Ofrecia a Dios todos
los desprecios y las bUrlaS querecibia, y le , suplicaba para que perdonara a todos los que le insultaban.
Aumento tambien, en nuestro Jose, la ()radon
y las sOplicas que antes hada por la salvaciOn de
su projimo y en especial por los moribundos, y
cuando sabia que habia algtin enfermo grave, se
postraba delante del Verbo Humanado, y le suplicaba con insistencia hasta conseguir la Gracia,
sea para la salud del cuerpo, si era necesario, o
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para la Salvacion Eterna.
Lo mismo hada por los pecadores, y cuando
sabfa que habfa algtin obstinado, derramaba calldas ldgrimas delante del Divino Redentor, y oraba
persistentemente hasta conseguir su conversion.
A sus stiplicas se unfan tambien las de la Divina
Madre, las cuales eran muy gratas a Dios.
La Divina Madre era instruida por la eterna
Sabidurfa Divina que habitaba en su seno, y
nuestro Jose tambien era instruido con admirables ilustraciones e inspiraciones, estando casi
continuamente en su Presencia.
Aunque la Divina Madre en ese tiempo hablaba muy esporddicamente, la mayor parte del
tiempo pasaba en profundo silencio y totalmente
concentrada y atenta en el trato con el Verbo Encarnado, a pesar de todo eso nuestro lose recibfa
tambien instrucciones de Ella siendo sus palabras todas de revelacion maravillosa y llenas de
Sabidurfa celestial, por lo cual el afortunado Jose
estaba todo atento esperando ardientemente que
su esposa le dijera alguna palabra, la cual luego
conservaba en lo mdsde• su corazon, la
meditaba y dp la cual sacaba grandes ensefiahzas.
Era tan grande el deseo que nuestro Jose tenfa
en hacer alguna cosa grata a su Dios Encarnado,
que no podia dejar de preguntar a la Divina Madre acerca de ello, y esto lo hada a menudo, suplicandole para que le dijera algo que pudiese hacer para darle gusto; y la Divina Madre se humi
Raba,
Entonces a su Jose le decfa que no se sorprendiera de ello, porque Ella ya sabia y habrfa visto
como 61 le pedfa eso no por ningtin otro motivo
que no fuera para el Verbo Humanado que estaba
en su seno, porque Ella facilmente, como su verdadera Madre, habrfa conocido lo que hubiese sido de su agrado y que el lo habrfa hecho para
complacerlo, siendo esa su obligacion.
La Divina Madre lo consolaba contestandole
con toda humildad, gracia y cortesfa, y ahora le
insinuaba la practica de una virtud, ahora de otra,
y a lo sumo le decfa: —"Al Verbo Encarnado le
gusta mucho que se le ofrezca el corazon, y
nosotros al haberselo ya entregado desde que
fuimos favorecidos por el use de la razor', podemos hacerle de nuevo este don, y hagarnoslo a menudo con el deseo de entregarle tambier' todos los corazones si estuviera en nuestras manos"—.
Gozaba mucho nuestro lose al ofr las palabras
de la Divina Madre, y derramaba ldgrimas de dulzura, y despues le agradecfa y suplicaba al Verbo
Divino Encarnado para que le compensara y enriqueciera siempre mas de sus Gracias.
A veces, estando todavfa mds encendido de
amor el afortunado Jose componfa 61 tambien alversiculo en alabanza de su Senor Humanado
y se lo decfa y de eso gozaba mucho la Divina
46 47
Madre, y para satisfacer el gusto de su Jose, Ella
misma los cantaba a su Divino Hijo en nombre de
Jose. El Santo gozaba tanto de ello que enseguida
cafa en dulce extasis, donde le era manifestado
claramente por el Verbo Divino con que agrado El
recibfa eso.
Se encontraba a veces nuestro Jose reducido a
tanta pobreza, que no tenfa con que alimentarse,
por lo cual se dolfa mucho por no tener con que
socorrer a su amada esposa, tanto mas que estaba siempre temiendo que Ella padeciera hambre
y sed.
Se encomendaba a su Dios, de modo que se
dignara proveerle de lo necesario y le decfa: -"Senor mfo, , no es para mf, que no lo merezco, pero
proveedme de to necesario para mi Santa esposa,
de modo que yo se lo pueda suministrar"-. Y de
hecho Dios no demoraba en proveerle, o por medio de las criaturas, o a traves de los Angeles, encontrando a veces preparada la mesa con pan,
frutas y otros alimentos necesarios, segtin sus necesidades. Nuestro Jose se mostraba luego muy
grato a su Dios reconocierido el beneficio y la generosidad suya, al cual daba luego gracias muy
afectudsas.
Causaba una peria continua at corazon de Jose
su gran pobreza, no tanto para sf mismo, que
Inds bien gozaba de ella, sino porque conociendo
la dignidad y el merito de su esposa y viendola
en tanta pobreza, le parecfa una coca extrana.
No dejaba sin embargo la Divina Madre de
consolarlo manifestandole el valor de esta virtud
y como era muy amada por su Dios, quien de
buena gana la abrazO, queriendo nacer y vivir pobre; como ya habrfa visto a to largo de su vida, y
le decfa: -"Ves vos mismo como se ha escogido
a una Madre tan' pobre. Si hubiese querido vivir entre las comodidades y las riquezas, se
habrfa escogido una madre, no solamente noble, sino muy rica y con comodidades. Y asf
alabamos a nuestro Dios y le agradecemos,
que siendo rico e infinito se ha dignado abrazar la pobreza para ensefiarla al mundo entero, por to cual a nosotros nos ha tocado una
suerte tan bella, y si no hubiesemos sido pobres, quien sabe si nos hubiese tocado una
suerte tan grande"-.
Nuestro Jose quedaba admirado y consolado a
la vez, al escuchar las palabras de la Divina Madre, y daba gracias a Dios por su pobreza, e iba a
menudo meditando las palabras que la Divina
Madre le decfa acerca de este particular, quedando siempre mas admirado de canto su Dios hubiese escogido vivir en tan extrema pobreza, y decfa
para si mismo: cuantas veces me tocard
ver a mi Humanado Senor sufrir hambre y sed!,
ioh!, zcomo podra sufrir eso mi corazon?, pero asf
El to quiere y por lo tanto yo tambien tengo que
querer eso. ;Oh, que raro ejemplo de pobreza, que
ahora el mundo no entiende, ni comprende!, pero
vendra el tiempo en el cual to entendera y lo corn48 49
1
.endera, y espero que muchos imitaran a mi
Tado Senor-.
Nuestro Jose tenfa un ardiente deseo de que
iSdo el mundo llegara a conocer el gran beneficio
la Encarnacion del Verbo Divino, de modo que
todoS se mostraran gratos a su Dios, por lo cual le
ledfa a menudo esta Gracia e iba repitiendo estas
rialabras: 7-"Oh Verbo Encarnado, manifestaos
jironto al inundo, de modo que todos alaben .
irdesfa . Bondad, ensalcen vuestra Misericordia y correspondan a vuestro Amor"-. Esto lo hada parslue todavfa no sabfa como el mundo habrfa tratalo tan mat a.` su Dios y que le habrfan correspondido con ofensas e ingratitudes, y por lo tanto la
bivina Madre que todo to sabfa, le iba manifestando como su Divino Hijo habrfa sido tratado
Limy mal por el mundo.
A estas. palabras quedaba herido por el dolor
11 corazon amoroso de nuestro Jose, y a menudo
exclamaba:sera posible, oh Dios mfo, .que el
mundo os tenga que tratar mal y mostrarse desOrteS a un beneficio tan grande? jAh!, mi coraion . no lo podra.soportar. Y sin embargo asf sera,
ruestra Divina Madre me to comunica, tal vez para qUe yo me ,<faya acomodando para sufrir aniiiStia tan grande. Dadme Vos, Dios mfo, fuerza y
yirtud, de otra manera, zcomo podre soportar una
confUsion tan grande y una afrenta tan grave a
hiestra. Bondad, a vuestro infinito Amor?"-.
Con estas • palabras que eran manifestadas a
L O
nuestro Jose por parte de la Divina Madre, se iba
amargando en el el gran consuelo que continuamente experimentaba al estar en Presencia de su
Dios Humanado y en tratar con la Divina Madre,
por lo cual en medio de los consuelos su corazon
estaba traspasado por un agudo dolor al pensar
cuanto el Divino Redentor habrfa sufrido a lo largo de su vida, y decfa a menudo a su esposa:
-"Ph esposa mfa, como nuestro Dios me tiene en
un mar de consuelo por }as muchas Gracias que
nos comparte y por haberse dignado estar con nosotros queriendo nacer de vos, mi querida y amada esposa!, pero al mismo tiempo me tiene en un
mar de amargura, haciendome entender por
vuestro intermedio, lo que El sufrira y padecera
en el transcurso de su vida. 2,Y sera posible que
nuestro Dios no sea amado por parte de todos y
que el mundo no lo quiera conocer? Oh Verbo Encamado, ,Vos pues sereis desconocido al mundo,
Vos sereis _pagado con ingratitud? ;Oh, Dios mfo!
;Oh, Dios mfo!"-, y aquf se ponfa a llorar a mares
hasta que la Divina Madre lo consolaba y le deCfa: -"Animo, esposo Info, y agradezcamos a la
Divina Bondad que nos ha hecho una Gracia
tan grande, la de conocerlo y manifestar gratitud a un beneficio tan grande. Alegremonos
que nos haya tocado una suerte tan hermosa"-.
A estas palabras nuestro Jose se secaba las lagrimas y se consolaba totalmente y decfa a su esposa:sf, sf es verdad, por lo cual, •esposa
51
mfa, alabadle y agradecedle por mf, que lo sabeis
hacer tan bien, y yo tambien me unire con vos
para alabar y agradecer su infinita Bondad"-.
La Divina Madre componfa nuevos canticos de
alabanza y de agradecimiento y los cantaba dulcemente a su Dios, y nuestro Jose le hacfa compafifa y asf se alegraba plenamente.
Gozaba mucho el Verbo Encarnado de las alabanzas que recibfa de la Divina Madre, como
tambien de los afectos y deseos de su Jose muy
amado, y le daba claras senales, llenando su corazon de alegrfa.
Luego, por el pensamiento que tenfa siempre
fijo en la mente, de que su Dios Humanado habitaba en el seno virginal de su amada esposa, se sentfa llenar totalmente de confusion y de respeto.
No se atrevfa a levantar su vista para mirar a
la Divina Madre; se sentia atemorizado por la Majestad y al mismo tiempo era tan grande el amor
que ardfa en su corazon, que no podia contener
las -miradas hacia ese Ser amado, presente en el
seno purfsimo de su esposa y llenarse completamente de confianza, por lo cual a menudo se enttegaba a conversaciones amorosas con su Senor
Humanado y le expresaba los ardientes deseos de
su encendido corazon y el vivo deseo que tenfa
de verb pronto nacido, y decfa a menudo: -"Oh
mi ,Sefior Humanado, zcuando tendre yo la suerte
de veros con los ojos corporales y de teneros en- .
tre mis brazos? jAh!, sin duda alguna que mi alma saldra de la carcel estrecha de este cuerpo
por la grandeza del gozo que sentird, por lo cual
convendra que Vos haggis de nuevo el milagro de
conservarme en vida, si quereis que yo goce de
vuestros dulcfsimos abrazos. ;Oh, Verbo Encarnado!, zy seta verdad que yo tendre la hermosa
suerte de veros, estrecharos entre mis brazos, de
alimentaros con el trabajo de mis manos?, ahoraque ha ilegado el tiempo' que me habeis prometido y que tanto he deseado, en el cual me dedicare
totalmente a Vos. ;Oh, tiempo demasiado feliz para
ml!, ;oh, Gracia de mi Dios, hecha a mi, siervo despreciable e indigno!, quien pddia irnaginarse
que mi Dios me hubiese escogido para un cargo
tan sublime y elevarme por encima de cualquier
otro? Cuantos Patriarcas y Profetas han suspirado
y deseado vuestra venida al mundo, y no han sido
hechos dignos de veros; y yo, despreciable esclavo, no solamente os vere, sino que tratare con Vos,
os alimentare y os estrechare entre mis brazos.
;Oh, Gracia sublime! ;Oh, favor inenarrable!"-. Y al
decir esto era arrebatado en dulce extasis y todo
se encenclia ,de amor. En estos extasis,.su alma se
relacionaba con su Dios Humanado, y recibfa
pruebas del gran Amor que le tenfa, puesto que el
Divino Infante lo acariciaba y le hada gozar un
Parafso de dicha con su dulcfsima Presencia.
Volvfan a la memoria de nuestro Jose las palabras que le decia su Santa madre, cuando era vino, esto es: -"Hijo, idichoso vos!" -y anadfa- ";tenfa mucha razon en decirme dichoso mi , querida
madre!, porque de hecho asi es: y al ser ella rnuy
52 53
sabia y temerosa de Dios habia conocido la suerte
feliz que me debia tocar, y con razon me exhortaba para desear la venida del Mesfas y decirme
que mi Dios habria cumplido mis stiplicas y satisfecho mis deseos. Ah!, si estuviera ahora en el
mundo, ella tambien, ;clue alegrfa experimentarfa, y que consuelo recibiria su espiritu!"-.
Asf nuestro Jose iba recordando todas las palabras que su buena madre le decia cuando era nino, y entonces entendfa como su madre habia sido notificada de la Gracia sublime que a el le habria hecho su Dios.
Admiraba tambien la virtud de su madre, la
prudencia y el secreto que habia conservado sin
manifestarle nunca claramente el favor, sino solamente animandolo y dandole la esperanza de la
venida del Mesfas y exhortandolo para que dirigiera stiplicas a su Dios, por lo cual a menudo la
alababa junto con la Divina Madre, y le narraba
sus raras virtudes y le decia: -"Ph esposa mfa!,
si mi madre hubiese tenido la suerte de conoceros y de tratar con vos en este tiempo en el cual
sois mi esposa y compafiera muy fiel, ;por cierto
que hubiera, muerto por la dicha!, iy que mejor
que yo os hubiese servido y honrado, segun lo .
exige vuestro merito!, pero nuestro Dios ha querido que nosotros estuvieramos solos y pobres y
que vos sedis desconocida por todos, y yo, que
1 ' tengo la suerte de conoceros y de estar en vuestra compariia no se reconoceros y serviros como
debiera; por lo cual os pido que compadezcais mi
54
necedad, y mucho mas mi indignidad y os ruego
tambien para que rindais por mf las debidas gracias a nuestro Dios, porque yo no se hacerlo como
debiera"-.
La Divina Madre mucho se humillaba frente a
las expresiones tan cordiales de su Jose y le rogaba para que no dijera eras palabras en alabanza
de Ella, Tiorque aunque Ella las dirigiera todas en
alabanza de su Creador, a pesar de eso sentfa confusion al sentirse alabar, mientras Ella se consideraba a si misma la mas despreciable entre todas las criaturas.
Nuestro Jose quedaba confundido, y sufrfa si
no pudiese ensalzar los meritos de Ella, porque el
no habria hecho otra cosa que alabar siempre a su
Dios y a su Santfsima esposa; pero, para complacerla, se callaba y tan solo se dedicaba a alabar a
su Dios Humanado, y entonces la Divina Madre
quedaba satisfecha y contenta de ello.
Sin embargo no dejaba de alabarla en su ausencia, aunque lo hada con mucha prudencia y
cautela. Cuando alguien venha a buscar a su esposa le decfa que no podia anhelar cosa mejor, ni desear, al encontrarse en Ella todas las virtudes y
cualidades necesarias para una buena y fiel esposa. No se iba mas alla, guardando el secreto de todo, y esto lo hacia para complacer a su esposa,
porque ash lo queria.
55
CAPITULO V
Por orden Divina
el Santo tiene que partir
con la Virgen Madre para
cumplir con el edicto del
Emperador
Al acercarse el tiempo del nacimiento del Redentor, nuestro Jose iba pensando lo que podrfa
hacer en esas circunstancias y lo que tenfa que
preparar. Estaba preocupado de todo esto, su corazon se iba siempre mas encendiendo de amor y
de deseo por ver pronto al Mesfas nacido tan suspirado por el. Por lo tanto, preguntaba a la Divina
Madre que tenfa que hacer y que debfa preparar
para su nacimiento.
En esto la Santa Madre lo complacfa dicien.dole lo que era necesario para el nifio y lo que no
habfa podido hacer con sus manos, porque la
Santisima Madre prepar6 y trabaj6 con sus manos los paiiales para el nifio.
Luego nuestro Jose quiso hacer una cuna, la
cual pudiese servir para poner a descansar a su
Dios Humanado; y la Santa Madre en esto no qui57
so contradecirlo, y el le decfa a su esposa: -"Es
verdad, oh esposa mfa, que nuestros brazos serviran de camita para nuestro Divino Redentor, pero
a pesar de esto, creo necesario proveerlo tambien
de una cuna para que.descanse cualquier rato de
la noche y tambien • del dfa cuando nosotros estaremos ocupados en el trabajo, cuando vos conozcafs que es su Voluntad que aquf lo pongais"-.
El Santo trabajo con todo su cuidado para hacerla bien arreglada y comoda, y mientras la trabajaba la inundaba de abundantes lagrimas de
consuelo al pensar que se ocupaba en algo que
debfa servir para su Dios Humanado, y a menudo
se decfa en su interior: -"Y sin embargo en esta
cuna tan despreciable descansard el Rey del Cielo
y el dueilo del universo"-. Y pensando asf cafa- en
extasis, donde su espiritu era inundado por un
mar de dicha y era hecho partfcipe de los grandes
misterios de la vida del Verbo Encarnado. Volviendo luego del extasis se iba enseguida donde su
amada esposa y le narraba cuanto le habfa sucedido, y alababan y agradecfan a Dios conjuntamente por los continuos favores que iba compartiendo con ellos, y luego Jose volvfa a su trabajo.
La Divina Madre ya sabfa de que modo querfa
nacer su Hijo y en que pobreza, privado completamente de toda comodidad y tambien de lo necesario; a pesar de eso, todo lo guardo oculto a su Jose, y no le manifesto nada, sabiendo que esa era
la Voluntad del Padre Divino. Nuestro Jose crefa
que tenfa que nacer en la casa donde vivfan, por
lo tanto trataba con toda diligencia de encontrar
lo necesario para dicha circunstancia. Mucho le
agradaba a Dios su amorosa y cordial preocupacion y tambien a la Divina Madre, dandole claras
demostraciones de ello; la Madre, mostrandose
contenta y satisfecha con el de cuanto hada, y el
Hijo Divino llenando siempre alas su espiritu de
consuelos y de Gracias.
Al mismo tiempo en el cual nuestro Jose estaba con tanto gozo y consuelo esperando el nacimiento del Verbo Encarnado, oy6 que se habfa publicado el edicto del Emperador de Roma, el cual
ordenaba que todos los que estaban sometidos a
su imperio tenfan que it a registrarse en el lugar
de origen, y se reconocieran como sus subditos.
El corazon de nuestro Jose quedo herido por este
aviso, teniendo el tambien que partir hacia Belen,
de donde eran originarios su familia, esto es, no
el padre, sino sus antepasados y tambien su propia madre.
Se fue enseguida donde su amada esposa y le
manifesto el edicto emanado junto con el dolor y
la angustia de su corazon al estar obligado a partir en un tiempo tan frfo; y esto le daba mas Pena
atin, dejar a su esposa justo en este tiempo en
que estaba por dar a luz a su Divino Hijo.
La Divina Madre lo consolo, recordandole que
tenian que estar listos a obedecer a las divinas
disposiciones, y reconocer en la orden del emperador terrenal las ordenes del Rey Soberano.
58 59
Nuestro Jose se resigno a todo. Lo que no podia conformarse es dejar sola a su esposa y no estar presente en el nacimiento del Redentor. El lleNrarla consigo le causaria mayor angustia, porque
temfa que su esposa sufriera demasiado por el
viaje y corriera tambien el peligro de que naciera
el Divino Hijo en ese tiempo fuera de la propia
casa, donde habrian sido sujetos a grandes sufrimientos. Por lo tanto procuraron comprender cual
era la Voluntad Divina para poderla cumplir prontamente en todo. Luego la Divina Madre le dijo su
isentimiento que se cotejo con la inspiracion que
tuvo nuestro Jose, y fue de llevarla a Ella tambien
bonsigo.
De noche le habit', el Angel a nuestro Jose en
suetios, y le dijo que cumpliera -cuanto habia determinado con su esposa, porque esa era la Voluntad Divina. Nuestro Jose se desperto todo contento por lo que el Angel le habia dicho, y se lo
manifesto a su esposa. De esto se alegraron murtho y unidos dieron gracias a Dios. Jose dijo a la
Divina Madre: -"Yo estoy seguro, oh esposa mfa,
true nuestro Verbo Encarnado no nacera hasta
gue nosotros habremos regresado aca, a nuestra
porque es su Voluntad de que vos tambien
Tengais conmigo a Beier), y no es posible que yo
me pueda persuadir en creer que El quiera nacer
bera de casa, donde no tendremos un lugar adecjaado para ello. Es tambien verdad de que en Belen habra muchos que nos recibiran con amabililad, habiendo varios amigos y parientes, pero a
pesar de eso no es probable que alli quiera !lacer
nuestro Divino Hijo, tanto mas que creo que se
veran cosas admirables en su nacimiento"-.
A estas expresiones de Jose, la Divina Madre
no contest6 nada, sino solamente inclino humildemente la cabeza y le dijo que al haber el Divino
Redentor ya decretado el lugar y la manera de su
nacimiento, a ellos les tocaba estar preparados
para recibirlo y adorarlo en cualquier lugar donde'
El hubiese nacido, y que consideraba que era mejor Ilevarse los pafiales necesarios que habia preparado para el efecto.
Nuestro Jose se sometio al sentimiento de la
Divina Madre, porque ya sabfa como sus palabras
eran todas diligentes, pero se don mucho en su
corazon al pensar que si el Mesfas hubiese nacido fuera de su casa habria sufrido muchas incomodidades, tanto mas que era un tiempo muy frfo
y decia a su Dios Humanado: -"i0h Dios mfo, hecho hombre por nuestra salvacion, no ocurra
nunca de que yo tenga que veros nacer fuera de
casa y que Vos tengais que sufrir frfo e incomodidad!, dadme a mi el sufrimiento, con tal de que
Vos esteis privado de el y hacedme la Gracia de
volver a nuestra casa antes de vuestro nacimiento, de otra manera, zcOmo podre yosatisfacer
vuestras necesidades y las de vuestra Santfsima
Madre?, y, zcorno podria mi corazon sufrir esta
gran angustia?"-.
Nuestro Jose ya estaba con algtin temor de
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que el Divino Hijo pudiera y quisiera nacer fuera
de la propia casa por las palabras que le dijo la
Divina Madre, y a pesar de eso no podia persuadirse pareciendole una cosa muy extratia. Estaba
sin embargo entre el temor y la esperanza. Esto
le causo una crisis sentimental, pues por un lado,
sentfa el gozo de Ilevar consigo a su amada esposa, pero, por otro lado, sentia la amargura y el
sufrimiento que iban a padecer en el viaje. Estas
penas las comunicaba a su amada esposa, la cual
no dejaba de consolarlo y de animarlo.
Despues de haber llegado el dia de la salida, se
fueron los Santos esposos, habiendo hecho antes
las acostumbradas oraciones y stiplicas a su Dios,
pidiendole su asistencia y favor en ese viaje. Y a
menudo nuestro Jose decia a su esposa: -"Ph,
que seguros y contentos podemos ir, teniendo con
nosotros a nuestro Dios Humanado! i0h!, zquien
podrfa pensar nunca que vos, esposa mia, guardais en vuestras entranas al gran Hijo de Dios?
;Oh, que gran tesoro esta con nosotros!"-.
La Divina Madre estaba extasiada contemplando las grandezas de su Divino Hijo y preparandose al gran alumbramiento, que ya sabla estaba muy cercano: por lo cual mas que nunca estaba toda ocupada en tratar con su Divino Hijo y
hacerle todos aquellos actos de alabanza, de agradecimiento, de respeto, de amor que conocia que
eran convenientes y que su amor maternal le sugerfa, haciendole tambien muchas peticiones en
favor del genero humano antes de que saliera del
seno materno.
Nuestro Jose quedaba con alguna admiracion
al verla mas que de costumbre en profundo silencio y casi siempre extasiada, pero Dios no dej6 de
hacerle entender como su esposa, entonces mas
que nunca, se estaba ocupando del Verbo Encarnado mientras estaba por salir de su seno virginal, por lo cual era junto que gozara mas que
nunca de aquella union tan estrecha y se fuera
disponiendo y preparando al gran alumbramiento, y por eso nuestro Jose derramaba lagrimas por
la dicha que sentia.
En su salida de Nazaret hacia Belen, no llevaron consigo otra provision, a no ser lo que la Divina Madre considerO necesario. Los Santos esposos iban en el viaje todos concentrados, contemplando el gran tesoro que llevaban consigo. A menudo el afortunado Jose se postraba en el suelo y
adoraba a su Dios Humanado con profunda adoracion.
Su corazon se inundaba de un mar de alegria,
y sin embargo era traspasado por un agudo dolor
al ver los sufrimientos de su esposa en ese tiempo tan Mo. Los pajarillos venfan en bandadas, y
con sus canticos hacian armonia alabando al
Creador, y de esto mucho gozaba el afortunacto esposo.
Tambien en este viaje tuvo ocasion nuestro Jose de sufrir algo por amor de su Dios, y fue que a
menudo se encontraba con los caminantes, los
62 63
cuales iban a Beier' por el mismo motivo que
ellos, por lo cual hubo algunos que se burlaban y
trataban de necio e insensato a nuestro Jose, porque llevaba consigo a su esposa que ya estaba
cerca de dar a luz, y no faltaron aquellos que lo
trataban de insensato y falto de caridad.
A estos el Santo no daba ninguna respuesta,
pero todo le causaba gran confusion, que ofrecfa
a su Dios y con paciencia todo lo sufrfa sin molestarse nunca con quien lo maltrataba con palabras
ofensivas.
Despues que pasaron esas tempestades, la Divina Madre lo consolaba y lo animaba para sufrir
mucho mas por su Dios. Humanado, y el decfa a
su esposa: -"iAh, esposa mfa!, los que yen esto
con razon me tratan asf, porque ellos no saben el
tesoro que vos encerrais en vuestro seno, y que
yo, al llevaros conmigo, cumplo con la Divina Voluntad, sin embargo sus palabras son para mf como otras tantas espadas para mi corazon por
vuestros sufrimientos" -
.
Sin embargo la Divina Madre le aseguraba
que Ella gozaba en sufrir y que el sufrimiento lo
volvfa agradable porque estaba cumpliendo la Divina .Voluntad y asf nuestro Jose se tranquilizaba.
No falt6 tambidn quien le hiciera violentas exhortaciones a la Divina Madre, para que se regresara
y dejara irse solo a su esposo, el cual no tenfa
-prudencia y mostfaba tener tan poco juicio- en llevarla cbnsigo, estando Ella muy cerca de dar a
luz.
Al sentirse enfrentado asf, nuestro Jose no
contestaba y la Divina Madre con humildad agachaba la cabeza y daba gracias con aquel gesto a
quien la exhortaba para abandonar a su esposo y
volver a su casa, de lo cual todos aquellos que hablaban tanto a la una como al otro, todos quedaban confundidos y admirados.
La Divina Madre pedfa' para ellos a su Divino
Hijo muchas Luces y Gracias, de las cuales todos
quedaron beneficiados. Al mismo tiempo, pedfa a
su Hijo bendiciones para su viaje.
Se detenfan a menudo y rezaban canticos de
alabanza a su Dios Humanado y mirando los campos, Jose decia a su esposa: -"Oh mi querida y
amada esposa, todo lo que ahora vemos lo ha
creado ese Dios que llevais en vuestro purfsimo
seno, por lo tanto os ruego cantarle algtin himno
de alabanza en mi nonrtbre y ensalzar su Sabidurfa e infinito Poder"-. La Divina Madre lo complacfa cantando dulcemente, y el afortunado Jose era
arrebatado en extasis por la dulzura.
Muchos fueron los sufrimientos que los Santos esposos tuvieron en este viaje por el frfo de la
temporada y otras cosas que suelen padecer los
pobres viajeros, pero muchas fueron las alegrfas
que el Verbo Encarnado participaba a su espfritu,
de modo que en el mismo sufrimiento gozaban y
se alegraban pensando que estaban cumpliendo
con la Divina Voluntad.
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CAPITULO VI
En blisqueda de algtin
refugio en Belen
Al llegar nuestro Jose con su Santa esposa a
Belen, dieron conjuntamente gracias a su Dios
por haberlos hecho llegar con felicidad. Mucho se
alegrd nuestro Jose apenis ilegado, pues penso
encontrar un lugar conveniente para poder dar algrim descanso a su esposa y tambien a si mismo,
estando muy afligidos por el frio y cansados por
el viaje, por to cual entraron en Belen en hora
bastante avanzada.
El pueblo estaba lleno de forasteros, y las posadas todas estaban ocupadas por mucha gente
que habia acudido alli. Nuestro Jose considerO
acertado it por esa noche a algan albergue cornodo para descansar.
Al primer albergue que se acerco no encontro
ningtin lugar, por to cual se afligio mucho por el
sufrimiento que esto significaba a la Divina Madre. Se fue a otro albergue, y ahf tambien no encontro lugar para el y para su esposa.
Se acentuo mucho la pena de nuestro Jose, pero no le falto tambien la espera.nza de encontrar
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algtin otro, solo le disgustaba mucho tener que
llevar consigo a la Divina Madre, pues temfa que
esto iba a significar angustia y pena para Ella. Se
ftieron a otro albergue y tampoco allf encontraron
lugar. Aumento mucho mas la pena hasta traspasar el coraz6n de nuestro Jose, al verse rechazado
por todos. Estaban traspasados por el frfo, y asf
medio tembloroso iba el afligido Jose en bUsqueda de algan albergue y no lo encontraba.
Iba manifestando su gran pena a la Divina
Madre, la cual no dejaba de consolarlo, diciendole
que todo lo permitia Dios por sus fines Altisimos,
pero el afligido ,Jose lloraba y decfa a su esposa:
-"zEs posible, esposa mfa, que no haya algtin rincon donde pueda resguardarse el duefio del universo? iAh!, mi corazon se destroza por la pena
que siente"-. Decidio ir donde sus parientes creyendo que allf habria encontrado algun hospedaje, por lo menos para poder estar al cubierto, pero
le resultaron vanas todas sus esperanzas. Todo lo
sabfa la Divina Madre, pero no decfa nada, dejando el afligido Jose fuera en btisqueda de algtin refugio, conociendo que esa era la Voluntad
de su Divino Hijo.
El afligido Jose se fue a varios lugares, pero todos le negaron, tanto los parientes com6 los amigos, al estar todos los lugares ocupados, y nadie
les hada caso porque los vefan tan pobres; antes
bien no falto quien al haberlos encontrado varias
veces los tratara de vagabundos y curiosos por ir
danilo vueltas en esa hora tan avanzada y en ese
tiempo tan frfo. Todo lo sufrieron con invencible
paciencia, los Santos esposos, ,teniendo escondido
en su corazon el gran dolor que sentian. El afligido Jose se dirigio a su amada esposa y le suplico
que rogara a su Divino Hijo para que se
. dignara
proveerlos en esa gran necesidad, porque al hacerse de noche ya no sabia que hacer.
La Divina Madre lo consolaba y lo exhortaba
para que sufriera con paciencia la' angustia y la
desatencion de ese pueblo, y a confiar en la Divina Providencia y a aceptar lo que Dios habia decretado desde toda la Eternidad.
El afligido Jose todo lo aceptaba de buen animo, pero decia a su amada esposa: -"i0h!, quien
lo hubiese pensado nunca que tanta gente que
aqui hay, toda haya encontrado algtin refugio, y
tan solo nosotros seamos rechazados, y nadie no
compadezca y nos reciba. i0h!, que pena sufre mi
corazon al veros, esposa mia, en tanta necesidad
y al no poder daros algtin alivio, ni protegeros del
gran frfo que estais sufriendo; pero si lo sufre un
Dios, tenemos que sufrirlo tarnbien nosotros"-.
La Divina Madre lo consolaba y lo animaba
para sufrirlo todo alegremente por amor de-ese
Dios que llevaba consigo, y le decfa: -"jAh, cuanta pena sufrird el Verbo Humanado al ver la ingratitud de esta ciudad y que no haya nadie que
quiera recibirlo en su casa!"-. Al final, siendo ya
de noche y no habiendo encontrado ningim lugar
para refugiarse, se quedaron allf afligidos, no sa-
'68 69
biendo que pacer. Quanta angustia sintiO nuestro
Jose no es facil poderlo imaginar, como aquella
que ya sabia quien era su esposa y el Hijo que
llevaba en su purisimo seno.
La Divina Madre estaba toda compenetrada
conversando con su Divino Hijo y deseando verlo
pronto nacido para bien del mundo, mientras tanto Dios inspire al afligido Jose y le hizo recordar
que en las afueras de Belen hal:31a una cueva
abierta que servia para resguardar los animales,
y decidio ir alla para no quedar en el camino
y con gran pena de su corazon se lo manifesto a su esposa, la cual tambien considero que
eso era bueno y asf decidieron ir alla.
El apenado Jose lloraba y explicaba .su pena a
su Dios Humanado y le decia: -"i0h mi Divino
Redentor, quien hubiera pensado nunca que Vos
I y vuestra Santa Madre os habrfais reducido a un
estado tan miserable de no poder ni siquiera teI ner un rincon en donde resguardaros y ser rechazado por todos y tener que ir a un establo de animales!". "jAh, tal vez mis culpas, mi indignidad,
) sean la causa de tanto desprecio y sufrimiento!"-.
)• Sin embargo el Verbo Humanado lo consolaba
con luces y consuelos internos, y tambien la Divina Madre lo animaba para sufrir y reconocer en
iesas circunstancias el Querer Divino.
I' Al llegar a la cueva, los Santos esposos, la encontraron libre y deshabitada. Entraron en ella y
lallf sintieron un consuelo muy grande, mas que
si hubiesen icio a un lujoso palacio, y el apenado
Jose conocio claramente que esa era la Voluntad
de Dios, esto es que se hubiesen refugiado alli;
por lo cual consolado completamente dio gracias a
su Dios junto con la Divina Madre, y aqui sus corazones se llenaron de Atoll° y de alegria..Se sintieron restablecidos, por lo cual nuestro Jose no
dejaba de ensalzar las obras de su Dios y de adorar y de venerar sus admi.rables disposiciones.
Nuestro Jose manifesto a la Divina Madre el
consuelo que experiment& y Ella tome, motivo de
eso para animarlo a sufrir siempre mas con alegria las molestias, porque luego Dios los recompensa con tanto consuelo. -"Es verdad, le decfa
su Jose, es verdad, esposa mfa, que nuestro Dios
se muestra muy generoso para recompensar las
angustias sufridas por su amor, pero mi corazon
no puede aceptar veros en tanto sufrimiento. Yo
deseo que nuestro Dios sea reconocido y venerado por todos, pues lo he visto rechazado por todos, asf como a vos que habeis sido elegida para
ser su digna Madre. iSiento una gran pena al ver
tanta descortesfa e ingratitud del hombre para
con el Dios al que be deben profesar amor, gratitud y respeto! En lo que respects a mi persona,
estoy contento, porque yo pues asf adquiero mas
meritos, pero para vos y vuestro Hijo me parece
demasiado y se me hace insoportable. Solo me
tranquiliza pensar que Dios asf lo dispone y asf lo
quiere seglin sus santisimos fines, as1 como vos
ya me dijisteis"-.
17 0 71
Estando aquf nuestro Jose estimO bien preparar un poco de fuego para abrigar a la Divina Madre y 10 hizo lo mejor que pudo, con esa miseria y
pobreza ,que ya cada uno puede imaginarse, consolado y. conformado completamente a la Voluntad de su Dios, al cual bendecia y alababa en cada
momento con todo su corazon.
CAPITULO VII
Nacimiento de Testis:
Alegrfas y penas del Santo
Habiendo estado los Santos esposos por algtin
tiempo en santas conversaciones, y habiendo tornado un poco de refrigerio segtin su pobreza, la
Divina Madre se retirO en un rincon de la cueva
para pasar toda la noche en oraciOn y santos coloquios con su Dios. Tambien nuestro Jose se puso
a orar, y despues tomo un breve descanso sobre
el duro suelo, no habiendo otra comodidad.
La Divina Madre estaba toda absorta en altisima contemplaciOn, y ya estaba al tanto de como
habia llegado el tiempo en el cual debfa nacer. el
Redentor en ese establo, donde contemplaba el
gran misterio. 1
Despues de haber orado por algun tiempo,
nuestro Jose se durmio.un misterioso suetio
en el cual le parecia que el Redentor nacerfa en
ese establo, y que dos animales vendrian a calen1
. Puesto que el nacimiento del Salvador fue ya descrito minusciosamente en la "Vida Interior de Jesus", aquf la narracion
transcurre rapidamente, y solo se detalla minusciosamente las
circunstancias de la Vida de San Jose.
