Adelaida acaba de llamar para decirme que la cinta que grabaste ya llegó; la estaban esperando en Milán. Tuve que llamar al Sr. Roveda esta mañana, porque el switch de la Bendix (lavadora) se quemó. El conseguirá otro cuando vaya a Milán. Vi la casa donde están tus oficinas. Está terminada y luce realmente bien – no parece el mismo lugar de antes. El comedor de empleados fue derrumbado. Cuando Gogetto vió esto, dijo: “Mama, Saffa se cayó, debes escribirle a Papa – eso fué lo que dijo!”. La Sra. Valle nos escribió para que le avisáramos cuando llegaremos a “Pinto”, para que ella lo arregle antes de que lleguemos. Le enviaré una respuesta hoy. Ciao cariño, cuídate; tus pequeños te envían sus besos más afectuosos. Te abrazo y beso con todo mi corazón, tu Gianna ************************ Mi queridísimo Pietro (9): Te envío tres fotos de nuestra magnífica Mariolina, esperando que no se estropeen demasiado de aquí a que te lleguen. Los niños están bien; Gigetto juega todo el día, y cerca de las 8:00 de la noche, apenas se puede mover, y se va a dormir enseguida y duerme hasta las 8:00 de la mañana. Deberías de ver qué hombrecito tan valiente es cuando le doy un supositorio o un enema para la tos. Hace varios días que no le doy uno, así que se lo daré hoy, pero él es muy bueno y no dice palabra. Hoy hay mucho calor aquí – ¡ quién sabe el calor que debe haber donde estás!. Siempre siento los dolores que me queman el estómago, pero sólo me da dolor de cabeza de vez en cuando. Pero todo esto pasará y dentro de dos meses tendremos a nuestro pequeño más nuevo (en nuestros brazos)!. También tengo una foto de nuestros primos aquí, y te la enviaré separadamente. Cuídate por mí, Pedrín de oro, y ven pronto a casa. Grandes, grandes besos, muchos de ellos, de tus pequeñitos también, tu Gianna
************************ De Pietro (10): Esta mañana participé en la Misa en al altar del Santísimo Sacramento en la Catedral... Esta tarde recite el Rosario a las 9:30pm en el altar de la Inmaculada Concepción en Nueva York...Me siento tan lejos de tí, y mi amor se va haciendo aún más fuerte; siento mós que nunca el deber y la necesidad de agradecer al Buen Señor, la mañana y la noche. ************************ Mi queridísimo Pietro (11): Gracias, gracias, de parte de tus hijos también, por la maravillosa sorpresa. Te puedes imaginar la felicidad de Pierluigi al tener dos grabaciones “en las que está hablando Papa”. No escucharía hoy nada más que tus grabaciones. Cuando Mariolina te oyó decir “un beso para Mariolina”, ella dijo: Papa, Papa...” – reconoció tu voz y te envió muchos besos con sus lindos pequeños labios. ¡Los dos son una pareja de tesoros! Y cómo podría tu querida y pequeña esposa no conmoverse escuchando estas declaraciones tan afectuosas en tu propia voz! Gracias, Pedrín de oro, que alegría y consolación es para mí es saber que piensas en mí y que me amas tanto! Gianna ************************* De Pietro (12): ...Jesús, que me creó y que me sostiene con gracias ilimitadas y bendiciones....Tú, que me ha dado el inmenso regalo de una esposa de oro, como el más maravilloso amanecer, a la cual uno no puede justamente admirar sino desde arriba, y a dos tesoros tan espléndidos como los cielos en toda su gloria, que sólo pueden se abrazados desde lo alto...Tú, que en corto tiempo, repetirás Tu divino tesoro con otro tesoro, escucha mi oración... ¡Bendice a Gianna y a nuestros tesoros! Transforma en gracia la ansiedad y el temor de estar tan lejos y volando tan a menudo...
