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De Septiembre a Noviembre de 1950.
EL APOCALIPSIS
(NOTA.- Los siguientes comentarios a «crentes fragmentos del «Apocalipsis» cierran la larga serie de cuadernos autógrafos de Maria Valtorta. A diferencia del resto de los cuadernos, no se detalla aqui la fecha de la escritura. Y, por otra parte, no se encabeza con el acos-tumbrado «Dice» especificando el Autor divino que lo dieta que aqui no se menciona, como lampoco habla en primera persona al igual que se hace en los .«dictados».)
Versículo <cAquel que es» es el antiguo nombre de Dios, aguei con el que Dios se identifico a Moisés sobre el monte, aguei que Moisés ensetió a su Pueblo para que pudiese invocar a Dios.-Toda la eternidad, todo el poder y toda la sabiduria de Dios fulguran en este nombre. Aguei que es: la eternidad. No hubo un Dios anterior ni tampoco habrá un Dios futuro. El es: el presente eterno. Si el entendimiento humano, el más poderoso de los entendimien-tos humanos; si un poderoso, siquiera se trate dei más poderoso de los humanos, con deseo puro y puro pensamiento desprovisto de hu-mano orgullo medita esta eternidad de Dios, dicha lección, medita-ción o contemplación le hará sentir cual ninguna otra lo que Dios es y lo que es él: el Todo y Ia nada; el Eterno y el trasitorio; el Inmu-table y el mudable; el Inmenso y el limitado. Con esto brota la hu-mildad, brota la adoración adecuada al Ser divino al que se ha de tributar adoración y surge la confianza por cuanto el hombre, el nada, el granito de polvo respecto dei Todo y todo lo creado por el Todo, se siente bajo el rayo de la protección de Aguei que, exis-tiendo desde la eternidad, guiso que hubiese hombres a los que ha-cedes participes de su infinito amor.
Aguei que es: el poder infinito (:,Qué cosa o persona podria existir por si? Ninguna. Sin combus-tibles y fusiones de partículas esparcidas por los firmamentos no se forma un nuevo astro, como tampoco se forma espontáneamente un hongo. Tanto para el astro mayor que la Tierra como para el hongo microscópico son precisos materiales preexistentes y especiales condi-ciones de ambiente para la formación de un nuevo cuerpo, bien sea éste grandísimo o microscópico. Mas tquién dió lugar a que el astro y el hongo se forrnasen? Aguei que creó todo cuanto existe, ya que El existia de siempre y de siempre era poderoso. Así pues, para todo cuanto existe hubo un Principio creador que, o bien creó directamente (la primera creación) o mantuvo y favoreció el perpetuarse y renovarse de la creación. Pero a El i.quién le creó? Nadie. El existe por Si mismo no debiendo su Ser a persona o cosa alguna. El es y no necesitó de otro alguno para ser, como tampoco ser alguno contrario a El, si bien por El creado —porque todo espi-ritu, carne o criatura del mundo irracional sensible fué creado por Dios— puede hacer que no exista. Y si todo cuanto existe en el Çielo espiritual, en la Creación sensible y en los Inflemos es ya un testimonio de su inmenso poder, el hecho de existir sin haber él reci-bido principio de otro ser o cosa alguna, es testimonio inmenso de su inmenso poder.
Aquel que es: Ia sabiduria perkelisima e increada, que no tuvo necesidad de autoformarse ni de formarse mediante maestros para ser la Sabiduria que, al crear cuanto no existia, no sufrió equivocación alguna, creando y queriendo a la perfección. LQué inventor, innovador o pensador hay, por justo que sea el deseo que le mueva a investigar, conocer o explicar, tanto los miste-rios excelsos como los naturales, que no caiga en algún error y haga de su inteligencia un motivo de dado para si y para los demás? La raiz del dali° para toda Ia Humanidad tuvo acaso su origen en el deseo de los Progenitores de conocer y adentrarse en los dominios de Dios? Seducidos al momento por la falsa promesa del Adversario, quisieron conocer... y cayeron en error, como caen los pensadores, científicos y hombres en general. Mas Aguei que es y es Sabiduria perfectisima, no cometió ni co-mete error alguno y el mal y el dolor que redujeron a la imperfec-ción lo que fué creado perfecto, nunca deben atribuirse al Omniscien-te sino a quienes quisieron y quieren salir de csa ley de orden que
Dios estableció para todas las cosas y todos los seres vivientes. Orden espiritual, orden moral y orden fisico perfectos que, de haberse respetado, habrian mantenido la Tierra en su estado de paraiso terre-nal y a los hombres que la habitan en la condición feliz de Adán y Eva anterior a la culpa. «A quel que es», nombre antiguo de Dios debido a un exceso de veneración despertado espontáneamente en el yo de los hombres cons-cientes de su condición de seres decaidos de la Gracia y merecedores de los rigores de Dios —era entonces el tiempo en que Dios era para los hombres el Dios terrible del Sinaí, el Juez dispuesto a la venganza— fué muy pronto sustituido por este otro: Adonai. Y esto, bien por diversidad de pronunciacion, como ocurre en todas Ias na-ciones y en todos los tiempos con su diversidad de regiones o por haberlo usado muy raramente debido a una excesiva integral aplica-ción del mandamiento: «No pronunciarás en vario el Nombre del Sefior tu Dios», provoco una alteración de la primitiva pronunciación: «Jeová». Mas en Galilea, endonde el Emmanuel habría de pasar la casi totalidad de su vida de Dios entre los hombres, según su nom-bre profético de Emmanuel, y de la que habria de salir para esparcir la Buena Nueva, El, que era ia Palabra de Dios que se hizo Hom-bre, para iniciar su misión de Salvador y Redentor que habria de concluir sobre el Gólgota, aquel nombre, ensefiado por el Eterno a Moisés, conservo su sonido inicial: Jeová.