72 73
tarlo con su aliento. Despues de haber terminado
el suefio, siendo la media noche, el Angel le hablo
y le dijo: -"Jose: despertaos, pronto, id a adorar al
Redentor del mundo, porque ya ha nacido''-. Al
mismo tiempo se hizo ofr el Divino Redentor con
sus gemidos. Enseguida se despert6 el afortunado
Jose, todo conmovido en su interior, ileno de jtibilo
y tambien de pena por haberse encontrado dormido en ese tiempo.
Una vez que se desperto, vio a su Redentor nacido, de cuyo rostro salfan rayos mas claros que el
sol y el establo totalmente resplandeciente. A esa
vision el afortunado • Jose se postro en el suelo a
los pies del Divino Nitio y lo adorO con el rostro en
el suelo. Era como para que estallara su corazon
por el gran consuelo que sentfa, y no sabfa que
decir ni que hacer. Salfan de sus ojos en gran
abundancia las lagrimas por la dicha y por el door al ver a su Dios Humanado nacido en tanta pobreza, sin poder socorrerlo. Hada actos de amor,
le respeto, de admiracion, de gratitud, de agradecimiento a su Dios nacido por la salvacion del
mundo, y estaba totalmente fuera de sf mismo.
El Divino Nilio fijo su mirada en el rostro del
fortunado Jose,mirandolo con gran Amor; por
ello el corazon de Jose quedd herido por el Amor
_e su Dios Humanado y ardia de encendidas
Mientras ocurrid esto, volvio del extasis la
.ulvina Madre, la cual vio nacido a su Hijo y Dios
1
-
dadero, e hizo un acto de profunda adoracion,
lo saludO e hizo todos esos actos convenientes a
su oficio de verdadera Madre.
Nuestro Jose estaba totalmente absorto y admirado, y su espfritu inundado en un mar de alegrfa, sin poder retirar las amorosas miradas de su
Dios amado.
Su corazon se destrozaba por la pena al verlo
en el suelo, desnudo y tiritando de frfo, y mientras tanto no se atrevfa a cogerlo entre sus brazos, esperando que hiciera eso la Divina Madre.
El afortunado Jose miraba al Divino Nifio, y vela
en El la Majestad y la Grandeza de su Dios. El Divino Nifio miraba a su querida Madre en acto deseoso de ser recibido por Ella entre sus brazos, y
nuestro Jose se deshacla de amor y de compasion
al verlo tiritando de frfo en el suelo. Los coros angelicales cantaban la Gloria al Dios Altfsimo, y
anunciaban la paz en la tierra a los hombres de
buena voluntad.
Nuestro Jose participaba en todo, aunque poco
atendiera a esos canticos angelicales y melodfas
celestiales por estar totalmente atento en mirar y
contemplar a su Dios Humanado nacido en tanta
pobreza. Sin embargo admiraba las fiestas y los
canticos de alegrfa que en esa noche hacfan los
coros angelicales en homenaje al nacido Redentor.
IZecibio grandes Luces, y conocio los motivos
por los cuales el Redentor del mundo quiso racer
en ese establo en medio de tanta pobreza y desconocido completamente por el mundo.
71, 75
Estaha atento a todas las acciones que en ese
momento hada su divina esposa, y admiraba la
gracia, la prudencia, la humildad, la caridad, el
amOr que demostraba hacia su Divino Hijo, y decfa en su interior: -"i0h!, zde donde me provienen
tantas Gracias sublimes, para tener por compariera .y esposa a la Madre de un Dios, y de ser espectador de prodigios tan grandes? .que hare
pues, Dios mfo, para mostrar gratitud a tanta Generosidad vuestra y Bondad hacia mf, siervo ingrato?"-.
Muchos fueron los actos que nuestro Jose hizo
a su nacido Redentor, de gratitud y de agradecimiento. Mientras tanto la Divina Madre recogiO a
su DioS nacido y lo estrecho al pecho entre sus
brazos. Entonces el corazon de nuestro Jose se
consolo, y en parte se le quito aquella pena que
sentfa al verlo desnudo en el suelo.
Se puso de rodillas cerca de la Divina Madre y
de nuevo adorn a su Dios entre los brazos de su
amada esposa. Jose una vez rads fue mirado por
el Divino Nilio con, rostro alegre y sonriente, mostrandose muy contento de estar en los brazos de
su queridfsima y amadfsima Madre.
Nuevamente` el corazon de nuestro Jose se Reno de jti_bilo, y gozo mucho de la felicidad de su
amada esposa, y decfa a su Dios: -"i0h, que bien
estais mi Divino Redentor entre los brazos purfsimos de vuestra Divina Madre! ;Oh, como os la habeis formado toda segtin vuestro gusto! ;Oh, cuanto la habeis llenado de virtud y de Gracias! Gozo
por su suerte tan bella, y (Joy gracias infinitas a
Vos que la habeis escogido entre todos los hijos
de Adan, y enaltecida a un lugar tan digno y a
una dignidad tan sublime; y tambien•os agradezco por haberme escogido a mf, siervo indigno, para asistir a Ella y a Vos, Rey Supremo. Indicadme
la manera y dadme la virtud y el talento para po-.
der ejercer mi oficio como se debe"-.
Luego el afortunado Jose deseaba que todas las
criaturas del universo vinieran a adorar y a reconocer a su Dios Humanado, nacido en ese establo
por Amor de todos, para salvarlos a todos. Pero al
ver que sus deseos no lograban su cumplimiento,
01 hizo actos de adoraciOn, de gratitud y de agradecimiento en nombre de todos y por parte de todos, con el mayor afecto y respeto posible; esto le
agradO mucho al Divino NitiO, manifestando a su
Jose la gratitud inclinando la cabeza en acto sonriente, de lo cual gozaba mucho el afortunado Jose.
Luego se ofrecio al nacido Redentor como su
siervo y esclavo perpetuo, renovandole a menudo
esta entrega y diciendO en Su interior: -"Oh como, Dios min, se han cumplido vuestras promesas! Es verdad que por mucho tiempo las he esperado. iCOmo son abundantes y cot -no rebasan toda
mi fe! Esperaba de Vos las Gracias que desde mi
nifiez me habfais prometido por el Angel mientras me hablaba en el suefio, pero yo nunca habrfa podido imaginarme que las Gracias hubiesen
76 77
sido tan grandes y tan sublimes. ;Oh, como sois
fiel y generoso en vuestras promesas! Ahora me
toca a ml corresponder y ser fiel en lo que tantas
veces os he prometido. Dadme por lo tanto Gracia
para poderlo cumplir fielmente y con toda la perfecciOn posible. Que yo me consuma todo en vuestro servicio, oh mi querido y amado Redentor"-
.
Luego nuestro Jose fue a felicitar a la Divina
Madre y con todo el afecto le decla: -"iNo os decia yo, oh mi querida esposa, de que nuestro Redentor habria tenido una hermosura tan especial,
que habria hecho gozar a nuestras almas un Paraiso de alegria?, la Majestad acompafiada con la
amabilidad, ;corn° arrebata nuestro corazon, y lo
mueve a la adoracion y al amor!"-. La Divina Madre gozaba al ofr a su -Jose tan consolado y tan
agradecido con su Dios Humanado, y juntos se
unieron para alabarlo, componiendo la Divina
Madre nuevos canticos de alabanza al nacido Redentor.
Mientras tanto el Divino Nitio estaba descansando en los brazos de la Divina Madre muy gustoso. Despues de algtin tiempo lo envolvio en pay lo puso en el pesebre, conociendo que esa
era la DivinaVoluntad. Vinieron los dos animales,
y se pusieron por divina disposicion a calentar al
nacido Redentor con su aliento, esto es: el buey y
el asno. Nuestro Jose quedo admirado, y el tam-
' bier en la pesebrera permanecla de rodillas adorando a su Redentor, y contemplando el gran misterio, que causaba en su alma grandes y admirables efectos.
Luego vinieron los pastores enviados por el
Angel, para venerar y adorar al nacido Redentor.
Nuestro Jose se asombraba al ver a esos sencillos
pastores que con tanto afecto y devocion venian a
adorar al. Redentor, aunque se encontrara en un
lugar tan despreciable para la humana grandeza
y entre tanta pobreza: y contemplaba las obras .
admirables de su Dios Humanado y siempre mas
se enamoraba de la pobreza y de la propia humillaciOn. Viendo que tanto la amaba su Divino Redentor. Observaba luego corn° al Divino Nitio le
agradaba mucho la Visita de esos sencillos pastores, y entendfa curio amaba y acogfa a los sencillos, ese Dios de tanta Sabidurfa y Majestad, y decla a su Dios: -"i0h!, camo, Senor Info, son diferentes vuestros sentimientos a los del mundo, el
cual no sabe gustar, ni apreciar otra cosa que la
vanidad, la grandeza y el lujo. Bien se conoce que
Vos habeis venido al mundo para ensefiar una
doctrina totalmente distinta de los criterion del
mundo, pero mi querido y amado Redentor, ;clue
pocos Serail aquellos que la seguiran! Tendre sin
embargo yci .
la suerte de seguirla, mientras he tePick; la suerte d'e ser vuestro guardian y de vivir
con Vos, oh, Divino Maestro; vere vuestros ejemplos, oire•vuestras enseflanzas, y espero ser un
verdadero discipulo vuestro"-.
Mientras los pastores estaban adorando y mirand° al nacido' Redentor se llenaron de un installto consuelo, gustando la- suavidad de su Dios y to78 79
dos concentrados en un gozo dichoso, el afortunado Jose fue arrebatado en extasis, donde le fueron
revelados profundos misterios acerca del nacimiento del Redentor en ese establo. Al volver del
extasis, nuevamente actors:5 al Divino Nino.
• Siendo ya de dfa, los pastores se fueron para
it a atender a su rebafio, todos llenos de consuelo,
y nuestro Jose decidio it a la ciudad para proveer
el alimento necesario para la Divina Madre y para
Vefa a la Divina Madre de rodillas, toda absorta
contemplando a su Dios nacido en ese establo, por
lo cual espero algun tiempo para poderle hablar y
pedirle permiso para irse.
La Divina Madre se levanto para tomar de
nuevo entre sus brazos al Divino Hijo, y entonces
el afortunado Jose le hablci y se postro en el suelo
pidiendo la bendicion de su Redentor y luego el
beneplacito de la Divina Madre, que se lo dio con
gran consuelo de su parte.
Nuestro Jose se fue a buscar el alimento necesario, aunque antes de marcharse de la cueva y
alejarse de. su amado y Divino Nino, se quedaba
comtemplandolo y luego salfa lentamente del, pesebre sin darle las espaldas y sin dejar de mirar
al tesoro que dejaba.
La Divina Madre mientras tanto se quedO gozando con la querida conversaciOn de su amado
Hijo, y lo que sucedio entre ellos y cOmo se trataron mutuamente no es este el lugar para narrarlo,
pues aquf solamente hay que resaltar lo que corresponde a la vida de nuestro afortunadfsimo
Santo.
Mientras tanto nuestro Jose se proveY6 de
cuanto le era necesario segtin sus pobres posibilidades, y luego regresO rapidamente al establo para volver a ver pronto a su amado RedentOr; yeran mas frecuentes los actos fervorosos de amor
y de gratitud que hacia al Divino Infante, de lo
que fueran sus pasos apresurados, ahora llorando
por la compasion que sentfa de los padecimientos
de su nacido Salvador, ahora riendo por la dicha y
la alegrfa que su corazon sentfa por haber visto
ya nacido al que por tantos afios habfa deseado y
esperado.
El afortunado Jose se fue a la cueva, donde
adoro de nuevo a su Dios Humanado y saludo a la
Divina Madre y fue recibido de ambos con especial y cordial afecto. La Divina Madre le agradecla
por el cuidado que 61 demostraba en proveer lo
necesario, y el Santo, todo confundido le hada
grandes expresiones de su amor muy sincero y le
comunicaba con que gusto 61 se dedicaba a servir
a su Dios y a Ella, y que solo le disgustaba que
por su pobreza no podia hacer todo lo que debfa
ser conveniente y que su amor le dictaba, y por lo
tanto le decfa a menudo: -"Recibid, esposa mfa,
mi afecto que es sincero y mi buena voluntad"-.
La Divina Madre le mostraba complacencia, y
80 81
siempre le pedfa nuevas Gracias a su Divino Hijo.
Luego nuestro Jose preparo la comida, y arreglo
el lugar de modo que la Divina Madre pudiera
sentarse y tomar algUn descanso, estando su humanidad muy debilitada por los sufrimientos paIdecidos en el viaje y en todo el resto del tiempo.
Nuestro Jose encontrO tanto en el campo como en
la ciudad lo que le era necesario para dar comodidad a la Divina Madre, y para encender el fuego;
todo lo arreglo con habilidad segun sus posibilidades. El Selior dispuso que no le faltara 1Q que
era indispensable para vivir y quedarse en eSa.
'cueva todo el tiempo que Dios.habia decretado.
De todo daba gracias a su Dios el afortunado
iJose, y aunque estuviera en esa cueva con tanta
pobreza, sin embargo le parecla estar en un grandioso palacio, porque alli encontraba todo su
su gozo y su tesoro, su verdadera riqueza y
la dicha de su corazon.
La Divina Madre tenfa a su Hijo entre los bragozando de esas delicias que jamas la mente
humana puede llegar a comprender; y nuestro Jo-
, ,
gozaba al .ver -a su Dios Humanado entre los
prazos_de su amada.esposa, y aquf lo adoraba, lo
alababa y. le rrinifestaba los deseos ardientes de
corazon.-
Deseaba el tambien tener la hermosa suerte
de tenet.. entre sus brazos a su amado Divino
pero puesto que se- consideraba indigno de
Zllo no se atrevfa a .pedirselo a la Divina Madre.
Hablaba sin embargo en su interior con su Dios
amado y le decia: -"Oh, mi Dios Humanado, ique
deseo tiene mi corazon de estrecharos entre mis
brazos!, pero demasiado bien estais en los brazos
castfsimos de vuestra Santa Madre, puesto que
alli encontrais todas vuestras complacencias. No
tengo por que privaros de vuestras queridas delicias, pero si Vos no desdeflais antes bien quereis
ser colocado de vez en cuando en una muy des-.
preciable pesebrera, espe'ro que no desdefieis venir alguna vez a los brazos de vuestro indigno
siervo. iAh!, mi corazon lo desea demasiado. No
soy digno de ello, es verdad, pero esto to hareis
por los meritos de vuestra Madre y mi querida
esposa. Consolad por lo tanto a vuestro Jose que
os ama, os desea, y os espera"-.
Con gusto el Divino Nifio sentfa los ardientes
deseos de su amado siervo y gozaba ser pedido
por el. Asf la Divina Madre intufa los deseos de
su Jose, y solicitaba a su Divino Hijo para que to
conscilara.
El Divino Nino no demoro. mucho en consolar
a su querido Jose, manifestando a su Divina Madre como El ya habia ado .y atendido sus stIplicas, y que por lo tanto Ella lo entregara en los
brazos de su Jose. La Divina Madre to hizo con
mucho gusto, para v,er consolado a su esposo que
bien se lo merecia.
Nuestro Jose recibio al nacido Redentoientre
sus brazos estando de rodillas en el suelo, y -se 16
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estrech6 a su pecho. El Redentor apoy6 su Divina
cabeza sobre el cuello del afortunado Jose, y le hizo sentir al mismo tiempo un pleno gozo de espfritu, pareCiendole tener ya entre sus brazos el tesoro del Parafso, como de hecho lo tenfa.. El Divino Nino descanso en el pecho de Jose, y nuestro
Jose fue arrebatado en extasis por la dulzura.
Este extasis de nuestro Jose fue el mas sublime de todos los otros que habfa tenido tiempos
atras, y le fueron reveladas grandes cosas acerca
de la vida del Redentor. Conocio grandes mistel
rios y su alma fue enriquecida de muchas Gracias. Conocici con mas claridad la sublimidad del
lugar al cual Dios lo habfa elevado, esto es, de ser
esposo de Marfa Santfsima y padre adoptivo . del
Verbo Encarnado.
Este extasis que tuvo el afortunado Jose durci
por bastantes horas, y la Divina Madre estaba
adorando a su Divino Nino que descansaba . sobre
el pecho de Jose, y gozaba mucho de las 'Gracias
que el mismo recibfa, porque para Ella -todo era
conocido, por lo,cual daba afectuosas gracias a su
Dios.
La Divina .Madre deseaba recibir de nuevo entre sus brazos a su Divino Hijo, pero inientras
tanto se contentaba en quedar privada de ell° de
modo que gozara su Jose y si hublese podido ha
cer gozar asf a todas las criaturas, de buena gana
lo'hubiese hecho. Tan grande era su caridad hacia
todos.
84
El afortunado Jose volvio del extasis, y vio al
Divino Nino que descansaba dulcemente sobre su
pecho, y lloraba por la dulzura que sentla de ello
y estaba totalmente absorto contemplando la
grandeza de ese Dios que estrechaba entre sus
brazos..
El Divino Nitio se despertO, y comenza a mirar
con ojos amorosos a su querida Madre haciendo
sena que querfa volver entre sus brazos.
Se dio cuenta el afortunado Jose y se lo entrego a la Divina Madre, la cual de rodillas lo recibio
con mucho jtibilo de su corazon que lo deseaba
ardientemente. Nuestro Jose agradecio a su Dios
por el favor sublime que le habfa hecho; luegei dio
gracias a la Divina Madre. A continuacion los dos
dieron gracias al Divino Redentor por los favorer
compartidos a su amado esposo, como tambien a
la Divina Madre.
Asf se iba aumentando siempre mas la Divina
Gracia en el -alma de nuestro Jose, y crecfa en el
el amor hacia su amado Redentor.
Lo recibfa a menudo entre sus brazos, preparandose para ello -siempre con ardientes ,deseos
de recibirlo, y cada vez que lo recibfa llenaba su
alma de nueva Gracia y de mas ardiente amor. El
afortunado Jose todo lo entendfa, y. daba afectuosas gracias a su amado Sefior. Esto lo .conocfa
tambien la Divina Madre, y Ella tambien le agradecfa por parte de su Jose.
85
t
J.(
El Divino Nino en acto de sonreir miraba a veces fijamente el rostro de su amado Jose, y le hada oft- su Voz Divina que le decia: -"Mi querido
Jose, !cam° os quiero y agradezco vuestros servicios, vuestro amor!, despues de mi querida
Madre, vos sois la persona mds amado por
A estas voces internas se derretia el alma del
afortunadIsimo Jose, en amor y gratitud hacia su
Dios amado, y le respondIa con afectuosaspalabras y correspondia con ardiente amor y a menudo le decia: -"iJestis mfo, Vos sois el tinico objeto
de mi amor! iVos sois todo mi bien, mi dicha, ml
vida, mi descanso! Despues de Vos amo a vuestra
Divina Madre, y la amo como a vuestra Madre,
como a la criatura mas Santa y digna que haya
existido, que exista y que existird en el mundo.
La amo como a la Ilena de virtud y Gracia, y la
' amo como a mi esposa y queridisima compatiera
que Vos, por vuestra Bondad, me habeis dado.
Amo a todas las criaturas como hechura. de vuestras manos, y a todos amo en Vos y para Vos, que
sois mi vida y mi tinico y verdadero bien"-.
Al Divino Nifio le agradaba mucho las expreSe alimentaban muy escasamente debido a su
gran pobreza. Eran a menudo visitados por los
sencillos pastores, los. cuales al verlos en tanta
pobreza no dejaban de traerles algo para que se
alimentaran, lo cual era aceptado muy gustosamente por parte de nuestros personajes, y tan
solo tomaban lo que era necesario y nada mas.
En esos primeros dias del nacimiento del Redentor se alimentaban rriuy rara vez, tanto la Divina Madre como nuestro Jose, los cuales estaban
lo mas de las veces en extasis y en profunda contemplacion del gran misterio del nacimiento del
Redentor. Luego la belleza y la gracia, la amabilidad y la dulzura del Divino Nifio los llenaba de tal
modo que, por la abundancia de los consuelos internos, sentlan tambien una saciedad y un refrigerio en el cuerpo pareciendoles haberse alimentado deliciosamente. Sumergidos totalmente en la
contemplacion del nacido Redentor les parecia
que no supieran pensar en otra cosa que en gozarse de la Presencia de su amado y deseado
Dios.
Sin embargo, nuestro Jose se tomaba el cuidado y la preocupacion en proveer del alimento necesario de modo que la Divina Madre no sufriera,
y tanto en esto como en todas las otras cosas se
mostraba muy atento y preocupado, sin descuidarse de sus obligaciones, como era la de proveer
en todo a las necesidades de su esposa y del Redentor. Asf se pork') nuestro Jose en ese tiempo
que vivid allf y en especial en esos ocho primeros
I siones ,de su arnado Jose, y le mostraba -el reconoici miento-mirandolo amorosamente y llenando de
dicha y de alegria su corazon y su espiritu. Jose
idevolvia .afectuosas gracias al Divino Nitio. Nuesiro Jose vivia en ese establo tan pobre con mucha
. dicha de su espiritu en compailia de la Divina
Madre y del Divino Nino.
dfas de nacido el Divino Nitio, el cual despues de
estos ocho dias fue circuncidado, segtin lo mandaba la Ley de Moises, como se dird en el capitulo
siguiente.
CAPITULO VIII
Circuncision de Testis
Al haber llegado el octavo di:a del nacimiento•
del Redentor, San Jose coAverso con la Divina Madre acerca de la circuncision del Divino Nifio, y
despues de haberse asegurado de la Divina Voluntad, que era la de hacer circuncidar al Nifio y
de imponerle el nombre de Jesus, nuestro Jose se
preocupo de buscar al Ministro.para que eircuncidara al Nifio. Lo encontro y lo Ilevo a la cueva
donde vivia. Ese Ministro admire) Much() la pobreza en la cual 'se encontraban estos Santos personajes, esto es, Jestis, Maria y Jose, y mucho mas
admire) la belleza, la Majestad y la. Gracia-del Divino Nino, como tambien la modestia y la belleza
de la Divina Madre.
Nuestro Jose estaba todo humilde y resignado
en esa pobreza. tan grande, y con el corazo.n. traspasado por la pena al pensar en el dolor que su
Dios Hurnanado habrfa sufrido en la circunc-ision,
y por lo tanto dirigio stiplicas al que to debfa cir7
cuncidar, de modo que lo hiciera de tal manera
que su Nifio no hubiese sufrido tanto: dolor. Nuestro Jose estaba .allf todo atento yapenado y miraba con: amor y compasion al Divino.Nifio,
El Ministro les pregunto que nombre querfan
imponer al Nino, y nuestro Jose humillandose no
se animaba a decirlo, esperando que la primera en
nombrarlo fuera la Divina Madre, pero por divina
disposicion lo. .nombraron conjuritamente. Se circuncido al Nino y se le puso el nombre de Jesus.
Al decir este nombre se doblegaron los Cielos, •
los bienaventurados espfritus lo adoraron, se alegr6 y 16 ador6 el' mundoen las personas de Maria,
de Jose y del Ministro que se to impuso, temblO el
Infierno y - Sintio el poder de ese gran nombre,
aunque no sUpiera donde estaba ocurriendo eso.
La Divina Madre y nuestro Jose sintieron una dicha inexplicable y fueron. Ilenados de jubilo. El
Ministro que pronunCia el gran nombre tambien
sinti6 una gran e insOlita dicha en su espfritu y
una gran yeneraciOn frente a un nombre tan
grande.
en todo la Divina Voluntad.
Tomaron con gran veneration la preciosa reliquia de la Sangre derramada por el Redentor, y la
guardaron con gran cuidado, teniendola la Divina
Madre cerca de si y a menudo tambien el afortunado Jose se acordaba de dicha Sangre y lloraba al
pensar corno su Dios Humanado, apenas llegado
al mundo, quiso sufrir tanto y derramar Sangre, e
iba ofreciendosela a menudo al Padre Divino.
Una vez que se fue el Ministro de la circuncision, nuestro Jose se qued6 con la Divina Madre,
la cual tenia en sus brazos al Divino Nifio descansando, y comenzaron a conversar entre si acerca
del misterio realizado y cam° el Hijo de Dios quiso, en este misterio, tomar figura de pecador. Admiraron la humildad del Divino Redentor, y la Divina Madre compuso un nuevo cantico acerca 'del
misterio de la Circuncision del Verbo Humanado
y to canto suavemente, lo cual servia al Divino Nino para descansarse mas dulcemente entre sus
- , brazos.
Nuestro Jose, una vez que terming el cantico,
cayO en extasis, y allf le fueron revelados muchos
secretos acerca de la circuncisiOn del Divino -Nino, de los cuales el luego tuvo siempre un recuerdo particular y una veneracion y devotion especial. Al volver del extasis lo converso todo con la
Divina Madre y conjuntamente dieron gracias a
Dios, alabando y ensalzando siempre mas .1a Divina Bondad por las muchas Gracias y favores que
Nuestro Rise lloraba por el consuelo que sentfa y tambien por la coMpasion hacia el Divino
Nino, el cual lloro al derramar su Preciosisima
Sangre..
`, 'El-Divino Nino llor6,-y'ofrecio al Padre Divino
Sus lagrimas y su Sangre en reparation de los pecados del mundo, y .
fue acompafiado .el ofrecimiento taMbien por la Divina Madre y'por Miestro Jose porertie Dios, en- - ese instanter' 1os ilumino
interiormehte - y
-
les dig a conocer los ofrecimientos que el Redentor hada; por lo cual nuestro Jose
lo acompatio. en el' Ofrecimiento 'y se ofreci6 tarn-
' hien a si mismo, mostrandose listo para cumplir
90 91
les dispensaban.
Luego nuestro Jose pensaba corno ese lugar
donde vivfan era de mucho sufrimiento para la Divina Madre y para su Hijo Jesus, por lo cual le suplico a Ella para que le haga comprender cual era
la Divina Voluntad, si debfan vOlver a Nazaret, su
ciudad, para poder vivir mas comodamente.
La Divina Madre lo complaci6 en esto, y le
manifesto que en ese lugar debfan quedarse por
algun tiempo mas, porque el Altfsirno habfa decretado realizar allf otras maravillas, de las cuales dentro de poco.61 tambien habria sido espectador, y esto se referfa a la llegada de los reyes magos, coma se dire mas adelante.
Nuestro Jose doblO la .cabeza y se mostrO dispuesto a cumplir en todo la Divina Voluntad, y decia a la Divina Madre: -"Sabed, esposa mfa, que
yo por mf estoy aqui muy a gusto; y el sufrir para
mi es una dicha; solamente que siento pena por
los padecimientos de nuestro Jesus y de vos, esposa mfa querida, que en verdad mi coraz6n es
traspasado por un agudo dolor, aunque me consuelo pensando que nuestro Dios asi lo quiere y
silo quiere lo tengo que querer yo tambien
aunque sienta muy vivo el dolor de veros en tanto sufrimiento"-.
A la Divina Madre le agradaba la amorosa
compasion de nuestro Jose, pero lo exhortaba para que no se afligiera por Ella, porque Ella en ese
sufrirniento experimentaba un gran consuelo,
que por lo tanto dirigiera toda su compasion hacia su amado Jesds, que bien se lo merecia, porque mucho sufrfa en esa tierna edad. Nuestro Jose agradecfa a la Divina Madre de cuanto le insinuaba y. dirigfa toda su compasion hacia el Divino
Nifio y se deshacfa de compasion al verlo en tanto pobreza, y por lo tanto a menudo, postrado en
el suelo le hablaba, mientras la Divina Madre lo
tenfa entre sus brazos, y le explicaba su pena, su
dolor al verlo en tantos sufrimientos.
El Divino Nitio lo miraba con Amor y le hablaba al corazon, donde be manifestaba aim° El sufrfa de buena gana por cumplir la Voluntad del
Padre Divino y por la salvacion del genero humano, y luego le decia: -"Otros padecimientos estan preparados para MI, que Yo ahora abrazo
de buena gana para entonces, y deseo que llegue pronto el tiempo para mostrar at mundo
c6mo Yo amo a mi. Padre Divino y cOmo amo
at mundo; mientras tanto para redimirlo he
bajado del Cielo a la tierra, me he . encarnado
y me he hecho hombre, y de buena .ganct apta-
-
zare el sufrimiento y la misma muerte para
cumplir la obra de la Redencian huinana"L-.
Nuestro Jose frente a ,estas palabras quedaba
sumamente consolado y a la vez tambien muy
afligido; consolado por ofr las voces internas de
su Dios Humanado, las cuales le llenaban de dicha, de amor y de Fe; pero tambien quedaba sumamente afligido al ofr comes el Redentor tenfa
que sufrir mucho y morir para cumplir la obra de
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la Redencion humana; de modo que los gozos y
los consuelos de nuestro Jose estaban siempre
acompailados por penas y dolores, al ver como su
Dios Humanado sufrfa tanto, y se afligfa porque
al avanzar el tiempo su Jestis tendrfa sufrimientos mayores. Sin embargo estaba tan conformado
con la Divina Voluntad, que tan a gusto abrazaba
todas las alegrfas como las penas y las angustias,
ysu rostro estaba siempre sereno y jovial.
Lloraba en verdad, al ver al Nifio Divino entre
tantos sufrimientos, pero se alegraba y gozaba por
los divinos favores, y experimentaba mucha alegrfa al mirar a su Salvador en la fragil Humanidad
del Nifio, cuya belleza lo hacia quedar estatico,
sintiendose arrebatar el corazon por la Gracia y
amabilidad del Divino Nifio, y con pena dirigfa la
mirada a otro lugar, cuando era necesario por alguna ocupacion suya, deseando tener siempre,fijos los ,ojos sobre el ser tan amado y tan deseado.
Kveces hablaba consigo mismo y decfa:
;yes-
.
que suerte to ha tocado!, ;clue hermosa
suerte sido la tuya! ;due consuelo vivir en
corniialifa de la Madre del Mesfas, esperado por
tantos sigios, y vivir en compalifa del mismo Mesfas, y luego tener el oficio de padre del Verbo Encarnado!, ;oh suerte dichosa! iCuantos patriarcas
y profetas han deseado verlo y no lo han conseguido!, ipor cuantos ha sido suspirada esta venida! El rey David *deseaba verlo y adorar el lugar
donde habrfan pisado sus pies, y yo no solamente
to veo, sino que gozo de su Presencia, pero rnas
gozo cuando lo recibo entre mis brazos y tengo la
suerte de ser su guardian y ser llamado su padre
adoptivo. iQue gracia!, ;clue Gracia nunca pensada
por mi y nunca merecida de ninguna manera!"-.
Despues que nuestro Jose habfa hecho estas
conversaciones en su interior, cogido *por un impulso de amor y de agradecimiento hacia su Divino Redentor, corrfa a postrarse a los pies de la Divina Madre y le suplicaba •calidamente para que
Ella misma rindiera gracias a Dios por el por los
grandes favores que le dispensaba y le decla:
-"Vos que soil la digna Madre del Redentor haced por mf, esposa mfa, el favor de dar gracias a
nuestro Dios por haberse dignado escogerme por
vuestro compafiero y por haberme colocado en un
lugar tan elevado, mientras que yo no se llevarlo
a cabo como debiera, y me encuentro lleno de
Gracias y de favores, y tambien Ileno de confusion y no se como agradecer a mi Dios por tantos
beneficios especiales. Ofrecedle mi vasallaje, mi
servidumbre y todo mi ser, y preguntadle
.que
tengo que hacer para dar gusto a nuestro Dios,
como tengo que ocuparme, porque yo estoy totalmente transtornado a la consideracion de beneficios tan grandes y de Gracias tan especiales. iEsposa mfa, vos bien sabeis mi indignidad, mi
pobreza y bajeza, por lo tanto hacedlo vos por
mf!"-.
La Divina Madre gozaba al ofr la gratitud que
su Jose tenfa hacia su Dios y le contestaba • con
humildad, prudencia y gracia, y le aseguraba có94 95
mo eran muy gratas a Dios sus expresiones de
afecto, y que reconociendo los beneficios y las
Gracias que habia recibido, se iba disponiendo
para recibir otros mas. Le aseguraba tambien corn° Ella no dejaba de cumplir con sus pedidos alabarido y agradeciendo de su parte a la Divina
Bondad.
CAPITULO IX
La visita de los magos
El afortunado Jose tenfa un gran deseo de que
todo el mundo reconociera el gran beneficio que .
Dios habla hecho al genero humano al enviarle a
su Unigenito para encarnarse y hacerse hombre
para redimirlo; y al ver como todos vivfan desconociendo un beneficio tan grande, sentia mucha
pena, por lo cual pedfa a su Dios la Gracia para
que todo el genero humano reconociera el gran
bien que El le habfa hecho y que se mostraran todos agradecidos a su bienhechor y que el Redentor fuera conocido y adorado.
Estaba tambien con gran deseo de ver otras
obras prodigiosas del Altisimo en esa cueva, como le habfa manifestado la Divina Madre.
Por lo tanto la noche anterior de la llegada` de
los reyes a la cueva, el Angel le hablo a San Jose
en el suelio y le manifesto que tres reyes de
oriente vendrfan al siguiente dfa para adorar al
Redentor nacido y para ofrecerle preciosos regalos, y que se alegrara porque en estas circunstancias se consolarfan de alguna manera los deseos
de su corazOn y se cumplirfan sus deseos y sus
justas peticiones.
Mucho se alegro nuestro San Jose con este
96 97
anuncio, y al despertarse comenzo a alabar y a
agradecer a su Dios por dignarse en cumplir de
alguna manera sus ardientes deseos, y todo lleno
de jubile y de alegrfa se lo manifesto a la Divina
Madre, la cual todo lo conocfa, aunque no diera
demostracion alguna al Santo de cuanto estaba
pasando en Ella. Se alegro con su Jose y goz6 de
que el Divino Nifio debiera recibir las adoraciones de esos afortunados reyes, y que estos reconocieran el debido vasallaje, y en sus personas
tambien todos los gentiles reconocieran y adoraran al verdadero Dios. Muchas y afectuosas fueron las gracias que nuestro Jose rindiO a su Dios
junto con la Divina Madre.
Luego nuestro Jose hablo con su Santa esposa
y le dijo que. averiguara cual era la Divina Voluntad, si debfan estar en esa pobreza tan extrema, o
si el debia procurar alguna comodidad o un lugar
mas decente; y aunque el Angel le hubiese dicho
que los reyes vendrfan a la cueva, a pesar de eso
deseaba por lo menos saber si debia proveer de alguna cosa. La Divina Madre lo complacio en esto,
y aunque Ella estuviera muy informada de todo, a
pesar de eso para obedecer a su esposo.pregunto
al benepi
lacito Divino, y le rogo se dignase nuevamente manifestarle la Divina Voluntad para poder
cumplir con las peticiones de su Santo esposo Jose.
El Divino Nino manifest6 de nuevo su Voluntad a la querida Madre y Ella se la manifestO a su
Jose; y era que deblan ser encontrados en ese lugar de pobreza y de incomodidad en el que se encontraban al presente, y que en esto adoraran las
divinas disposiciones y no se apenaran por la
apariencia de esa pobreza, porque los tres reyes
habrfan reconocido en esa extrema pobreza, la riqueza y los tesoros inmensos del gran Rey supremo al cual ellos venfan para reconocer, adorar y
entregarle sus corazones. Nuestro Jose se humillo
a esta respuesta, adorn la Divina Voluntad y que--
do siempre mas conmovido por las admirables
obras de su Dios.
Los reyes vinieron para adorar al Divino Nitio
y Rey supremo, y nuestro JOse estaba totalmente
asombrado y como *estate° observando cuanto
pasaba entre los tres reyes y el Divino Nifio. Admini la humildad, la devociOn y el amor de eras
personas reales, y admirO tambien la acogida, la
amabilidad, la Gracia del Divino Nifio hacia ellos.
Observaban los tres reyes como actuaba en ellos
la Gracia, y como eran iluminados y reconocieron
en la fragil Humanidad del Nifio la -Divina
tad. El afortunado Jose gozaba al maxim° al ver
honrado a su Senor Humanado, y gozaba por la
dichosa suerte de esos reyes.
Despues que estos adoraron . alDivino Nifio, y
gozaron de sus favores en sus almas, realizaron
los oficios de felicitacion con la Divina Madre y
luego con el afortunado Jose, envidiando santamente cada uno de ellos la suerte muy feliz del
Santo y alegrandose con el.
Breves fueron las palabras que nuestro Jose
98 99
dijo a los tres reyes, pero estaban encendidas de
amor y muy penetrantes. Los tres reyes conocieron el gran merit° del Santo y entendieron come
dignamente ocupara ese Lugar, siendo et tan Santo y adornado de virtud, por lo cual los tres afortunados reyes se encomendaron mucho a nuestro
Jose, de. modo que •se dignara rogar por ellos a la
Majestad de -ese Rey supremo por la salvacion•de
sus almas y las de sus sUbditos, puesto que tenla
la hermosa suerte de estar en su compafila y de
gozar siempre de su adorable y amable Presencia. Nuestro Jose les prometio que lo haria, y se
alegro mucho con ellos de la_ Gracia recibida en
venir a reconocer y a adOtar al verdadero Dios.