Pietro *********************** Queridísimo Pietro (13): Hoy recibí tus cartas de Mayo 10 y 11. Miuchas gracias. Pierluigi era todo oídos cuando le leí tu carta, y cuando vió que me conmovía, dijo: “Mama, no llores, Papa vendrá pronto.” Y ayer, mientras lo preparaba para dormir en su cama, dijo: “Mi bella y gran mama” (quién le enseñó eso, no lo sé), “yo soy tu gran cariño”. ¡Qué ideas tiene!. Está creciendo tan rápido. Siento que haya mucho calor allí y que te tienes que cansar viajando durante horas en el tren para hacerme feliz. Paciencia, Pedrín de oro, pero me siento mejor al saber que estás “en el cielo”. Eres realmente un papá maravilloso. Quién sabe lo que Pierluigi piense un día cuando lea tus hermosas cartas. Papa reza mucho por su pequeña familia. Gracias por las palabras dulces a su madre. Haré todo lo posible para permanecer así, como tú quieres que yo sea, como tú me ves. Mi Pietro, esperamos ansiosamente oir de tí, cuándo regresarás a casa para que te recojamos en el aeropuerto de Malpensa. Y entonces...no te dejaremos ir más!. No te preocupes por nosotros, estamos bien. Cecco y Zita siempre están deseosos de ayudar y nos tienen aquí con ellos. Ellos dicen que gracias por los saludos y te devuelven sus sentidos saludos a tí. Ella va al cementerio y reza por tí a menudo, por mi querido Pietro. Teresina va mejorando: sólo tose de vez en cuando. Adelaide y su familia están bien, también. La ví ayer cuando me dió algunos chocolates en un doile de parte del Padre Felice. Ahora le escribiré a la Srta. María para agradecerle. Las Hermanas están muy felices con su piano; es de más de una octava de largo y tiene un bello sonido. El nuevo comedor está siendo construído con mucha rapidez. Pieluigi se quedaría allí para siempre, observando las grúas moviéndose hacia arriba y hacia abajo. Dice que quiere ser un “ingeniero” como su papa, cuando crezca. “La pequeña bella”, Mariolina, es toda una damita. Nunca está quieta, se ríe, baila, hace muecas, y aveces despliega sus arranques temperametales. Ciao, mi amado Pietro, cuídate y esperamos verte pronto. Si estás cansado, no escribas todos los días. Muchos besos de tus pequeñines y de tu cariñosísima, Gianna
************************** Mis queridísimos tesoros (14): Papa les traerá muchos grandes besos; deseo tanto poder ir a ustedes, pero debo permanecer en cama porque tengo un pequeño dolor de estómago. Sean niños buenos y hagan lo que Mariuccia y Savina les digan ...Los abrazo a todos aquí en mi corazón y estoy pensando en ustedes cada minuto. Digan un Ave María por mí, para que Nuestra Señora me ayude a mejorarme pronto, y entonces pueda volver a Courmayeur y los abrace y me quede con ustedes siempre. Su mama que los besa y abraza a cada uno con mucho afecto. Gianna ************************* Diálogo de Gianna (15): “Esta vez será un alumbramiento difícil, y tendrán que salvar a una o al otro – quiero que salven a mi bebé”. ************************** De los últimos diálogos de Pietro con Gianna (16): “Recuerdo cuando me dijiste, el miércoles por la mañana, con gran solemnidad, que casi parecía algo fuera de este mundo: “Pietro, ya estoy curada. Pietro, ya estaba del otro lado, y si tú supieras lo que yo ví. Algún día te diré. Pero como estábamos tan felices, tan cómodos con nuestros maravillosos niños, llenos de salud y gracia y de todas las bendiciones celestiales, me enviaron de vuelta a sufrir algo más, porque no está bien presentarnos al Señor sin haber sufrido mucho”. Este fué y sigue siendo para mí tu testamento de alegría y sufrimiento”. (Pietro) *************************
TERCERA PARTE Madre Teresa de Calcuta Discurso Inaugural en el Congreso Internacional de la Familia, Guatemala, Julio 16, 1980 (17): Dios amó tanto al mundo que le dió a su Hijo, Jesús. Quien era “Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado”, se convirtió en un niñito. Este niñito le fue dado a una Virgen: María. Fue nuestra primera Sagrada Comunión, el primer viviente contacto con Dios. Al recibir a Cristo, ella fué corriendo a dárselo a los demás. Cuando el niño fué concebido por Dios en el vientre de María, el niño concebido en el vientre de Isabel, saltó de gozo. Ese