Y en el nombre del Hijo de Dios hecho Hombre, en el nombre que Dios mismo impuso a su Hijo encarnado y que el Angel de los felices anuncios comunico a la Virgen inmaculada, hay para quien sabe leer y entender, un eco de ese nombre y la Palabra que lo Ile-vaba enseiló de nuevo a los suyos la palabra verdadera: Jeová, con la que designar a Dios y designar a su Padre Santisimo por el que el Hijo fué engendrado y de los Cuales procede el Espiritu Santo. Y procede para engendrar, a su debido ticmpo, en el seno de la Virgen al Cristo Salvador, a Jesús, el Hijo de Dios y de la Mujer. Aguei que. además de ser el Mesias y Redentor prometido, es el más veraz testimonio del Padre y de su Voluntad. el testimonio de la Verdad. de • la Caridad y del Reino de Dios. El Padre y el Hijo, siempre Una sola cosa por más que tempo-ralmente el Hijo tomara Persona humana sin por ello perder su eter-na Persona divina, siempre Una sola cosa por cl amor perfecto que les unia, diéronse reciprocamente testimonio.
Y asi el Padre se lo da al Hijo en el Bautismo del Jordán, sobre el Tabor al transfigurarse y en el Templo, con ocasión de la última Pascua, en presencia incluso de los Gentiles ]legados para conocer a Jesús (Juan 12,28). Y a este triple testimonio sensible se han de ailadir los testimonios de los más grandes milagros obrados por, Cristo, casi siempre tras haber invocado al Padre. Con toda verdad puede asegurarse que la invisible presen-cia del Padre, que es Espiritu eterno y purísimo, fulguro como rayo de incontenible luz al que obstáculo alguno puede detener, en todas las manifestaciones de Cristo, lo mismo en su calidad de Maestro que en la de operador de milagros y de obras divinas. Dios, el Padre, creó al hombre del polvo y le infundió el soplo de la vida y el espíritu, soplo divino e inmortal. Asimismo el Padre, publicamente o sin ser invocado por el Hijo, devolvió con El la vida a una carne muerta y, con la vida, el alma y también la reconstruc-ciem de las carnes que, por muerte (caso de Lázaro) o por enferme-dad (lepra) estaban ya deshechas o destruidas; y, convirtiendo al pecador, restablece en él la ley moral y recrea el espíritu caido en pecado hasta la magna recreación de la Gracia mediante el sacrifício de Cristo a favor de todos aquellos que creen en El y acogen su Doctrina entrando a formar parte de su Iglesia.