Despues que. hubieron ofrecido los regalos al
Divino Nino, iluminados interiormente por El, e
instruidos previamente por la Divina Madre y por
San Jose acerca de los misterios de la verdadera
Fe, se fueron para regresar a sus reinos.
Nuestro Jose se quedo con *la Divina Madre y
el Niii6 Jesus en la cueva, y nuestro Jose se•postro
en tierra con gran humildad y respeto para adorar de nuevo a su Redentor. En esta adoracion el
Santo fue elevado a un oxtasis muy sublime, donde el recibici la revelation de muchos misterios
por parte de Dios, y de muchos secretos, acerca
de la venida de esos reyes y de cuanto en esa
cueva Dios habla realizado en sus almas. 1
1 . Todos estos misterios son manifestados en el libro: ,"La Vida
Interior de Jesus", obra editada por Libreria Espiritual' P.O.Box
6252 CCI Quito - Ecuador.
Y conoci6 tambien cOmo los gentiles vend rian
con el tiempo at conocimiento y adoracion del
verdadero Dios, de lo cual se alegrO mucho nuestro Jose y despues manifest6 todo a la Divina Madre que ya estaba informada de todo, y conjuntamente dieron gracias a Dios.
Comenzaron luego a. conversar acerca de la
venida de esos reyes, y de cOmo ellos exclusivamente entre tantas naciones habian sido hallados
dignos para venir al conocimiento y adoracion del
verdadero Dios; y entre el pueblo judfo, que era el
pueblo escogido y favorecido, unicamente los
sencillos pastores fueron hallados dignos de it a
reconocer y adorar al nacido Mesfas. Se sorprendian y admiraban las obras del Altisimo, y de todo le agradecian y alababan.
Observo luego nuestro Jose mas atentamente
los regalos que los reyes habfan ofrecido al Redentor, y entendiO los misterios que estaban allf
escondidosy se alegrO de todo, porque todo debfa
servir para su Dios y sobre todo el incienso, el
cual sirvio para incensar al Divino Nino. No puso
interes en el oro, porque, siendo amante de la pobrez-a, repudiaba el dinero y solo se servfa de el
para proveer a las necesidades; todo to dernas lo
distribufa:entre los pobres, cuando lo tenia; y de
lo que le llevaron los reyes dioles limosna a los
pobres y al Templo, guardando lo que necesitaba
y nada mas, cumpliendo en esto la Divina Voluntad y la de su Santa esposa Maria.
100 101
Quedo todo dichoso y contento nuestro Jose
por la visita que el Divino Infante habfa recibido
de los reyes, y no se cansaba en dar gracias a
Dios y rogaba mucho por ellos. Lo mismo hacia la
Divina Madre pidiendo para ellos muchas Gracias.
Muchos fueron los favores y las Gracias que
nuestro Jose recibiO de parte del Divino Nino en
todos esos cuarenta dfas que se quedaron en Belen, recibiendolo a menudo entre sus brazos y teniendolo para que descansara sobre su pecho.
Luego el Divino Nifio le. hacia muchos mimos
infantiles, ahora mirandolo con amor en acto de
refrse de una forma majestuosa, ahora apoyando
su divina cabeza sobre su cuello, ahora inclinando la cabeza en gesto de gratitud por todo lo que
el hacia por su Amor y en estos actos recibia el
afortunado Jose siempre nuevas Gracias y su corazOn se Ilenaba de jubilo, y su espiritu se inundaba de un mar de dicha, por lo cual se consumfa
todo en amor hacia su Dios, y a veces estaba estatico por mucho tiempo, y la Divina Madre .lo Ilamaba para que se alimentara, de modo que su humanidad no quedara tan debilitada ppr la fuerza
del amor que todo lo consumfa, y muchas veces
no se habria nunca alimentado si no hubies.e sido
rogado por su Santa esposa.
Tenfa tambien nuestro Jose un deseo muy ar-
' diente de manifestar, a todos aquellos que iban a
ver al Divino Nino, las obras maravillosas de su
Dios y darlo a conocer a todos de modo que todos
lo hubiesen alabado y agradecido, y comunicaba
este deseo suyo a la Divina Madre, la cual lo
aconsejaba 'prudentemente para que guardara escondidos los secretos divinos y dijera solamente
lo que era necesario para el bien de las almas de
esos sencillos que iban con buena voluntad, porque, deda Ella, nuestro Dios Humanando El mismo actuard, y se manifestapa a las almas que a El
le plazca y que corresponderan a su Gracia, a su
Amor; El las iluminard; por ahora a nosotros nos
conviene admirar y callar, alabar, agradecer y gozar, y procurar en todo suplir con nuestro amor y
gratitud a la falta de todos.
Nuestro Jose quedaba muy contento y satisfecho por lo que su Santa esposa le iba insinuando;
be agradeda, y Ella lo exhortaba para dar gracias
a Dios de todo, pues todo provenfa de El.
Luego de que el Divino Infante quedaba descansandoen el pesebre ellos se quedaban conversando acerca de las obras admirables de su Dios
y luego ambos se ponfan a mirarlo, sufriendo
gran penaverlo en esa pesebrera, y Jose :con
ansias esperaba que se dignara inspirar a la Divina Madre para que to tomara en sus brazos, porque asi nuestro Jose quedaba contento, pues crefa
que su Nino gozaba de -las- mas carifipsas delicias,
como de hecho asi era; aunqu&el Divino Hijo se
privaba a menudo de ello, queriendo, tambien Ten
esa tierna edad, sufrir para satisfacer la Divina
Justicia por los pecados del genero humano.
1 02 tO3
A veces decia a su esposa, cuando el Nino estaba en el. pesebre: -
"Pero; esposa mfa, Lno serfa
mejor que me entregueis a ml a vuestro Hijo, para que.yo lo tenga.en mis brazos y asI El no sufra
tanto y yo pueda gozar mucho?"-; A eso la Divina
Madre contestaba con su .acostumbrada gracia y
prudencia, que al querer su Jesus sufrir El mismo
esa incomodidad ; querfa al mismo tiempo que
ellos tambien lo acompatiaran en el sufrimiento,
.esto es de sufrir por ver su sufrimiento. y de quedar privados del consuelo que experimentalIan si
lo tuvieran entre sus brazos.
Nuestro Jose agachaba la cabeza al oft estas
palabras, y se humillaba conformandose en todo
a la Divina Voluntad, y decia a su esposa: -"Yo
por mi sufro de buena gana la privacion del consuelo, pero al ver sufrir de esa manera a nuestro
Jesus, joh!, comet se me hace sensible y quisiera
yo sufrirlo todo y .padecer mucho con tal de que
. , no padezca nuestro querido Jesus; y la mayor pena que yo sufro -es ver sufrir a nuestro Redentor
en esa edad tan tierna"-.
La Divina Madre.lo compadecla bastante, porque Ella mucho mas que el sentia el dolor y la pena, puesto que al amarle mas, mas era la pena
que sentla por El, a pesar de eso lo consolaba y lo
animaba - para sufrirlo todo con generosidad, porque asf le•agradaba a su.Dios y le decia: -"Sabed,
esposo nao, que no es una gran cosa que entre
tantos consuelos 'de nuestro espfritu nuestro
Dios nos haga sufrir esta pena, la cual no es
poca cosa en verdad para un corazon que ama,
estar presente y ver los sufrimientos del ser
amado y de un ser tan noble y tan digno como •
es nuestro querido•Jestis"-.
Nuestro Jose lloraba al oft- las palabras de su
amada esposa y le decia: -"Sabed, esposa
que en mi se duplica esta pena, en primer lugar
por ver entre tanto sufrimiento a nuestro querido
Jesus, y luego por veros a vos tambien, que desplies de nuestro Jesus os amo intensamente como
Madre de Jesus y como esposa mia y compaiiera
muy fiel. Os amo tambien por el bien que yo por
medio vuestro he recibido de nuestro Dios, por
las muchas Gracias que has solicitado para rn1 y
por la gran caridad que siempre has tenido para
conmigo. Os amo como criatura tan amada y favorecida por nuestro Dios, Ilena de Gracia y de todas las virtudes, por to cual podeis pensar que
grande es la pena que yo experimento al veros en
tantos sufrimientos, vos que sois de naturaleza
tan gentil, tan noble y delicada; mi corazon sufre
gran pena"-.
La Divina Madre se humillaba mucho cuando
su esposo le decia estas palabras y le mostraba
gratitud por su carifio y por su buena voluntad; y
nuestro Jose gozaba mucho al ver que su amor era
grato a su esposa, porque el por su humildad se
consideraba indigno, y at air cuanto le decia su esposa, quedaba muy consolado y animado, diciendose interiormente: -"Si la Divina Madre acepta
104 1 05
mi buen afecto y la sinceridad de mi amor, no
tengo duda de que lo aceptara tambien su Hijo y
mi Salvador. Oh, pues, ;clue hermosa suerte es la
mfa, que de personajes tan dignos y tan sublimes
sea aceptado con agrado mi afecto y mi buena voluntad!"-.
CAprruLo X
Viaje a Terusalen,
La presentaciOn en el Templo
Habiendo transcurrido cuarenta dfas desde el
nacimiento del Redentor, la Divina Madre ya percibio como querfa el Redentor ser presentado en
el Templo para cumplir lo que prescribfa la ley.
Por lo tanto la noche, anterior el Angel hablo a
Jose en el suefio, como de costumbre, y le manifesto la Voluntad del Altisimo de que el Divino Nifio
fuera presentado en el Templo como solla hacerse
con los ninos, y que fuera rescatado con las acostumbradas monedas con las que se rescataban los
otros nifios, que por lo tanto fuera con la Divina
Madre a presentar al Templo al Divino
El afortunado Jose se desperto y despues de
haber alabado y agradecido a Dios por el aviso
que le habia enyiado a.traves del Angel, se lo manifesto a 1a Divina Madre, la cual ya todo lo sabfa.
Decidieron salir de Beier' para it a Terusalen.
Los Santos esposos sintieron alguna pena al terser
que dej.ar su amada cueva, porque allf se habfa
realizado el gran misterio del Nacimiento, y porque en ese lugar estaban gozando las dulzuras
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mas queridas con su arnado Jestis; pero tambien
sentian mucho consuelo, porque esperaban que
el Divino Nitio ya no estarfa en ese Lugar de tanta
incomodidad y miseria, y asicon todo el desprendimiento del caso , dejaron la cueva tan querida
por ellos.
La Divina Madre torno a su Jesus y se lo acomodel en su regazo. Nuestro Jose llevaba la preciosa reliquia de, la ,circuncision y. un pequetio
bulto de aquellas cosas necesarias, y antes de
partir adoraron conjuntamente el lugar donde habfa nacido. el Redentor, esto es, esa tierra donde
estuvo por vez primera •despues de nacido. Aquf
cantaron nuevos canticos de' alabanza a su Dios
Humanado y le pidieron que' los bendijera. Y con
su favor divino y con su Salvador Humanado se
fueron de la cueva y se encaminaron a Jerusalen
acompafiados por una gran cantidad de espfritus
angelicales.
El tiempo era muy agradable, y .suave, aunque
luego vendrfa el invierno, por lo que pedfa la Divina Madre que no Ilegara - ese fiempo, para que
su Dios e HijO muy queridO njzlisufriera tanto trio
por ser la primera vez que viajaba. .Esto lo pedla
al tiempo con su poder comoIteina y duefia ide todas las cosas, pues Ella tenfa dicho poder como
Madre del Creador.
Nuestro Jose se consolo al ver en ese dia cumplido su deseo, esto es, que el tiempo no fuera tan
frfo. Los SantOs esposos iban con su querido Je108
sus llenos de alegria y de consuelo por el tesoro
inestimable que llevaban consigo. No sintieron en
este viaje cansancio ni aburrimiento, sino un gran
consuelo, y fueron espectadores de varios prodigios que Dios realizo por medio de sus criaturas,
esto es, de :las plantas y de los . animales. Mientras
los arboles se.inclinaban al paso de su Creador, en
bandadas salfan los pajarillos haciendo armoniosos canticos a su soberan,o. Nuestro Jose todo lo
observaba con gran asombro, y dirigiendose a la
Divina Madre le decfa: -"Observad, esposa mia,
como las ,criaturas vegetales y los animales irracionales se inclinan y rinden homenaje a su Creador, y los hombres, a los que El ha venido a salvar,
viven despreocupados por esto, y pocos son los
que se acercan a conocerlo"-.
Decfa estas palabras acompatiadas con lagrimas y suspiros y luego aliadfa: -"i0h, felices y
afortunados nosotros que hemos tenido una suerte tan bella, no solamente de conocerici sino tambier' de tenerlo con nosotros! ;Oh, que obligacicin
tenemos para con nuestro Dios por tantas Gracias
y favores que nos ha dado!"-. Y la Divina Madre
componfa canticos de alabanza y los cantaba dulcemente, y entonces el afortunado Jose cafa en extasis por la dulzura que sentfa.
A veces se detenfa no tanto por el cansancio,
que no lo sentfa, sino porque el Divino Nitio querfa consolar plenamente a su Jose e it a descansar
entre sus brazos, por lo cual inspiraba a la Divina
Madre 'y le hada entender su Voluntad, y Ella en109
seguida lo satisfacfa con gran gozo y se privaba de
El para consuelo de su casto esposo. Nuestro Jose
lo deseaba, pero no se atrevfa a pedirselo a su esposa, solamente rogaba a Dios por ello en lo frillmo de su corazon y Dios ofa y atendia sus ardientes deseos. Nuestro Jose lo recibia entre sus brazos con gran devocion y afecto, siempre de rodillas al momento de recibirlo, y cuando lo tenth, entre sus brazos se ilenaba de dicha y de consuelo.
Se encendla en su amor y las llamas se trasludan
de su rostro, y muchas veces lo vio la Divina Madre con el rostro todo luminoso y sobremanera
hermoso, y Dios le hada tambien la Gracia de ver
su alma enriquecida de meritos y adornada de virtudes, por lo cual la Divina Madre probaba un
consuelo inexplicable, gozando mucho y agradeciendo a Dios por haberle dado a un esposo tan
puro, tan Santo y tan adornado de virtudes y tan
rico de meritos, y a menudo decia a su Jose: -Oh,
si supierais, esposo mio, que hermosa es un alma adornada de virtud y enriquecida de la
Gracia y de los meritos, vos quedariais asombrado!-. Y' asf comenzaba a narrarle todas las bellezas de su alma, aunque no le manifestara que
asi era la suya, sino solamente le decia de un alma en Graciey amistad con Dios.
El Santo la estaba escuchando, con toda atenciOn y con deseo de que asf fuera tambien su alj , ma, y dirigiendose a su esposa le decia: -"Oh esposa mfa, yo tengo un ardiente deseo de que mi
Jalma llegue a ser asf como ahora vos me la estais
describiendo, por lo tanto os pido para que
suplicas a nuestro Dios de modo que haga asf
tambien a mi alma"-.
Entonces la Divina Madre le decfa: -"Alabemos conjuntamente a nuestro Dios y agradezcamosle por el gran bien que nos ha hecho
dandonos su Gracia y sus doves"-. Y asi se 136-
ram. a adorar y a agradecer conjuntamente al dador de todo.
A continuacion la Divina Madre se .unfa a los
ofrecimientos que . su Hijo hada alEterno Padre, y
a menudo se lo decfa tarnblen a,1ose,'de , modo que
eltambten se uniera aesos9,frecimientos, al Padre
Divino., :cOmO tambienlo cual
el Divino:Nitio sentfa inuCho agrado, y el DiVino
Padre recibfa mucha Gloria: A.menildo decfa San
Jose a su esposa Marfa que. le ensefiase lo que tenfa que hacer para dar gusto a sii Dios y le sea
gratci,' y la Divina Madre no dejaba de complacerlo
y de consolarlo. Este gesto, tanto agradaba a nuestro Jose que.quedaba - :comprometido a ,mostrarse
con Ella siempre agradecido.
A.sf en este viaje iban en parte cantandO alabanzas a .su Dios, en parte conversando acerca de
sus Misericordias; en parte utilizando el tempo en
santas conversaciones, en parte admirando las
obras del Altfsimo y en todo y por todo .mostrandose agradecidos por todo to que El ha realizado,
para dicha de' ellos y para la Salvacion del genero
humano.
110 111
que llegaron a Jerusalen prepararon
ecesario para la presentacion del Nicatarlo, y todo lo procuro nuestro Jocuidado, esto es, ias dos palomas y
las - dos tortolas para la Divina Madre y las cinco
rnonedaS para rescatar al Nifio.
Nuestro Jose no dejO en esta ocasion de admirar la virtud de su esposa Maria, y la gran humildad que practicaba al querer purificarse como las
demas mujeres, siendo Ella purisima y sin mancha alguna. Admirci tambien la humildad de su
Salvador, el cual quiso comparecer y ser presentado y rescatado como los otros nifios. Todo lo admiraba'y to donservaba en su corazon;lO coal luego iba meditando durante todo el tiempo de su vida, acordandose siempre de cuanto el Redentor y
la Divina Madre realizaban al presente y cuanto
habfan hecho en el pasado.
Por lo tanto nuestro Jose con la Divina Madre
y el Nifio al llegar al Templo fueron recibidos con
gran amor - por el Santo anciano Simeon, como
tambien por Ana, llamada la profetisa.
El Santo anciano y la profetisa habfan venido
al Templo pordinspiraciOn del Espiritu Santo y para gozar de la promesa que Dios les habia hecho,
esto es, que antes de su muerte habrfan visto al
Redentor nacido.
Realizadas las ceremonias de la purificacion,
como lo mandaba- la ley, Simeon tomci al Nifio en
sus brazos para ofrecerlo a Dios. Al tener en sus
brazos al Mesfas, se Hen() de gran consuelo y del
Espiritu Santo. ConociO al Salvador y levantando
la voz compuso el cantico: -"Ahora, Set -1°r, puedes
seglin to Palabra, dejar que tu siervo se vaya en
paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador"-.
San Jose todo lo observaba con mucha atenciOn, y vio al Divino Infante todo resplandeciente
de una luz muy clara, y lleno de dicha cayo en ex-.
tasis por brevisimo tiempo, en este le fueron manifestados los misterios encerrados en la presentacion del Divino Ninol. Despues que por algtin
tiempo el anciano Simeon hubo gozado de su
Dios Humanado y de haberlo tenido entre sus
brazos, la Divina Madre lo rescato con las cinco
monedas, y el le devolvio a su Nino, el cual se
alegra cuando estuvo en los brazos maternales.
Mientras tanto al volver del extasis nuestro Jose
estaba atento a todo lo que estaba pasando.
El Santo Simeon se alegro con la Divina Madre
por la suerte que le habia tocado, como tambien
con San Jose, y a ambos les recomendo al Niflo, y
entre tantos consuelos que cada uno aquf experimentaba, dirigiendose el Santo anciano a la Divina Madre le dijo que su Nifto sera motivo de que
muchos caigan o se levanten en Israel, y que sera
signo de contradiccion para muchos y que su alma sera traspasada por la espada del dolor.
Nuestro Jose quedO herido en su corazOn al oft1
. Se encuentran expuestos en la obra: "La Vida Interior de Jestis".
112 113
las palabras que el profeta dijo a su esposa, porque percibiO de alguna manera lo que significa
esto y aunque procuraba mostrarse valeroso, se
afligio sin embargo el Santo y llorO amargamente,
y de allf en adelante siempre Hey() grabadas en
su corazon esas palabras, las cuales le sirvieron
de continua pena y de agudo dolor. Pero mucho
mas quedo traspasada por agudo dolor la Divina
Madre, pues ya todo lo comprendfa claramente y
la espada del dolor no se aleja nunca mas de su
corazon virginal.
Tambien la profetisa Ana habla a la Divina
Madre y le profetizo la PasiOn y Muerte de su Hijo, pero esto no lo entendio nuestro Jose, de otra
manera hubiera muerto de dolor. Tanto se encontraba angustiado su corazon por las palabras de
Simeon, que fue necesario que Dios con su Gracia
lo sostuviera, de modo que no desfalleciera. La
Divina Madre absorbio todo el dolor al serle reve1 lado todo claramente. Es verdad que ya estaba informada acerca de todo, pero a pesar de eso, que
le fuera recordado y profetizado con tan vivas expresiones le causo un gran dolor, pero todo lo
guar& en su interior y mas bien Ella consolo a
su esposo Jose que estaba muy afligido, como se
dird mas adelante.
Mientras tanto nuestro Jose estaba con un
gran deseo de hablar a solas con la Divina Madre
y decirle lo que habfa (Ado y entendido, pero se
quedaron por algtin tiempo en el Templo teniendo
la Divina Madre a su Jestis en sus brazos y haciendo con El todas aquellas demostraciones de
amor y de gratitud, de compasion y de agradecimiento que sabia hacer una Madre como Maria,
la cual en el colmo de su afliccion. su Divino Hijo
no dejo de consolarla, y Ella misma le rogO para
que se dignara consolar a su afligidisimo esposo
Jose; lo cual hizo el Divino Infante.
114 115
C APITULO XI
Regreso a Nazaret
Concluidas ya todas las funciones, se queda-.
ron un poco de tiempo los Santos esposos Marfa
y Jose con su Hijo en Jerusalen, volviendo de nuevo al Templo donde ya habfan ofrecido los regalos
que habfan recibido de los reyes de oriente. Procuraron entender la Divina Voluntad, si tenfan
que volver a Belen o a Nazaret, su ciudad, para
vivir allf; y comprendieron que debfan volver a
Nazaret y el Angel tambien se lo manifesto a Jose
en el suefio.
Decidieron partir; y esto para nuestro Jose fue
de algtin consuelo, porque pensaba que en Nazaret tendrfan alguna comodidad, donde la Divina
Madre y el Nifio no sufrirfan tanto; y se alegro de
ello con su esposa, la cual ya sabfa lo que debfa
tener lugar dentro de poco para liberarse de la
persecucion de Herodes. Por lo tanto permanecio
callada con su Jose, y no le manifesto cosa alguna
y gozo Ella tambien al ver consolado a su esposo.
Luego, al estar solos, San Jose le manifesto lo
que le habfa sucedido en el Templo, los misterios
que habfa entendido, y el dolor con el cual habfa
quedado traspasado su corazon por la profecla de
Simeon.
117
Todo se lo narraba con muchas lagrimas y suspiros y le decia a menudo:esposa mfa inocentisima, que grande sera el dolor que vos debereis sufrir!, no se que sera de mf, y si estare presente en vuestras penas, pero si esto fuera, ;corm
podra soportarlo mi corazon!"-. Lloraba amargamente el Santo y la Divina Madre lo console', diciendole que no temiera, porque su Dios proveera
todo y los asistird con su Divina Gracia. -"Dios
esta con nosotros, le decia, no tenemos que temer, remitamonos todos a su Divina Voluntad.
Por ahora gocemos y alegremonos de que a
nuestro Jesus lo hemos rescatado y es todo
nuestro, por lo cual podemos gozar de su Presencia y gustar su amabilidad y dulzura. El
pensamiento de que Jesus esta con nosotros,
que es todo nuestro, nos tiene que mitigar toda amargura"-.
Se console' mucho nuestro Jose por las palabras de su 'amada esposa; y quiso su Jesus consolarlo mucho•mas porque inspire, a la Divina - Madre entregarselo a sit Jose de modo que gozara
de su Preseticia. El Santo lo recibio con.gran alegria de su corazon, lo abrazo y le dijo: -"i0h mi
Dios Humanado!, ieh aquf que ahora sois todo.
nuestro! Nosotros os hemos rescatado por el bien
de todo el genero humano, pero por ahora, solamente nosotros somos dignos de conoceros y de
gozaros y de teneros con nosotros"-.
Mientras el Santo se deshacfa totalmente en
conversaciones con su amado Redentor. Este en
acto sonriente apoyel su cabeza divina sobre el
cuello de Jose y en ese acto le hizo gustar las mas
preciosas delicias del Paraiso. Gaye, enseguida en
extasis el Santo, y estuvo por un buen tempo gozando su espfritu, teniendo a su Dios en sus brazos. La Divina Madre gozaba al ver tan consolado
a su casto esposo y daba gracias a Dios.
Al volver el afortunado Jose del extasis, Ma la
mirada en el Divino Nifio y a la consideracion de
tantos fa.vores, de . tantas Gracias que recibfa, lloraba con dulzura, y el Divino Nifio le hacfa muchos mimos y le hablaba al corazon narrandole
cuanto le amaba y cuan grato le era a El, por lo
cual el Santo exclamaba: -"i0h!, ique hare Salvador mio por tanto bien que me habeis hecho? ;Oh,
que suerte es la mia teneros en mis brazos!
2,Quien lo creerfa que el mas pequefio entre todos
vuestros siervos fuera tan favorecido? El Santo SimeOn, despues de haberos recibido entre sus brazos, otra cosa no supo desear que morir, y yo que
tan a. menudo tengo la, suerte de abrazaros y de
teneros por mucho tiempo estrechado a mi pecho,
ique deseare, Senor mio, que deseare? Morir no
tengo que desearlo, porque quiero gozar de Vos
por mucho tiempo y porque tengo que estar con
Vos y proveer a vuestras necesidades. Pues, ique
puedo yo desear, sino amaros siempre y serviros
fielmente y desear que todas las criaturas os conozcan, os amen y sean gratas por tantos beneficios que Vos dispensais a todos, y sobre todo por
haberos hecho hombre para redimir al genero hu118 119
mano? Pues esto ansio, Redentor mio, esto deseo,
esto pido, y haced que queden satisfechos mis deseos ardientes, mis deseos encendidos y mis stiplicas presurosas"-. El Divino Infante gozaba al
ofr a su Jose tan encendido de amor hacia El y tan
deseoso de su Gloria y del bien de todas las criaturas, y le mostraba el agradecimiento mirandolo
amorosamente en actitud sonriente, jovial y a la
vez majestuosa. El Santo al contemplar col-no esa
Majestad Divina se mostraba grata y amorosa, en
el mas se encendfa el amor y la gratitud hacia su
amado Dios.
Devolvio al final el Nifio a la Divina Madre, y,
al darselo le decia: -"Tomad, purisima Virgen a
vuestro Hijo Dios y hombre, porque en vuestros
brazos purisimos verdaderamente esta muy bien,
y al haberos escogido como su Madre, por cierto
que os ha ilenado de todas esas Gracias, de todas
esas virtudes por las cuales vos poddis ser grata a
El y digno objeto de su amor y lugar capaz donde
El pueda descansar y tomar todos sus mas queridos regocijos"-. La Divina Madre al ofr estas palabras se humillaba y a la vez confirmaba cuanto
su esposo le decia, cantando la cancion: -"Mi alma engrandece al Senor"-, que compuso la
Santisima Virgen cuando fue a visitar a su pariente Isabel.
I
con toda generosidad y con mucho consuelo, lleIvando consigo al Divino Niiiito, el cual los llenaba
de gozo y de alegria.
Para ellos no era de peso el Divino Infante, sino de alivio y de descanso; por lo tanto El iba
unas veces en brazos de su Divina Madre y otras
veces en brazos del afortunado Jose, consolando
con su Presencia unas veces al Santo y otras veces a Maria Santisima. Tambien en este viaje los
Santos esposos fueron espectadores de maravillas, porque todas las criaturas del reino vegetal
rendian homenaje a su Creador, y las ayes con "
sus canticos to acompatiaban con alegria segtin
su capacidad, moviendo las alas y compitiendo
entre ellas. Nuestro Jose todo lo observaba atentamente, y de todo daba alabanzas a Dios, gozando
en verlo honrado y reconocido por sus criaturas
irracionales, puesto que las criaturas racionales
todavfa no to conoclan y no to honraban.
Hacian este viaje con mucho deseo de llegar
pronto a su ciudad, y nuestro Jose no dejaba de
decir a su esposa: -"Oh esposa mia, he aquf que
nosotros volvemos a nuestra morada, donde disfrutaremos de nuestro Jesus con toda tranquilidad y mucho gozaremos al no verlo en tantos. su
frimientos, Torque to tendremos en un lugar cómodo cuando no quiera estar en nuestros brazos"-. La Santisima Virgen agachaba la cabeza at
ofr estas palabras y le decia: -"Ahora nosotros
vamos a Nazaret para cumplir la Divina Voluntad, y estaremos siempre dispuestos para
cumplir las Ordenes de nuestro Dios, el cual se
ha hecho hombre para padecer y no para gozar y estar descansando y quiere tambien que
Luego nuestros Santos se pusieron en camino
120 121
nosotros lo imitemos"-.
Nuestro Jose se conformaba totalmente al Divino Querer y respondia: -"Herne aqui dispuesto
a cumplir la Divina Voluntad"-, pero no entendfa
el sentido y el motivo de las palabras de su esposa,decia esto porque ya sabia que, dentro
de,pocO, les tocaria a1aanctonar la ciudad y huir a
un pais extranjero con mucho sufrimiento de
ellos,y tambien de su querido Jesus; pero la Divina Madre no se lo manifestaba abiertamente todo, teniendo siempre escondidos i lOs secretor divinos,' eperando ctue Dios misino se to manifestara a su esposo, sea por inspiracion o por medio
del Angel que en el suetio acostumbraba hablarle. Tambien en este viaje la Divina Madre iba alabando a su Jesds y cantando himnos de alabanza
al Divino Nifio, de lo cual sentia un gran consuelo
el afortunado Jose, quien le acompafiaba con el
corazon,
en - extasis, unas veces se encendia totalmente de
amor y de gratitud 'hacia su Dios, y to agradecia
afectuoamente por las muchas Gracias que hada
a su amada esposa; otras veces se dirigia y alababa a su Dios con Co tanto. 'que tambidn su es-
, .
posa quedaba 'admirada y consolada,
.-E1 Santo-en estos viajes sufria inuchathambre,
sed, trio,. pero todo to sufria con tanta alegria que
por mucho que padeciera le parecia poco, deseando padecer mucho mas, y solo le daban Pena los
sufrimientos de su Jestis y de la Divina Madre: estos eran los mas grandes sufrimientos que el Santo padecia, y la espada del dolor profetizada por
Sime6n a su esposa no se alejo jamas de su mente y de su corazon.
Una vez que llegaron .a Nazaret (despues de
haber ido primero a la cueva para visitar y adorar
de nuevo el lugar donde habia nacido el Redentot,
en la cual experimentaron mucho consuelo y varios afectos en sus corazones) entraron en su morada, y aqui postrados en el suelo de la habitacion de la Divina Madre, donde se habia realizado
el gran misterio de la Encarnacion, adoraron a su
Creador y le rindieron gracias por haberlos hecho
volver a su casa sanos y salvos. Nuestro Jose pensaba quedarse alli para siempre y gozar de ia paz
en compailia de Jesus y de Maria Santisima su esposa. Por lo cual el Santo prepar6 enseguicla, la
cuna que ya habia hecho para el Nino y lo arreg16
todo con gran alegria y consuelo de su esp. iritu.
Experimentaba tambien, entre tanto consuelo,
cierta amargura al ver tanta pobreza y porqUe no
podia hacer para su Dios y para la Divina Madre
todo lo que deseaba, aunque en todo se conformaba a la Divina Voluntad.
Mientras la Divina Madre se ocupaba en varios coloquios con su Divino Hijo, nuestro Jose se
fue para proveer el alimento necesario, y esto ha-
;. Varios eran los efectos que le causaba el canto
- a cleiabivina Madre: unas veces se deshacia totalmente en lagrirnas de dulzura, otras veces caia .;.
122 123
cfa siempre con el beneplacito de su Dios Humanado, y con el beneplacito de su esposa.
Al it por la ciudad nuestro Jose para proveer
el alimento necesario, fue detenido por muchos
con varias preguntas que le hacfan acerca de lo
que habfa ocurrido en Belem
El Santo se encogfa de hombros y a lo sumo
contegtaba ,a todos que habfa cumplido con la Divina Voluntad. Muchos se burlaban de el por haber llevado a ese lugar a su esposa cerca de dar a
luz, y ya se imaginaban to que le habrfa sucedido
a su esposa_ al dar a luz al Nino en ese tiempo, y
las incornodidades que debe haber sufrido. El
Santo lo sufrfa todo con paciencia, y no contestaba coca alguna; y no falto quien, instigado por el
demonio, le dijera palabras ofensivas, diciendole
el gran aesproposito que habfan hecho en dar a el
por esppsa a la gentil y delicada doncella Marfa,
que el no sabfa cuidar de Ella, que la hacia sufrir,
titre no conocia la amable compatifa que habfa
conserido, y que en poco tiempo le ha hecho padecer muchos sufrimientos.
Eran estas palabras como otras tantas espadas parai.el corazon del amoroso Jose, porque el
sabfa cuanto amaba a su esposa y cuanto se mostraba gfato a su Dios por habersela dado, y tenfa
para con Ella toda la consideracion debida, y respondfa a estos: -
"Vosotros estais equivocados,
porque yo conozco la suerte que me ha tocado al
haber obtenido una esposa tan querida y tan digna, pero mi pobreza no me permite darle a Ella lo
que quisiera y lo que Ella merece y esto me da
mucha pena. Su bondad sin embargo es tan grande que se contenta de estar asf, y no desea coca
alguna"-.
Nuestro Jose decfa esto con gran serenidad en
el rostro y con mucha paz, no alterandose con nadie nunca, por mas grandes que fueran las ocasiones que tuvo, y que no le faltaron, permitiendolo Dios de modo que su Jose se ejercitara en la
practica de todas las virtudes, y sobre todo en la
humildad, en la mansedumbre, en la paciencia,
en el sufrimiento, en la caridad; y el Santo todo lo
practicaba con generosidad, con gozo, con alegrfa
sabiendo que asf agradaba a su Dios e iba mereciendo siempre su Amor y sus dones.
Tambien la Divina Madre gozaba al ver a su esposo Jose tan Santo y tan ejercitado en la practica
de las virtudes, y no dejaba de pedir a su Dios de
modo que lo asistiera y le diera siempre mayor
Gracia y humildad, y sobre todo mayor amor.
Y Dios no dejaba de cumplir sus peticiones y
de esa manera nuestro Jose iba creciendo siempre mas en las virtudes, en los meritos y en el
amor hacia su Dios, de modo que su corazOn ardfa de amor y de deseo de que su Dios fuera amado por todos, y este deseo era tan encendido y tan
fuerte que a menudo lloraba exclamando: -"Oh,
Dios mfo!, zpor que no sois amado por todos?
;Oh!, ,que podrfa hacer yo de modo que todas las
124 125
criaturas os conozcan y os amen? jOh!, ,corno es
posible que Vos no seals amado por todos, Bondad
infinita, inmensa Grandeza, Belleza incomprensible?"-. Y al decir estas palabras cafa en extasis y
estaba asf por muchas horas gozando de las grandezas y perfecciones de su Dios, y entendfa y
comprendfa siempre con mayor claridad cuanto
merecfa su Dios ser amado.
Al volver luego del extasis, todo encendido de
amor decla a su esposa que el deseaba it por toda
la ciudad gritando y ensalzando las grandezas de
su Dios, y la Divina Madre lo detenla y le decfa:
- "Alabemoslo nosotros ahora en nombre de todos"-. Y se quedaban rezando las divinas alabanzas, y asf se tranquilizaba un poco el enfervorizado Jose. Luego, dirigiendose a su esposa, le decfa:
- aiDichosa vos esposa mfa que amais tanto a
nuestro Dios!, y con razor' porque lo merece.
Amadlo pues siempre mas y hacedlo en lugar de
todos aquellcis que no lo aman. Amadlo tambien
por mf, vos que teneis un corazon capaz de amarlo mucho, porque mi corazon es pequefio y poco
es el amor que cabe en el"-.
La Divina Madre gozaba al ofr a su esposo todo encendido de amor, y su corazon se encendfa
de amorosas llamas; y nuestro Jose la miraba todo
atento .y,la vela toda resplandeciente en el rostro
y cubierta de una luz muy clara, por lo cual el
tambion se enfervorizaba rads aun. La Divina
Madre, ct.tando vela que su esposo se encontraba
en estos arrebatos tan violentos, ponfa en sus
brazos al Divino Infante, y entonces nuestro Jose
se lo apretaba al pecho, por lo cual quedaba su
corazon apagado y satisfechos sus deseos ardientes; a menudo sucedfa que el Santo descansaba
placidamente con su Iestis en los brazos, y la
Divina Madre lo estaba contemplando y vela c6-
mo su Divino Nifio gozaba mucho al estar entre
los brazos de su Jose y cOmo el alma de Jose descansaba comodamente en el seno de su Dios, gozando de aquella paz y dulzura que gozan en el
Cielo las almas de los bienaventurados.