niño no nacido reconoció la presencia de Dios en el niño no nacido del vientre de María: a Cristo mismo. Así, pues, le debemos al niño no nacido de Isabel nuestra gratitud por haber reconocido y haber sido el primero en adorar, en aceptar la venida de Cristo. Sabemos qué hizo Jesús, cómo proclamó la Buena Nueva de que Dios realmente nos amaba, “que realmente nos ama todavía”, os ama a vosotros, me ama a mí. Sabemos lo que hizo, murió en una cruz. Pero, antes de morir repetía: “Amaos los unos a los otros como Yo os he amado. Os amo. Amaos los unos a los otros”. Sabemos cuánto lo amó el Padre. El Padre nos lo dió. Y sabemos que Jesús os amó a vosotros y me amó a mí. Se dió a sí mismo y quiere que nos amemos así, que nos aceptemos. Así que hoy nos hemos reunido, hemos venido a aprender los unos de los otros cómo proclamar esa Buena Nueva, ese amor de Dios por los niños, nacidos y por nacer, los unos por los otros, no en palabras, sino en la realidad. Debemos entender cómo amar a Dios, porque es muy difícil amar a Dios a quien no podemos ver... muy difícil. Sabemos que El está en todas partes, sabemos que está allí, adentro de mí y adentro de vosotros. Es muy difícil amar con amor humano a alguien que no podemos ver. Así que se convirtió en pan de vida para satisfacer nuestra hambre de Dios, nuestra hambre del amor de Dios. Como si esto no le bastara. El se convirtió en el hambriento, el desnudo, el más humilde, el solitario, el indeseable, el enfermo. Dijo: “Lo que hiciereis por los más humildes, lo haréis por mí”. Este hacer nuestro es la satisfacción de su hambre por nuestro amor. Como saben, las misioneras de la caridad no tienen otra misión que alimentarlo a El en el hambriento, vestirlo a El en el desnudo, darle a El un techo en el más humilde, y esto nos hace verlo a diario en el corazón del mundo.
Cada uno de ustedes en su vida matrimonial, tiene una vida consagrada. Leemos en el Evangelio algo tan hermoso, que un hombre y una mujer dejan todo lo que tienen y se unen para convertirse en uno, y que esa unidad es el niño, el don de Dios. El niño debe ser alguien especial. Si el mismo Dios se convirtió en Niño, el niño ha de ser el tesoro mayor de una nación, el mayor regalo que puede recibir una familia. Hoy, que estamos aquí reunidos, demos gracias a nuestros padres por habernos deseado. Estuve pensando el otro día que, si mi padre y mi madre no me hubieran querido, si mi madre me hubiera abortado, hoy no sería una misionera de la caridad. No podría cuidar a estos leprosos, a estos moribundos, lisiados, indeseados y olvidados. No tendría la oportunidad de sonreir y llevar alegría a tantos seres solitarios. Diso ha creado a cada uno de nosotros a su Imagen; por lo tanto, vosotros y yo fuimos creados a su Imágen. Hemos sido creados para amar y ser amados. Y si no cumplimos con nuestra parte, habremos dejado de experimentar la dicha de amar y ser amados. En el Evangelio y en las Escrituras leemos algo muy hermoso: “Aún si una madre pudiera olvidar a su hijo, Yo no os olvidaré, pues os tengo en la palma de mi mano”. A eso lo llamo dicha, pues El nos creó a su Imágen. ¡Y pensar que hay millones de pequeños a quien nadie quiere!. El otro día alguien me dijo que cada día son abortados trescientos veinte mil. Pensad en un instante. ¡Qué cosa terrible, terrible, qué terrible destrucción de la paz, de la felicidad, del amor del mundo es cometer asesinatos así, a la luz del día, sin temor!. Sin embargo ese niñito está metido en la palma de la mano de Dios. Hoy, que nos hemos reunidos aquí y que vamos a pasar los próximos días juntos, aprenderemos acerca de un don que Dios le da al hombre y a la mujer, de hacer que Dios entre en sus vidas, por así decirlo. Vamos a aprender a controlarnos los unos a los otros; cómo controlarnos por el amor que tenemos y vamos a aprender este método natural, con el que no pecaremos, para planificar nuestro hogar, nuestra familia. Estamos enseñando a los pordioseros la planificación natural de la familia. ¡Os sorprenderá ver lo que pueden hacer esas buenas gentes! Han venido a nuestra casa a darnos las gracias; tan desfigurados como están, los leprosos, los lisiados y los enfermos me dicen todos: “Hemos venido a darte las gracias por permitirnos planear nuestra familia sin pecar”. Entre esta gente hay cristianos y no cristianos. ¿Qué más dicen?: “Ustedes, que han hecho voto de castidad, sois las mejores maestras de la planificación de la familia”. Me sorprendió oírlos decir esto. Explicaron que la planeación natural de la familia con métodos sencillos no es más que autodominio, por el amor que se tienen el uno por el otro”. Todos estos cientos de enfermos leprosos entienden que el amor los puede ayudar a planificar sus familias sin pecar. Recuerdo haberlos oído decir: “Hemos venido a darte