El Hijo, por tanto, hace Ia revelación del Padre al mundo que lo ignora y tambien al pequeno mundo de Israel que, sin ignorarlo, des-conocia la verdad de amor, de misericordia y de justicia moderada por la caridad que es su Naturaleza. «Quien me ve a Mi ve a mi Padre. Mi doctrina no es mia sino de Aguei que me envió. La Ver-dad que me envio, su Palabra, vosotros no ia conoceis sino que la conozco Yo porque me engendró. El Padre que me envió no dejó solo a su Hijo, pues El está conmigo. Yo y el Padre somos Una sola cosa». Y revela ai Espiritu Santo, amor mutuo, abrazo y beso eternos del Padre y del Hijo, Espiritu del Espiritu de Dios, Espiritu de verdad, Espiritu de consolación, Espiritu de sabiduría que confir-mará a los creyentes en la Fe y les amaestrará en la Sabiduría El, Teólogo de los teólogos, Luz de los místicos, Ojo de los contemplati-vos y Fuego de los amantes de Dios. Toda la ensenanza y las obras todas de Cristo son un testimonio del Padre y revelación del misterio incomprensible de la Santísima Trinidad. De esta Trinidad por la que fué posible la Creación, la Re-dención y la Santificación del hombre. De esta Trinidad por la que. sin destruir la primera creación que Ilegó a corromperse,
pudo producirse una recreación o nueva creación de una pareja sin, mancha: de una nueva Eva y de un nuevo Adán, medio con el que recrear a la Gracia y, por tanto, restablecer el orden violado y hacer que pudie-sen conseguir el fin último los hombres descendientes de Adán. Por querer del Padre, a la vista de los méritos del Hijo y por la obra del Espiritu Santo, pudo el Hijo tomar carne humana de la Mujer inmaculada, nueva y fiel Eva, porque el Espiritu de Dios eu-brió con su sombra el Arca no hecha por mano de hombre y llegar a ser realidad el nuevo Adán, el Vencedor, el Redentor, el Rey del Reino de los Cielos al que son llamados los que, acogiéndole con amor y siguiendo su doctrina, merecen Ilegar sër hijos de Dios cohe-rederos del Cielo. Desde las primeras palabras de Maestro hasta las últimas en el Cenáculo, en el Sanedrin, en el Pretorio y sobre el Gólgota; y desde éstas a las anteriores a la Ascensión, Jesús siempre dió testimonio del Padre y del Reino de los Cielos.
El Reino de Dios. El Reino de Cristo. Dos reinos que son uno solo al ser Cristo una sola cosa con Dios y porque Dios dió a Cristo y por Cristo todas las cosas que por su medio fueron hachas después de que el Eterno habialas visto todas en su Unigénito, Sabi-duria infinita, Origen como Dios, Fin como Dios, causa como Dios-Hombre de la creación, de la deificación y de la redención del hombre. Dos reinos que son un solo reino porque el Reino de Cristo en nosotros nos otorga la posesión del Reino de Dios. Y Cristo. al decir al Padre: «Venga tu Reino», como Fundador, como Rey de reyes, como Hijo y Heredero eterno de todos los bie-nes eternos del Padre, lo instaura desde la Tierra, lo establece en nosotros, hace una sola cosa de su Reino y el de su Padre y los une juntando el de la Tierra, a modo de místico Poente que es su larga Cruz de Hombre entre los hombres que no le comprenden y de Mártir por medio de los hombres y por el bien de los hombres, con el del Cielo. A esc Reino de Dios le asigna por palacio visible la Iglesia, por estatutos las leyes de la Iglesia y por Rey a Si mismo, siendo su Cabeza y Ponticife eterno. Como todo rey, establece sus ministros y con toda claridad lo define como «anticipo» del Reino eterno y a la Iglesia como «nueva Jerusalén terrena» que, al final de los tiempos, será transportada y transformada en la «Jerusalén ce-leste» en la que se regocijarán eternamente los resucitados y vivirán una vida tan solo por Dios conocida.
Reino visible mediante la Iglesia, aunque reino tambien invisible este reino de Dios en nosotros. El tomó semejanza con su Fundador que, como Fiambre, fué y es un Rey visible y, como Dios, un Rey invisible al ser Espiritu purísimo al que se le presta fe por pura fe, ya que ojo humano alguno ni otro sentido humano vió jamás a Dios antes de haberse encarnado ni vió sensiblemente a la Primera ni a la Tercera Persona sino que las vió en las obras realizadas por Ellas o que habían de realizar. Reino por tanto que, como el hombre, fué hecho a semejanza e imagen de su Fundador: verdadero y perfecto Nombre y, como tal, prototipo visible de los hombres tal como los citara el Padre contemplándolos en su Verbo eterno y en su Verbo encarnado, Dios verdadero y perfectísimo y, como tal, Espiritu Purí-simo, invisible en su espiritual Naturaleza divina, pero viviente sin posibilidad de principio ni fin al ser el «Viviente». Asi es el Reino de Dios representado sobre la Tierra por la Igle-sia, Sociedad visible y viviente sin posibilidad de tener fin desde que Ia constituyó el Viviente. Asi es el Reino de Dios en nosotros, invisi-ble al ser cosa espiritual viviente en su parte espiritual y viviente desde que fué citado, salvo que el hombre destruya el Reino de Dios en él con el pecado y la persistencia en el mismo y dé muerte también a la Vida del espíritu.