126 127
La persecucion de Herodes;
la huida a Egipto
Mientras nuestro Jose estaba muy tranquilo
pensando quedarse en Nazaret su ciudad y aquf
gozar la dulce y querida compafifa de su Jesirs y
de su amada esposa con toda la quietud que brinda un hogar de paz. Cuando de pronto se entere
que se habfa publicado la persecucion de Herodes y las ordenes que el soberbio e inicuo rey habfa enviado. Quedo herido por un agudo dolor, no
sabfa el Santo de que manera poderse librar,
pensaba sin embargo que Dios habrfa permitido
esta angustia tan grande. Hable de ello con su
esposa la cual lo console y lo animo para que no
temiera y se conformara con las divinas disposiciones.
Nuestro Jose se tranquilize un poco, y de noche le hablo el Angel en el sueflo y le ordeno que
tomara al Niflo Jesus y a su Madre y se fuera a
Egipto, y se quedara allf hasta que el le avisara el
regreso. Le manifesto mas claramente come Hecodes buscaba con gran premura dar muerte al
Redentor. El Santo se desperto todo afligido por
haber ofdo del Angel la seguridad de la persecucion, y a toda prisa se fue donde la Divina Madre
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llorando, lleno de amargura, y le manifesto cuanto el Angel le habfa ordenado.
La Divina Madre se mostro toda humilde, dispuesta y resignada a todo. Tambien nuestro Jose
se resigno totalmente a la orden recibida, y toda
su pena estaba en pensar en los muchos padecimientos que sufrirfa el Redentor y su querida esposa Marfa.
Por lo tanto le dijo: -"Oh esposa mfa, Lquien
hubiera pensado que recien llegados a nuestra
ciudad nos llegarfa una angustia tan grande, y
que, nos tocarfa de nuevo ponernos en camino
con un tiempo todavfa tan frfo, y luego it a una
nacion infiel? Por cierto, esposa mfa, mis muchas
incorrespondencias a los beneficios y a las Gracias de nuestro Dios son causa de tantas angustias. Yo por rrif abrazo de buena gana y me conformo a la Divina Voluntad, solamente se me parte
el corazcin al pensar cuanto nuestro Jestis y vos
esposa mfa querida, sufrireis"-.
La Divina Madre le consolo mucho, y le aseguró que Ella aceptaba con gozo este sufrimiento
porque cumplfa la Divina Voluntad, y que la pena
por los padecimientos de su „Testis la sentfa Ella
tambien muy fuerte, que por lo tanto to compadecia, Pero que tambien en esto se debfan .conformar a la -Divina Voluntad y le dijo: -"e:No os asegure yo de que nuestro Testis ha venid.o al
mu-ndo para sufrir, no para estar descansando?,. y no es poca Gracia.que nos hace,. queriendonos como compatieros en sus sufrimientos; por lo cual tambien de esto tenemos
que agradecerle y alabarle"-.
Mucho mas se. consolo nuestro apenado Jose,
• • •
y, a toda prisae pusO . en orden todo lo que le era
necesario, hacienda un pequefio bulto para ponerse en los hornbros; yla Divina Madre torrid, los
patiales de su i\lifio con to que considero necesario, y antes adoraron a su Jestis, el cual estaba
descansando, y se prepararon rapidamente para
partir.
Se fueron de noche, como fugitivos, apresurando los pasos, y . Jose estaba con gran ternor. El Santo no conocfa el .camino que tenfa que
tomar,para ir a,Egipta, por lo cual, todo se abandon6 a la Divina Providencia, que invoco en su ayuda junto, con su esposa. Sin embargo iban con la
seguridad de que Dios los : gUiara por el correcto
camino y les defender4 contra tado enemigo.
La Divina Madre .tenfa a su "Nifio muy estrechado a su pecho y- se encomendabaNuestrO
Jose quedaba .-Siernt,re mas sorprendido'de los
mandatos diyinos ,y comb permitfa ,queRedentor se sometiera a las ordenes de los reyeSterrenales y tiiviera qw.....huir,paraliberarse de la
crueldad y persecuciOn, de un, rey,malyado y soberbio, como_. eradurante el .camino habl4ndo de Of6 ;C9risusposa? la cual sabiamente le contestaba y le haciarecapac,
itar,dandble a conocer comp, en era cfrcupstricia tenian la
hermosa suerte de-practiCaijo actorstiblimes
6 7.
virtudes, esto es i de obediencia, de resignacion,
de sufrimiento, de paciencia; y nuestro Jose se
consoIaba mucho y los practicaba con toda generosidad y perfeccicin y decfa a su esposa: . -:"Oh esposa rnia, ique 'grandes ejemplos de virtudeS sublimes creo que quiera . dejar al 'mundo nuestro
Redentor, 'si Comienza a practicarlas recien nacido! ;Fences de nOsotros que somos los primeros
en seguirlo e imitarlb!"-.
Y asi se iba animando al sufrimiento y a la
practica de todas las virtudes, teniendo en eso el
modelo misrno de todas jas virtudes. Y dirigiendose a su Salvaddt le decfa: -"iOh amado Redentor
mio! iVossois el Maestro qu' e ensefidis el camino
seguro hacia el CielO! iVos sois 'el modelo de toda
virtud! Dadine la Gracia para que os invite perfectamente y para que aprenda en .Vuestra escuela la
verdadera sabiduria. Vos duetio del universo, Vos
Rey soberano,'os someteis y estais huyendo de la
persecucion del rey, malvado con tanta incomodidad y sufrimiento vuestro, y yo, zdebere quejarme? iNo, jamas! Moro; vuestras disposiciones, sigo vuestras buellas, -y .me cqn,formo a vuestro
QuererT,
AS1 iba converSando r
iiiieStro` JOse con Stf'Dios
Humanado, y le it3a tambien manifestando los de,
-
seOs de su corazon, qtie deseaba arriarlomucho
que todas la's criaturas (16 y 16 adoraran.
Luego le decfa: -"He 401, JeStIS rrifO, qiie yo deseo
que Vo's seals c9nocido y arriadd, y 'oigO Vos
sois perseguido a muerte.' Ma's deSed hater'cuanto
pueda de modo que Vos no sufrais, y sin embargo
me toca veros entre tantos sufrimientos..jOh, cómo mi corazon se destroza de dolor al veros tan
tierno y delicado Nino , fugitivo, sufrir frfo y toda
clase de incomodidades! jAh, querido Salvador
mfo!, si estais sufriendo tanto en la edad mas tierna, recien nacido, tqud sera mas adelante? ;Oh!,
lcomo podra sufrir mi corazon al veros sufrir tanto?"-. Y aquf se ponfa a llorar amargamente, y el
Divino Infante inspiraba a su Madre Santfsima de
modo que lo ponga en los brazos de su Jose, y
Ella lo ponfa, y al recibirlo en sus brazos quedaba
totalmente consolado el Santo. Su Jesus le hablaba al corazon y lo animaba, lo confortaba y le encendfa el deseo de sufrir y le hacia acrecentar el
amor hacia M.
Luego nuestro Jose se iba con su Testis estrechado a su pecho y todo consolado decfa: -"iQue
hermosa es mi suerte, poder llevar en mis brazos
al Hacedor del mundo, al Rey del Cielo y de la 116.7
rra! Oh Cielos, yo no envidio vuestra suerte, porque si vos lo gozais de una forma revelada, yo lo
tengo Hum'anado, estrechado a mi pecho"-.
El Santo se sentfa muy agil en su caminar al
tener en sus brazos al Nino Jesus, y se sentia como volar y con gran consuelo de su espfritu, que
inundaba en un mar de delicias. Y esto se lo decfa
a la Divina Madre y le preguntaba si causaba los
mismos efectos a Ella tambien, la cual con mucha
gracia le contestaba: -"iy no sabeis vos, como
nuestro Dios . es generoso con todos los' de su
8 9
agrado? Mucho mds podeis creer que lo sea
conmigo, que siendo su humilde sierva se digno elegirme por Madre"—. Nuestro Jose gozaba
al ofr estas palabras, porque ya se iba imaginando cuanto gozo le darfa a Ella su Divino Hijo, e
igualmente a el que se reconocla siervo intitil y
no merecedor de toda Gracia y favor.
Muchos fueron los sufrimientos que en este
viaje sufrio nuestro Jose, junto con su esposa Marfa y su Jesus. Era un tiempo muy frfo; se encontraban a menudo en medio del campo sin ningun
refugio, donde les tocaba pasar la noche al descubierto. Mucho se afligfa de esto nuestro Jose, por
amor a Jesus y a la Divina Madre; procuraba acomodar su manto en forma de cabana para refugiarse, y allf estaban durante toda la noche en
parte rezando las divinas alabanzas, en parte
contemplando la grandeza, la belleza y Bondad
de ese Dios que Ilevaban consigo, y en parte por
algun tiempo descansando.
Estaban congelados por el frfo y no habla manera de que pudieran calentarse. Sin embargo la
Divina Providencia no dejaba de consolarlos, cuando parecia que ya no podfan resistir al sufrimiento, y hablando del Amor infinito que.Dios tenfa con
el genero humano se encendfa su corazon de modo que ardfa el calor tambien en el cuerpo y se encontraban abrigados mucho mas que si hubiesen
estado al cubierto y frente al mismo fuego; por lo
cual conjuntamente rendfan gracias Senor, que
con tanta Caridad y 'Amor los consolara. Sufrieron
1 0
tambien mucho el hambre y la sed, estando dfas
enteros. sin alimentarse. A veces encontraban
unas pocas hierbas por esos campos, y esas eran
su alimento, a las cuales Dios daba. el sabor con
sit Gracia, .por lo que les sabfan muy exquisitas.' •
Luego podfan beber cuando daban con algtin
arroyo, to cual sucedfa muy rara yez. Y sin ,embargo lo sufrfan todo con tanta alegrfa Y jtibilo de .
sus corazones, porque .el'OensamientO de teller
con ellos a su Testis, todo lo suavizaba..
A veces se encontraban. en el cameo cubierto
de nieve y de hielof por 16 cual estaban muy afligidos pOr.el sufrimiento, y en esta cirCunstancia
los Angeles enviados por Dios les llevabanel,alimento necesario y •aSf.se recuperaban un poco.
Admiraban la Divina Providencia, corn° se preocupaba de ellOs en proveerles de lo necesario
donde les faltaba toda ayuda humans. Muchas ye- •
ces sin'ernbargo,se quedaban con hambre, sin tener nada, y DioS hada esto para probar su stifrimiento, su resignaciOn- y Fe; y entonces -
los saciaba de tal!manera que a ellos' les parecfa haber sido alimentados abundantemente.
'En efecto padecfan mucho, pero etan• ^
.tambien
muy conSoladoS `despises de haberSuftiClo, y conjuntamente alababan a Dios:tanto por el Weil que
les enviaba,..comO de to que les ;hacia.stifrir y padeder..
Nuestro Jose estaba muy atento, y tan temeroso de que su pequeno Jesus padeciera frfo, que
11
cuando lo tenfa en brazos la Divina Madre, el a
menudo le rogaba para que lo sintiera si estaba
caliente o frfo. La Divina Madre lo complacfa, y lo
consolaba diciendole que estaba caliente y muy
abrigado. A veces sin embargo sucedio que el Divino Infante estaba congelado por el frfo, queriendo El sufrir eso, y la Divina Madre se lo decfa a
su Jose paraobedecerle; el Santo se afligfa mucho
por eso y lloraba a.margamente por no tener corn°
calentarle.
Sin embargo el Divino Infante lo consolaba,
porque entonces sugerfa •a la Divina Madre para
que lo dejara en los brazos de su amado Jose, y el
lo tomaba con gran afecto y con vivo deseo de comunicarle su calor para calentarle. El Redentor
aceptaba con agrado eso, y se calentaba a ese fuego amoroso que salfa del corazOn de Jose y el
Santo quedaba totalmente consolado; luego se lo
decfa a su esposa, de lo cual se alegraba y conjuntamente daban gracias a su Dios.
Al -Ilegar a algtin pueblo entraban para pasar
la noche y no quedarse en el campo al descubiertol, nuestro Jose sufrio tambien muchos maltratos y palabras ofensivas por parte de , aquellos
que lo hospedaban. LOS posaderos adrniraban y
consideraban la hermosura, la dignidad, la gracia
y modestia de la Divina Madre y se dirigfan en
contra de Jose, tratandolo de imprudente y falto
de criterio al llevar a su esposa tan delicada y
1
- Esto sucedfa cuando ya se encontraban en tierra extranjera.
gentil por esos lados en un tiempo tan frfo. Lo trataban de vagabundo, se burlaban de el y lo maltrataban.
El Santo se callaba y no se disculpaba; todo lo
sufrfa con gran paciencia y lo ofrecfa a su Dios
por amor del cual todo lo soportaba, y en su interior decia: -"Oh Dios mfo, Vos lo sabeis todo y por -
que fin yo estoy yendo asf errante, que no es por
otra cosa sino para obedeceros a Vos tinicamente.
Gozo sin embargo en ser maltratado, con tal de
que sea tratada con todo el respeto que se merece mi querida esposa y mi
Luego se retiraba con su esposa y con Ella desahogaba la pena de su corazon y le decfa: -"Oh
esposa mfa, las palabras que yo oigo decir contra
mf son otras tantas espadas que penetran mi corazon, no por otra cosa, sino porque dicen la verdad, esto es, que yo os estoy llevando por estos
lados con tanto sufrimiento de vuestra parte, y
parece_ en verdad que yo soy un cruel sin compasion de vuestra delicadeza, sin embargo . me toca
obedecer las Ordenes de nuestro Dios que asf lo
manda, y esto me consuela entre tantas angustias que experimento. Yo obedezco . a la Divina Voluntad, y eso es suficiente para tranquilizarme.
Ahora bien, pensad, ,que dirfan y que harfan de
mi, si supieran quien sois vos y quien es el Nifio
que vos estais Ilevando en vuestros brazos? Por
cierto me darfan la muerte"-. La Divina Madre lo
consolaba y lo animaba a tener paciencia y le decia que se alegrara en esa angustia, porque Dios
12 13
todo lo permitfa para ponerlo a prueba y para darle la ocasiOn de ganar meritos. Y de hecho el Santo obtenfa muchos meritos al sufrir todo con resignacion. Esto tambien agradaba mucho a Dios,
p'or lo cual cada vez mas, a su siervo fiel Jose le
enriquecfa de meritos.
.Tambien en este viaje el Santo iba ejerciendo
la caridad hacia su projimo, porque cuando debfan entrar en alguna aldea o pueblo para hospedarse, rogaba a su Jestis para que se dignara iluminar y beneficiar a las gentes que allf vivfan.
Y de hecho siempre que entrO en esos lugares
el Divino Redentor, coMpartio sus Gracias con los
habitantes.y en particular dando la salud a los enfermos que habfan, aunque aquellos no entendieran de donde les viniera ese bien; y por este beneficio, nuestro Jose siempre suplico a su querido
Jesus, pues tenfa mucho afecto por los enfermos y
sobre todo por los moribundos.
Cuando se encontraba en las aldeas de infieles, decfa a su Jestis que se dignara sanar a los
enfermos que allf habfan, porque esperaba que
con el avanzar del tieinpo se convertirfan yabrazarfan la 'erdadera Fe, que El habfa venido -
al
mundo a enSefiai, y Jesus lo complacfa.
El enemigo infernal se enfurecfa, porque se
encontraba falto de fuerzas y no podia acercarse
a nuestro Jose pat-a angustiarlo como deseaba,
porque el poder de la virtud divina lo tenfa lejos y
muy abatido; y tanto mas se enfurecfa, porque no
podia conocer de donde procedfajeso. No-quiso sin
embargo dejar, de afligir al Santo, permitiendolo
Dios para, hacerle adquirir mas -meritos, y.esto lo
hacfa de la siguiente-manera: cuandci)se. , acercaban a alguna ciudad: 0. aldea7instigaba'a;los habitantes mas malos. de allf,p,ara,que maltraten al
Santo.
Y" de hecho esto ltilogr* porque en muchOs
lugares nuestro Jose recpio..VatioS maltratos, has-
• to sechado fuera con oMalaS PaiabraS e
en otrOs
1
fugares le era negadg llri poco •de alirnento para poder calmar eh alga stlharnbre. Pero el
Santo lo sufria todo con invencible paciencia y
con granzenerosidad;porilo,cual;e1 enemigo quedaba.siempre mas confundido y se .retiraba mas
enfurecido que nunca. El; enemigo no .desistfa de
sus intentosimi, se tranquilizaba, y.:siempre estar
ba pensando: en hacerle mayor ,guerra en las ocasiones que se le presentara...*.ss
Algunas Veces al estar muy afligidos por el
frfo, el hambre, la sect,o .y noteniendalcon que. poder •aliinentaise ni donde -
abrigarse; retirabah
a aliima eaoniraban, Y . aiiege ponfan
r , :f. jt - Of • • t;' • ••
en el sublo a,desCans0 unpoco'lifegO la `DiVina
Madre torhaba StiJeSk^inspirada asf Poi . El, y
lo podia en e. sueld so ree man e su y
liiegb se arrodillaban'ainbbs adoiaban. - •
El Divino Infante los imiraba con , un rostro
amable y sonriente.s Ellos.conternplaban ese rostro'diVino cuya belleza enamoraba, y:asf ;contern
14 15
plando eran arrebatados en extasis por la dicha, y
en ese extasis su espfritu qtiedaba lleno 'de gozo
y comprendfan misterios muy profundos; venfan
restablecidos y •aciados tambien en el cuerpo,
por lo cual, al volver del extasis, se encontraban
con fuerZas; y tomando a su Jesils se ponfan de
nuevo en camino, alabando y ofreciendo a Dios
por favorecerlos y consolarlos tanto. Luego la Divina Madrecantaba duiceMente las alabanzas divina4,' ,decual el afortunado Jose sentfa mucho
consuelo y derrarnaba lagrimas por la dicha que
experimentaba su es 'f it p r u.
Muchas' veces lambien nuestro Jose probaba
unas penas , m'uY grandes,. porque mientras viajaba ofa .de improviso que el Divino Nino iloraba
amargamente, al igual que los otros ninos cuando
padecen:mucho. Sufrfa mucho tambien el•Nifio Jesus, pero su' lanto era causado por las ofensas
hacia su Padre Divino; esto sin embargo no lo
advertfa el afortunado Jose, creyendo que lloraba
porniuchos sUffirnientos, sobre todo 'por el
gran frfo; por to cual- el Santo se don' inucho y
era herido7por un dolormuy fuerte 110ando tambien el amargamente junto con la:Oil:dna Madre,
la cual luegcilianifestalDa a sii'Jose la causa de su
llanto y del llanto de su ;Jesus, debido a las ofensas hacia el Padre DiVino,,y lo exhortaba para que
el tambien acohiPaliara al Divino Nino Ofre'ciendo
sus lagrimas al Padre •Eterno, junto con las de Jesus, suplicandole por la conVersiOn de los pedadores, lo cual nuestro Jose lo hacia con gran afecto y
con renovadas lagrimas.
Despues agradecia a la Divina Madre por lo
que le habfa manifestado y ensefiado, y Ella le
respondfa con mucha Gracia diciendole que todas
las alabanzas, todos los agradecimientos los dirigiese a Dios porque a El se debe todo referir, siendo El el autor y el Hacedor de todo bien. El Santo
lo hacia con gran afecto, su esposa se unia a El en
estos actos.
Muy largo y desastroso fue este viaje para los
Santos peregrinos, en el cual mucho padecieron,
pero tambien gozaron de los favores divinos y a
menudo venfan reconfortados por la Divina Providencia. El gozo que tenfan continuamente al tener
en su compailfa a su Jesus fue muy grande, y esto
fue suficiente para mitigar toda amargura y hacerles sufrir con paciencia toda angustia, y con alegrfa todo sufrimiento por mas grande que fuera.
16 17
CAPITULO XIII
Las mo estias del destierro
Despues de muchos sufrimientos por el largo
viaje, llegaron nuestros.peregrinos a Egipto.
Nuestro Jose sentia una gran pena tener que entrar en la Ciudad para,hacer alit su mdrada con su
espos4, y el Divino Infante. Muchotemia el Santo,
pOrque,,siendo esa gente barbara e idelatra, de
repente htibieSen tenidO Maids tratos hacia su
arnada esposa y a su Jest1S; y dirigio calidas suplicas a Dids,.pidiendole la diacta de que si tuvieran
que sufrir maids tratoS y malag palabras, se las
hubieseri hecho sufrir a el ilnicamente. -"No permitais nunca, Dios info, que vuestro, Unigenito y
su Santa Madre tengan que sufriralguna ofensa.
He aqui Ira persona. Yo me ofrezco a sufrirlo todo,
con tal de que ellos queden
‘ Jibres de eso. No, es
dable, Dios mio, ;clue ellos tengan que ser maltratados; demaadd.grande es su inocencia, sus meritos y sus virtudes.. Yo, siervo irlutil, ,miserable,
merezco todo el mal, a ml, pues se.haga eso y no
a ellos"-.
Esto y mas decia nuestro Jose. con el corazon a
su Dios, y luego manifeSto temor a la Divina
Madre, la cual lo Consdld y ra que no
temiera. Le decia:
-
-
iNoSteniais Jose), tenemos a
Dios con nosotros, iconfiemoS en ElfEl nos ha
4 k
19
enviado aquf y El' nos proveera, al igual que to
ha hecho hasta ahora con tanta Generosidad.
Nosotros hemos experimentado mucho que
grande ha sido el cuidado que Dios tiene hacia
nosotros, zde que tenemos que teener? Dios estd con nosotros, y esto nos basta para darnos
tranquilidad en todas las circunstancias y en
todos los peligros" —.
Nuestro Jose qued6 animado por las palabras
de su esposa y mucho mas por la Gracia de Dios,
se encaminaron hacia la ciudad, y al entrar en
ella hicieron caer al suelo los fdolos que allf eran
adorados por esa ciega nacion. Eso conmovio a toda la ciudad, y no habfa quien pudiera entender
porque sucedfa esc); no pudieron entender que,
entrando en ella 'el Verdadero Dios para habitar
allf, derrib6 con su poder a los falSos dioses.
El demonio se habia propuesto perseguir al
Santo y a su esposa2Cuando los vio acercarse a la
ciudad, porqUe allf estaba como •duetio y senor,
pens6 la for-ma de poder angustiar a los Santos
peregiirios, y por lo' tanto estaba todo feliz; pero
quedo• confUndido. y totalniente abatido por la
fuerzaque,sintii5 endirnade sf, y ser echados al
sueld los fddloS eY fue obligado a huir, por lo cual
ardfa de una rabia mas furibunda.
De hecho 'instig6 a :muchos contra los Santos
peregrinos, pero poco dafio pUdieron hacerles,
porque, 'al erlos tan pobres, humildes y modes:
tos, no pudierori cre4 .que elios fueran la causa
del mal aunque estuvieran muy instigados por el
demonio.
Sin embargo nuestro Jose recibio algunos maltratos, insultos, y fueron hechos por algunos de
los mas malvados, no queriendo que estuvieran
en la ciudad. Aunque no faltO quien con animo
mas suave y compasivo los defendiera y les dijera que estuvieran el tiempo que habrfan necesitado para vivir allf; y esto lo hacfan por la compasion que tenfan hacia la Divina Madre, que al verla con una belleza tan especial, con tanta modestia y gracia, no podfan hacer menos que compadecerla y tener cierta buena voluntad hacia Ella,
y casi todos envidiaban la suerte•de Jose por tenerla consigo como companera.
Sin embargo, nunca vino a la mente de nadie
el pensamiento de quitarsela ni otro pensamiento
impertinente, sino solamente quedaban .admirados y gozaban al verla tan sabia, tan bella y graciosa, y la miraban con asombro.
Nuestro Jose sufrio con invencible paciencia
todos los maltratos e insultos por parte de algunos de esos mas perversos, y gustoso aceptaba la
buena voluntad de aquellos que se la demostraban con respecto a las especiales prerrogativas
de su esposa.
Mucho gozaba en su corazon al ver como, al
entrar allf el Divino Nino, habfan cafdo los fdolos
que all): se adoraban, por lo cual le vino una gran
esperanza de que con el tiempo esa nacion infiel
20 21
22
caridad . que le habfa sido dada. Se alojaron.en
to pequefia, casita el Nilio Jesus con la Santisima
Virgen y nuestro Jose, allf descansaron un. poco y
rindieron gracias a Dios por el beneficio que les
habfa hechb de encontrar un lugar y haberlos
provisto de ese poco de comodidad para su tranquilidad.
Toda la ciudad estaba en desorden por la desfruccien de los fdolos, y nuestros Santos peregrinos estaban retirados y tranquilos rindiendo gracias a Dios por lo que habfa realizado.
Nuestio Jose no se atrevio sin embargo a salir
de ,caSa en esa noche para. buscar un poco de li=
moSha para'su refrigerio, pero Dios 'no dojo de
pro:Neelles como era costumbre hacer en -sus rnas
graves 'necesidades.'Luego nuestro Jose .decfa a
su esposa: -"2,Corno se'hares, esposa Inca, para
buscar el alirrfentO necesatiO?, quien podra it
por.la' ciudad raientras eSta -toda'comnovida?•Yo
tengo temor de .rauchos intonVenientes, y :estirrio
mejor estar retirado hasta que se hayan tranquilizado, porque,pi me hap yer, Aquien sabe . que; haran de ing-T, Djyin,a 14a.iire to animaba ,y lo
exhortaba para we: &era, gprierojb, lo iufrieta
todo por Amor •
de Diop, el cual tanto Pidecia por
la salyacion, del genero,hurnano.
'Et Santo se claba.aninib y stifrfa de buena ga--
na as angtistias; perci-'a , pegar de, esto las sentfa
mUchtypaque'vefa'la gran Pobteza-'en la cual se
eriContraba el Hijci de Dios y su Divina Madre; de
23
T
habrfa adorado al verdadero Dios y de esto gozaba mucho y dijo lo que sentfa a la Divina Madre,
la cual lo aprobo sabiamente y ambos rindieron
gracias a Dios.
Nuestros peregrinos iban por la ciudad, no sablan donde retirarse. Buscaban algtin rincon para
descansar un poco, pero no lo encontraban.
Nuestro Jose se afligfa por el amor que tenfa
hacia su Jestis y hacia la Divina Madre y se acordaba canto en Belen no encontre un lugar donde
hospedarse, aunque estuvieran allf unos amigos
y parientes. Por lo cual dirigiendose a su Dios le
suplica pidiendole su .aytida en esa gran necesidad y decfa: -"No encontre lugar alguno donde
hospedarme entre gente fiel y parientes, zahora
que sera entre barbaros e infieles? Dios mfo, hace
falta vuestro poder. Ayudad Vos a vuestro siervo
de modo que pueda poner al seguro a vuestro Hijo Unigenito y a su Madre, que me habeis dado
en custodia"-.
Dios escucho las stiplicas de su siervo fiel y le
hizo encontrar a una persona que, movida a cornpasion de la Divina Madre al verla tan gentil y de
tan especial belleza, se presento para buscarles
un hospedare. Lo •ealiza, encontrandoles una pequeria casita en un lugar retirado donde pudieran
vivir con mess tranquilidad.
El Santo acepto la caridad, aunque viniera de
gente idOlatra, y no dejo de hacer lo que correspondfa para con Dios pidiendole recompensara la
lo cual mucho se dolfa, sobre todo porque en estas circunstancias no tenfa forma de poderlos
proveer de lo necesario; por lo cual el Santo dirigfa su mirada por la casa y al verla tan pobre suspiraba y luego decfa dentro de sf: -
"jAh!, no es el
establo de Belen; aquf por lo menos tino esta al
cubierto, y luego asf Dios lo quiere, ,y yo tambien
lo quiero; y si el Verbo Encarnado no se avergilenza de vivir en un lugar de tanta pobreza y
miseria, yo tampoco tengo que avergonzarme,
mas bien estoy contento de lo que Dios me da.
Tan solo me disgusta el sufrimiento de mi Jesus y
de mi esposa, pero si esa es la Voluntad de Dios,
a mf tambien me tiene que agradar"-. Y asf nuestro Jose se iba consolando. Estuvieron durante toda esa noche, en parte alabando a Dios, en parte
contemplando la belleza y gracia de su amado Jestis quien a todos consolaba y llenaba de jtibilo
sus corazones, en parte tomando algdn descanso
sobre el suelo; el manto de nuestro Jose servfa de
cama para el Divino Infante, porque no tenfan
otra cosa.
La maiiana siguiente, despues de haber rezado las alabanzas divinas, nuestro Jose se animo, y
f • con el congejo de su esposa y el beneplacito de su
Jesti's, sali6 de casa y se fue pOr el =pueblo para
buscar algo para alimentarse. Lo encontr6 facilmente, no falto quien proveyese, a sus necesidades y quien ,mucho lo compadeciera, perrnitiendolo Dios para consuelo de su fiel Jose, que aunque
se encontrara entre gente idOlatra, sin embargo
encontro en ella aquella caridad que no habfa podido encontrar entre sus parientes.
DeSpues de haber encontrado el Santo lo que
le era necesario para alimentarse, tanto el como
su esposa; regreso a la casa muy contento para
comunicarselo a la.Divina Madre, de lo cual sintio
consuelo y conjuntamente rindieron gracias a
Dios.
Los Santos esposos se alimentaron con mucho
agracio, aunque fueran alimentos insignificantes,
y alabaron a la Diyina Providencia que con tanta
Generosidaa los socorria y nuestro Jose decfa a su
amada esposa: -"Oh esposa mia, yo creo que estaremos bien en esta ciudad, aunque, idolatra, y
que encontraremos aquf lo necesario para poder
vivir mucho rnejor que en Belen"-.
I' la Divina Madre tomaba motivo de sus palabras para' ensalzar la . Bondad y Generosidad de su
Dios,'y le decfa: -"Veis como es verdad que Dios
tiene ,un -cuidado especial para con" nosotros,
aunque 'estemos en "un pais extranjero no deja
de proveernos de lo necesario" -
. Y -aqui se .ponfa a hablar de la,hermosa suerte de aquellos. que
confian en Dios en todaS las circunstancias, porqueDios no'abandona nunca a qufen confla en El.
Miraron luego a `su Jesus todo feliz y alegre, y comentaba nuestro Rise que cuando .se encontraban
en una gran necesidd y no sabfan ni siquiera con
que alimentarse, El estaba ma.S: feliz y alegre que
nunca, demostrando alegrfa, tambien en esa tier24 25
na edad, cuando se vela mas necesitado, y' de esto
comprendio nuestro Santo aim° su Jesus iamaba
la pobreza, y cuanto gozaba al verse necesitado;
por lo cual el se preocupaba de imitarlo, gozaba
en la penuria que tenfa de todas las cosas.
Ya se- ha dicho.como nuestro Jose fuera. presuroso en orar a su Dios por la conversion de los pecadores, y con cuanta insistencia lo pedfa, sabiendo que habfa muchos y no se tranquilizaba nunca
hasta obtener lo que deseaba. Mucho mas practico esta gran' caridad hacia su prOjimo cuando se
.enContro entre los infieles, deseando ardientemente que llegaran al conocimiento dei'Verdadero Dios. El solo pensamiento que tenfa el Santo
de encontrarse entre gente totalmerite enemiga
de Dios y que no habfa quien lo conociera y lo
adorara le sacaba abundantes lagrimas de los
ojos y calidos suspiros del corazon. Por esta razon
se dedicci a suplicar a su Dios por la conversion
de aquella naciOn ciega, y para hacer esto se juntaba con la Divina Madre y ambos dirigfan muchas suplicas .con la esperanza de que Dios seguramente los escucharfa.
- .
,Nuestro JoSe iba a menudo . diCiendO a su esposa:' -"Esp. o'sa infa, y6 tengola esperanza cierta de
que Dios dares abundantes GraciaS a esta nacien,
al haber escogido vivir aquf y ,quien sabe por
ctiantO tiempo. Y si en su primer ingreso ha abati-
'do a los MoloS, .cuarito mayor Wen hard haciendo
su Mansion aqui. ESta esperanza me m
mucho y me da animo para seguir con mis is&OHcas.' ,Ademas nuestro Dios .recompensa con tanta
Generosidad, todo .lo que se hace por su Amor,
tambien las mfnimas cosas, mucho mas compensara a esta gente que le da hospedaje. Y se ye
tarribien que hay .. personas que nos haceri la lirnoShari c bue orazon y compadecen la pobreza en la que nos encOritrainos"-.
,..J.21•Divina.Madre ofa >todo esto 'con' agrado, y
responclia a su .Jose con. gran prudencia y con
Amor, aprobando. Ella tambien los sentimientos de
su Santo esposo. De lo cual sentfa mucho consuelo y se animaba atin mas y decfa a su esposa:
-"Oh -esposa mfa, cuando observers nuestra forma
de .vivir y oigan vuestras;palabras, no puede ser
que no se muevan para amaros y desear estar
con vos. Basta que una sola persona os trate para
hacer que con el tiempo cada uno llegue a admirar vuestras virtudes. Y esto no tengo duda que
tendra lugar, y asf tomareis la ocasion para iluminar por lo menos a alguna vecina que tenga buena disposicion con vos, y esta luego lo manifestard a los otros y asf lograremos algtin beneficio para las almas, de aquellos que nuestro Dios nos enviard, para que por medio vuestro queden iluminados y lleguen al conocimiento del verdadero
Dios. Yo por mf soy miserable, no soy capaz de
hacer algtin bien con mis .exhortaciones, pero espero ocuparme con el tiempo yo tambien en esto
de dar a conocer al verdadero Dios a los que trataran conmigo, y que se muestren encarinados
con mi persona. Nuestro. Dios luego nos dares
26 27
fuerza para poderlo hacer y dara poder a mis palabras, de modo que penetren en el corazon de
aquellos con los que yo trate"—.
La Divina Madre le aseguraba de la divina
asistencia en todas sus actuaciones y que habria
dado fuerza a sus palabras; de lo cual mucho gdzaba nuestro afortunado Jose, y estos sentimientos que tuvo al comienzo de su estadfa en Egipto,
fueron creciendo siempre mas en el, y se aumento mucho su deseo, porque toda su dicha era de
que su Dios fuera conocido y amado, y esto surgia en 01 por el grande conocimiento que tenfa
del merito de su Dios y del beneficio inmenso
que habia hecho al mundo al enviarle a su Unigenito para rescatarlo.
La Proteccion del
Padre Celestial; las inefables
alegrias de la vida comtin
con la Virgen y el
Divino Infante
Habiendose ya instalado nuestro Jose en Egipto, en esa pequefia casita, como se ha dicho, procure.) comenzar a ejercer su oficio de carpintero,
para poder conseguir el sustento necesario, como
tambien para poder dar el alimento a su esposa y
al Divino Nino. PidiO antes su parecer a la Divina
Madre, y le hiciera entender si era Voluntad de
Dios que el del:31a trabajar en su oficio o dedicarse
a otra cosa.
Entendio que era Voluntad de Dios que se dedicara a su'trabajo; y de hecho se puso a la obra.
Al comienzo iba pidiendo prestado los instrumentos para trabajar, no teniendo nada propio. A veces le eran dados, y a veces le eran negados con
descortesfa, permitiendolo Dios para ejercitar a
Su siervo On la virtud de la paciencia y de la reSignacion; y de hecho, cuando le era negado alguna cosa, se humillaba mucho el Santo, y todo lo
CAPITULO XIV
28 5 29
atribufa a sus desmerecimientos. Sin embargo
volvfa a solicitarla con gran humildad y mansedumbre hasta conseguirla y se prestaba para servir a todos aquellos que le hacfan la caridad de
prestarseios, diciendoles que le ordenaran lo que
sea, que 'el de buen corazOn lo harfa. En efecto
nuestro Jose se conquisto el afecto de muchos con
su humildad y con sus modales gentiles.
Se dedica al trabajo, que nunca le faltaba, porque lo realizaba, no solamente muy bien, sino
con respecto al pago tomaba lo que a bien tenfan
sin replicar; y cuando le pagaban su trabajo mucho menos de lo que costaba, el Santo lo recibfa
como caridad y les .agradecfa con tanto afecto como si de hecho se lo hubiesen donado.
Poco a poco nuestro Jose pudo brindar alguna
comodidad necesaria para su JesUs y -para su Santa Madre. Porque poco gastaba .para alirnentarse y
para esto recibfan tambien' a menudo alguna lirhosna por parte de las vecinas mas amables; y asf
de esto que el ganaba con sus . fatigas se fue haciendo lo que era primordialmente necesario para
su Jesus y para su Divina Madre, y luego para
aquello que necesitaba en el ejercicio de su oficio.
La Divina Madre tambieri realizaba trabajos
manuales, que su Jose le consegufa, 0 por parte
de alguna vecina; y se disputaban las vecinas para poder it a llevarle algun trabajo, no tanto por
la necesidad que tuvieran del trabajo en si, sino
para verla y tener la suerte de hablarle, porque
ya se habfa difundido la fama de su belleza y de
las virtudes y modestia singular que tenfa, y sobre todo por la admirable belleza y gracia de su
Divino Hijo, el cual, al mirarlo, quedaban todos
prendados de su Amor y envidiaban la suerte de
la Santa Madre, por tener a un Hijo semejante.