las gracias, porque desde que practicamos este método natural, nuestra familia ha permanecido unida. Nuestra familia está sana y podemos tener un hijo cuando queramos”. ¡Vean cómo lo entiende nuestra gente!. ¿Qué ha sucedido con estos miles y miles de familias de Calcuta en los últimos seis o siete años? Hemos ayudado al gobierno de la India porque éste está muy preocupado, como creo que parecen estarlo todos los gobiernos del mundo. Hemos ayudado al gobierno a través de nuestros pordioseros, de nuestras familias leprosas, de nuestros hermanos de los arrabales, de nuestra gente que vive en las calles; los hemos ayudado a tener ciento ochenta y nueve mil doscientos veintitrés hijos menos en estos pocos años. Cada una de estas familias es sana, está unida y les envía su amor. Puedo decirles una cosa más: hemos estado trabajando en los arrabales durante casi treinta años y, desde que las hermanas empezaron a traer esta alegría de amarse los unos a los otros mediante el autodominio, he visto que los miembros de las familias se han vuelto mós reflexivos, más amorosos y comprensivos los unos con los otros. Debemos darle gracias a Dios de tener gente como los doctores Billings, que recibieron este gran don de Dios “para proclamar la Buena Nueva al mundo”. Debemos de proclamar la Buena Nueva de que podemos compartir la dicha de planificar nuestra familia con gran amor, sin pecado. Esto es muy hermoso, y debemos darles las gracias a ambos por haber consagrado sus vidas a esta hermosa forma de proclamar que Dios ama al mundo. Que Dios ama a la familia y quiere que la familia sea el centro del amor, de la paz y de la alegría. Este amor comprensivo sera la paz que ansiamos, pues todos tenemos hambre de paz. Cuando miramos a nuestro alrededor, ¡hay tanto sufrimiento, tanta injusticia, tanta amargura! Y todo comienza... en la familia. Puedo estar equivocada, pero creo que todos los disturbios que hay en el mundo existen porque hay disturbios en la familia. Si tan solo pudiéramos volver a traer la oración a la familia, si tan sólo pudiéramos volver a traer al niño a la familia...Si lo hiciéramos como Nuestra Señora, podríamos salir en busca del niño y traerlo de vuelta al hogar. La familia que reza junta, permanence junta. Si permanecieran juntos, se amarán los unos a los otros. Si el amor realmente empieza en casa y si realmente nos amamos los unos a los otros, habrá paz. También debemos amar a nuestro pueblo. A nuestro vecino. ¿Quién es nuestro vecino?. ¡Quién sabe!. Nunca olvidaré la noche que vino un hombre a nuestra casa y dijo: “Hay una familia hindú con ocho hijos. Llevan muchos días sin comer. ¡Hagan algo por ellos!”. Tomé un poco de arroz y fuí a verlos. Cuando llegué a la casa, en los arrabales, pude ver las caras hambrientas de los niños. Los ojos les brillaban del hambre. Le di el arroz a la madre y ella lo tomó, lo dividió en dos y salió. Me quedé con los niños y, cuando regresó, le pregunté dónde había estado. Me dió una respuesta muy sencilla: Ellos también tienen hambre – nuestros vecinos de al lado -, una familia musulmana”. Ella sabía que tenían hambre. A pesar de su propia hambre y a pesar del hambre de sus hijos, tuvo suficiente amor y valentía para compartir. No me