Reino al que hay que servir y se ha de conquistar. Se le sirve sobre la Tierra y se le conquista más allá de la Tierra a través de Ias vicisitudes de la vida cotidiana. Cada afio, cada mes, cada dia, hora y minuto son, desde el uso de la razón hasta la muerte, un ser-vicio dei súbdito a su Dios haciendo su Voluntad, obedeciendo su ley y viviendo como «hijo» y no como enemigo o como bruto tal vez que elige como vida suya el menguado y transitorio goce animal, de-sechando el vivir de modo que le merezca el gozo celestial. Cada afio, cada mes, cada dia, hora y minuto son medio de conquista del Reino del Cielo. «Mi reino no es de este mundo» aseguró muchas veces la Verdad encarnada a sus elegidos, a sus amigos, a sus fieles y hasta a quienes le rechazaban y odiaban por el miedo de perder su poder mezquino. «Mi Reino no es de este mundo» testimonió Cristo cuando se percató de que querían hacerle rey y huyó en solitario al monte (Juan 6,15). «Mi Reino no es de este mundo» respondió Cristo a Pilatos que le interrogaba.
«Mi Reino no es de este mundo» dijo igualmente por última vez a sus Apostoles antes de la Ascensión; y acerca de la reconstrucción del mismo, esperado todabía humanamente por sus elegidos, respon-dió: «Solo el Padre conoce el tiempo y el momento, pues se lo ha reservado en su poder» (Hechos 1,7). Así pues, Cristo dió siempre testimonio del Reino, de este doble Reino que es asimismo un solo Reino: el de Cristo-Dios en nosotros y el de nosotros en Dios y con Dios que (legará a ser Reino per-fecto, inmutable, no sujeto ya a insidias ni corrupciónes desde el mo-mento en que «El, el Rey de los reyes, venga sobre las nubes y todos los ojos le vean (Apocalipsis 1,7), para tomar posesión de su Reino (Apocalipsis 19), para conseguir Ia victoria sobre todos sus enemigos, para juzgar y dar a cada cual lo que se mereció y trans-portar a los elegidos al mundo nuevo, al nuevo cielo y a la nueva tierra, a la nueva Jerusalén en la que no hay corrupción, llanto ni muerte (Apocalipsis 19-20-21)». Y para dar testimonio con medios más válidos que las palabras de que El es el Rey visible del Reino de Dios, o sea, de un reino en el que la caridad, la justicia y cl poder se ejercitan de forma so-brenatural, Ilevó a cabo acciones tan potentes cual rey alguno es capaz de realizar, dando libertad a miembros y conciencias ligados por enfermedades. posesiones o pecados graves; dominando las fuer-zas mismas de la naturaleza, los elementos y hasta a los hombres cuando era conveniente hacerlo (Lucas 4,30; Juan 8,59 y 11,39),e, in-cluso. vendendo a la muerte (la hija de Jairo, el hijo de la viuda de Nain, Lázaro), haciendo siempre uso de una caridad y de una justi-cia perfectas e imparciales y amaestrando con una sabiduria que con-tenha normas aplicables a todos los casos: materiales, morales o espi-rituales. de tal forma que sus propios enemigos veianse forzados a confesar: «Ninguno habló jamás como El habla».
A los que decidian: «No queremos que Este reine», El responde con hechos milagrosos sobre los que el querer de los hombres no es capaz de dar explicación de poder alguno. Responde con su Resu-rrección y su Ascensión, indicando con ello que si pudieron darle muerte fud porque El lo permitió con fines de un amor infinito, poro que, con todo. El es Rey de un Reino en el que el poder es infinito puesto que puede darse a Si mismo la vida e, incluso, as-cender por Si. como Hombre de verdadera carne, al Ciclo, al lado de su Padre.
A la espera de poder conceder a sus elegidos el Reino celestial, El les otorga Ia paz. La paz que es, junto con la caridad, el aura de su Reino celeste. La paz que emana de El. De El que es Aguei que es y que es el 'Príncipe de la Paz que, para dar a los hombres la paz de Ia reconciliación con Dios, vino a la Tierra a asumir, El, que es el Ser eterno, carne, sangre y alma para unirias hipostáticamente a su Divinidad y así (levar a cabo el Sacrificio perfecto que aplaco al Padre. Perfecto, porque la Víctima inmolada para cancelar el pecado de la Humanidad y la ofensa inferida por la misma a Dios su Crea-dor, era verdadera Carne que podia ser hunolada, Carne inocente y pura como de verdadero Dios.
De aqui que su Sacrificio fuese perfecto, apto y suficiente para lavar la Mancha, restituir Ia Gracia, convirtiéndonos en ciudadanos dei Reino de Dios y siervos, no mediante esclavitud sino por espiri-tual sacerdocio que presta obsequio y culto a Dios, laborando para que se extienda su Reino y vayan almas y más almas a la Luz, a la Vida; a esa Vida inmortal hasta para la carne resucitada de los jus-tos, como El lo atestiguó poder ser cierto mediante su Resurrección después de haber estado muerto El, el Viviente, (legando a ser de este modo el Primogénito de entre los muertos, de aquellos que en el último día volverán a asumir la carne de la que durante milenios, siglos o mios se despojaron, para participar también con ella, ya que fué objeto de prueba, de lucha y de mérito sobre la tierra, del indeci-ble gozo del conocimiento de Dios y de sus perfecciones.