La Divina Madre sin embargo permitfa las visitas de las mujeres vecinas a Ella, pero por poco
tiempo, y sus palabras penetraban y tocaban sus
corazones, y se iban no solarnente llenas de amor
y de consuelo sino con el deseo de volver pronto a
conversar con Ella y por ver al amabilfsimo de su
Hijo, el cual por su gracia y belleza causaba la admiracion de todos. Y aunque fueran corazones infieles, a pesar de eso quedaba siempre en ellos
grabado el amor y la veneracion hacia la Majestad
del Nino, que aunque estuviera en esa tierna
edad, sin embargo se vela claramente que en El
habfa algo mas que en los otrosporque
aunque El se mostrara amoroso, alegre y jovial, su
semblante era tambien muy majestuoso y digno.
Nuestro Jose no dejaba de hacer alguha limosna a los pobres, aunque el tambien se encontrara
en tanta pobreza, y la Divina Madre le rogaba para que la hiciera; sobre todo cuando recibla el pago de su trabajo siempre habia la parte para los
pobres, asf tambien sucedfa con el trabajo que hada su esposa.
Aunque nuestro Jose se dedicara a trabajar,
nunca .dejo sus acostumbrados ejercicios de ora30 31
don y de rezar Ias divinas alabanzas junto con su
esposa. A veces, estando cansado por la fatiga, se
iba a donde su esposa y le participaba su cansancic•y EllaAepoSitaba en sus brazos a su Jesus, inspirada por El miSmo. El afortunado Jose lo recibfa
con toda humildad, considerandosei indignO de
tanto favor y despues de haberlo abrazado, se sen:
tia cornpletainerite vigorizado y fortalecido. Se
sentla Renal- el , alma, de alegria, y todo consolado
gozabade su amado Jesus, del cual recibia muchas
caricias infantiles, por las cuales caia en extasis
por,la dicha, y luegO, cogido pOr la fuerza y el impulSb del ,amor, .seaPretaba al pecho y lo besaba, .ahora • en los pies, ahora en el pecho; y el Diyino Infante manifestaba una gran dicha, sonriendo
a las amorosas caricias que su Jose le hada.
•
Muchas veces el Santo fue.obligado a devolver
prontamente a su JestiS a la Divina Madre, porque no podia soportar el impulso del amor y el
consuelo incomparable que sentfa , en su alma, y
dirigiendose a •su JesUs- le decia que le diera un
corazOnrn4s grande para poder recibir el torrente
de kis cos risuel9s la grandeza.de su Amor.
A
. 'veces,, al . entrar , en' la casa,• encontraba a la
Divina Madre, cite, entre' sus brazos acariciaba al
Divino NitIO.y ate. al .Verlo se lanzaba en acto de
querer it hada Jose, y la Divina Madre enseguida
se lo daba. Entonces el Santo cala enseguida en
extasts por la dicha, y luego, al volver en sf, lloraba dUlcernente y_decia a su Jesus: -"Oh .Jestis,
amor mio, ode donde a mi miserable, iantas Gracias? Es una gran cosa que Vos os digneis venir
hacia mf cuando to pido, pero venir hacia mi de
vuestra propia espontanea voluntad, y mostrar
tambien el deseo de ello, joh, esto sf que es demasiado! zPero que hare yo por Vos, querido bien
mio? He aquf a todo mi ser, haced de ml lo que os
plazca porque yo soy todo vuestro"-. Y mientras
decia esto, el Divino Infante fijaba en el sus miradas amorosas en acto spnriente, mostrandole
cuanto le agradaba sus expresiones amorosas.
El Santo hizo luego una cuna, donde pudiera
descansar su Jesus, con todo lo que era necesario,
para que pudiera estar comodo; y la Divina Madre lo ponfa en ella cuando estaba ocupada en
preparar el alimento, y cuando trabajaba lo tenla
cerca de si, porque tambien trabajando lo estaba
mirando y contemplando.
Cuando Jose venia y lo encontraba acostado en
su cuna, se postraba en el suelo y to adoraba, y si
se encontraba dormido, se ponfa a contemplarlo y
junto con su esposa lo miraban atentamente y
asombrados decfan entre si: -"Y sin embargo, ;este es el Unigenito del Padre Divino, el Mesfas prometido, el Verbo Divino, el dueflo del universo!
Melo aquf en su fragil humanidad!"-. Y dirigiendose a su esposa le decia: -"Vu" eStra ha sido la
suerte, oh esposa mia, de vestirlo de .carne mortal. Por intermedio vuestro se ha hecho , mortal, finito el infinito; comprendido el incomprensible.
;Oh que gran suerte!, ;oh, dignidad incomparable
la vuestra al haber sido elegida como Madre de
32 33
un Dios!"—. Y mientras decla esto, el Divino Infante se despertaba, y fijaba su mirada amorosa,
ahora en su.querida Madre, ahora en su Jose, y se
quedaba allf en acto majestuoso y a la vez amable
y arnoroso; y ellos contemplaban la Majestad . de
su Dios bajo la fragil humanidad, y luego conjuntamente decian algtin himno de alabanza a su
Dios. Humanado, que sabiarnente componfa la Divina•Madre.
A veces, cuando se estaban alimentando, al tener la Santa Madre en -
sus brazos al Divino Hijo,
eran invadidos ambos por un consuelo mas grande /clue de costumbre al mirar .el rostro majestuosamente hermoso de su Jesds, por lo que ambos
cafan en extasis sin poderse alimentar, y estaban
por bastante tiempo de esa manera, sirviendo eso
de refrigerio tambien para el cuerpo, porque al
regresar del extasis se sentlan saciados corn° si
se hithiesen . alimentado esplendidamente, por lo
dual daban/ eonjuntarhente gracias de cuanto haWan reeibido. Asi .se mostraban la Divina Madre
y Jose„ muy agradecidos a su Jesus por las Graque iba cornpartiendo con ellos, y con este, se
iban disPOnierido - para. recibir siempre nuevas y
Mayores Graik.laS cuales genercisamente se las
diSpensaha su'regUs.
• • • . . . Entre'tantos consuelos que gozaban, no les
faltaron 'tambien amarguras,' porque Dios qUerfa
que adquirieran grandes meritos; los, cuales se
adquieren a' ,traVes del sufrimiento, por lo cual
acontecfa a menudo'que el Divino Nino estaba en
la cuna, privandose del consuelo que sentla de it a
los brazos de su Santa Madre o de su Jose, y •allf
lloraba amargamente. La Divina Madre lo veiallor
rando, y ,tenia la orden de no cogerlo, por lo cual
estaba de rodillas llorando Ella tambien junto con
El. Nuestro Jose se deshacfa en. lagrimas amargas
al ver a su Jestis er•ese estado y a su amada esposa, suspiraba y deseaba saber la causa de su Ilanto.
La Divina Madre le manifestaba qUe esto.era
por los pecados del genero humano, y porque el
Padre Divino era'muy gravemente ofendido.
. .•
El corazon de nuestro Jose quedaba herido, al
ver llorar a su ,inocente Jestis, y lloraba inconsola- •
ble y se amargaba pensando que El 4mbien contribufa para hacer sufrir al Divino Infante con sus
culpas, y por lo tanto se ponfa con el rostro a tierra pidiendo perdon a suquerido Jesus, suplicandole para que se dignaratraSpasarlea el todo el
dolor . y la amargura, 'y dejara de 11orar.porque. su
corazdri no lo podia soportar, e iba replicando:
-"!Oh mi querido Jesus! ;Oh Divino,Salvador mfo!,
idejad de llorar y depositad toda vuestra pena:.en
vuestro .Jose! Yo tengo qtie llorar ,porque. yo soy el
culpable, y no Vos que sois. inocente".:,.•
Luego bfrecia al Padre DiVitici as lagrimas de
su Jesus, asf instruido por la DiVitia.Madte, en reparacion de las ofensas .que recibia del; mundo.
-Luego, cuando su Jestis estabi . ash'.afligido y
lloranClo,' se 'dill& a mirar ya sea. a 1a Diviiii Ma34 35
dre, ya sea - al afligido Jose y los miraba en acto
compasivo, como si buscara ser consolado y cornpadecido por ellos. Estas miradas herfan el corazOn de nuestro Jose, el cual deseaba consolarlo y
no sabfa como, y se sentfa destrozar el coraz6n,
por lo cual dirigiendose a su esposa le decfa que
tratara de comprender su Voluntad, que cosa deseaba y que cosa podia hacer para consolarlo; y la
Divina Madre, que ya todo lo sabfa, le decfa que
deseaba que su Padre Divino fuera conocido y
amado por todAs sus criaturas.
Entonces nuestro Jose se, encendfa de un mas
vivo deseo de que todos amaran a su Dios, y puesto title aim Cosa no Podia hacer, se unfa a su espoSa)pira:alabarlo en iiombre de todos, lo cual
mUcho .agradaba , al Divino Infante, por lo que se
tranquilizaba y dejabaHoran Luego hada sena
de qUerer 'it a 'los brazos de la Divina Madre, y
Ella to: tomaba con gran amor, lo ac ariciaba y lo
apretaba a su. peChO; y luego iba en brazos de su
JOSe;'y el tambien .
tO acariciaba Y se lo 'apretaba al
pecho, yen es acto lloraba por la dicha que probaba' y le decfa' cUanto..lo arnaba y cUanto'lo comPadedfa, y le'"suplitaba` pars' que no se afligiera
tantOparq'tieno to.Podfa soportar y le
decfa: -"Paddle l
a Mt vuestio dolor; a mf toda la
pena, oh mf querido Jestisl, ino querais sufrirla
Vos, de otra manera morire porel dolor!"-.
Luego su Jesus le mostraba coma le agradaba
sus cordiales afectos, haciendole unas caricias, y
llenando de consuelo su alma; le hablaba al corazon y le manifestaba que grande era el amor que
le tenfa, y cuanto le fuera agradable y que gusto
experimentaba estar en sus brazos, y asf se le
convertfa en dulzura toda la amargura que habfa
experimentado.
A veces se encontraba presente nuestro Jose
cuando la Divina Madre envolvfa a su Nino en los
patiales, el cual al quedarse libre de ellos se ponia a mirar el Cielo con los brazos en forma de
cruz, y asf inmovil se quedaba por algiin tiempo,
ofreciendose al Padre Divino. La Santa Madre lo
estaba mirando atentamente y lo acompafiaba en
los ofrecimientos. Al ver esto nuestro Jose se dolia mucho, y con lagrimas de dolor preguntaba a
su esposa cual era la causa de que su Jesus estuviera en esa posician; y Ella toda afligida le decfa
que se estaba ofreciendo a su Padre Divino, dispuesto a sufrir todo lo que El quisiese por la salvacion del genera humano.
Sin embargo, no le comunicaba -por no hacerlo sufrir aun mas- lo que se ofrecfa y lo que estaba dispuesto a morir en una Cruz. A pesar de esto, ya el corazon de nuestro Jose presagiaba, sino
totalmente, por lo menos en parte lo que su Jestis
habria sufrido con el tiempo, por lo cual lloraba
desconsoladamente. La Divina Madre aunque estaba mas afligida y dolorida que el, lo consolaba y
lo animaba para sufrir con paciencia, puesto que
asf agradaba al Padre Divino y de esta manera se
tranquilizaba el Santo y se conformaba totalmente a la Divina Voluntad.
36 37
Despues de haber terminado sus ofrecimientos y peticiones el Divino Nifio dirigfa su mirada
amorosa hacia su Jose. e inclinando la cabeza to
invitaba a acercarse, y el lo hacia con gran sumision y respeto; entonces el Divino Infante extendia sus manitas hacia el rostro de su lose y le acariciaba dulcemente con sus manitas; el Santo sentfa mucho consuelo de eso y se quedaba asf de rodillas en el suelo adorando la Majestad del Divines
Infante, y gozando de sus amorosas caricias.
Luego se acercaba a los pies de su Jesus y los
besaba amorosamente. y enloquecfa al mirar su
gracia y belleza y no se cansaba de besarlos y de
dar sus respetos. Observaba el candor de las carnecitas divinizadas y no se sabia alejar de ellas,
sintiendose atraer siempre para venerarlas, y
complacerse y deleitarse en ellas, y alimentarse
en el rfo de los divinos consuelos, que El iba experimentando al hacer estos actos amorosos y
respetuosos. Cuando recibfa alguna Gracia especial de su Jesus en los sublimes extasis que tenfa,
el rostro del Santo quedaba como el de un Angel,
Cubierto de u-na claridad que consolaba a cualquiera que lo mirara, causando admiraciOn y
asombeo a la vez; y acontecfa que, at salir de casa
para it a proveer del alimento necesario, se topaba con varias personas las cuales, al ver el rostro
de Jose, quedaban asombradas y se sentian atrafdas a reverenciarlo; y aunque fueran ithilatras,
Dios permitfa que fueran espectadoras de ese
prodigio para. mover sus corazones a acercarse al
Santo y tratar con el, de modo que estuvieran iluminadas por sus palabras acerca del conocimiento del verdadero Dios.
Y de hecho no faltaron algunos que correspondieran a la Gracia, porque se acercaban at Santo
varon y comenzaban a conversar con el, y quedaban extasiados por sus palabras y por sus modales gentiles, por to cual a menudo se quedaban -
con el, y nuestro Jose, con 'toda bondad, procuraba
darles a conocer las verdades de la Fe, y que habfa
un solo Dios, Creador y duetio de todo, y que los
fdolos por ellos adorados eran unos falsos dioses.
Pero esto to hacia con tanta eficacia y de tal manera, que sin mucho esfuerzo les hacia entender la
verdad, y esto lo hacia, no ptiblicamente sino privadamente y con aquellos que se familiarizaban
con dl, de modo que logro atraer a algunos de &limos mas dispuestos al conocimiento del verdadero Dios y esto no se publico nunca por la ciudad
mientras vivio alli el Santo, mas bien cada uno de
aquellos que habian sido iluminados procuraban
atraer at conocimiento del verdadero Dios a los
que trataban,familiarmente con ellos.
Y luego las virtudes que nuestro Jose practicaba y la santidad de su vida servia a cada uno de
ejemplo, y sus palabras hacIan eco en los corazones de los que lo trataban, porque no solamente
eran palabras llenas del Espiritu de Dios, sino
tambien porque estaban acompatiadas por sus
Santas actuaciones y por las virtudes que el Santo tuvo en sumo grado.
38 39
CAPITULO XV
Las molestias y
persecuciones de Satands
en la estaclia de Egipto
Aunque nuestro afortunado Jose se encontrara
entre tantos consuelos de espiritu por la dulce
conversacion que tenfa con su Jesus y con su esposa Marfa, no le faltaron angustias y amarguras,
permitiendolo Dios para probar a su siervo muy
fiel y para tenerlo ejercitado en la practica de las
virtudes mas sublimes.
Nuestro Jose era odiado a muerte por el enemigo comun, el cual buscaba todos los medios para abatir la invencible paciencia y para perturbar
la paz de su corazon; por lo cual instigo a muchos
perversos en contra del Santo, poniendoles en el
corazon un oclio grande hacia el. Y de hecho no lo
podfan soportar ni apreciar, porque al ser todos
tinieblas odiaban la Luz; y muchos acordaron
maltratarlo y procurar tambien echarlo de su
pals, y esto pretendfa el demonio porque temfa la
conversion de muchos por los ejemplos y palabras del Santo, por lo cual un dia a proposito se
fueron para encontrarlo. Y una vez que lo encon41
traron, se acercaron a 61, le hablaron con malas
palabras y le preguntarort que habia venido a hacer a Egipto, y por que no se (wed() en su patria,
y le dijeron: -"Ciertamente tti eres un hombre
malvado que por tus delitos fuiste expatriado y
echado de to pais, y has venido aqui para hacer el
mar-.
Nuestro Jose agach6 la cabeza a estas palabras
y solamente dijo: -"He venido a este lugar para
cumplir la Voluntad de Dios y no para hacer mal
alguno, y mis acciones os dan claro testimonio de
ello"-. A estas palabras se enfurecieron esos malvados y dijeron malas palabras al Santo, el cual
no contesto mss nada. Lo amenazaron de que to
golpearian si no se iba de su pais y que to queHan echar con la fuerza, antes de que 61 hiciera
algtin delito, y que se cuidara, porque si lo encontraban to golpearian, y si no se marchaba, irian
donde vivia y to echarian por la fuerza.
Por nada se perturbo el Santo,. sabiendo muy
bien que no le podrian hacer mal alguno si su
Dios no se los hubiese permitido; a pesar de eso
se atemorizo mucho, pensando que ellos irian a la
casa dohde vivia su esposa, y se pertubarfa al ver
la perversidad de estos, por lo cual se encomendo
mucho a su Dios de modo que los librase de todo
mal y les quite el poder a sus adversarios, de modo que no causen datio alguno, y decfa a su Dios:
-"Oh Dios mio, Vos sabeis por cual fin yo estoy
acs y por que' hago aqui mi mansion, por to tanto
defended Vos a vuestro Unigenito Hijo, a su Madre y a mi vuestro siervo. Yo otra coca no deseo
que cumplir vuestra Santa Voluntad, pero si es
vuestra Voluntad de que nosotros seamos afligidos y perseguidos, que sea yo quien lo sufra todo.
Con agrado redbird las ofensas, las injurias, los
golpes, con tal de que dejen en paz a mi esposa y
a mi Jestis. No permitais nunca que estos sean
maltratados, ni con palabras ni con hechos. Esta
Gracia que considero justa os pido que no me la •
negueis"-. Asf iba hablando el muy paciente Jose
.mientras regresaba a su casa, y Dios no dejaba de
consolar internamente a su siervo asegurandole
que El no to abandonard a la furia de esos perversos, sino que siempre protegera y defender& y
asi el Santo se console.
Al llegar a la casa encontrO a su esposa con su
Jesiis en brazos, el cual lo mire con rostro sonriente suplicando a la Madre para que se lo entregue a sus brazos, Jose lo recibiO con mucho consuelo de su alma y quedo todo feliz y consolado
gozando de las queridas delicias de su Jesus, al
cual expuso su angustia pasada y le rogo para
que pidiera para ellos Luz y Gracia pot- parte de
su Padre Divino.
Asf devolvio las injurias recibidas nuestro Jose,
deseando el bien a todos los que le hacian el mal.
Despues narro lo sucedido a su esposa Maria, la
cual todo lo sabla de antemano, y Ella lo exhorto a
la paciencia, to animo para que no temiera nada, y
le dijo que en esa angustia Dios querfa pener a
prueba su fidelidad y a la vez enriquecerlo de me42 43
ritos.
Nuestro Jose quedo siempre mas consolado y
animado para el sufrimiento y at tener que it por
la ciudad para proveerse de lo que le era necesario, iba alla siempre preparado para sufrir todos
los malos encuentros que tuvo y que fueron muchos, porque esos perversos obstinados iban hablando mal del Santo e instigaban a la gente en
contra de el, sirviendose de ellos el enemigo infernal para hacer que fuera odiado y perseguido
por muchos, no obstante que cada uno conocfa
claramente su inocencia y su bondad, y que no
era capaz de hacer el mal a nadie.
Mientras se ocupaba de si, y no trataba si no
de lo que correspondfa a su trabajo, no observando ni siquiera los caminos por los cuales pasaba
porque iba con el pensamiento siempre fijo en
Dios, fue de nuevo encontrado por esos malvados
que lo persegufan, los cuales to maltrataron con
palabras insultantes y de nuevo lo intimaron para
que saliera de Egipto. El Santo con gran humildad
les contesto que tuvieran paciencia, que se irfa
cuando hubiese sido el beneplacito de su Dios, y
de estas, palabras tomaron motivo para maltratarlo mucho mas.
Pero el Santo se callaba y todo lo ofrecia con '
invencible paciencia y rogaba mucho por ellos.
Nunca sin embargo fuerona la casa donde el Santo vivia, porque estaba en un lugar muy apartado
donde no concurria gente; a pesar de esto intentaron varias veces, pero nunca les fue posible,
siendo siempre impedidos.
Estos, despues de haber perseguido mucho al
Santo, se cansaron y reflexionando en su gran paciencia lo dejaron vivir en paz, de lo cual se alegro mucho nuestro Jose.
Pero el enemigo no quedaba en paz y siempre
mas enfurecido procuraba de todos los modos posibles hacer que Jose se fuera de ese pats, donde
el hada de duetio para ser alli adorado por esa
ciega nacion; por lo cual se puso a instigar a
otros, con modales mas inadecuados, y puso en
sus corazones la idea de guitar a nuestro Jose a
su esposa; lo cual fue de angustia mucho mas
grande que la primera para nuestro Jose.
Ya comenzaba a difundirse por Egipto como la
esposa de nuestro Jose era de una belleza muy
singular, lo cual sirvio a mas de uno de esos malvados de motivo para anhelar quitarsela a su esposo, tanto mas que to consideraban como un
hombre de poco espfritu y pensaban que no pondria resisteracia alguna. Y luego, declan esos perfidos instigados por el demonio, este es un pobre
y despreciable que estamos seguros que ante esto permanecera tranquilo.
Fue comunicado este particular a nuestro Jose,
de lo cual sintio gran amargura, no tanto porque
temiera de que su esposa pudiera sufrir algtin
mal, porque estaba seguro que Dios de aquello la
protegerfa y defenderia, sino que le vino ensegui44 45
da a la mente Ia ofensa que el quiso hacerle agueIla vez que se dio cuenta de su gravide-z y quiso
dejarla. Temi6 que Dios en castigo de su infidelidad he quisiera permitir esa angustia tan grande,
por to cual se perturb6 mucho y fue enseguida a
su casa doncle encontre a su esposa en oracion y
a su Jestis que estaba descansando.
No quiso el atemorizado Jose sacar de la oracion a su esposa, ni distraerla de Ia alasima contemplaciOn en la que se encontraba, por lo cual se
puso a un lado a orar el tambien y a suplicar a su
Dios que lo liberara de una angustia tan grande.
El afligido Jose lloraba amargamente, y decfa a
su Dios que si hubiese permitido eso, serfa merecidamente en castigo del error que el ya una vez
habfa cometido en querer dejar a su Santa esposa,
pero todo afligido decfa: -"Senor, Vos sabeis el fin
por el cual yo querfa hacer eso, no habiendo sido
informado de lo sucedido con mi Santa esposa,
por lo tanto os ruego para que me perdondis y no
permitais nunca que mi esposa me sea quitada y
yo quede privado de su querida compafila"-. La
Divina Madre todo lo sabfa y todo to vela en espfritu, y`no dejaba de orar por su afligido esposo.
Terminada la ()radon, la Divina Madre se fue, a
consolar a su Jose, el cual se le echo a los pies todo dolido y llorando he narrO lo que he habfa sido
participado.
La Divina Madre lo console, y lo anim6 para
que no temiera en absoluto, porque su Dios nunca habrfa permitido eso. El afligido Jose atiadfa:
-"jAh, esposa mfa!, yo temo que nuestro Dios
quiera permitirme esta angustia, porque yo lo
ofendf gravemente cuando, al conocer que estabais encinta, decidf dejaros"-, y esto decfa con
gran abundancia de lagrimas. La Divina Madre lo
compadecla, lo consolaba y le asegur6 que su Dios
nunca habrfa permitido eso.
Entonces el Santo humillandose siernpre aids,
pidio de nuevo perdon a su esposa por la decision
que en ese tiempo habfa tornado, y le decfa: -"Oh
esposa mfa, yo ya se que vos me habeis perdonado de todo corazon y me habeis solicitado el perdon tambien por parte de nuestro Dios. Ahora os
ruego para que me perdoneis de nuevo y piddis a
nuestro Dios el perclOn nuevamente y la Gracia de
que yo no quede nunca privado de vos. 2,Y que harfa yo, esposa mfa, sin vos? ;Oh, como acabarfa
mis dfas en Ilanto y amargura! i0h, que infeliz yo
serfa!"-. La Divina Madre to tranquilize de nuevo
y lo animO para que no temiera. El Santo se consolo con las eficaces palabras de su amada esposa, y todo Su rostro se;sereno y mucho mas su alma, la cual estaba traspasada por.un agudo dolor.
Mientras tanto se desperto el Divino Infante y
mini con ojos benignos y amorosos.a su amado Jose y quiso it a sus brazos, El Santo to recibio en
sus brazos con gran afecto y se lo.estrechO con
gran amor. Su Jesus le hizo muchas finuras infantiles, y el afortunado Jose cay6 en extasis por la dicha, donde le fueron revelados altfsimos misterios
46 47
y conocio tambien como su Dios le querfa probar
en muchas cosas y darle ocasiones para adquirir
meritos y practicar las virtudes que a El tanto le
agradan.
Estuvo bastante tiempo nuestro Jose en este
gozo con su Jesus en los brazos y, al volver del extasis, todo feliz y contento dio gracias a su Dios y
luego a la Divina Madre de cuanto le habia dicho
para su consuelo, y luego conjuntamente alabaron a Dios.
Desaparecio luego esta angustia porque Dios
no permitio que esos malvados llevaran a cabo su
plan horrendo, porque les envie tantas angustias
que ya no pensaron en lo que hablan determinado hacer en contra de nuestro Jose.
Finalizada esta angustia para nuestro Jose y al
encontrarse completamente en paz, apareci6 otro
problema de bastante consideracion, y fue que al
haber sido robada cierta herramienta y tablas a
uno que hada el mismo oficio de Jose, enseguida
fue acusado directamente nuestro Jose con este
hecho, que siendo 61 pobre y asi errante, se los habia cogido para poderse ayudar, y creian que era
culpable de muchos delitos sobre este particular.
Ellos decian: -"Este ciertamente es culpable y
no es casualidad que haya venido por estos lados,
pues siendo tan pobre, no dudamos que haya robado otras cosas en su pais para poder vivir, y
por esto haya sido expulsado"-.
Todas estas sugestiones se las ponfa en la cabeza el enemigo cornim para hacer calumniar al
Santo y para hacerlo maltratar y echar de Egipto.
Fue avisado de esto nuestro Jose por un amigo
amable, de modo que se pusiera a salvo, porque
de otra manera lo habrian cogido como delincuente, porque muchos consideraban ciertamente
que 61 lo habia cogido no por casualidad.
El Santo quedo sorprendido por el inesperado
aviso, y agradeciendo con gentiles modales a
quien le avisaba, le dijo libremente que 61 era inocente de eso, que por lo tanto no consideraba bueno retirarse y que esperaba que su Dios lo hubiese
defendido y dado a conocer a todos su inocencia.
Nuestro Jose se encomendo mucho a Dios de
modo que lo liberara de esa falsa calumnia y diera a conocer a todos la verdad. Nuestro Jose fue
cogido nada menos que por esos mismos a los
que les habian robado las cosas, y con malas palabras fue interrogado preguntandole donde las
habia ilevado.
Nuestro inocentisimo Jose se encogi6 de hornbros y dijo claramente que el no sabia nada acerca de eso; y 'aunque fuera conocida por parte de
todos los presentee su inocencia, a pesar de eso
no faltaron los que lo maltrataron e insultaron,
amenazando castigarlo. El Santo no dijo nada en
su defensa, solo que siendo el muy pobre, gozaba
en su pobreza, y no buscaba ni se preocupaba de
nada, puesto que le era suficiente lo que tenia, y
si le querian privar tambien de ese poco que 61
48 49
tenia, el no se preocupaba en absoluto, porque
Dios lo ayudaria en sus necesidades.
Dios permitiO que se tranquilizaran todos a
las palabras de .su siervo fiel y to dejaran en paz.
Nuestro lOse se fue donde su esposa y le narr6
lo que le habia sucedido, y la Divina Madre to
consol6 y to animO para sufrirlo todo con paciencia para adquirir asi muchos meritos, y luego rindieron gracias a Dios por haberle liberado de esa
angustia tan grave.
Luego fue encontrada la persona que habia robado las cosas, y asi quedaron Inds convencidos
de la inocencia de nuestro Jose, el cual al saber
eso no les reproch6 a sus calumniadores, sino que
lo sufri6 todo con paciencia. Estos calumniadores
no se disculparon por nada con el Santo, porque to
consideraban una persona despreciable digna de
no tomarse en cuenta.
Qued6 tambien en este hecho muy confundido
el enemigo infernal y se enfurecia mucho mas
hacia el Santo at ver que no solamente no podia
hacerle perder la paciencia entre tantas angustias, slino que el Santo se servia de todo para adquirir mayores meritos.
Sin embargo el enemigo no dejaba de ir incitando ahora . a uno ahora a otro en contra del Santo, de modo que cuando nuestro Jose salfa de casa
casi siempre encontraba alguna persona que lo
maltrataba o que se burlaba de el. Fue prodigiosa
la paciencia de nuestro Jose mientras estuvo en
Egipto, porque nunca le faltaron angustias, y sin.
embargo el Santo no se resintio nunca con nadie
ni se quejo nunca, sino que todo lo sufrio con paciencia, con resignacion y con alegria.
No decia otra coca a sus perseguidores que:
-"Dios os perdone"-, y de hecho acompanaba con
sus palabras tambien las obras, porque rogaba
mucho a Dios por ellos y deseaba su verdadero
bien, esto es, que llegaran al conocimiento del
verdadero Dios y derramaba muchas lagrimas para conseguir esta Gracia.
Nuestro Jose estaba tambien agitado por un terror muy grande, que Dios permitio a su siervo
para tenerlo ejercitado en la virtud, y fue que, al
encontrarse entre gente barbara enemiga del verdadero Dios, temi6 siempre que pudieran hacer
alguna ofensa o maltrato a su esposa y a su Hijo,
y tenia este pensamiento que casi siempre lo
atormentaba, diciendose: -"Estos me quieren hacer dafio, y para disgustarme son capaces de ir a
maltratar a mi esposa y al Divino Nino, y de
echarlos de 'casa cuando yo no estoy presente"-.
Por lo cual el Santo cuando estaba fuera de casa, siempre estaba con la pena en el corazon, y
cada hora le parecia mil para poder volver a casa
y ver si habia sucedido algo a su esposa, y aunque estuviera cierto de que Dios tenfa un cuidado
particular hacia Ella, a pesar de todo eso Dios
permitiO que el Santo tuviera siempre esta pena.
50 51
Sin embargo todo lo sufria con tanta resignacion,
que nunca fue visto inquieto o perturbado, sino
siempre con rostro sereno y jovial. Con esos mismos que lo maltrataron estuvo siempre con rostro
sereno y no demostro nunca a nadie, no solamente ira, sino tampoco perturbacion, como si no hubiese recibido nunca algtin disgusto, de lo cual
quedaban admirados tambi6n esos barbaros y no
sabfan entender como el Santo fuera tan indiferente a todas las cosas contrarias.
Libro III
De Egipto a Nazareth
hasta la pordida
de Jestis
(21 de Julio de 1736)
52
F
53
CAPITULO
Grandes incomodidades
de la Sagrada Familia
en Egipto
Nuestro Jose estaba en Egipto con esa pobreza
de la que ya se hablo, sin otra ayuda que la que
se ganaba con su trabajo y con el trabajo que hacia su Santa esposa. Por lo tanto nuestro Jose se
encontro a menudo en mucha necesidad, porque
ocurria que aquellos para los cuales trabajaba no
le pagaban enseguida y le retenian lo que le debran por bastante tiempo, por lo cual el Santo no
se atrevia a pedfrselo por la fuerza, y mas bien
sufria con su esposa. MuChas veces sufrio el hambre no teniendo ni siquiera un trozo de pan para
alimentarse, y Dios lo permitia para tener ejercitado a su siervo en la practica de las virtudes.
Se acrecentaba mucho mas la pena en nuestro
Jose al ver que sufria tambien la Divina Madre, y
sin embargo no sabfa a donde dirigirse para encontrar remedio a su extrema pobreza. A veces resolvia it a pedir su paga a los que le debfan, y de hecho iba, pero siempre armado de paciencia. De sus
deudores muchas veces recibia malaspalabras.
Aquellos egipcios ya habfan visto el tempera55
-
k
mento del Santo varon, que no era para resentirse y que todo lo sufrfa con invencible paciencia y
de ello se valieron para maltratarlo, sin tenerle
ninguna consideraciOn, puesto que era gente idolatra donde no se hada caso a la virtud.
Nuestro Jose cuando le sucedfa esto sufrfa con
paciencia tocio maltrato ya sea de palabra o de
amenazas, y aunque el pidiera to que le correspondfa por caridad, y con mucha humildad les rogaba para que le atendieran para poder proveer a
sus necesidades; a pesar de todo eso, le era negado de una forma descortes, y mas de una vez para quitarse el hambre le toco it buscando en limosna un pedazo de pan, y tambien esto a veces
le era negado con malas palabras, por lo cual el
Santo se regresaba a casa todo afligido, pero totalmente conformado a la Divina Voluntad.
Mucho lo compadecfa la Divina Madre, y lo
consolaba animandolo a sufrir y esperar en la Divina Providencia, a la cual invocaban conjuntamente y Dios no tardaba en socorrerlos, enviandoles el alimento tambien a tray& de los Angeles,
aunque esto hada despues que el Santo se habfa
ejercitado por algtin tiempo en la paciencia y sufriendo el hambre y la sed con toda resignacion.
A veces vefa que venclfan unas frutas con las
cuales se alimentaba la Divina Madre, y nuestro
Jose deseaba comprar algunas para llevarselas,
de modo que se alimentara, pero al no encontrar
algiin dinerO para comprarlas, sentfa una gran
pena y su corazon quedaba amargado por no poder satisfacer su deseo, porque puesto que amaba
mucho a su Santa esposa, deseaba tambien ardientemente hacer todo to que era conveniente
para proveerla de todo lo necesario, pero en esto
nuestro Jose tuvo que sufrir mucho y decir que
no a su voluntad y a su justa satisfaccion.
En las estaciones frfas sufrfa mucho el Santo,
siendo tanta su pobreza que no tenfa ropa para
resguardarse del frfo ni lefia para hacer el fuego,
y aunque a veces se provefa de estos elementos
segtin la posibilidad que tenfa, sin embargo a menudo acontecfa que no disponfa de ellos, al no tener con que adquirirlos.
Nuestro lose se vela todo temblante de frfo,
afligido y triste por ver que esto lo padecla tambier' su Santa esposa y su amado Testis, y no sabfa como proveer de lo necesario porque no habfa
la manera de conseguirlo, y dirigiendose a su esposa le manifestaba su pena, y se quitaba el manto de modo que sirviera para resguardar del frfo
al Divino Nitio y le decfa: -"Que padezca yo es
una cosa razonable, pero que tengais que sufrir
vos esposa mfa, y nuestro Testis, ;oh!, esto sf que
no es conveniente, y, ;oh, que grande es la pena
que sufre mi corazOn!"-.
La Divina Madre lo consolaba y lo animaba para sufrir con generosidad, porque asf lo querfa su
Dios, y le decfa que tanto Ella como su Jest1s sufrfan de buena gana, y asf se consolaba un poco
56 57
nucstro apenado Jose.
A veces, cuando el Santo estaha mas afligido y
afectado por el frfo, la Divina Madre le daba en
sus brazos a Jesus, inspirada por el mismo, y entonces nuestro Jose se to apretaba al pecho y aunque el Nino Jestis estuviera helado y temhlando, a
pesar de ello calentaba con su fuego divino a su
afligido siervo, encendiendole un dichoso fuego
en el alma, de modo que tambien el cuerpo quedaba acalorado. Otras veces tambien at encontrarse en tan extrema pena por el frfo, se ponfa a orar
frente al Divino Nitio y contemplando a su Dios
Humanado se calentaban al fuego de su ardiente
Caridad.
Se encontrO tambien muchas veces con que en
el tiempo de invierno no tenfan Lena para hacer
fuego, ni cosa alguna para alimentarse, to cual era
de doble pena para nuestro Jose, tanto mas que
hacfa sus justas reflexiones y se decfa: -"Dios me
ha constituido como jefe y procurador de su Divino Hijo y de su Madre. A mf me toca proveerlos
de todo, por lo cual mucho fallo en mi deber al tenerlos en tan extrema penuria. A mf me toca proveeries de todo"-,
Y dirigiendose a su Dios le decfa: -"Oh Dios
rnio, Vos veis en que estado me encuentro y que
no puedo satisfacer con mi obligacion si Vos no
me proveeis. Dadme Vos modo para poder satisfacer con mi deber. Si Vos no me ayuclais, icorno
hare? Veo padecer mucho a mi esposa y a vuestro
Unigenito, no se como socorrer sus necesidades.
Los que deben pagarme por mis fatigas me maltratan, no quieren dar la paga a mis esfuerzos;
zque podre pues hacer yo, si Vos no me socorreis?"-.
Asi se quejaba amorosamente el apenado Jose
con su Dios, el cual no tardaba en consolarlo, inspirandole para que fuera a buscar la limosna, que.
luego facilmente encontraba.