sorprendió que ella haya dado, pero sí me sorprendió, realmente, que supiera que sus vecinos también tenían hambre. ¿Conocemos realmente a nuestro vecino? ¿Nos conocemos realmente los unos a los otros? . Hoy en día, por la forma en que vivimos, no nos conocemos muy bien. No hay tiempo ni siquiera para sonreírnos. Pienso mucho en el sufrimiento de la familia. La ruptura de la vida familiar se debe, en parte, en que no tenemos tiempo para estar juntos. ¡Ni siquiera para sonreirnos! A los abuelos y las abuelas los metemos en asilos. Los padres están tan ocupados que no tienen tiempo para estar en casa cuando llegan los hijos de la escuela. No hay nadie esperando al niño. Un niño hambriento de amor, hambriento de la presencia de sus padres, vuelve a la calle y encuentra que en ella hay gente dispuesta a darle algo: drogas para olvidar. El niño se pierde. Por lo tanto., los padres, si realmente quieren ser portadores del amor de Dios, su realmente quieren proclamar la Buena Nueva al mundo, a su propia familia, el uno al otro,traigan de vuelta al niño. Hagan de su familia otro Nazaret de oración, amor, alegría y paz. Por eso es que Jesús se hizo pan de la vida, para darnos ese valor para amarnos los unos a los otros. Lo dijo muy claramente:’Amaos los unos a lso otros como yo os he amado, y por este amor que os tengáis sabréis que sois mis discípulos”. Convertirse en discípulos de Jesús significa santidad, que nos haga santos por su amor. La santidad no es un lujo para unos cuantos; es un simple deber para mí y para ustedes, porque hemos sido creados a imágen de Dios; hemos sido creados para amar y ser amados. Por lo tanto, todos ustedes, cada uno de nosotros, anunciémos durante este Congreso –que es un don maravilloso para el mundo entero, que hayamos tenido el valor de reunirnos todos aquí- que tenemos la dicha de proclamar que vamos amar a Dios a través de los más débiles, de los pobres, a través de los niños nacidos y por nacer; que vamos a hacer de nuestra familia otra Nazareth. Es el único amor: amarnos los unos a los otros como Dios ama a cada uno de nosotros. Agradezcámosle a Dios el don de este Congreso y recémosle a Nuestra Señora una y otra vez, pues ella es el modelo, el hermoso modelo que podemos imitar para formar nuestras familias. Dios dice: “Es imposible que una madre se olvide de su hijo”. Hoy sabemos que las madres están olvidando a sus hijos. Si pueden mater a sus propios hijos, no tendría nada de malo que usted me mate a mí y que yo lo mate a usted...¡si una madre lo puede hacer!. Así que, hoy, aprendamos aplanificar nuestras familias de una forma sencilla, pura y hermosa. Amémos y deseémos al niño que sea concebido. Al principio del Año Internacional del Niño nosotros, en la India, reunimos a todos nuestros niños. Reunimos a más de doce mil niños con la ayuda del gobierno y tuvimos un lindo día todos juntos. El ejército participó, la policía participó, y toda la gente importante participó para hacer de aquel un día hermoso para los niños. Ese día, todos prometimos que haríamos que los niños, nacidos y no nacidos, fueran deseados.
Hagámos ese propósito, hacer que cada niño nacido y por nacer, sea deseado y aceptado en nuestra familia como uno de los más grandes dones de Dios. ¡Que Dios os bendiga!. (Madre Teresa) NOTAS: (1) Armida,Concepción (Conchita) Cabrera de, A Mother’s Letters, a Vision of faith in Everyday Life, A su hijo Salvador, Junio 16, 1931; p.139, del Vol. II/77;. Compilado y anotado por la Hna. Dolores Icaza Conrey, R.C.S.C.J., St. Pauls, Alba House, 2004. Library of Congress (En al católogo de la Biblioteca del Congreso), ISBN 0-8189-0961-7; BX4705.C742A4 2004. Aquí traducida del inglés. El título original es: “Cartas de una madre de familia”, Publicado por Ediciones Cimiento, México D.F., 1986. (2) Ibidem. A su hijo Pancho, Agosto 2, 1910; p. 15, del Vol. I/12-19.(3) Ibidem. Asu nuera Elisa, Agosto 12, 1911; p. 20-21. del Vol. I/88-90 (4) Ibidem, A su sobrina Carmen, Agosto 8, 1933; p. 200, Vol. II/217. (5) Ibidem, A su madre, Clara Arias y Rivera de Cabrera, Autobiografía; p.5, Vol.I/2-4. La Venerable Concepción Cabrera de Armida (1862-1937) nació en San Luis Potosí, México, un 8 de Diciembre. Vivió todos los estados de la vida cristiana: como joven soltera (22 años), como esposa (17 años) de Francisco Armida, como madre de sus nueve hijos, como viuda (36 años); y vivió la espiritualidad de las religiosas de la Cruz, como laica. Murió como miembro de la Congregación de las Hermanas de la Cruz del Sagrado Corazón de Jesús, inspirada por ella. Fue declarada venerable el 22 de Diciembre de 1999. (6) Molla, Gianna Beretta, Love Letters to my Husband, Cap. Breve biografía de Gianna Beretta Molla, Ed. por Elio Guerriero, Pauline Books and Media, Boston, 2002, p. 5. Este libro está en el Católogo de la Biblioteca del Congreso en EE.UU., ISBN 0-8198-4493-4; BX4700.B42 A4 2002. Las cartas que aquí se presentan fueron traducidas del inglés. La versión original se titula: Tuo Grande Amore Mi Aiuterá a Essere Forte.