Capitulo I 0, versículo 50: Primogénito de entre los muertos.
Cuando se lee esta frase se apodera cierta confusión en la mente del lector poco formado; surge como una duda y, logicamente, este interrogante: «Pero, ino hay aqui un error o contrasentido? por cuan-to el Primogénito es Adán, primogénito en la vida de la Gracia, de tal suerte que a Cristo se le (lama nuevo Adán o segundo Adán y. por otra parte, aunque se ex. cluya al primer hombre por haber de-caido de la vida sobrenatural y permanecido tal hasta los 33 anos de Cristo y a su Madre María se la llama Primogénita por palabra de la Sabiduría al haber sido concebida y haber nacido con plenitud de Gracia antes de Cristo su Hijo. No existe error ni contrasentido. Adán es el primer hombre, mas no el primogénito, no habiendo
sido engendrado por padre ni madre sino creado directamente por Dios. Jestis es el Unigenito del Padre del que es a la vez su Primoge-nito. El Verbo fue engendrado por el Pensamiento divino que no tuvo principio, como tampoco El to tuvo. El es por tanto como Dios el Primogenito absoluto. Y es tambien el Primogenito como Hombre, bien que nacido de Maria —Ilamada a su vez «Primogenita» por la sabiduria y por la Iglesia— porque, por la patettidad de su Padre Dios, es el verdadero Primogenito de los hijos de Dios, no por parti-cipacion sino por generacion directa: 'El Espiritu Santo descenderd sobre ti y el poder del Altisimo to cubrira, por lo que el Santo que de ti ha de nacer sera llamado Hijo de Dios' (Lucas 1, 35). Primogenito pues, por mss que, con anterioridad a El, Ia Madre fuese cantada 'Hija Primogenita del Altisimo' (Eclesiastico 24, 5) y la Sabiduria, de la que Ella es asiento, diga: 'El Senor me poseye• desde el principio, desde antes de que hiciese las cosas. Desde la eternidad fui fundada' (Proverbios 8, 22-23). Y atin mss: 'Aquel que me Greif) repose, en mi tabernriculo' (Eclesiastico 24, 12). Primogenito porque, si santisima es la Madre y purisima por singular privilegio, infinitamente santo e infinitamente superior es • el Hijo a la Madre por ser Dios. Ella, Hija primogenita por elecciOn del Padre que la pose* su Arca santa desde que su Pensamiento Ia ideo y establecio que por Ella viniese la Gracia a devolver la gracia a los hombres, y desde que, habiendola creado Ilene de Gracia, reposo en Ella siempre: antes. durance y despues de su Matemidad. Verdaderamente, al ser inmaculada, Ella estuvo llena de Gracia, Ilene siempte de Gracia, habiendo sido fecundada por la Gracia, y Ia Gracia encarnada e infi-nita tomet en Ella y de Ella came y sangre de Hombre, formandose en su seno virginal con su sangre por obra exclusivamente de Ella y del Espírito Santo.
habiendo sido fecundada por Ia Gracia, y la Gracia encarnada e infi-nita tomO en Ella y de Ella came y sangre de Hombre, formandose eri su seno virginal con su sangre por obra exclusivamente de Ella y del Espiritu Santo. El. Hijo Primogenito por getzeracion eterna. En El vio el Padre todas las cocas futuras todavia no hechas, tanto las materiales como las espirituales, porque en su Verbo veia el Padre Ia creaciOn y Ia redencion, ambas Ilevadas a cabo por el Verbo y para el Verbo. iMisterio admirable de Dios!. El Inmenso se ama, no con un amor egoista sino con un amor activo, potentisimo, o mejor, infinito y, por solo este acto que es perfectisimo, genera a su Verbo en un todo igual a El, Padre, a excepcion de la distinciOn de Persona. Porque si Dios es Uno y Trino, o sea, una Unidad admirable, diremos asi, de las tres caras, para hacer comprensible la explicacion a los indoctos, es asimismo verdad de fe que cada una de las caras son bien distintas, esto es, que teologicamente, hay Un solo Dios y Tres Personas en un todo iguales en la Divinidad, Eternidad, Inmensidad y Omnipotencia, pero sin confundirse entre ellas, antes siendo com-pletamente distintas y asi Una no es la Otra y, con todo, no son tres dioses sino 'un solo Dios que por Si tinicamente di6 el ser a cada una de las divinas Personas, engendrando al Hijo y, por esto