Dios quiso tener siempre mas humillado a su
siervo, haciendo que fuera a mendigar por caridad to que necesitaba para vivir. Tal vez lo hubiese podido privar de esto, y solo dejarle a merced
de sus fatigas. Pero Dios permitfa esto porque
querfa que el .Santo superara la resistencia que
tenfa al it buscando la limosna, porque nuestro
Jose era muy reservado para presentarse en
blico y tratar con personas del mundo. •
Su modestia, su rubor virginal que le. cubria el
rostro, la confusion que tenfa era muy grande, Pero tambien todo lo superaba para cumplir la Divina Voluntad y aparecer como un pobre mendigo y
asf practicar los actos de verdadera y extrema pobreza en la cual encontraba. Daba sin embargo
mucho agrado a su Dios al superar esta resistencia suya, por to que al regresar a casa era acogido
amorosamente por el Divino Infante y muy acariciado por El, mas que de costumbre, dandole a
conocer con esas caricias cuanto le agradaba ese
acto de humildad y de rnortificacion, y le hablaba
58 59
tambien al corazon diciendole: -"Mi amado Jose, ;que gozo me habeis dado, y cuantos meritos habeis adquirido! ;Oh que gran recompensa os tiene preparada mi Padre Divino!"-. A
estas palabras el afortunado Jose lioraba por el
consuelo que sentfa, y luego se lo manifestaba todo a su Santa esposa, y conjuntamente daban alabanzas a Dios, agradeciendole por las Gracias que
con tanto Amor le compartfa.
No menores eran los padecimientos de nuestro Jose en el verano por la estacion calurosa en
la cual probaba a menudo una sed ardiente. Se fatigaba al trabajar, y no tenfa a veces ni siquiera
una gota de agua para refrescar la sed, y aunque
hubiera podido encontrarla con facilidad, a pesar
de ello se abstenfa y sufrfa.
El Santo varon miraba al modelo de toda virtud
y mortificacion que Dios le habfa dado, esto es, su
esposa Marfa, y procuraba imitarla en todo lo que
el cafa en cuenta, y la imitaba con tanta precision
que a veces la Divina Madre con sus propias manos le daba algUn refrigerio, sabiendo la necesidad de su fiel esposo, y entonces nuestro Jose lo
recibfa con toda cordialidad y daba gracias antes a
Dios y luego a su esposa y le decfa: -"i0h esposa
mfa, que bueno es nuestro Dios, porque por vuestro intermedio me consuela y da a conocer a vos
mi extrema necesidad!"-.
Nuestro Jose nunca se mostro descortes, nunca rechaz6 todo to que le era dado por su esposa, antes bien lo recibfa con gran alegrfa y devocion, en primer lugar porque tenfa necesidad de ello y luego porque le venfa de sus manos graciosas, y to recibfa como enviado por
Dios, como asf to era.
Cuando el Santo recibfa alguna cosa de las
manos de su esposa, segim la necesidad que tenfa, aunque fueran a veces pocos sorbos de agua, -
le causaba un consuelo interior muy grande y
una saciedad y sustancia como si hubiese comido
y bebido cosas de gran alimento y de exquisito
sabor. Una vez bu.sco la causa de estos efectos
que probaba en su esposa, y Ella con toda su gracia y prudencia le contestaba que Dios le compartfa su Gracia porque lo querfa de una forma singular, y entonces conjuntamente daban gracias a
Dios, fuente de todo bien.
Luego nuestro Jose deseaba aportar el tambien
algun alivio y consuelo a su esposa, pero no sabfa
como; por lo cual suplicaba a su Dios de modo que
se dignara manifestarle alguna vez por lo menos
sus anhelos, dandoselos de alguna manera a conocer; y Dios no dejo de consolar a su fiel siervo haciendole entender a veces la necesidad que tenfa
la Divina Madre de algun sorbo de agua, la cual el
Santo se la daba, para que se refrescara el ardor
de sus labios y le suplicaba con mucha sumisiOn
para que la aceptara. La Divina Madre lo complacfa, de lo cual el Santo esposo quedaba consolado
sobremanera y daba afectuosas gracias a su Dios.
Esto le ocurria muy rara vez, aunque el Santo es60 61
tuViera siempre con un vivo deseo de ello.
Mucho le agradaba a la Divina Madre el afecto
de su esposo Jose, y procuraba compensarlo en
todo, pidiendo para el siempre nuevas Gracias y
favorer de parte de su Divino
Asi los Santos esposos se iban haciendo entre
ellos los actos de caridad, viendo lo que les hacia
falta para socorrerse el uno al otro.
En esto sin embargo, aunque nuestro Jose fuera muy atento, la Divina Madre le aventajO mucho mas. Ella se mostraba muy grata a su esposo,
y sin perder nunca toda la atenciOn y cuidado
imaginable para con su JestIs, provefa tambien de
todo lo necesario a su Santo esposo con respecto
a todo lo que a Ella le correspondia, y a veces
cuando lo vela flaco y cansado por la fatiga, procuraba prepararle la comida con mas esmero, de
modo que el Santo fuera alimentando con gusto
para mantener las fuerzas y asi poder trabajar y
conseguir el alimento necesario.
El Santo conocla el cuidado que su Santa esposa le tenia y se le mostraba grato y crecfa siempre.
: mas,en el el amor y la estima - hacia Ella, y
mucho mas gratitud hacia su Dios, quien se la
habia dado.
CAPITULO
Jesus crece, comienza a
hablar y a caminar; estaticas
a
• egrfas del Santo
Crecfa sOrprendentemente el Divino Nifio, tanto en estatura como en Gracia, por lo cual la Divina Madre muy pronto lo vistio, habiendole Ella
misma tejido la ropa con ese amor y diligencia
qtie cada tino puede imaginarse.
De ello probaba mucho consuelo nuestro Jose,
y le parecia cada hora mil por ver vestido a su
amado Jesus; pues sufria mucha pena al verlo entre pafialeS, porque ya sabla cuanto sufria al estar
asi atado, ya que el Nino tenfa el perfecto use de
razOn,lo' misrn° cuando la Divina Madre trabajaba sti rbpa, el Santo iba a menudo a verla con
deseo de que pronto fueralterminada.
Se quedaba ,con mucho gusto viendo trabajar
a su esposa con tanta gracia y con tanto amor y le
decla: --`!Qh esposa, mfa, dentro ,de pogo veremos
a nuestro Jestis vestido.vos bienaventurada,
que teneis el privilegio de liacerle la ropa que lo
tiene que cubrir!".—. Y la Divina Madre al ver el
deseo ,de su Santo esposoquiso consolar, di62 63
ciendole que el tambien podia hacer algo para su
Jesus. -"Le hares vos", le dijo, "algo comodo
para sentarse"-.
El Santo sintio mucho consuelo de ello, y se
fue enseguida a hacer un banquito donde pudiera
sentarse su pequelio Jesus. El Santo lo trabajo
con mucho consuelo de su espiritu y con gran
abundancia de lagrimas por las santas reflexiones que hacia mientras lo trabajaba. Lo hizo con
toda perfeccion imaginable y se uni6 a su esposa
para preparar todo lo que era necesario para vestirlo.
' Llegada la hora vistieron a su Jesus , estando
de rodillas en el suelo por respeto a El. El Divino
Infante miraba con ojos amorosos ya sea a su Divina Madre como tambien a su amado Jose en acto sonriente y majestuoso, y balbuceando los Ilamaba y luego inclinaba graciosamente la cabeza
en acto de gratitud. Una vez que el Divino Nitio
fue vestido, con sus manitos hizo muchas atenclones a, su Santa Madre, acariciandola en el rostro y luego dirigiendose a su Jose hizo lo mismo
con el. El Santo .se incline para besarle los piecesitos, despues que le fueron puestas las sandaHas, y en ese acto cay6 en extasi.s por la dicha y
consuelo que probe) su espiritu. Estuvo por algun,
tiempo en extasis 'nuestro JoSe, donde le fueron
revelados muchos secretos acerca de las obras de
su 'Dios Encatnado, y la razors 'por la cual la eterna Sabiduria queria hacerse sentir balbuceando y
aprendiendo 'a ca.miriar como los otros
M ientras nuestro Jose estaba en extasis, el Divino Infante le hablo a su Santa Madre, le agradecio de todo lo que hada por El, le manifesto el
Amor y la Gratitud con los cuales El todo lo recibia. No es tan facil expresar el gozo de la Divina
Madre al °fr las palabras amorosas de su amado
Hijo.
M ientras tanto al volver del extasis nuestro Jose adore) de nuevo a su Jesds y lo recibio en sus
brazos por poco tiempo, gozando mucho de un
bien tan grande; luego tornandolo de la mano junto con la Divina Madre lo hacian caminar, enseilandole a dar los primeros pasos. iCuanta fue la
dicha de Maria y de Jose al hacer estas cosas, nadie podra expresarlo! El afortunado Jose se baiiaba en lagrimas, y no sabla su, corazon contener
en si tanta alegrfa, y tambien en el rostro se vela
encender un amor celestial, y exhalaba unos
grandes suspiros.
El pequetio Jesds apenas vestido quiso ponerse El tambien de rodillas y orar a su Padre Divino
y hacer todos aquellos actos que ya en su vida estaban prescritos; y nuestro Jose quedo muy admirado de ello, conservando en lo mas Intimo de su
corazon el recuerdo de todas las acciones que hacia su Jesus, para poderlas luego meditar al mismo tiempo que trabajaba. El tambien acompafio a
su Jestis en las adoraciones y ofrecimientos, instruido asi por la Divina Madre, a la cual todo era
manifiesto.
64 65
Despues que hubo adorado al Padre Divino, el
Divino Infante extendio las brazos en forma de
cruz, ofreciendosele asf dispuesto a sufrir la
muerte de Cruz, cuando hubiese llegado el tiempo determinado por el Padre Divino.
Al ver este acto nuestro Jose quedo herido por
un agudo dolor en su corazon, casi presagiando lo
que tenfa que suceder, y derramO copiosas lagrimas de dolor. La Divina Madre lo consolo, aunque
Ella estuviera mucho mas afligida que el, puesto
que ya estaba al tanto de todo; a pesar de ello dijo
a su Jose que no se afligiera de esto demasiado,
porque muchas veces le tocarfa ver a su Jesus en
esa posicion, y que en esas circunstancias admirara la perfecta obediencia que su Jesus mostraba
al Padre Divino y la resignacion a su Santo Querer. Nuestro Jose se consolO bastante por las palabras que le dijo la Santa esposa, y por el momento no le pregunto mas cosas sobre el particular,
solo le converso la gran pena que tenfa en su corazor' al ver a su amado JestIs en esa posiciOn.
Despues que el Nifio JesUs terming todos los
actos de respeto y de ofrecimiento al Padre Divino se fue ,a los brazos de su Santa Madre, y fluestro Jose se fue a trabajar.
El Santo trabajaba estando totalmente embelezado meditando las obras de su amado Jesus, con
deseo de ir a verlo pronto. Se, sentfa atraer por el
amor para ir mirar a su ser querido. Se mortificaba sin embargo el Santo y temfa causarle aburrimiento, por lo tanto muchas veces se inhibfa de
ir a verlo; pero el Divino Infante, cuando querfa
consolar a su siervo fiel, lo invitaba amorosamente con voces interiores. A estas voces no podia demorarse y por lo tanto acudfa rapidamente, impulsado por un amor mas fuerte y cuando le acontecfa
esto encontraba a su Jestis que le daba el encuentro y lo abrazaba con gran Amor, y todavfa balbuceando lo llamaba con el nombre de padre 1
.
Esto se repitio muchas veces, pero en esta circunstancia, que fue la primera vez despues de
Vestido, le dio el encuentro guiado por la Divina
Madre y apenas lo vio lo llama con el nombre de
padre, y con sus manitos be acaricio el rostro lanzandose en sus brazos. Esta primera vez que Tesils flame con el nombre de padre al afortunado
Jose, sintio un consuelo inexplicable de ello y llor6 por la dicha que sentfa en su corazon. Se considero muy indigno de ello, pero se mostr6 tambien. muy grato por el honor que su Jesds he hada
Ilamandolo padre, por lo cual dio afectuosas gracias por ello y suplico a su Santa esposa para que
Ella hiciera en su nombre los .actos de agradecimiento, tanto al Padre Divino como a su Hijo.
La Divina Madre lo hizo, y se alegro con su Jose por la suerte que le habfa tocado y luego conjuntamente rindieron las debidas gracias a Dios
de cuanto compartfa con El y por el honor que ha1
. "Padre info", tal es el nombre cpie Jesus, el Hijo de DiOs Encarnado ha dado mil y veces a San lose, poniendo en este nombre todo el Amor filial de un Dios.
66 1 67
cfa a su siervo en hacerle cumplir en la tierra sus
veces y hacer que su Hijo Divino lo llamara con
el nombre de padre. Fue este un consuelo continuo para nuestro Jose, porque cada vez que su Jesus lo llamaba con ese nombre el Santo se sentfa
arrebatar el corazon y encenderse siempre de
amor hacia El, que, siendo Hijo de Dios, no se
avergonzaba en ilamarse hijo de Jose.
Sentfa una gratitud muy grande y tambien
confusion, considerandose muy indigno de ese tftulo. Pues realizaba varios efectos en el alma de
nuestro Jose este tftulo de padre por el cual el Hijo Divino lo solfa Hamar; y se quedaba a menudo
con su esposa hablando de este gran favor que su
Jestis le hada y le manifestaba todos .los efectos
que causaba dicho tftulo en su alma, y a menudo
le decia: -"jOh esposa queridfsima, a que estado
me ha elevado nuestro Dios!, ;que grandes son
los favores y las Gracias que comparte conmigo!
Por cierto yo creo que se digna compartfrmelo todo por vuestros moritos, iporque yo soy muy indigno de todo!, pero vos, que habeis encontrado
Gracia delante de El y habeis sido hecha digna de
ser verdadera Madre del Mesfas, vos sois la causa
de todas mis dichas porque por medio vuestro todas las Gracias me son compartidas. Vos pues haced por mf, vos agradeced al Altfsimo y dignaos
seguir pidiendo para mf nuevas Gracias, y en particular la Gracia de que yo pueda corresponder al
gran Amor que nuestro Dios siempre me ha demostrado. iPero que hare yo por vos, esposa mfa
Santisima, porque me considero inepto en todo?"- .
Respondfa con mucha gracia y prudencia la
Divina Madre a su Santo esposo, y lo exhortaba
para que lo reconociera todo venido de la Bondad
de su Dios muy generoso con sus criaturas, y mucho mas generoso hacia ellos, por lo cual se ponfa
enseguida a componer nuevos canticos de alabanza, los cuales luego rezaba junto con Jose alabando conjuntamente al autOr de todo bien. Nuestro Jose quedaba por lo tanto muy consolado y
muy alegre se volvfa al trabajo.
Nuestro Jose no se atrevfa a llamar a su Jesus
con el nombre de hijo, aunque se sintiera atrafdo
por el amor mas que paterno en llamarlo hijo; y
nuestro Jose hizo una peticion a la Divina Madre,
que preguntara si tenfa que llamarlo con ese
nombre. La Divina Madre oyo de su Jesus, que
habiendose El dignado llamarlo con el nombre de
padre, y de tenerlo en la tierra en el lugar de un
verdadero padre, asf tambien le hacfa el don de
que 01 tambien lo llamara con el nombre de hijo,
porque asf era la Voluntad del Padre Divino, y
que JesUs estilviera tambien sometido a Jose como si hubiese sido su verdadero hijo, que por lo
tanto lo llamara sin mas con el nombre de hijo y
que .se portara hacia El como un verdadero padre.
Dijo todo esto la Divina Madre a su Jose con
gran alegrfa de su corazOn, y nuestro Jose derramó muchas lag•imas por el consuelo que experimente y dio gracias a Dios junto con la Divina Ma68 69
dre y el afortunado Jose iba diciendo interiormente: -"i0h!, dichoso de mf en verdad, que tengo
el privilegio de llamar con el nombre de hijo al
Verbo Divino Encarnado, al Hijo del Padre Divino"-. Y comenzo a decir: -"10h, Jesus hijo info!
;Oh, Jesus hijo mfo!"-, y diciendo esto fue arrebatado en sublime extasis, donde le fue revelado el
misterio que encerraba en sf este particular, esto
es, que Jesus se quisiel a hacer llamar de Jose con
el nombre de hijo, y El llamarlo con el nombre de
padre2
.
Al volver luego del .extasis, todo se lo manifesto a su Santa esposa, y aunque Ella ya lo supiera todo, a pesar de eso no demostrO saber cosa
alguna acerca de lo que habfa acontecido, y manifesto agrado al ofr con gusto lo que su Jose le manifestaba. Esto hacfa nuestro Jose, que todo lo que
le ocurrfa en su alma, todo se lo manifestaba a su
esposa, porque ya sabfa la gran persona que era
y pOrque de Ella recibfa siempre algUn consuelo
2
. "Cud) es este misterio?, es bueno penetrar en el. Puesto que
Maria es Madre no solamente en la humanidad de nuestro Senor,
sino tambien de su adorable persona (y esta es una verdad de Fe),
asf Ia paternidad virginal de Sah Jose lo pone en relacion directa
con la persona del "Verbo, y, a tray& del Verbo, en relaciones especiales con el Padre. Es ante todo la sombra del Padre. La incomunicable y siempre bendita paternidad de Dios es comunicada a San
Jose de una manera figurativa, de modo que ejercita Ia autoridad de.
El y cumple hacia Jestis todos los deberes paternales. Y Jesus en su
naturaleza humane esta' sometido a San Jose, El que, en su naturaleza divine, nunca podia estar sometido al Padre Eterno. Esta paternidad de Jose para Jestis es el espejo de la paternidad divine.; refleja
su autoridad, la imperturbable serenidad, inmensidad, suavidad. Jose es por lo tanto la sombra del Padre.
por sus muy ardorosas palabras; asf como Ella
tambien lo confirmaba siempre acerca del Amor
que su Dios le tenfa. Tambien este sentimiento tenfa nuestro Jose, que al reconocerse en todo inca--
paz para dar gracias a su Dios para alabarlo por
todo lo que obraba en el, se lo decfa a su esposa,
de modo que Ella lo ayudara para alabar y agradecer a su Dios, sabiendo el cuan querida y agradable Ella fuera a su Dios, ,habiendola escogido
como Madre de su Unigenito; y aunque nuestro
Jose le hablara con franqueza para complacerla, a
pesar de eso en su interior tuvo hacia Ella una
gran veneracion, considerandose indigno tambien de mirarla y le hablaba todo confundido y
humilde en su interior sin darselo a conocer, porque siendo Ella muy humilde le habrfa causado
pena verse tratar asf por su Santo esposo Jose.
70 71
CAPITULO III
Dolorosas previsiones
de la futura Pasion de Jesus;
entusiasmo de los egipcios
por la belleza y gracia del
Nino Divino
El Divino Nino iba creciendo admirablemente,
como ya se dijo, y tambien iba creciendo nuestro
Jose en el amor hacia El, de modo que se derretfa
y se consumfa en el fuego ardiente que por El tenfa en su corazon. No podia estar un solo momento sin mimar a ese ser querido, el cual le parecfa
siempre mas bello y gracioso. A veces se ponfa a
mirarle y quedaba extasiado por muchas horas
diluyendosele el corazon en dulcfsimas lagrimas.
El amabilfsimo Jestis se complacfa en el afecto
de su amado Jose y le daba sefiales claras de su
gratitud, aunque se contenfa, porque el Santo varan no podia resistir a la plenitud del gozo. Sus
palabras a lo sumo eran estas: -"Mi querido y
amado JestIs"-, y luego aiiadfa: -"Mi hijo amado"-, pero al decir esto se sentfa arrebatar el corazon; por lo tanto no lo decfa muy a menudo, puesto que no le era suficiente su espfritu para poder
73
a pesar de todo al final conclufa que solamente al
verlo cada uno lo habrfa amado. Y de hecho no se
equivocaba en esto, porque siendo tanta la gracia,
la belleza, el encanto del Divino Nitio, no habia
quien no lo admirara con gran asombro y quien
no se sintiera atrafdo a amarlo por dichas razones; pero de aquellos que lo amaran porque conocieran verdaderamente quien era El, como deseaba nuestro Jose, se encontraban muy pocos.
Luego, a veces se encendfa el amor en el corazon de Jose con tanta fuerza hacia su amado
que, olvidandose de todo, no era capaz de tomar ni alimento ni otra cosa.
Y la Divina Madre, que conocia bien a Jose, le
preguntaba sobre alguna inquietud que tuviera
de modo que el Santo diera algim desahogo a su
ardiente amor. Y de hecho se servia de ello y comenzaba a manifestarle todos sus deseos y la llama ardiente que le quemaba el corazOn. Y aquf
comenzaba a razonar acerca del merit° que verdaderamente tenfa nuestro Jesus para ser amado;
y cada uno de ellos, en esas conversaciones, daba
desahogo a su amor, y este siempre se iba encendiendo cada vez mas en cada uno de ellos, cafan
en extasig y asi permanecfan bastantes horas gozando del mismo Amor de su amado Jesds.
Jose a veces se encontraba observando a su
pequefio Jesus de rodillas en el suelo con las manos juntas en acto humilde, el cual se estaba ofreciendo al Padre Divino.
Cuando nuestro Jose lo vela de esa manera preguntaba a su esposa que le decia al Padre Divino,
y Ella que todo lo conocfa le respondfa: —"Que se
ofrecia al Padre por la salvacicin del genero humano"—. Entonces nuestro Jose se postraba en el
suelo y con gran humildad y respeto lo acompariaba en los ofrecimientos, ofreciendose a sf mismo,
y estaba de esa manera hasta que su Jesds se levantara y fuera donde su amado Jose para acariciarlo.
El Santo entonces le abrazaba, y le suplicaba
para que pidiera del Padre Divino todas las Gracias por las cuales 61 pudiera volverse grato a sus
ojos, y le encomendaba a todos los pecadores, de
modo que solicitara la Gracia del Padre Divino para su conversion; y al final le decia: —"iJestis mio,
decid a nuestro Padre Divino que de Luz a todos,
de modo que todos conozcan lo que Vos sois, y os
amen como es debido!"—. El pequefio Jesus sonrefa a estas palabras, y demostraba mucho agrado a sus peticiones, y be aseguraba que El ya lo
hacfa, y asi quedaba consolado.
El amable Jestis ya caminaba muy agilmente,
y hablaba con mucha gracia, por lo cual rezaba El
tambien las divinas alabanzas, junto con la Divina Madre y con San Jose, con tanta gracia que,
muy a menudo, quedaban ambos extasiados por
la dulzura. Es imposible describir la dulzura y
consuelo que nuestro Jose experimentaba cuando
rezaba las divinas alabanzas con su Jestis. Entonces su corazon se inundaba en un mar de consue76 77
los, y le pareda que cada hora era como mil para
que llegara ese tiempo establecido para alabar
juntamente al Padre Divino.
En cualquier otra action que hacfa el pequeno
Jesus junto con ellos, esto es, alimentarse, conversar, orar, todo servfa para nuestro Jose de gran
consuelo; pero el mayor consuelo que experimentaba era cuando su Jesus le hablaba de las perfecciones de su Padre Divino, que aunque tan tierno
hablaba tan elevadamente y con tanta Sabidurfa
de ello, que hada quedar asombrados a los mismos espfritus angelicales que le hacfan la c,orte y
lo escuchaban.
Entonces se vela a nuestro Jose todo encencli
do en el rostro de amor hacia su Dios, exhalaba
ardientes suspiros, no pudiendo resistir al dichoso fuego que se encendfa en su corazon. Al final,
exclamaba: -"i0h,ios grande!, y sin embargo no
sois conocido, no sois amado. Dadme os ruego un s
nuevo corazon para que Os pueda amar, porque el
que tengo lo encuentro muy pequelio y no puede
caber en el vuestro Amor"-. Y didendo esto quedaba en extasis por mucho tiempo.
A veces tambien le sucedfa que estando en la
mesa con su Jesus y su Santa esposa para alimentarse, estaba observando a su JesUs, que con tan ,
to gracia se alimentaba, y fijando la mirada en El
quedaba en extasis, y no era capaz de tomar otro
aliment°.
Y cuando esto le sucedfa el pequelio Jesus lo
llamaba y le decia con mucha gracia que se alimentara, dandoselo El mismo con sus manos; y
entonces el afortunado Jos6 se alimentaba,.bajandole muchas lagrimas de los ojos por la dicha que sentia. Ese alimento le pareda mucho
mas dulce y delicado que de costumbre y lo comfa
con gusto, como un mama venido del Cielo.
A veces encontraba a su Jesus, que, de rodillas
en el suelo, oraba al Padre, Con los brazos en forma de cruz, derramando abundantes lagrimas.
Entonces nuestro Jose quedaba herido por un
agudo dolor, y asf dolido se iba donde su esposa y
le preguntaba la causa por la cual su amado Jesus
Iloraba. Y le deda: -"i0h, esposa mfa! iHabre hecho yo alguna falta de la cual no me haya arrepentido? ,Por que nuestro Jesus esta asf llorando
y lleno de dolor?"-. Y la Divina Madre lo consolaba, y le decla que no era por el, porque su Jesiis
lloraba por las ofensas que el Padre Divino recibfa del genero humano; y estaba implorando la
Divina Misericordia y aplacando la Ira del Padre,
el cual era muy irritado por las graves ofensas
que recibfa y que estaba en esa position ofreciendose para sufrir la .rnuerte de Cruz por la salvacion del rriundo.
Al ofr esto el afligido Jose daba gracias a su
esposa por la explication que le daba, y luego el
tambien se postraba en tierra para implorar la Divina Misericordia, y lloraba amargamente por las
ofensas que su Dios recibfa.
78 79
A estas reflexiones sobre las ofensas a Dios se
volvfa inconsolable nuestro Jose, sus ojos eran como dos fuentes,'Ilorando amargamente, y se ofrecfa a sf mismo para soportar todos los males del
mundo, con tal de que su Dios no fuera ofendido.
Y si tanto era su amor hacia su Dios, tanto era.
tambien el dolor que sentfa al verlo ofendido.
En estas circunstancias era necesario que su
JestIs lo consolara, de otra manera habrfa estado
en un continuo tormento y en un continuo ilanto.
Iba por lo tanto su pequefio Jestis a consolarlo y a
levantarlo del suelo, y con mucha gracia le decfa:
-"Padre info, levantaos que ya es suficiente.
Mi Padre Celestial ha aceptado vuestras suplicas, vuestros ofrecimientos, y estad seguro que
vendrci el tiempo en el cual sera conocido y
amado por muchos, por lo cual vuestras oraciones si no han sido atendidas ahora, vendrd
el tiempo en el cual se cumplird cuanto ahora
estdis pidiendo"-. Asf se consolaba el afligido Jose, y agradecfa a su amado Jestls, del cual era luego amorosarnente acariciado, y en eras amorosas
caricias se llenaba su corazOn de consuelo y de
Habiendo ya crecido bastante el Divino Nifio,
quiso ir con su Jose a buscar el alimento necesario. Y se lo dijo con mucha gracia para que lo lle-:
vara con el. El Santo experimento un consuelo indecible, y con el beneplacito de la Divina Madre,
se to Ilevo de la mano.
El Divino Nitio sang() de la casa por primera
vez con su Jose, y en ese dfa el tiempo estaba
muy sereno y tranquilo, haciendo los mismos elementos fiesta a su manera al ver ir por las calles
a su Creador. Todos los egipcios sintieron una insolita alegrfa, aunque no pudieran comprender
de donde viniera.
El Divino Nino iba con el rostro sereno y ma- .
jestuoso caminando graciosamente. El jtibilo que
probaba nuestro Jose era indescriptible, como que
ya sabfa que llevaba consigo al tesoro del Parafso,
al Hijo del Padre Divino.
Fue visto por muchos, y todos quedaban asombrados por la belleza y gracia del Nifio y se alegraban con Jose por tener un hijo semejante. No faltaron aquellos que dijeron: -"i0h que pena!, que este Nifio sea hijo de este pobre hombre, morgue
verdaderamente su aire es noble, su belleza es
muy especial, el aspecto es muy atractivo! iEs verdaderamente amable y gentil!"-. Todos quedaban
asombrados a esa vista. Hubo tambien unos pequelios nifios que lo acompafiaban, y a estos el
amable Jesus les hacfa fiesta y los miraba con rostro sonriente. Regreso a casa ,el afortunado Jose
con su Jestis, a quien esperaba con ansia su Santa
Madre.
Se difundio por la ciudad la fama de La belleza
y gracia que tenfa el hijo de Jose, y muchos deseaban verlo, pero no se atrevfan a ir a su casa,
por to cual esperaban con deseo que Jose se lo lle80 81
vara consigo para poderlo ver.
Sin embargo varios de los vecinos iban con alpretexto para visitar a la Divina Madre llevandoletrabajo, pero esto lo hacian para
ver a Ella y a 'su Hijo, quedando asombrados de
tanta belleza, Majestad y gracia.
Eran recibidos por la Santa Madre y por el Nino Jesus con mucha cortesfa, y las palabras de la
Divina Madre eran de mucha eficacia, quedando
siempre conmovidos los que iban alla y muy encarinados con la Madre y el Hijo; y cuando nuestro Jose salfa de la casa mas de una persona preguntaba por su esposa y por su hijo, deseando
verlos y tratar con ellos para su consuelo. La Divina Madre instruy6 a muchos en la verdadera Fe y
conocimiento del verdadero Dios, sobre todo para
los de buena voluntad y los que se habfan encarinado con Ella.
Iban a menudo unos pequefios ninos a ver al
amoroso Jesus y la Divina Madre los hacia entrar
en la casa, con ellos se entretenfa el pequeno Jesus.
Los acariciaba y les ensefiaba varias oraciones
y sentimientos .carinosos hacia su Padre Divino; y
esos ninos inocentes con mucho gusto se entretenfan con Jestis y be llevaban unas frutas y pan de
modo que se alimentary con ellos. El pequefio Jesus los recibfa, los bendecfa, y luego hacia que se
sirvieran y cogiendo El tambien algun bocado comfa en companfa de ellos y gozaba de entretenerse con esos inocentes.
Todo esto vela nuestro Jose y gozaba mucho,
pidiendo a su Dios que por lo menos esos tiernos
ninos aprendieran a conocerlo desde su temprana edad.
A veces cuando Jose salfa de casa con su Jesus
-era, como siempre, admirado y mimado por todos- y si lo acompanaban 4os pequenos, cuando
se encontraban en un lugar apartado, levantaba
la mirada al Cielo el Divino Nino y con el dedo sefialaba hacia el Cielo y les decfa: -"And arriba
estcf la Casa de mi Padre Celestial"-. X todos
esos ninos inocentes hacfan lo mismo y exclamaban: -"Alla arriba esta la Casa del Padre Celestial!"-, y nuestro Jose experimentaba un consuelo
tal que fijando El tambien la mirada al Cielo, quedaba en extasis contemplando la Gloria del Padre
Divino.
CuandO el Santo pasaba por las Galles con su
Jestis de la mano, era a menudo invitado por los
mas respetables de la ciudad a entrar en sus casas, porque querfan ver con mas comodidad a su
hijo y gozar de su amorosa Presencia. El Santo
con buenos modales. sedisculpaba; pero en esos
lugares donde habfan otros ninos y donde conocfa
que su Jestis querfa entrar, aceptaba la cortes invitacion y era recibido con gran cortesfa, saliendo
todos los de la casa para it a ver al hermoso Jestis.
El Divino Nifio entonces guardaba una postura
majestuosa, aunque amable, de modo que nadie
82 83
se atreviera a acercarsele para hacerle esas caricias que se suelen hacer a los nifios; por lo cual
todos quedaban admirados de tanta belleza, Majestad y gracia, y sentfan conmoverse el coraz6n.
Sin embargo con los ninos, si los habfa, se familiarizaba nuestro Jesus con ellos y los acariciaba;
y aquellos luego al haberse encariflado todos de
El no lo querfan dejar, por lo cual se ponfan a seguirlo y nuestro Jose los llevaba consigo. Luego
daba gracias a los que lo habfan invitado y de una
forma muy educada se despedfa. Las personas
por su parte le decfan que tuviera cuidado de su
Jesus, llamandolo afortunado por ser padre de un
hijo de tantas virtudes y que por lo mismo su
suerte era envidiada por parte de los mas respetables de la ciudad.
Una vez que el Santo estaba con su Jestis, consideraba las demostraciones de afecto que aquellos le habfan hecho y cOmo se mostraban tan encarifiados con su querido Jesus; y reflexionando
corn° se encontraban en un estado tan miserable,
privados del conocimiento del verdadero Dios,
sentfa una gran pena por ello y no pudiendo contener las lagrimas, lloraba amargamente por esta
desgracta y pedfa a su Jesus para que obtuviera
del Padre Divino la Gracia de que llegaran al verdadero conocimiento de Dios.
Lo mismo hacfa cuando se encontraba con
aquellos que lo saludaban y que se alegraban con
el por tener un hijo semejante. Una vez que se
iban el Santo lloraba por su ceguera, y decfa a su
Dios: -"Oh Dios mfo, estos no os conocen y demuestran buena voluntad hacia nosotros. i0h!,
zque podrfa hacer yo de modo que llegaran a conoceros y a amaros? Heme aquf dispuesto a dar
tambien la vida, si es necesario, por su conversion"-.
Y asf se iba continuamente ejercitando en estos deseos y ansias ardientes. A veces era visto
por algunos llorando y le 'preguntaban la causa
de sus lagrimas y el Santo nada contestaba. Sus
lagrimas no eran por otra cosa, sino porque deseaba el verdadero bien de todos, y al verlos privados de este lloraba amargamente. Aquellos no
entendfan lo que quisiese decir el Santo y muchos crefan que estaba deseandoles bienes ternporales, y por lo tanto decfan entre sf: -"Que
hombre mas sencillo es este, el por ser tan pobre,
cree que asf lo son todos"-.
Cuando se encontraba con aquellos que estaban dedicados a los vicios, se daba cuenta el Santo
de ello, porque observaba que su Jesus se perturbaba y se daba cuenta del por que; por lo cual mucho se dolfa y oraba por ellos, compadeciendo su
ceguera y miseria, no dejaba nunca de orar, continuando siempre, de modo que se enmendaran.
84 85
CAPITULO
Testis presta su ayuda a Tose
en el taller de carpintero;
dulces consuelos del Santo
Habiendo ya crecido en edad el Divino
de modo que podia hacer algun servicio a San Jose, quiso El mismo it con su padre adoptivo a ayudarlo en su trabajo y consolarlo con su amable
cornpafifa. Nunca crey6 el afortunado Jose que el
Divino Nino se quisiera rebajar tantoo - y ocuparse
en un trabajo tan humilde. Por lo tanto, cuando su
Jestis se lo dijo, el Santo quedo atonito y dijo que
esto no lo permitiria jamas, a mends que lo hubiese ordenado el Padre Divino. Y asi dirigiendose a
su Jestis le dijo: -"iCOrno, Vos eterna Sabiduria,
quereis rebajaros tanto? LA/. come podra consentir
vuestro siervo veros ocupado en el trabajo, Vos
tan delicado, Vos que continuamente teneis que
tratar con vuestro Padre Divino el interes muy importante de la humana Redencion. i,Corno to empelias en hacer trabajos humildes conmigo?"-.
Sin embargo su JestIs lo tranquiliz6 diciendole:
-"Que esa era la Voluntad de su Padre Celestial
y que El hal:4a venido at mundo para servir, y
no para ser_servido y que debfa enseiiar el des87
precio del lujo y de la soberbia mundana.
Nuestro Jose se sometio a la Voluntad del Padre Divino, nunca mas replico, dirigiendo su pensamiento al privilegio que significaba tener consigo en el pequetio taller a su amado JesUs, y se
consolo totalmente, Ilamandose feliz, dichoso, y
dirigiendose a la Divina Madre le decia como se
lamentaba por Ella, que se quedaba privada de la
amable Presencia de su JesUs. al llevarle consigo
al taller.
Pero la Divina Madre, toda conformada a la Divina Voluntad, y toda llena de caridad, le aseguro
que Ella gozaba con los consuelos que esto significaba para su Jose y que se cumpliera en todo la
Voluntad del Padre Divino.
Por lo tanto nuestro afortunado Jose quedo consolado, y se llevo consigo a su amado Testis, con
ese consuelo de espfritu que ya cada uno puede
imaginarse. Nuestro Jose estaba trabajando y le
parecia estar en el Paraiso, teniendo alli comp
asistente al Divino Hijo, el cual estaba todo atento
por ver lo que podia necesitar su Jose, y asf ofrecerle ahora las herramientas, ahora las tablas. Y
aunque eh edad tan tierna, entre cinco y seis anos,
demostraba un gran deseo de actuar como persona grande y fuerte, fatigandose en levantar las tablas. El Santo quedaba asombrado y procuraba de
todos modos que su Jesus no sufriera fatigandose,
pero el mismo Divino Nifio era tan atento que proveia al Santo en todo lo que le hacfa falta.