(7) Molla,G. B., Ibidem, Carta dePietro Molla, desde Stockhard, Alemania, Febrero 19, 1959, p. 85. (8) Molla, G.B.,Ibidem,Carta a Pietro; Mayo 8, 1959, p.102. (9) Molla, G.B., Ibidem, Carta a Pietro, Mayo 12, 1959, p. 107. (10) Molla, G.B., Ibidem,Carta de Pietro; Mayo 20, 1959, p. 117. (11) Molla, G.B., Ibidem,Carta a Pietro; Mayo 20, 1959, p. 117. (12) Molla, G.B.,Ibidem, Carta de Pietro, desde el vuelo a Los Angeles; Mayo 31, 1959; p. 137. (13) Molla, G.B.,Ibidem,Carta a Pietro; Mayo 14, 1959; p. 111-112. Después de que Gianna regresó de un viaje con Pietro, en Julio 1961, descubrió que esperaba el cuarto hijo (después de Pierluigi, Mariolina y Lauretta). En el segundo mes de embarazo, se le desarrolló un fibroma en el lado derecho de la pared de útero, y tuvo que
ir al hospital para un tratamiento, en septiembre 1961. Los doctores le presentaron tres opciones: un aborto, que hubiera salvado su vida y le hubiera permitido tener más hijos; una completa histerectomía, que hubiera asegurado su vida, pero impediría otros embarazos; o extraer solamente el fibroma, lo cual era potencialmente peligroso para ella y para su hijo. Como doctora y pediatra, ella eligió salvar la vida de su hija antes que la suya propia, a todo coste. El fibroma le fue operado. (14) Molla, G.B.,Ibidem, A sus hijos, desde el hospital en Monza, Septiembre 13, 1961; p. 14. (15) Molla, G.B., Ibidem, Cap. Una breve biografía de beata Gianna Beretta Molla,Diálogo con Pietro, p.14. (16) Molla, G.B., Ibidem,Diálogo con Pietro días después de dar a luz a su hija Giovanna Emanuela; en su agonía, Prefacio, Nota # 21, p.15. Gianna Beretta Molla (1922-1962) fué al hospital en Monza el 20 de Abril de 1962, Viernes Santo. A la mañana siguiente, Sábado Santo, se le realizó una cesárea para el nacimiento de su cuarta hija, Giovanna Emanuela. Después de la operación, al acabarse la anetesia, empezó a sufrir grandes dolores, que fueron aumentando con los días. Pidió volver a Ponte Nuovo para morir en la casa que custodió el sacramento de su amor.Murió en la mañana del Sábado 28 de Abril, probablemente después de escuchar las voces de sus hijos que despertaban en la habitación de al lado. Las cartas de Gianna ofrecen un testimonio extraordinario de amor, en lo ordinario de la vida, y en los momentos más difíciles. Gianna, como médico de niños, y después en la vida del matrimonio y la familia, testimonió gran alegría y total don de sí, y una vida de fe y de servicio a los demás, según el Evangelio. Era cuidadosa en cumplir la voluntad de Dios, y estaba convencida de que “el amor debe ser total, pleno, completo y regulado por la ley de Dios, y debe durar para siempre en el Cielo”, y que casarse significaba “recibir el sacramento del amor, para convertirse en colaboradores con Dios, en la creación; de esta manera le podemos dar hijos que lo amarán y servirán”. A través de su maternidad, hizo un auténtico acto de amor y servicio a la humanidad. Con profundo realismo cristiano aceptó los sufrimientos de la vida: “ Es verdad, también habrás penas, pero si nos amamos siempre tanto como nos amamos ahora, con la ayuda de Dios, sabremos como enfrentarlas juntos”; “querido Pietro, nunca me hubiera imaginado cuánto uno debe sufrir para ser madre”.La fiesta de santa Gianna Beretta Molla, beatificada y canonizada por Juan Pablo II, se celebra el 28 de abril. (17) Madre Teresa, Discurso Inaugural de Primer Congreso Internacional para la Familia de las Américas, Guatemala, Julio 16, 1980. Teresa de Calcuta: Mensajes de Vida, Pedro Arribas Sánchez, Ed. Lumen, Buenos Aires, 2002, p. 67-78; ISBN 950-724-900-1
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