cada una de las divinas Personas, engendrando al Hijo y, por esto mismo, dando origen a Ia procesiOn del Espiritu Santo. El Poder lo ye y hace todo mediante la Sabiduria y la Caridad, que es el Espiritu Santo, llevando asi a cabo sus obras mas grandio-sas, como son Ia Generation y EncamaciOn del Verbo, la creation y deification del hombre, la preservation de Maria de Ia Mancha origi-nal, su divina Maternidad y Ia Redencion de Ia Humanidad decaida. Todo lo ve y lo hace por medio de la Sabiduria, o sea por medio de Aguel que existe con anterioridad a todas las cosas hechas y que, con todo derecho, puede Ilamarse .`Primogenito'. Cuando Ia Creation, que existe desde hace milenios y desarrolla su vida con las particulares formas y naturalezas que Dios quiso fijar para ella. atin no existia, El, Ia Palabra del Padre, era ya y, por su medio, todas las cosas que no eran y que, por tanto, al carecer de vida, se hallaban como muertas, fueron hechas y de este modo tuvie-ron vida”. La Palabra divina las trajo al ser del cans en el que de-sordenadamente e intitilmente se agitaban todos los elementos. La Palabra divina ordeno todas las cosas y todas ellas vinieron a ser Utiles y vitales, llegando al ser la Creacion visible y sensible rcgida por leyes de perfecta sabiduria y un fin de amor. Porque nada se hizo sin un fin de amor y una ley de sabiduria. Desde las gotas de agua recogidas en las cuencas hasta las moleculas agrupadas para formar los astros que proporcionan luz y calor; desde las vidas vegetales preordinadas a nutrir a los animates y estos a ser-vir y satisfacer al hombre, obra maestra de la creation, que por su perfecciOn animal y racional y, mas que nada, por Ia pane inmortal encerrada en el, soplo del mismo Eterno y predestinado a tornar a su Origen para satisfacer a Dios y ser para El motivo de jtibilo —porque Dios sc alegra a Ia vista dc sus hijos— todo fue hecho por amor. Un amor que, de haber sido siempre fielmente comprendido,
no habria dado lugar a que Ia muerte y el dolor hubiesen hecho dudar al hombre del amor de Dios hacia La muerte. Entre las muchas cosas que hizo Dios, dsta no fud hecha por El. Como tampoco hizo el dolor ni el pecado, causa de Ia muerte y del dolor. El Adversario fud el que los introdujo en la ad-mirable Creacion. Y por el hombre, perfeccion de la Creacion, que se dejO corromper por el Enemigo y por el Odio, vino primero la muerte de la Gracia y despuds de la carne; y.. a seguido, vinieron todos los dolores y fatigas consiguientes a la muerte de la Gracia en Adan, en su compatiera y en todos los descendientes de los dos progenitores. LCOmo se puede decir que Jestis es «el Primogenito de entre los muertos», si nacio de mujer descendiente de Adan?. Y, a mayor abundamiento, si bien Ia Madre lo engendrO por obra de fecundacion divina, ino es a su vez claro que Esta nacio de dos que, aunque jus-tos, se hallaban tarados con Ia mancha hereditaria que, desde Adan, afecta a todos los hombres, mancha' que priva de Ia Vida sobrenatu-rat?. Estas son las objeciones de muchos. Doblemente «primogenito» es Cristo desde su nacimiento, porque nacio cual ningtin otro hombre lo hizo, dado que, cuando le nacio a Arlan su primogenito, Adan ya no podia engendrar hijos sobrenatu-raltnente vivos. Concebidos estos cuando los progenitores estaban ya corrompidos y sumidos en la triple concupiscencia, nacieron muertos a Ia vida sobrenatural. Y todos los padres y madres, a partir de Addn y Eva. asi procrearon.