El afortunado Jose estaba concentrado viendo
a su amado Jestis, contemplando la Divinidad que
estaba escondida en El, de la cual vefa traslucir
claras sefiales aun al exterior. El Divino Nifio hacfa todas las cosas con tanta gracia, que arrebataba el corazon de quien lo vela; ahora mucho mas
a su amado Jose que tanto lo amaba.
A veces cuando JesUs le entregaba las herramientas u otra cosa necesaria para el trabajo, el
Santo las recibfa de la mano y quedaba extasiado,
tanto era el consuelo que probaba su espfritu. A
veces, en el acto mismo de trabajar, fijaba la mirada en su amado Jesiis y quedaba casi inmovil.
El Santo sufrio tambien a menudo desmayos
de amor, por lo cual se sentaba sobre el banco
donde trabajaba, y entonces su Jesus lo tomaba de
la mano y lo acariciaba; y al volver del dulcfsimo
desmayo, le decfa: —"i0h, mi amado Jesus!, ioh, hijo querido y amado! de donde pues a mf tener
este gran privilegio de teneros en mi compafifa?
que mi alma no puede soportar la plenitud
del gozo que me causa vuestra amable Presencia"—. Su Jesus le contestaba y le decfa que esa era
una pequefia primicia del gozo inmenso que le estaba preparado en la Casa de su Padre Celestial.
Mucho mas se consolaba el Santo con estas palabras, esperando tener que gozar por una eternidad esos bienes y consuelos, que la mente humana no puede entender ni profundizar.
Se dieron cuenta los habitantes de Egipto de
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que el Nifio Testis iba con su padre adoptivo al taller a trabajar, y quedaban asombrados de que en
esa tierna edad el Nitio pudiera ayudar a su padre. Experimentaron por lo tanto mucha alegria,
porque asf lo podfan it a ver y gozar de una vision tan bella; y de hecho iban ally muchos, quedando todos asombrados de la gracia y belleza
del Divino Nino. Admiraban la modestia, la Majestad, la amabilidad, la atencion que demostraba
ayudando a su Jose en lo que el necesitaba, y todos lo alababan, ilamando afortunado a Jose por
tener un hijo semejante. Hubo sin embargo muchos que reprocharon al Santo, tratdndolo de insensible, y diciendole que que clase de corazon
tenfa, al permitir que su pequeno hijo trabajara
por encima de sus fuerzas.
Estas palabras traspasaban el corazon del
Santo, y no podia contestar, puesto que el en esto
no tenfa nada que ver, pero se callaba y ofrecfa su
dolor a Dios.
El amabilfsimo Jesus se mostraba con todos
atento y amoroso, haciendo con el Padre Divino
todos aquellos actor que ya en su vida interior estan escritos. Acudfan tambien unos ninon para
entretenerse con el amable Jesus, y El se entretenfa con estos con gusto y los instrufa en los' misterios de la verdadera Fe. Comenzaron a acudir
tambien varias personas al taller de Jose, Bevandole algtin refrigerio para que su Jestis pudiera
alimentarse porque cada uno conocia la gran pobreza, y el pequetio Jesus lo recibia con mucha
cortesfa y luego lo distribufa a los pobres.
A Jose le ordenaban algunos trabajos, y esto lo
hacfan con tal de tener la ocasian de ver y de entretenerse mimando al Divino Nino, de modo que
por las ordenes de trabajo le tocaba a nuestro Jose fatigarse mucho. Pero su Jestis no solamente lo
ayudaba, sino que lo consolaba tambien con las
muchas finuras que le hada, secdndole el sudor•
del rostro con sus santas 'manor, y la ayuda. que
Jesus le daba servia al Santo de mucho alivio. El
Santo languidecfa de amor pero era muy robustecido por la Gracia de su Jesus.
Los trabajos que realizaba San Jose eran tan
bien hechos que causaban admiracion en sus
clientes, y todos quedaban satisfechos. El pago
que el Santo recibfa de sus trabajos, era hecho con
espontanea voluntad. De lo que recibfa, parte lo
empleaba para cubrir sus millimas necesidades,
lo demds lo distribufa entre los pobres, de lo cual
gozaba mucho su Jesus y animaba a Jose en su
trabajo, para que con el pudiera ayudar a los pobres, a los cuales tenfa un carifio particular.
Hubo muchos de los notables de la ciudad que
fueron a proposito y en persona al taller de Jose a
preguntar por su hijo, porque, decfan ellos, el Nitio tiene un semblante muy noble y muy delicado,
y no vale tenerlo en este taller. Nosotros lo criaremos civilizadamente y lo trataremos delicadamente. Vos sois pobre, por lo tanto nosotros os haremos abundantes limosnas. Dadnos pues a vuestro
90 I 91
hijo, que sera preocupaciOn nuestra darle una
educacion civilizada.
El Santo a estas palabras temblaba de temor y
se ponfa palido. Agradecfa su afecto y les decfa
que El no tenfa otro consuelo que el de teller consigo a su Jesus, que eso era todo su bien y su tesoro, su herencia, que mas bien darfa toda su sangre
y su vida misma para no quedar privado de su
amado hijo. A estas palabras le contestaban: -"Teneis razors, no podemos desestimaros en esto, ni
molestaros"-.
De eso el. Santo quedaba totalmente consolado, y luego decfa a su JesUs: -"Oh mi querido y
amado JesUs, no permitais nunca que yo me quede sin Vos, como por otro lado merecerfa por mis
faltas de correspondencia a vuestro gran Amor.
Pierda primero yo la vida, que quedar privado de
Vos. Yo se que serfais muy bien tratado si estuvierais con esos que os ansfan, pero Vos no buscais
delicias, ni comodidades; Vos sois amante de la
pobreza, por lo tanto espero que no delareis de
estar conmigo, vuestro pobre siervo"-.
El amable JesUs lo animaba y le aseguraba
que El no se alejarfa nunca de su compatifa y que
siempre lo obedecerfa como hijo, sometido en todo a el.
Lloraba por el consuelo que sentfa el Santo a
estas palabras, y le agradecfa afectuosamente.
Luego cuando iba donde la Divina Madre se lo
manifestaba todo, Ella gozaba mucho de ofrlo na92
rrar, aunque ya lo sabfa todo.
Aunque el Divino Nino fuera al taller con su
Jose, muy a menudo se quedaba con su querida
Madre para consolarla con su amable Presencia,
quedandose con Ella en santas conversaciones.
Entonces nuestro Jose experimentaba unas ansias amorosas y suspiraba por su amado Jestis,
para que volviera al taller, pero luego compadecia
a su esposa y se decfa a sf mismo: -"Oh que ansia
amorosa tiene que sufrir la Divina Madre cuando
nuestro Jesus se ocupa aquf en el taller conmigo,
y Ella queda privada de su querida y amable Presencia. ;Oh cuanto la compadezco, porque yo
pruebo una pena muy grande de ello! iQue sera
de Ella, que debe amarle mas que yo, pues es su
hijo natural! Es Con razon que Jesus la consuela
quedandose con Ella"-.
A veces le sucediO al Santo que mientras iba
pensando en esto, salfa de su taller sin darse
cuenta y se iba a la casa donde estaba su JesUs
con la Divina Madre, y al darse cuenta de lo que
le habfa ocurrido pedfa perdon a la Madre y al Hijo, diciendoles que lo compadecieran porque el
amor le hada hacer eso sin que el se diera cuenta. En estas ocasiones era recibido por el Hijo y la
Madre con gran demostracion de afecto, y tambien el era admitido en las conversaciones santas
que tenfan por las cuales el Santo quedaba todo
consolado y lleno de alegrfa, y luego daba gracias
a su Dios por todo lo que habfa permitido para su
bien y consuelo de su alma.
93
Despues volvfa a su trabajo, y todo concentrado en lo que habia oido, mientras trabajaba lo iba
meditando, por lo cual mucho se fatigaba pero no
sentia la angustia de la fatiga, porque el amor no
le hacia sentir el sufrimiento, antes bien gozaba
en la misma fatiga sabiendo que todo lo hada para cumplir la Voluntad del Padre Divino y que con
la ganancia de sus fatigas se alimentaba el Divino
Nino y su amada esposa, y que con lo que sobraba hacia la caridad a los pobres, y ya sabia que
en esto daba mucho agrado a su Dios y a la Divina Madre.
Muchas eran las demostraciones de afecto y de
gratitud que nuestro Jose recibia de su Santa esposa por los trabajos que hacia, proveyendo del
alimento necesario y toda otra cosa que hacia falta, como tambien por la limosna que daba a los
pobres.
Y aunque le agradeciera mucho las cordiales
expresiones de su amada esposa, a pesar de eso
por su humildad se consideraba indigno de ello, y
le decia como 61 no merecla en absoluto que Ella
se le mostrara tan amable, siendo obligacicin suya
hacer eso y mucho mas, y que no era poca su
suerte que tanto Ella como su Hijo Divino quedaran complacidos de su servicio, de lo cual 61 se
consideraba tan indigno. En efecto nuestro Jose
en todas las circunstancias practicaba siempre
una profunda humildad, reconociendose no merecedor de nada, lino de fatigarse para el mantenimiento de su Jesus y de la Divina Madre, y consi94
deraba una gran suerte poder fatigarse por su
sustento, como de hecho asi lo hacia.
Cuando ilevaba a la casa alguna cosa, como
frutas, legumbres, de los cuales se alimentaba la
Divina Madre y el pequetio Jesus, este le daba el
encuentro y las cogfa con sus santas manos con
tanta qemostracion de afecto hacia su Jose que
era una maravilla verlo, y asi decia: —"Mi Padre
Celestial recompense vuestra caridad"—. A estas palabras no podia contener las lagrimas el
Santo, sintiendose llenar de confusion y a la vez
de jubilo y de consuelo_ Luego el amabilisimo Jesus continuo yendo con nuestro Jose al taller para
ayudarlo. Sin embargo, los trabajos que hizo en
Egipto ninguno los realiz6 por si solo, mientras
que -el primer trabajo que Jesus hizo fue una pequetia cruz, pero esta la quiso hacer en Nazaret
entre los suyos, porque le fue preparada, como se
dira, entre los suyos y por su pueblo predilecto.
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CAPITULO V
El Angel, en el suefio,
le ordena a Tose que regrese
a su patria; la salida
Nuestro Jose estaba en Egipto muy feliz, pues
la gente habia comenzado a quererlo, y gozaba
que su amado Jestis y su querida esposa fueran
amados y bien vistos por todos; y aunque en el
pasado hubiese hablado muchas veces con la Divina Madre acerca del regreso a Nazaret, esperando la orden de Dios, sin embargo en ese entonces vivfa completamente despreocupado de
ello y estaba muy contento en ese lugar, donde su
Dios lo habia enviado para salvar la vida, a su
Unigenito, por lo tanto, todavia no pensaba salir
de aquf. Cuando una noche el Angel le hablO en
el suefio y le ordeno que regresara a Nazaret su
ciudad, porque ya habia muerto Herodes, que
buscaba dar muerte al Divino Nino.
Se desperto el Santo y muy contento se fue
donde su esposa y le manifest6 cuanto el Angel
le habia dicho en el suefio. La Divina. Madre ya
estaba al tanto de todo, aunque no diera ninguna
sepal de ello a su Jose.
A este aviso se postraron juntamente en el
97
suelo y adoraron la orden recibida por parte de
Dios. Trataron luego acerca de este particular con
su amado Jesus, el cual les hizo una conversacion
sobre los divinos decretos, con esa gracia y Sabidurfa que ya cada uno puede imaginar. Nuestro Jose quedo totalmente consolado, pues por un lado,
estaba contento de volver a su patria, pero por
otro lado, sentfa pena de tener que Ilevar en ese
largo y penoso viaje a su esposa y a su Jesus.
Pensaba en los sufrimientos que estos habrfan
sufrido en el largo camino, y sentfa amargura de
ello, pero despues que su JesUs le hizo esa sublime conversacion se alegrO plenamente y se conso16, mostrandose dispuesto para cumplir las &denes de Dios. Sin embargo no dejaba de decir a su
Jesus: —"Pero Vos, mi querido hijo, ipadecereis mucho en este viaje, y esto me da mucha pena!"—. Pero su amado Jestis lo consolaba con palabras de vida y le decfa que El gozaba al sufrir, porque cumplfa la Voluntad de su Padre Celestial.
Asf nuestro Jose ordeno todo lo que tenfa para
su trabajo, vendi6 sus herramientas e hizo abundante limosna a los pobres.
Manifesth a los mas fritimos su regreso a su
patria y' esto caus6 dolor a muchos, porque las
virtudes sublimes del Santo varon hacfan que
fuera amado tambien por los idolatras, y el amor
que tenfan al Nino Jesids era grande, tanto por su
excepcional belleza como por las sublimes cualidades que tenfa.
Sintieron tambien mucha tristeza algunas
amigas de la Divina Madre, a quienes Ella con
sus santas persuasiones e instrucciones habfa
iluminado e instruido en la verdadera Fe. Estas
derramaron muchas lagrimas, y puesto que eran
mujeres que deseaban hacer el bien y crecer en
el amor y conocimiento del verdadero Dios, sintieron una pena inmensa al tener que estar privadas de una maestra tan Santa.,
Por lo tanto la Divina Madre las consols:5, las
animo y les dejo muchos recuerdos, prometiendoles que siempre las recordarfa y que rogarfa al
verdadero Dios por ellas.
Lo mismo hizo nuestro Jose con sus amigos
que habfan sido instruidos por el. En efecto fue
llorada por muchos su partida, y con razon, porque habfan recibido beneficios tanto espirituales
como temporales, porque en las necesidades de
la enfermedad o de otra cosa se mostraron favorables y amorosos hacia todos aquellos que acudfan
a ellos. Dejaron esos pocos utensilios que tenfan
en la casa todos en limosna a los mas necesitados
entre sus amigo& y se prepararon a la partida sin
provision alguna confiando totalmente en la IDivina Providencia. Y si nuestro Jose encontraba al-
. gun dinero, ese tambien lo tenfa listo para dar en
limosna a algUn pobre necesitado que hubiese
encontrado.
Mientras se iban disponiendo para la partida,
nuestro Jose, siendo de corazOn muy tierno y
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resistir a la fuerza de su amor. Pero si tan grande
era el amor que tenfa para su Jesus, mas atin era
el dolor que sentfa al ver que no era conocido por
muchos, antes bien gravemente ofendido.
Este pensarniento le hada pasar noches enteras llorando las ofensas que su Dios ,recibia y la
ceguera de tantas almas idolatras, y decfa entre
si: -";Oh, mi Dios .Humanado!, ,es posible que al
estar Vos en medio de los infieles, estos no se
conviertan a Vos? ;Oh, por piedad!, iiluminad a esta ciega nacion con vuestra poderosisima Luz!,
ihaced que os conozcan y se conviertan a Vos!"-.
Deseaba que todos los egipcios llegaran al conocimiento del verdadero Dios, y al ver a su Jesus, todos,quedaran prendados de su Amor.
Por lo tanto decia a menudo a la Divina Madre: -"jOh, cada hora me parece mil para. que
nuestro Testis se deje ver!, morgue no es posible
que los corazones de esta gente, aunque idolatra,
no queden heridos por su Amor! Entonces tendre
por lo menos el consuelo de que nuestro Testis
sea 'amado, 'aunque no sea conocido. iOh,' comp
quedaran todos prendados de amor, cuando wean
it por sus barrios a nuestro Testis, tan querido,
tan hermoso y tan gracioso! Yo lo Ilevare de la ma7
no y tendre la suerte de tenerlo siempre conmigo.
No tengo duda alguna de que por parte de estos
sera envidiada mi suerte feliz"-
Asi se iba desahogando con su Santa eSposa,
la cual gozaba mucho al dr a su amado Jose tan
deseoso de que Jestis fuera conocido y amado; y
para consolarlo le decia: -
"iVendra el tiempo, si
vendra, en el cual nuestro Jesus sera conocido
por muchos, seguido y amado!, pero sera tambien odiado y muy perseguido ,por muchos,
porque los ciegos odiaran la Luz. iVos ya sabeis la profecia de Simeon!, cuando nos dijo de
que nuestro Jesus sera la ruina y la resurrecchin para muchos!; por lo tanto, tenemos que
estar seguros de que llegara ese tiempo"-.
A estas palabras mucho se dolia nuestro Jose,
porque su deseo era de que todos. conocieran y
amaran a su Testis. Y se ponia a mirarlo atentamente y luego le decia: -"iMi querido y amado Jesus!' zSera posible que se encuentre en el mundo
quien no os ame?, zcorno podran hacer para no
amar tanta belleza, tanta gracia, tanta Bondad?
VueStro amable semblante mueve el amor tambien en las criaturas irracionales, iy no podra mover tambion el amor en los corazones humanos?
iAh, como Me irrita .esto y me amarga! iVos pues,
amor mio, no' sereis amado por muchos, antes
bien sereis rechazado y perseguido! iQue nunca
me encuentre en ese tiempo en el que Vos, querido TeStis mio, sedis perseguido! iQuede yo falto de
vida, antes de veroS maltratado, querida vida mia,
mi amable Testis, digno de todo respeto y del
amor de todos los corazones!"-.
pasaba luego mucho tiempo pensando que es
que podia hacer para que todos amasen a su Jesus. Y aunque el amor le sugiriese varios modos,
74 75
amoroso, no podia retener las lagrimas al oft los
llantos de sus amigos, y de una manera muy educada les agradecia por la caridad que le habian
brindado, asi como por el afecto que le habian demostrado. Mas de uno le preguntaba la razon para
salir tan rapid() y dejarlos, a los cuales el Santo
contestaba que lo hacia solo porque tenfa que
cumplir la Divina Voluntad, y que quien lo habfa
enviado alit lo llamaba de nuevo a su patria. Muchas fueron las suplicas que nuestro Jose oyd, por
parte de los egipcios para que se quedara entre
ellos y no se fuera. Muchos le hacian propuestas,
y se ofrecfan para ayudarlo en sus necesidades; a
los cuales el Santo correspondfa con afectuosos
agradecimientos manifestando su complacencia
por su cortesfa y su buena voluntad.
Hubo tambien quien le rogO para que dejara a
su hijo, presentandole varios pretextos. Entre
otros, que por la tierna edad y por su delicadeza
corria el riesgo de enfermarse durante el camino.
Por esto fue muy presionado. El Santo sonrefa a
estas peticiones, y les dedia abiertamente que el
nunca habria podido partir sin su amado hijo, el
cual era todo su consuelo, y que no se habia enfermado wand° lo trajo aquf recien nacido, mucho mas esperaba que no se enfermaria ahora que
estaba mds avanzado en edad, y que totalmente
confiaba en su Dios que lo asistiria y protegeria
en ese viaje, como lo habia hecho en todas las circunstancias. Con estas palabras tranquilizaba a todos y cada uno quedaba en paz, conociendo como
el Santo varon con razon se resistia en dejar alli a
su hijo, porque quien hubiese estado en su lugar
no habria consentido jamas quedar privado de un
hijo semejante.
Nuestros grandes personajes establecieron el
dia y la hora de la partida, segtin entendieron y
oyeron que esa era la Voluntad del Padre Divino.
Antes de partir se postraron todos en el suelo,
adorando al Padre Divino y agradeciendole por todo lo que habia hecho por medio de ellos en esa
ciudad, porque muchos ilegaron al conocimiento
del verdadero Dios.. Le pidieron su ayuda en ese
largo y penoso viaje. Le rogaron para que recompensara a sus amigos por tanta caridad que habian empleado con ellos y por el afecto que les
habfan demostrado. Le rogaron por toda esa nacion, de modo que todos llegaran al conocimiento
del verdadero Dios y le encomendaron a aquellos
que ya habian sido iluminados; y le pidieron su
bendicion paternal.
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CAPITULO VI
Acontecimientos dolorosos y
alegres del viaje
Despues que nuestros p'ersonajes recibieron
la bendician del Padre Divino, se fueron por la
mafiana temprano, habiendose el dfa anterior
despedido de todos sus amigos. Nuestro Jose salici
de casa con su Santa esposa y el Divino Nifio, teniendolo en medio de ellos, despues de haber estado en Egipto entre seis y siete afios.
iEra sorprendente ver a nuestro Jose con que
cuidado llevaba a los dos grandes personajes, Jestis y Marfa! Todo diligente y amoroso, con un gozo que tambien se le notaba en el rostro brillante
y majestuoso. Aunque fuera de mafiana temprano, sin embargo fueron vistas por algunos egipcios, los que admiraron la especial belleza de la
Madre y del Hijo.
Llamaban dichoso a Jose, por haber conseguido una esposa y un hijo semejantes, y mucho
mas Ilarnaban dichosa y afortunada a la Madre
que lo habfa dado a luz. Nuestro Jose gozaba al
ofr alabar a la Madre y al Hijo, y daba gracias a
su Dios por el favor que le labia hecho al escogerlo como padre adoptivo de su Unigenito.
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Una vez que con toda dicha salieron de Egipto, iban juntos alabando al Padre Divino. Nuestro
Jose tenfa la mirada fija ya sea en su esposa, como en su Jesus, acomodandose a sus pasos. Los
mismos espfritus angelicales admiraron esta santa compania, y les hacian la corte. El tiempo se
hizo muy claro y agradable y parecia que todos
los elementos se alegraran y exultaran a su manera, y las criaturas todas se alegraran a la vista
de su Creador.
Los pajaros con sus canticos armoniosos los
acompanaban, y nuestro Jose todo lo observaba, y,
por la dicha que su corazOn experimentaba, no
podia dejar de derramar las lagrimas.
Despues de haber caminado por algtin tiempo,
nuestro JOse, todo preocupado por su Jestis y la
Divina Madre, para que descansaran, se detenfa,
y como jefe de familia ordenaba se hiciera un
pequeno descanso. Sin resistencia alguna era
obedecido por-la Madre y el Hijo, sentandose en
una colinita y alli se detenian.
El Divino Nino sentia el cansancio, al igual
que cualquier nino, y se lo vela hambriento; de
eso nuestro Jose sentia una gran pena y le pedia
que consiguiera la Gracia del Padre Divino para
que el solamente sintiera el cansancio, y le decia: ,
—Oh mi querido y amado hijo!, decid al Padre Divino que me haga experimentar todo el sufrimiento del cansancio, porque solo ye soy pecador.
A mi me toca ei sufrimiento y no a Vos y a vuestra Divina Madre, que sois inocentes y Santos.
El Divino Nino 'le contestaba con mucha gracia, y le decia que El habia bajado del Cielo a la
tierra para sufrir y que sufria con mucho agrado
para cumplir la Voluntad del Padre y por la salvacion del genero humano. Luego le manifestaba el
gusto que sentia al sufrir con tanta gracia que,
tanto el Santo como la Divina Madre, se encendfan en el amor al sufrir, de modo que todo lo que
sufrian les parecia muy poco. Y asf despues de
haber descansado un poco retomaban su viaje, y
cuando el Divino Nino se daba cuenta de que su
Jose estaba cansado, comenzaba a hablarle acerca
de las perfecciones de su Padre Celestial; de lo
cual el Santo sentia tanto agrado, al igual que la
Divina Madre, que ya no sentfan la angustia del
cansancio, sino que caminaban todos concentrados gozando una dicha indescriptible en su espiritu de modo que hacian el largo viaje sin ni siquiera darse cuenta.
Nuestro Jose no conocia el camino que lievaba
a Nazaret; a pesar de eso no pregunto ni averiguo
nunca, seguro que al it con Jestis no habria equivocado el camino; y de hecho el Divino Nifio los
guiaba por el camino correcto. A veces se detenian, y el Divino Nino les hacfa contemplar la
grandeza del campo y la inmensidad de los cielos
y les decia: —"Observad el orden de todas las cosas y la Sabiduria con la cual mi Padre Celestial las ha creado" —. Y comenzaba a hablarles de
la Sabiduria divina con tanta gracia y elocuencia
104 105
que tanto nuestro Jose como la Divina Madre
eran arrebatados en un extasis y asf se quedaban
por algtIn tiempo; y entonces el Divino Nino se
quedaba orando al Padre y suplicandole por la
salvaciOn del genero humano.
Al volver luego del extasis, segufan su viaje
todos consolados y llenos de alegrfa y de jilbilo.
Durante ese dfa nuestros Santos peregrinos estuvieron en ayunas, sin otro alimento que el divino
consuelo que experimentaban en sus almas y la
Presencia alegre de su amado Jestis, que los Ilenaba. Sentfa sin embargo. gran pena nuestro Jose
por su Jesus, que siendo de tan tierna edad tenia
tanta necesidad de alimentarse. Pero Jesus le animaba y le decfa: — "Mi querido Jose, no os aflijdis, que nosotros nos alimentaremos esta tarde en el albergue a donde llegaremos. No os
aflijdis por mi sufrimiento, porque tengo que
comenzar pronto a sufrir y tengo que padecer
mucho con el avanzar del tiempo. De modo que
no sufrdis por tan poca cosa, antes bien dad
gracias conmigo al Padre Divino, que me da la
ocasi6n de sufrir algo por lo cual pueda yo manifestarle el Amor que le tengo a El y at genero
humano" -L.
Siendo ya la hora avanzada nuestros peregrinos comenzaron a ver el lugar donde debfan Ilegar para quedarse esa noche y tomar algtin descanso, y nuestro Jose sintio mucho consuelo, no
tanto para sf, sino por su Jesus y por su amada
esposa; por lo cual apresuraron los pasos para poder llegar a tiempo, sintiendo sin embargo de esto mucha pena nuestro Jose, por el temor que tenfa de que su JestIs y su esposa se cansaran. Pero
tambien era necesario apresurar el viaje, de modo que la noche no los sorprendiera antes de Ilegar. De hecho a nuestro Jose con todos los consuelOs inexplicables que iba experimentando, no le
faltaron nunca penas por los padecimientos de su
querido Jestis y de su amada. Esposa.
Al atardecer fueron hospedados los Santos peregrinos, y su refrigerio fue de pan y agua con pocas hierbas y frutas con las que se alimentaron.
Al retirarse a una habitacion, aunque los posaderos admiraran con asombro la belleza y modestia de la Divina Madre y del Nino Jestis, a pesar de eso, no hubo nadie entre ellos que les dijeran cosa alguna, permitiendo Dios que fueran dejados en libertad; y asf pasaron esa noche, en parte rezando las divinas alabanzas, en parte desCansando sentados, y en parte orando.
La mafiana siguiente, temprano, despues de
haber adorad.o, conjuntamente al Padre Divino y
de haber hecho los acostumbrados ejercicios de
oracion, partieron. Siguiendo su camino no faltaron algunos que los observaran, llamandci dichoso a Jose por haberse encontrado una esposa tan
digna y a un hijo semejante, que arrebataban el
coraz6n de quien los miraba, tanta era su gracia y
belleza. De todo esto gozaba nuestro Jose y daba
gracias a su Dios, reconociendo siempre mas el
•
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beneficio que habfa recibido.
A veces, al estar cansados, el amado Jestis cogla a su Jose y a su Divina Madre de las manos, y
asf caminaba en medio de ellos. Entonces tanto a
Jose como a la Divina Madre les parecla ser llevados sin sentir fatiga ni cansancio al caminar, y
nuestro Jose, dirigiendose a su amado Jesus, le
decfa: -"iOh querido y amado hijo mfo!, Vos alividis mi angustia y haceis que yo no sienta cansancio sino consuelo; pero a Vos, zquien os quita
la pena que sends al caminar, tanto mas que sois
de una edad tan tierna?"-: Y entonces le contestaba con mucha gracia el amado Jesus y le decfa:
Amor,hace que Yo no sienta el cansancio.
Esto mitiga toda amargura, esto me hace _soportarlo todo con alegrfa y me hace caminar
expeditainerite"-. Entonces nuestro Jose exclamaba: -"Oh, Amor, Amor! ;Oh, yen a mf; enciende tambien mi corazon!"-, y diciendo asf cafa en
extasis,' por esto se detenfan unos momentos y
luego con mas entusiasmo segufan su viaje.
Miestro Jose al ofr nombrar el Amor se encendfa de tal manera qUe parecfa que en su corazon
hubiese uri fuego, como • en efecto lo habfa; cafa
en extasis por la dulzura de esta palabra Amor;
por lo tanto su Jesus a menudo le hablaba de ello,
y a veces hablandole' del Amor infinito que el Padre DiVino tenfa hacia el genero humano, enviando a su' Unigenito para redimirlo. Mientras mas
hablaba Jesus de este Amor, Jose se deshacfa y no
podia resistir a la fuerza del amor que experimentaba, alimentando ese dichoso incendio que
ardfa en su corazon; y las palabras de Jestis eran
como un fuelle que encendian siempre mas ese
fuego celestial.
Habiendo caminado bastante tiempo, nuestros
peregrinos descansaron un poco, necesitando de
algun refrigerio, y al no haber nada en esos campos vinieron unos pajaritos y les trajeron en sus
picos unos frutos, depositandolos en el regazo de
Jesus, con los cuales se alimentaron conjuntamente. Rindiendo afectuosas gracias al Padre Divino, que tan admirablemente los estaba restableciendo y proveyendo en sus necesidades por medio de sus criaturas irracionales I.
Una vez que se alimentaron con esos frutos, el
gracioso Jesus les hada un discurso acerca de la
Divina Providencia, y con sus palabras grababa
siempre aids la confianza en el corazon de nuestro Jose y la gratitud hacia el Padre Divino.
Otras -veces venian otros pajaritos cantando, y
algunos llevaban ramas de flores en su pico y.las
hacfan caer sobre el Divino Nifio; y nuestro Jose
todo lo observaba con gran atencion y conservaba
todo eso en su corazon, reflexionando luego y alabando a su Dios por las maravillas que realizaba'
por medio de los animales en honor de su amado
hijo_ Otras veces, mientras descansaban, venfan
1
. Si un cuervo por muchos afios Ilevo el pan necesario Pablo
"el ermitafio", ino nos debe sorprender que -estas Pequaas ayes
lleven algunos frutos al Creador de todas las cocas!
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unas palomas con ramas de olivo y las depositaban en el seno de Jesus, de la Divina Madre y
tambien de Jose; y esos animalitos les hacfan fiesta, demostrando jUbilo y alegrfa, agitando las alas
y saltando; nuestros peregrinos se deleitaban al
mirarlos, gozando de que los animales irracionales festejaran al Unigenito del Padre Divino. En
este viaje, como se dira, no dejaron de venir tarnbien los animales silvestres mas salvajes para
rendir homenaje a su Creador, de lo cual nuestro
Jose quedaba muy sorprendido.
Asf segufan su viaje los Santos peregrinos, y
les toca muchas veces estar tambien de noche en
medio del campo, no habiendo por esos lugares
desiertos y abandonados algtin lugar donde hospedarse. jOh!, entonces sf que a nuestro Jose se lo
vela muy triste y afligido, teniendo que ver a su
querido Jesus y a su amada esposa en medio del
campo al descubierto, por lo tanto se ingeniaba
en arreglar su manto de modo que cubriera a los
tres, en forma de cabana. El Santo lo hada con
mucho arte e ingenio, que parecfa como una pequefia cabafiita, y allf pasaban la noche con tanta
alegrfa del Divino Hijo y de la Santa Madre porque gozaban verse en tanta pobreza. Pero nuestro
Jose estaba herido por un agudo dolor al ver los
sufrimientos de la Madre y del Hijo, y por no poder ayudar en tanta pobreza y en tan gran necesidad.
Otras veces venfan los Angeles y les lievaban
el alimento necesario, de lo cual nuestro Jose daba afectuosas gracias a su Dios. Cuando se encontraba en una gran necesidad, clirigiendose al Padre Divino le suplicaba para que les proveyera,
diciendole que no mirara su indignidad, sino a la
necesidad de su Unigenito Hijo y de la Divina
Madre. Dios no tardaba mucho en proveerlos,
ahora de una manera, ahora de otra. Acontecio
sin embargo algunas veces que queriendo Dios
probar a su siervo fiel, se demora en proveerlos, y
el Divino Hijo decfa a su Jose: -"Padre mfo, Yo
me encuentro necesitado de algtin refrigerio, a
la vez que siento hambre y sed"-.
Estas palabras herfan el corazon de Jose, y se
ponfa a llorar con las manos juntas hacia el Cielo,
invocando a la Divina Providencia, luego dirigiendose a su amado hijo, le decla: -"Oh amado hijo
mfo, zque podrfa hacer yo para ayudaros en vuestra necesidad?, yo me siento morir por no tener
como ayudaros. Rogad pues a vuestro Padre Divino para que se digne enviaros el alimento necesario, cuanto sea suficiente para Vos y para vuestra
Santa Madre, que para mf, al no merecerlo, sufrire de buena gana esta necesidad"-.
Y el Divino Nifio, al igual que los otros nifios,
se encbgfa de hombros y mostraba sefiales de
gran necesidad; por to cual el Santo se ponfa de
rodillas y con muchas lagrimas rogaba a su Dios
para que viniera en ayuda de su amado Jestls en
esa necesidad. El Padre Divino, despues de haber
probado la paciencia y el sufrimiento de su siervo,
lo provefa abundantemente, tanto para su Unige110 111
nito como para la Divina Madre y para su fiel
siervo; y esto lo hacfa a traves de los Angeles; de
lo cual quedaba totalmente consolado el apenadfsimo Jose, rindiendo abundantes gracias a su
Dios por la providencia que le habfa enviado, y
suplicaba a su Santa esposa para que cantara alguna alabanza a la Divina Providencia, y lo hacfa
con el beneplacito de su Jesus y para consuelo de
Jose, que cafa en extasis por la dicha.
Nuestro Jose sufrici tambien ciertas amarguras
en este viaje, sobre todo cuando en alguna conversacion que el Divino . Nifio mantenfa con su Padre Divino, se le vela todo triste y angustiado.
;Oh, • entonces sf que nuestro Jose se amargabal,
no se atrevfa a preguntar a su Jesus que sucedfa
y por que motivo estaba asf afligido. A lo sumo, le
preguntaba si sentfa algtin malestar, pero el Divino Nifio decfa que no. ;Oh!, a este punto deliraba
el afligido Jose y decfa dentro de sf: -"Oh mi querido Testis, ,que teneis Vos que os molesta? ;Oh
querido hijo, oh hijo inocente! 2,Vos entre sufrimientos?, LVos que sois el Unigenito del Padre, el
consuelo de todo el Parafso, el alivio de nuestras
almas? ;Como sufre mi corazOn al veros asf entre
angustias! jAh, tal vez yo habre faltado en algo,
tal vez lo habre disgustado!"-, y asf mas se amargaba el afligido Jose, tanto mas que el Divino Nino no le decfa nada, y siguiendo el viaje con su
pena se dirigfa con la mirada hacia la Divina Madre, y vela que Ella tambien estaba triste, haciendo compalifa a su. Divino Hijo; pero el Santo con
la expresion de su rostro hacfa entender a la Divina Madre su dolor y Ella lo consolaba mencionandole como el Divino. Nifio estaba conversando con
su Padre Divino, afligiendose por las ofensas que
recibfa del mundo.
Con esta explicacion quedaba bastante tranquilo el afligido Jose. Al convencerse de que su
Jestis no se afligfa por su causa, se tranquilizaba
y desaparecfa su pena, aunque sintiera cierta
amargura al verb en esa pena. Y tambien el reflexionaba sobre muchas ofensas que su Dios recibfa del mundo, y se dolfa, derramando amargufsimas lagrimas, y permanecfa inquieto hasta no
ver tranquilizado a su Jesus, el cual luego le apaciguaba diciendole: -"Mi queridfsimo padre
mfo, ;no sufrdis demasiado, cuando me veis
afligido!, ni esto os cause admiracidn, porque
vos ya sabeis que Yo he venido at mundo para
redimir at genero humano, y siendo esta una
mision de mucha importancia, estoy tratando
continuamente de ella con mi Padre Divino. Yo
se cuanto mi Padre Celestial ama al mundo, y
veo la recompertsa que actualmente recibe del
mundo ingrato, y tambien la que redbird en el
futuro, por lo cual no puedo menos que sentir
toda la amargura. Si me veis afligido, no temdis que sea por causa vuestra, porque Yo os
aseguro que vos sois para Mf un consuelo y no
una pena"-. A estas palabras nuestro Jose se postraba en el suelo y bafiado todo en lagrimas, le decfa: -"Compadeced y perdonad a vuestro siervo,
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porque es tanta la pena que siento al veros afligido y triste, que me siento traspasar el alma por to
estado; al estar con Vos siento alivio y alegrfa, y
si Vos estais afligido, yo por cierto no puedo vivir
• consolado"-. Y hacfa muchas cordiales expresiones a su JestIs hablandole sobre el gran amor que
le tenfa y rogandole para que hiciera que toda la
amargura que El sentfa la traspasara a su corazon, porque mas contento habrfa sido si el todo lo
hubiese tenido que sufrir, con tal de que no hubiese tenido que sufrir su Jesus, al cual amaba
mucho mas que a sf mismo, mas bien, todo su
amor habfa depositado en El.
114
CAPITULO VII
Incertidumbre acerca de la
meta; ,Judea o Galilea?