Tambion Joaquin y Ana, aunque justisimos ambos. asi habrian procreado, bien porque se hallaban lesionados por la culpa hereditaria o porque Ia concepcien de Maria se produjo de un modo sencilla-mente humano y cormin. Lo tinico extraordinario en el nacimiento de Maria, la predestinada a ser Madre de Dios, fue la infusion. por sin-gular privilegio divino concedido en atencion a la futura misiOn de la Virgen. de un alma preservada de Ia Mancha original, tinica alma de entre las de todos los nacidos de hombre y de mujer que habria de ser inmaculada. Por el contrario, Cristo, nacido de Maria, es primogenito de un seno invioludo espiritualmeme, dado que Maria, fiel a la Gracia, supo serlo cual ninguna otra mujer a partir de Eva. no habiendo co-nocido, no digo la mas pequeria culpa venial. pero ni siquiera le al-canzo la mas leve tempestad quc turbara su estado de perfecta ino-
cencia y su equilibrio perfecto por el que su entendimiento se hizo siempre dual() de la parte inferior y el alma de su entendimiento, como acaeciti en Adan y Eva hasta que se dejaron seducir pOr el Tentador; y es primogenito de un seno inviolado materialtnente por-que, siendo Dios el que la hizo Madre como tambien el que naciO de Ella, se hallaba por tanto .dotado del don propio de los espiritus de entrar y salir sin abrir puerta ni remover piedra alguna y asi Dios entro en Ella para tomar naturaleza humana y salio de Ella para ini-ciar su misien de Salvador sin lesionar organos ni fibras. Primogenito y tinico que nada asi de Ia Llena de Gracia, el Vi-viente por excelencia, Aquel que habria de devolver la Vida a todos los muertos a la Gracia. Nacio, no del hambre de dos cames sino del modo que habrian Ilegado a Ia vida los hijos de los hombres de haberse mantenido vivos en la Gracia. Nada de apetito de los senti-dos sino amor canto hacia Dios al que consagrar los nacidos en Gra-cia y amor desprovisto de malicia hacia la compariera es lo que debia de regular el crecer y multiplicarse ordenado por Dios; tan solo el amor no corrompido por la animalidad. Habiendo sido infringido este orden, Dios, para volver a crear al nuevo Adam, hubo de formarlo de Mujer inmaculada, no ya con el fango que, subido en soberbia, quiso ser semejante a Dios, sino con los elementos indispensables para formar un nuevo hombre suministra-dos tinicamente por Ia Purisima y Humildisima, tan humilde que, solo por esto habria merecido ya Ilegar a ser Madre de Dios.
Y el Primogenito de entre los muertos vino a la Iuz pars llevar esta a los que yacian en las tinieblas, la Vida a los muertos a la Gracia, sea que se encontrasen atin sobre la Tierra o recogidos ya en los infiernos a Ia espera de Ia Redencion que les abriese las puer-tas del Cielo. Y fue asimismo Primogenito de aquellos que deben igualmente tornar vivos con su came al Cielo. Para El, nacido de Mujer inmaculada y fiel a la Gracia recibida, es plenamente cierto; mas, respecto de Maria que no hizo de Ia Gracia un tesoro incite antes use siempre activamente de ella con un constante aumento de la misma por su perfecta correspondencia a todos los movimientos o inspiraciones divinas, aun solo por esto, no habriale sido de aplica-chin Ia condena de: Tornaras a ser polvo' comtin a todos los culpa-bles de Adan y por causa de Adan y de su compafiera. Tampoco la Madre de Dios tome al polvo habiendo quedado Ella tambien exenta de la comtin condena al estar sin macula y por-
Tampoco la Madre de Dios tome al polvo habiendo quedado Ella tambien exenta de la comtin condena al estar sin macula y por-
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que no era conveniente que la came que habia sido area y terreno que contuvo at Verbo y suministro al Germen divino todos los ele-mentos necesarios para hacer de El el Hombre-Dios, llegara a con-vertirse en podredumbre y polvo. Mas la Madre Imo de la Tierra al Cielo muchos arias despues que el Hijo, por to que tinicamente Jesus es y continua siendo el Primogenito de los que resucitan de to muerte con su came, puesto que El, tras la suprema humillacien y total inmolacien, por su completa obediencia a los quereres del Padre, recibie to suprema glorificacion mediante su resurreccien innegable. Porque muchos, y no todos sus amigos, vieron su Cuerpo glorificado y, mas atin, le vieron ascender tras el obsequio de los Angeles que, quedaron despues para dar testimonio de estas dos verdades: `Z.A que buscar entre los muertos al Viviente?. Ya no esta aqui. Ha resuci-tado9 (Lucas 24, 5-6 y asimismo Mateo y Marcos). Resucitado, se transfigure con tal belleza que Maria de Magdala no le reconocie hasta que El se die a conocer. Y tambien: `i,Por que estais mirando at Cielo?'. Ese Jesus que os ha sido arrebatado ha ascendido al Cielo, y como ha ascendido, asi tornaril (Hechos 1, II).
Del mismo modo, la Palabra de Vida, los Angeles que no pueden mentir, Ia Madre cuya perfeccion en todo era inferior anicamente a Ia de Dios, su Padre, su Hijo y su Esposo, los Apestoles que le vie-ron ascender, Esteban, el primer martir, y despuds de el, muchos otros, confirmaron que Jesus es el .Primogenito de entre los muertos por haber sido el primero que, como Hombre, entro con su carne en el Cielo. Dia natal se llama aquel en que un justo sube con su espi-ritu liberado de la carne a formar parte del pueblo de los espiritus bienaventurados. Jesus, en su dia natal de Hombre santisimo, al ser el Inocente perfecto, se posesiono de su morada con todas sus cuali-dades de Hombre-Dios:. came, sangre, alma y divinidad. Mas se da una segunda muerte: Ia del espiritu privado de la Gracia. Gran ntimero de justos aguardaban desde hacia siglos y milenios a que la Redencion, purificAndoles de la Culpa, les per-mitiera entrar a formar pane del Reino de Dios en el que tan solo entra el que tiene en si la Vida sobrenatural. Y todavia un ntimero mayor de hombres venidos despues de Cristo aguardan a entrar cuando se haya completado la purificacion de sus culpas graves o cuando la Justicia perfectisima abra los Cielos a todos aquellos que vivieron y obraron con caridad y justicia, segtin la ley de su conciencia, para servir y honrar de este modo al Ente _ cuya existencia presentian, formando asi parte del alma de Ia Igle-sia.