Nuestros Santos peregrinos segufan su viaje,
de la manera como ya se ha hablado; y aunque no
dejara la Divina Providencia de ayudarlos en todas sus necesidades, a pesar de esto fueron mu-
, chos los sufrimientos que sostuvieron, y su humanidad quedo muy debilitada. Dios quiso en este viaje poner a prueba a su fiel siervo Jose, como
tarnbien a la Divina Madre, y enriquecerlos de
grandes meritos por la pena en el sufrimiento y
la resignacion perfecta que tenfan a todo lo que
Dios permitfa para ejercicio de su paciencia.
iCuantas . veces en este viaje no tuvieron con
que quitarse el hambre, y sufrieron hambre y
sed! iCuantas veces fueron bafiados por la lluvia y
no tuvieron donde secarse ni donde hospedarSe!
iCuaritas veces fueron obligados a estar de noche
en Wend campo abierto; y cuantas veces habiendo llegado a la ciudad no encontraron quien los
hospedara, y afligiclOs por el hambre y la sed no
encontraron ni siquiera un vaso de agua, ni un
pedazo de pan para alimentarse, y les tocaba salir
fuera de la ciudad por no encontrar quien los quisiera hospedar.
115
Todas estas cosas eran espadas para el corazon de nuestro Jose que ya sabfa quienes eran los
personajes que llevaba consigo, y el verlos en
tanto sufrimiento era para el un tormento grande
y un dolor inexplicable. A pesar de esto, siempre
paciente, nunca se quejO de cuanto Dios permitfa.
Nunca se quejo de quien le negaba un trozo de
pan o lo mandaba con mucha descortesfa. A lo sumo, lo que nuestro Jose hada era dirigirse a su Jestis y decirle: -"iMi querido hijo!, icuanta pena
sufre mi corazon al veros tratado asf por vuestras
criaturas!, pero compadecedlas porque no os conocen; que si os conocieran de seguro que no os
negarfan un poco de acogida y un poco de alimento, por lo tanto son dignas de compasion"-.
A veces, encontrandose a la intemperie, dirigfa por doquier la mirada y al no ver ningtin Lugar donde poder refugiarse para pasar la noche,
se afligfa por su Testis y su esposa, y decfa a su
Dios interiormente: -"jAh, Dios mfo! Vos desde
mi nifiez me prometisteis que me habrfais ayudado en todos mis caminos. Ahora estais viendo la
necesidad en la cual me encuentro. No tanto por
mf, cuanto por Vuestro Unigenito, yo os suplico, y
por su Diviria Madre. Ellos tienen una contextura
muy fragil y delicada; icOmo pues sera grande el
sufrimiento que sentiran!, por lo tanto os suplico,
haced que ellos no lo sientan y enviadmelo todo a
mf"-. Dios ofa las palabras de su siervo fiel y le
hablaba al corazon consolandolo y animandolo,
con lo cual el Santo quedaba muy confortado.
A vcces mlentras camiiiaba por esos desiertos
llegaban unos animales feroces para reverenciar
al Divino Nino postrandose humildemente a sus
pies; y era una cosa sorprendente porque estas
no se iban hasta que el Divino Hijo no las mandaba; y al irse hacfan tambien un acto de reverencia
a la Divina Madre y luego a Jose. Nuestro Santo
las mirada sorpreridido, luego dirigiendose a su
hijo le decia: -"Oh!, como, hijo mfo, las bestias
mas feroces y salvajes vienen a rendiros homenaje y os reconocen como su Creador, y los hombres
racionales no os conocen, ni se preocupan de Vos,
antes bien os niegan un poco de hospedaje y un
vaso de agua. iAh, gran cosa, que se de entre las
criaturas! Ahora que sois pequeiio os .reconocen
los animales feroces y no los hombres; cuando
seals grande, zquien sabe como os trataranr-. Y
entonces el Divino Nifio suspirando levantaba la
mirada al Cielo y luego decia: -"Yo sere tratado
como ya estd escrito de MI y se cumplirdn perfectamente todas las Escrituras"-.
Nuestro Jose no entendfa el signifiCaditi , de estas palabras, de otra manera hubiera muerto de
afliccion; sin embargo, su corazon, y su mente
presagiaban los sufrimientos que iba a padecer
su Jesus con el avanzar del tiempo; todo esto significaba para nuestro Jose un continuo dolor, que
como espada le herfa su amoroso corazon. Cuando este pensamiento le ocupaba la mente aids
que de costumbre, el Santo se desmayaba, y tenfa
que sentarse por no poder sostenerse-de pie.
116 117
Entonces el Divino Nino acudfa a el con su
anta Madre, para sostenerle la cabeza con sus
manitos, se le acercaba a su rostro y lo abrazaba
kmorosamente; por lo cual el Santo se recuperaba
M
talmente, quitandosele por entonces ese pensaiento de la mente y esa Pena del corazon, y su
pspfritu probaba igual cantidad de gozo que el dolor que habfa sufrido.
Otras veces al estar cansados se sentaban y el
Divino Nirio estaba de pie y les conversaba acerFa de las divinas perfecciones, y tanto su Madre,
como nuestro Jose, permanecfan extasiados por el
ponsuelo que sentian.
Ya se dijo como nuestro Jose solfa sufrir desmayos de amor cuando el dichoso fuego se encenldfa mas admirablemente en su corazOn, y en estas circunstancias el Divino Nino le ponfa sus
Ibrazos al cuello y lo sostenfa, estando el Santo
Isentado en el suelo, y luego decia a su Santa Madre: -Wirad, Madre queridisima,. cOmo Miesitro _Tose sufre de amor!"-. Y manifestaba esto
;con mucho agrado tanto el Hijo como la Madre, y
Jose se quedaba por cierto tiempo en ese dichoso
gozo entre los,brazos de. su amado Testis.
Despues Testis lo llamaba, diciendole que el
Padre Divino ordenaba que prosiguieran el viaje,
'y entonces el afortunado Jose se disponfa de la
mejor manera a la orden del Padre Divino, y todo
llenO de vigor continuaba su viaje, tomando de , la
mano a su Jesus, la cual le parecia al Santo que.le
servfa de gran apoyo, como de hecho lo era.
Despues que nuestros Santos peregrinos anduvieron por bastante tiempo de la forma como
ya se dijo, se acercaban ya a su pueblo, dejando
el Divino Nino en todos esos lugares por donde
pasaba su bendicion. Nuestro Jose estaba muy
contento por encontrarse casi cerca del final de
su penoso viaje, pensando que dentro de poco su
Testis- y su amada esposa habrfan terminado sus
sufrimientos, por lo cual manifesto gran consuelo
a ambos, diciendoles que gozaba mucho porque
se acercaba a su pueblo.
Sin embargo este consuelo de nuestro Jose fue
amargado, porque al detenerse para pasar la noche en un lugar cercano a Jerusalen oy6 decir que
estaba reinando Arquelao y que era una persona
muy terrible. Temfa mucho y se entristecio, pensando que este podrfa perseguir a su Jesus asf como habfa hecho Herodes. No querfa demostrar su
pena a la Divina Madre de modo que no se afligiese Ella tambien, ni tampoco a su Jestis, por lo
cual el Santo se quedaba todo triste y afligido. Todo ya lo sabfa la Santisima Virgen, y no se demoro mucho en consolar a su afligido esposo, suplicando tambien a su festis para que lo quisiera
consolar, asegurandole que no habria nada en
contra .de El. Jesus le hablo junto con su Santa
Madte, y lo consolaron animandolo para que no
tuviera temor alguno porque todo habrfa acontecido Begun el beneplacito del Padre Divino y nada
mas, y que habiendolo el Padre Divino llamado de
118 119
su exilio, no debfan temer nada en contra.
Mucho se consolo el afligido Jose por: las palabras de su amado Jesus y de su esposa, y se le
quite, todo temor despues de haber sido tranquilizado por las palabras de los mismos, por lo cual
muy feliz y contento sigui6 su viaje. Se aconsejaron entre sf de como tenfan que hacer el resto del
camino y si debfan ir a visitar el Templo de Jerusalen, como tambien el lugar de la cueva de Beier', de lo .cual nuestro Jose tenfa un gran deseo,
asf como tambien la Divina Madre, para poder
adorar el lugar donde habfa nacido su Divino Hijo, teniendo una devocian p.articular a ese lugar.
Aunque nuestro Jose ordenara todas las cosas
como jefe de la Sagrada Familia, a pesar de, eso se
sometfa en todo al Divino Niflo y a su Santa Madre, de modo que en todas las cosas se cumpliera
la Divina Voluntad, que ellos ya la conocfan perfectamente. Se estableciO ir a visitar el sagrado
Templo de Jerusalen para adorar allf al Padre-Divino y agradecerle de todos Los beneficios que les
habfa hecho en ese viaje, y que al llamarlos de
nuevo a su patria los habfa hecho llegar sanos y
salvos,. y luego ir tambien a Beier' para adorar el
Lugar del Nacimiento.
Asf despueS de haberlo establecido todo, siguieion su viaje con mucha alegrIa y consuelo
por parte de nuestro Jose y tambien de la Divina
Madre. Iba diciendo nuestro Jose a su esposa.
su Jestis: -"2,Quien sabe si los del TemplO y los de
la ciudad seran capaces de reconocernos?, zquien
sabe, Jesus mfo, como sereis mirado por esa gente, y si demostrard buena voluntad hacia Vos?,
zquien sabe como seremos tratados todos nosotros?, a mf me basta que os traten bien a Vos, Jesus mfo, y a vuestra Santisima Madre. De mf Kagan lo que quieran, porque de nada me preocupo,
con tal de que os tenga a Vos; esto me basta"-.
El Divino Nitio sonrefa a las palabras llenas de
congoja de su Jose, y le decfa que no se preocupara de eso, porque habrfa acontecido todo lo que
el Padre Celestial habfa predispuesto, pero que sin
embargo le agradaba mucho su paternal cuidado y
atencion y el deseo que demostraba de que todos
lo hubiesen tratado bien, y le decfa: -"Querido
padre into, creed que sereis recompensado
abundantemente, no solo por lo que vos haceis
por Mt, sino tambien por todos los deseos que
teneis, porque mi Padre Celestial recompensa
tambien los deseos; por lo cual todo ese bien
que Vos desedis a mi Persona, os semi abundantemente recompensado"-.
Nuestro Jo86 se ponfa a llorar a estas palabras
y dirigiendose a su Testis le decla: -"Oh mi querido y amado hijo, zque recompensa mas grande yo
puedo desear, al teneros a Vos conmigo?, aunque
el Padre Divino no me diera otra recompensa por
mis pocas fatigas, al haberme constituido vuestro
padre adoptivo, esta es una recompensa incomparable. zQue mas se puede desear en esta vida,
que el tener la dicha de tratar con Vos?, zy que
120 121
•
i)uedo esperar de bien en la otra, habiendo vivido
r
n vuestra _compafila?" -
.
CAPITULO VIII
Visita a Jerusalen
Habiendo llegado a Jerusalen, nuestros peregrinos se fueron directamente al Templo para
adorar alli al Padre Divino. Fueron admirados por
algunos con asombro por la belleza y gracia del
Divino Mho, asi como tambien de su Madre, que
a la vez que crecia en edad, Ella tambien crecia
en belleza, majestad y gracia. Fueron vistos cansados y necesitados, pero no hubo nadie que les
diera algun refrigerio y los reconfortara, por lo
cual nuestros peregrinos asf hambrientos, sedientos y cansados, se pusieron a orar.
Nuestro Jose en el sagrado Templo tuvo un extasis muy sublime, en el cual Dios le revelo grandes y ocultos secretos y misterios acerca de las
obras divinas y por que motivo permitia que su
Divino Hijo padeciese mucho en esa tierna edad,
haciendole hater un viaje tan largo y tan duro.
Tambien conocio nuestro Jose los grandes meritos
que iba consiguiendo al llevar a cabo las ordenes
del Altfsimo con tanta resignacicin.
Conoci6 cuan grato fuera a su Dios y corno
quedara satisfecho de todas sus actuaciones. Esto
fue- de sumo gozo para nuestro Jose, pero fue tambieri de gran desconcierto, reconociendose no me122 123
recedor de todo eso, y se confundfa y se humillaba mucho y se humillaba mucho mas al reflexionar como por sf mismo era completamente incapaz de dar gracias a su Dios por los innumerables
beneficios que le hacia y para corresponder a tanta Bondad, a tanto Amor y Caridad inmensa; por
lo cual al volver del extasis todo desconcertado y
humillado se puso con el rostro al suelo para adorar de nuevo a su Dios y se deshada en lagrimas
de ternura y de dulzura diciendo dentro de sf;
-"iOh mi Dios, grande y Todopoderoso! donde
a mf, muy despreciable siervo vuestro, Gracias
tan grandes?, icomo he .podido yo ilegar a tan
gran dignidad?, jah solamente vuestra Bondad infinita podia hacer esto!"-. Asf se quedo en varias
conversaciones con su Dios hasta que el Divino
Nino y la Santa Madre terminaron sus coloquios
con el Padre Divino.
Al salir del Templo, nuestro Jose sin poder
ocultar por mas tiempo el favor sublime y las
abundantes Gracias que habfa recibido, se postro
a los pies del Divino Nino, en un lugar donde no
podia ser visto de nadie, y le suplicd para que se
dignara hacer sus veces para con el Padre Divirio,
rindiendole aquellas gracias que se debfan por
tanta Bondad y Generosidad de su Dios hacia el,
tan despreciable siervo. Igualmente solicito a su
esposa Marfa que diera gracias por el. Marfa San- t, tisima le aseguro que lo harfa, lo mismo que ,su
Divino Nifio, el cual, le dijo a Jose: -"zIVo sabEis
vos, mi querido Jose, que mi Padre Celestial es
muy generoso? zNo os dije Yo que os estd preparada una gran recompensa?, y luego, zquereis que mi Padre Divino no os de alguna recompensa, tambien aqui en la tierra, por los
muchos sufrimientos que vos habeis sufrido en
este viaje? Gozad pues de los divinos consuelos, porque de alguna manera os los habeis
merecido con vuestros sufrimientos, con vuestro ardiente amor y con vuestra obediencia y
preocupacion diligente, ;antes bien esperad
siempre nuevas Gracias y nuevos favores por
parte de mi amorostsimo y generosisimo Padre
Divino!"-.
Estas palabras eran como otras tantas flechas
que penetraban en el corazon ardiente de nuestro
Jose, y siempre mas lo encendfan en el amor y
gratitud hacia su Dios; por lo cual el Santo se sentfa abrazar y consumir en ese dichoso fuego que
ardla en su corazon, y se vela delirar, y dirigiendose a su Jesus y a la Divina Madre decia todo encendido de amor: -";Oh!, zcomo se podrfa hacer
que todas las criaturas ardieran del Amor de
nuestro Dios?. Oh mi querido y amado Jestis!,
ique podria hacer yo de modo que vuestro Padre
Divino y Vos fuerais conocidos y amados? iAh, y
mi corazon vive impaciente de ello!"-. Y su Jestls
lo consolaba diciendo: -"Consolaos, mi querido
padre, porque vendrci el tiempo en el cual mi
Padre Celestial y Yo seremos amados por parte
de muchos, y conocidos seran tambien por parte de muchos los grandes beneficios y el Amor
124 125
inmenso que nosotros tenemos hacia el genero
humano"-.
Mucho se consolaba nuestro Jose frente a estas palabras, y levantando las manor hacia el Cielo daba gracias a su Dios por la feliz noticia que
le daba, y dirigiendose a sti Jesus le decia:
-"iPues un dia seran cumplidos mis ardientes deseos!, ipues vendra el tiempo feliz en el cual Vos,
JesUs mio, sereis amado, asi como tambien vuestro Padre Divino! 1Oh, que consuelo siente por lo
tanto mi alma!"-. Luego invitaba a su Jesus y a la
Divina Madre para alabar y agradecer al Padre
Divino, y luego suplicaba a todos los coros angelicales para que lo hicieran en su nombre, y desplies a todas las criaturas.
Mucho gozaba el Divino Nirio al ver a su querido Jose tan encendido de amor hacia su Padre
Divino, y le demostraba su complacencia acariciandolo amorosamente.
No se habla acerca de lo que sentia la Divina
Madre, no siendo este el lugar para hablar de. su
maravillosa vida, sino que se lo podra muy bien
cada uno imaginar. Y si tanto obrO Dios en el alma de su siervo, ,que no habra obrado en.la.purfsima y Santisima alma de la Divina.Madre?, Kyle
fuego bienaventurado, que ardor, que llama, que
deseos encendidos se encontraban en su CorazOn!, por lo cual el Divino Nifio probaba un gozo
muy grande de ello y en Ella se tomaba todas las
delicias y todos los cons-Uelos. As1 se explica- que
nuestro Jose estuviera tan encendido de amor,
pues estaba entre dos grandes fuegos, esto es, el
de Jestis y el de Maria.
iDichoso nuestro Jose!, y el conocfa y entendia
su feliz suerte, por lo cual exclamaba a menudo:
-"zY de donde a mi esto, Senor mio?-, y levantando los ojos al Cielo quedaba inmOvil por algun
tiempo, y luego todo anonadado se ponfa con el
rostro al suelo humillanddse y reconociendo su
nada, y con estos actos se iba disponiendo para
recibir nuevas Gracias.
Luego nuestro Jose encontrO un poco de descanso para esa noche en Jerusalen, donde se refocilaron como de costumbre, alimentandose de
pan y de legumbres. La noche la pasaron en parte
descansando y en parte orando. Por la mailana
regresaron temprano al Templo, y alli al quedarse
un poco de tiempo para orar al Padre Divino,
nuestro Jose recibio nuevos favores del Cielo, y
despues se quedaba para esperar a su Jestis y a la
Divina Madre y se acordaba de todos los favores
y Gracias que Dios le habfa hecho en ese Templo
antes de casarse con la Divina Madre. Se acordO
de las sefiales admirables que allf fueron vistas
cuando el se cas6 con la Santa doncella Maria y
de todo daba afectuosas gracias a su Dios.
Entre tantos consuelos en los cuales se inundaba su espfritu no le faltaron ciertas amarguras
en verdad grandes, acordandose, de lo que el anciano Simeon habla profetizado acerca de la Divi126 127
na Madre, y de su Jestis. Fue esto una espada que
hirio el corazon de nuestro Jose y entre tanta alegrfa fue luego obligado a derramar lagrimas de
dolor, por lo cual en todas las circunstancias
nuestro Santo tuvo la ocasiOn de sufrir grandes
amarguras. Es verdad que sus consuelos eran indescriptibles, pero tambien sus dolores y angustias fueron inconcebibles porque en comparaciOn
del amor grande que tenfa a su Dios era tambien
muy grande su dolor. Despues de haber terminado sus oraciones salieron del Templo y se fueron
hacia Belen. En este viaje nuestro Jose iba mas
que nunca deseoso de llegar pronto a la .suspirada cueva, donde habia nacido su Redentor, y durante el camino iba manifestando a su Jesus las
muchas Gracias que en el Templo habfa recibido
del Padre Divino, cuando el estaba en Jerusalen y
lo que el Angel le manifestaba en el suelio y que
su Dios ya le habia prometido muchas Gracias como las que ya habla recibido y le decia: —"El Angel no me manifestaba cuales eran las Gracias
que Dios me prometia, sino solamente me decia
que habrfan sido grandes y que yo me preparara
para recibirlas con oraciones y calurosas stiplicas, y esto yo ,hacia, pero nunca habria podido
pensar que hubiesen sido tan grandes. Nunca me
paso por la mente poder llegar a casarme con
vuestra Santa Madre y luego tener la dichosa
suerte de ser vuestro padre adoptivo. ;Oh, que
Gracias mas sublimes me ha hecho nuestro Dios
al hacer que lo reemplazara haciendo sus veces
en la tierra!"—. Y mientras estaba diciendo esto el
Divino Nifio le decia: —"pinimo!, alabemos conjuntamente at Padre Divino y demosle gracias
por tantos favores incomparables que ha hecho
a ,nuestro Jose"—, y solicitaba a la Divina Madre
que Ella tambien compusiera algun cantico nuevo
de alabanza a su Dios, y Ella lo hacia y luego le
cantaba con tanta gracia y dulzura que los mismos .Angeles quedaban admirados. El Divino Nino la acompariaba. Igual nuestro Jose se ingeniaba en seguirla, y era una cosa maravillosa ofrlos
cantar tan dulce melodia; y despues los pajaritos
se juntaban en coros, cantando ellos tambien dulcemente y alabando a su manera al Rey y a la
Reina del universo, y nuestro Jose todo extasiado
por la dulzura del canto de su Santa esposa, realizaba ese viaje arrobado.
Se alegraba mucho at ofr cantar a esos pajaritos, gozando de que ellos alabaran a su Dios, puesto que no lo hacfan las criaturas racionales. Nuestro Jose oy6 tambien algunas veces los cantos de
los Angeles aunque no los viera, pero esto fue muy
rara vez, si bien el canto 'de los Angeles era muy
agradable, no se comparaba al dulcisimo canto de
su Santa esposa. Nuestro Jose oY6 estos canticos
angelicales al acercarse a la gruta del Nacimiento
del Redentor y de ello goz6 mucho porque en esa
ocasion cantaron dulces melodfas con alborozo y
mucha alegrfa. Ya se imaginaba nuestro Jose cuando ofa estos cantos sin ver nada, que eran los Angeles que cortejaban a su Rey y Reina, pero a pesar de todo eso nunca Se atrevio a preguntarlo.
128 129
Sin embargo se lo manifesto la Divina Madre
cuando al estar tratando acerca de las divinas alabanzas, decia: -"Aprendarnos de los coros ange-
, licales a alabar a nuestro Dios. zEstais oyendo,
Jose, comp lo alaban dulce y sabiamente?"-. Y
asi el Santo confirmaba que los que cantaban esa
dulce Melodla eran los Santos Angeles y decla a
su esposa:queridfsima esposa!, sabed que
me causan gran alegria y consuelo los cantos de
los Angeles, pero no tiene comparacion el consuelo que causa a mi corazOn vuestro canto que
les de incomparable duizura y de gracia indescriptible.quien podra nunca describir la dicha y la
lalegrfa que siente mi corazon, el consuelo que
prueba mi espfritu, cuando vos, esposa queridisima, levantais vuestra vos dulcfsima para cantar?,
I yo no se con quien compararos, porque en mucho
superais las melodlas de los Angeles. En efecto,
esposa arnadisima, nuestro Dios os ha dotado de
todas las virtudes sublimes y de todas las prerrogatIVas .por las cuales poddis dignamente tener el
puesto de verdadera Madre del Mesfas, y yo gozo
y os felicito, que hayais sido escogida para un
puesto tan digno y doy gracias continuamente al
Altfsimo, complaciendome por vuestra suerte. Y
, vos, queridisifna, no ,os olvideis de dar gracias a
nuestro Dios por un favor tan grande que ha hecho a mi, criatura indigna, al elegirme por vuestro esposo y guardian. Vos que sois tan grata y
querida a El hacedlo en mi lugar, porque yo me
considem incapaz para corresponder a tantos dO-
'nes y a tantas Gracias"—.
1
1
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La Divina Madre ofa cuanto le deda su Jose y
se humillaba, exaltando a la Divina Bondad por
todos los dones que le habia compartido, y luego
aseguraba a su Jose que no habria dejado de hacer lo que el le pedfa.
Estos coloquios los efectuaba nuestro Santo
cuando el Divino Nifio estaba totalmente ocupado
en hablar con su Padre Divino. El Nifio Jesus a
menudo en el viaje se posfraba de rodillas en el
suelo y adoraba al Padre Divino, rogandole por la
salvacion de los hombres. Entonces nuestro Jose
con su esposa, unas veces acompailaban a su Jesus en las stiplicas al Padre Divino, y otras veces
se entretenian en estos santos coloquios, esperando que el Divino Nifio terminara sus oraciones
que hada al Padre.
Mucho gozaba nuestro Jose quedandose conversando con su Santa esposa,-porque -sacaba
siempre algfin provecho para su alma, y luego
quedaba satisfecho de haber conversado con Ella,
pues mucho la amaba y gozaba estar en su compafifa.
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1
CAPITULO IX
Visita a Belen
Al llegar nuestros Santos peregrinos a Belen,
se fueron, directamente a. la cueva donde habfa
nacido el Salvador del mundo. Admirables fueron
los efectos que nuestro Jose experimento al entrar allf. Sintio llenarse totalmente de una alegrfa
mas que grande, de un consuelo indescriptible y
a la vez de un santo terror y respeto por ese santo lugar, de modo que qued6 extasiado por algtin
tiempo y luego se postro en el suelo para adorar y
besar ese lugar donde fue puesto el Redentor Feder' nacido, y allf derramo abundantes lagrimas
de ternura. Besaba y volvia a besar esa tierra
afortunada que fue la primera en acoger al Meslas nacido, y se derretla su corazon en sagrados
afectos.
En ese tiempo nuestro Jose tuvo un extasis
muy sublime; en el que quedo consoladoespfritu e iluniinado, "siendole revelados por Dios
grandes trtisterios. Al volver del ektasis, el Santo
comparecio con' el rostro deslumbrante y llenO de
alegrfa comenza a alabar a su Dios dandole afectuosas gracias al verse tan favorecido y beneficiado por El. Observe, luego a la Divina Madre que
Ella tambien estaba toda extasiada, y al Divino
Nifio que 'estaba orando al Padre Divino; 'y todo
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eso redundaba en gozo de nuestro Jose.
Despues de haber terminado sus adoraciones
y oraciones, nuestros peregrinos se encontraron
completamente consolados y restablecidos, pareciendoles haberse alimentado esplendidamente,
queriendo en dicha circunstancia el Padre Celestial restablecer tambien el cuerpo de nuestros
cansados peregrinos, puesto que al ser la hora
avanzada no habfa tenido la Oportunidad nuestro
Jose para it por la ciudad para proveer el aliment() necesario; por lo cual al encontrarse el Santo
tan restablecido y 'alirnentado, temfa que eso no
se;hubiese dado para suesposa y para el Nitio Jesus: Por lo tanto les pregunto si tenfa que irse a
la ciudad para buscar algo. para que se alimentaran; pero oy6 que ellos tambien se encontraban
restablecidos, por lo cual conjuntamente dieron
gracias a Dios con gran afecto y ternura.
Siempre Inas se htimillaba nuestro Jose dicien- .
do a su Testis y a su espoia: -"Ph, que gran desconcierto es el mfo al verme tan beneficiado por
nuestro Dios! One se digne dispensar .estas Gracias .a Vos, mi Jesus, y- a vuestra Santa. Madre, es
justo pues:sois grandes personajes, pero a mf que
soy un despreciable siervo, ;oh, esto sf que es una
gran cosa!, yo no. merezco ni puedo nunca merecer Gracias tan grandes, par lo cual.pienso ciertamente que: el Padre Divino en .consideraciOn de
vosotros se digna beneficiarme .tanto"-. A estas
palabras, el Divino Nifio-le hablo acerca de la Providencia y de :la Generosidad de su Padre Diyino,
por lo cual quedaron de nuevo extasiados, tanto
nuestro Jose como la Divina Madre, porque era
tanta la Gracia y la Sabidurfa con la cual el Divino
Nifio hablaba que arrebataba los corazones de
quien lo ofa y hada quedar extasiadas sus mentes.
Por lo tanto nuestro Jose exclamaba: -"ph Jesus, mi querido hijo y Sefior!, ,quien sera que al
ofr vuestras divinas palabra's no quede herido por
vuestro Amor? iNo es posible que al escuchar
vuestras palabras divinas no se rindan todos los
corazones, aunque sean duros! iDemasiado eficaces son vuestras palabras!, penetran en lo intim°
del alma y hieren el corazon. jAh, cam° espero
que todos los corazones queden prendados de
vuestro Amor y que llegueis a conquistar todas
las almas perdidas por las culpas!"-. A estas palabras el Divino Niflo se mostraba triste, sabiendo
muy bien que grande habrfa sido la dureza y maldad de los corazones judfos, los euales habrfan tenido tambien la suerte de ofr sus palabras divinas,
pero le habrfan hecho una resistencia tan dura y
habrfan quedado mas endurecidos que nunca.
Esa •noche nuestros Santos peregrinos la pasaron parte alabando conjuntamente al Padre Divino, parte en santos coloquios, parte orando y parte tomando algan descanso. Nuestro Jose estaba
cerca de la pesebrera, donde tantas veces su Jestis habfa descansado, y no se alejaba de ella, y
allf derramaba lagrimas de ternura. La Divina
Madre se acercaba al sitio mismo donde habfa dado a luz a su Santfsimo Hijo, renovandose tam134 135
bie'n en Ella las alegrfas y consuelos que habfa
experimentado en ese mismo acto de darlo a luz.
El Divino Nifio estaba cerca de Ella orando al
Padre y haciendo sus acostumbrados actos de
ofrecimiento y peticiones en favor del genero humano. Los coros angelicales que lo corteja-ban
cantaban de nuevo dulcemente el Gloria en lo alto
ide los Cielos; por lo cual en esa noche se renovaron las alegrfas del Nacimiento del Redentor y
I nuestro Jose goz6 mucho de ello.
I Al llegar la matlana, rezaron conjuntamente
Jas divinas alabanzas, como 'era de costumbre, y
luego nuestro Jose pidio autorizaciOn para it por
I la ciudad para buscar algo para poderse alimentar y luego partir hacia Nazaret. Se fue el Santo y
I tuvo mucha dificultad para encontrar un poco de
pan para poderse alimentar con la Divina Madre
y el Nifio Jestls, por lo cual se alimentaron con
I gran pobreza de solo pan y agua, no habiendo podido encontrar otra cosa nuestro Jose, el cual se
afligfa de eso por temor de que sufriera su Jestls y
su Santa esposa. Mas ellos lo consolaban demostrando alegrfa por ese poco que habfa encontrado
y gozando de pncontrarse entre tanta pobreza.
'Despues de haber hecho de nuevo las adora-
, ciones a ese Santo lugar, nuestros Santos peregrinos se alimentaron un poco con lo que se dijo, y
iluego partieron camino hacia Nazaret.
Nuestro Jose no ,podfa menos que admirar la
ingratitud de los de Belen, y de estos se quejaba
con su Jestis de la poca buena voluntad que habfa
encontrado, en los suyos, y de su ingratitud. Sin
embargo el Divino Nifio lo consolaba, y lo exhortaba para sufrir con alegrfa todo lo que el Padre
Divino permitfa, de modo que se ejercitara en la
practica de las virtudes y sobre todo en la paciencia y resignacion a la falta de lo que era necesario
para mantenerse en vida, como era el alimento
diario, y le recordaba las Gracias' que siempre habfan experimentado por parte de la Divina Providencia.
Aunque alentado por estas palabras, Jose le
pedfa a Jestls que le compadeciera, pues su corazon no dejaba de sufrir por la ingratitud que las
criaturas demostraban hacia El y su Santa Madre
y le decfa: -"Vos sabois, Jesus mfo, que grande es
el deseo que tengo de que Vos seals conocido por
todos y amado, y que todas las criaturas se muestren gratas . hacia Vas. AI yer luego que hacen todo lo contrario eso me entristece muchfsimo"-
Entonces' su Jestls le d'ecfa: -"Sabed, padre
mtro queridlsimo, que to que hasta ahora he sufrido es mu_y poco en comparacidn de to que me
estd preparado, y Yo todo To abrazo con alegrfa
para ,cumplir la Voluntad de mi Padre Divino y
por el Amor que tengo hacia todo el genero humano; y ast vos tenets que imitarme en esto y
sufrir con alegrfa tocki .
lo que causa tristeza a
vuestra humanidad"-. Estas palabras herfan el
corazon de nuestro Jose y entre sus consttelos
siempre era herido por la espada del dolor al oir
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como su Jesus tenfa que sufrir mucho.
iOh!, esto si que le traspasaba el alma y le
amargaba todos sus consuelos, porque amaba a
su Jesds con un, amor muy intenso, y el solo pensamiento que El tenia que padecer mucho era para el amoroso Jose un dolor muy cruel que le destrozaba el corazon y le traspasaba el almai Se hada ver todo afligido, triste y dolido, y no podia
encontrar consuelo hasta que su Jesus con sus divinas palabras logro consolarlo y animarlo para
que se conformara a la Divina Voluntad del Padre,
a la cual nuestro Jose prontamente se sometia, y
cuando ofa decir la Voluntad de Dios, agachaba
profundamente la cabeza en serial de que se someth prontamente a ella.
En este viaje tambien, esto es desde Belen a
Nazaret, nuestro Jose fue espectador de grandes
maravillas, porque, al acercarse el Salvador del
mundo a su pueblo, salieron a recibirle todos los
animales, cosa que no hicieron los hombres. Se
vefan venir en bandadas los pajaritos de toda clase para hacer fiesta y armonia a su Creador, demostrando toda su dicha y alegrfa incomparable,
saltando y sacucliendo las alas. Tambien las bestias salvajes vinieron saltando todas alegres para
reverenciar a su Creador.
Nuestro Jose todo lo observaba con asombro, y
se, alegraba mucho de ello. El clima mismo parecfa que demoStrara alegrfa y jUbilo, por lo cual
nuestro Santo, muy contento decla a su Jestis:
-"i0h mi querido y amado hijo!, icomo se alegran
todas las criaturas a vuestro regreso a Nazaret!
Como las mismas plantas tambien demuestran, a
su manera, alegrfa y jUbilo!, por lo cual tambien
mi .corazon goza mucho de ello. Y si esto hacen
las, criaturas irracionales, ique haran las criaturas
racionales? iCuanto se alegraran nuestros paisanos a vuestra llegada? Cuando os veran tan queri- .
do, tan bello, tan amable y gracioso, ;oh, como se
Renard"' de Abaco y alegrfa sus corazones! A mi
me parece que cada hora es como mil para llegar
y llevar a todos consolacion y alegrfa"-. Todo esto
hada decir a nuestro Jose el amor y el deseo que
tenia de que su Jesus fuera conocido y amado, y
el amor que tenfa a su projimo, deseando de que
todos gustaran de ese consuelo que el gustaba al
tratar con su Jesus. Y de hecho al acercarse el Divino Nilio a Nazaret, todos los habitantes del pueblo sintieron una insolita alegrfa en el corazon,
no sabiendo de donde procediera eso.
. No prestaron mucha atencion a ello por entonces, aunque luego hubo algunos que reflexionaron
sobre eso;.y fueron las.amigas de la Divina Madre
y sus vecinas, gente muy temerosa de Dios y observante de la ley; que al versa la Santa Madre con
el Divino Niflo entendieron que su venida causaba
el consuelo que ellas experimentaban.
Mientras twit° nuestros SantoS -
peregrinos seguian su viaje, con mucho gozo y alegrfa por encontrarse cerca de su pueblo. Se iban de vez en
cuando deteniendo porque estaban bastante aba138 139
1
tidos y cansados por el largo y calamitoso viaje, y
En estas paradas que hacian gozaban de los favores del Cielo, y nuestro Jose cafa tambien en extaAcostumbraba, en cada parada que hada, le-
.rantar los ojos al Cielo, y quedarse contemplando
las grandezas de su Dios y de los gozos eternos
Ole les esperan a los que cumplen la Voluntad de
Desde nino nuestro Jose tuvo como costurnbre
.hirar el Cielo y allf deleitarse contemplando a su
7ios y los gozos de esa patria bienaventurada, y
esto acostumbro hacer tambien durante todo el
anscurso de su vida encontrando un consuelo
inmenso al mirar el Cielo sabiendo que allf estaba
amado Dios y decla a menudo a su Testis:
7";Mi querido hijo!, aunque yo tenga el gran privilegio de tratar con Vos, de gozar de vuestra
mabilisima Presencia y de contemplar en Vos la
ivinidad escondida, a pesar de eso experirnento
Lin consuelo muy grande al mirar el Cielo, y mi
prazon se llena de jubilo. Y su Jesus le contestaba con toda gracia: —"Esto os hace maravillar,
,.torque allf habits mi Padre Divino en el 71-ono
su Majestad, y allf estd preparado para vos
un lugar muy elevado, donde por toda la Eterldad gozareis y vereis al Padre Divino cara a
cara. Vereis las bellezas increadas y gozartis
Je los inmensos tesoros de la Divinidad"—.
f' A estas palabras nuestro Jose exultaba y ileno
'e alegria exclamaba:. —"i0h Parafso! i,Cuando Regard para mf esa hora deseada en la cual sere hecho digno de entrar en el y de ver cara a cara a
mi Dios y de gozar de El? ;Oh Dios mfo, Dios
mfo!"—. Y diciendo esto cafa en extasis, y el Divino Nifio gozaba mucho al ver a su Jose tan deseoso de it a contemplar cara a cara a su Dios y deseaba que llegara pronto el tiempo de llevar a cabo la obra de la RedenciOn, esto es de su penosfsima Pasion y Muerte, de modo que, al abrirse las
puertas eternas, pudieran ser introducidas las almas a los eternos gozos del Parafso
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