Es impensable que Dios, Caridad perfecta, que credo todas las almas predestinAndolas a Ia Gracia, vaya a excluir de su Reino a aquellos que, no por propia causa, dejaron de recibir el Bautismo. 1Que culpa cometieron?. LQuisieron espontaneamente nacer en lugares no catalicos?. .Son responsables los recien nacidos, muertos at nacer, de no haber lido bautizados?. ',Puede Dios ensatiarse con todos estos que no son `iglesiat, en el sentido estricto de Ia palabra, sino que to son por haber recibido el alma de Dios y haber muerto inocentes por morir at nacer o haber vivido como justos por su natural tendencia a practicar el bien para honrar asi at Bien supremo que todo en elks y en torno a ellos testimoniaba su existencia?. No. Y es coca que asi lo prueba el juicio inexorable y severisimo que Dios dicta contra aquellos que suprimen una vida, siquiera sea embrional o recien Ile-gada a la luz, impidiendoles recibir el Sacramento que borra la Culpa original. Y Zpor que este rigor sino porque durante siglos y milenios las almas de esos inocentes han de estar separadas de Dios en un estado que si no es de pena tampoco es de gozo?. i.Puede pensarse que el Bonisimo, que predestino a todos los hombres a la Gracia, haya de defraudar de Ia misma a quienes, sin espontanea eleccion suya, no son catolicos?.
Muchas son en el Cielo las moradas de mi Padre' dijo Cristo. Cuando ya no exista este mundo sino que habra un mundo nuevo, un nuevo cielo, los nuevos tabernaculos de Ia Jerusalen eterna y toda la creaciOn natural haya recibido su glorificacion con la exaltaciOn de los Resucitados que fueron justos y Ia posesion del Reino eterno de Dios, aquellos que estuvieron unidos tan solo at alma de la Iglesia tendran asimismo su morada en el Cielo, ya que tinicamente el Cielo y el Infierno seguiran eternos y no cabe pensar que Ia Caridad con-dene al suplicio eterno a criaturas que no lo merecen. Jesucristo, una vez que entrego su espiritu en las manos del Padre, entre) lo primero con su Espiritu santisimo en el Reino de la Vida en el puesto de Adan que deberia haber sido el primer hombre que entrara a formar parte del pueblo celeste y que, por su prevari-cacion, hubo de esperar milenios a entrar con su espiritu y habra de esperar muchos mas milenios hasta entrar con la carne unida al espi-ritu. Jesus, no. En el instance mismo en que «con un gran grito» en-trego el espiritu, su alma justisima que por la infinita caridad de su
naturaleza de Dios-Hombre habiase cargado con todas las culpas pa-sadas, presentee y futuras de Ia Humanidad si bien no con Ia Culpa que priva de la Gracia que es vida del espiritu y habiase cargado con ellas para consumarlas todas mediante su completa inmolacion, fue, al igual .de toda alma humana, juzgada por el Padre, el cual, lo mismo que antes de la consumacion del Sacrificio «trate a Aquel que no conocio el pecado como si fuese el mismo Pecado» (Pablo, 2a, Corintios, 5,21) asi, una vez que todo quedo cumplido, «lo exalto y le dio un nombre que esti sobre todo otro nombre y tal que, al Nombre de Jestis, se ha de doblar toda rodilia en el Cielo, en la Tierra y en el infierno y toda lengua confesar que el Senor Jesucristo esta en Ia gloria de Dios Padre» (Pablo a los Filipenses 2,9-11). Y, una vez que su alma de Hombre fue juzgada, alma que alcanzo la perfection, al momento se gozO en el Senor y descanso en El hasta que, unida at Cuerpo, hizo del Viviente, al que dieran Ia muerte, el glorioso Resucitado, el primer glorioso Resucitado, incluso con la came, el primer Hombre nacido para el Cielo en cuerpo y alma, pri-micia de los resucitados, promesa de resurrection para los justos y prenda de la posesiOn del Reino del que El es el Rey y heredero primogenito.
Es siempre al primogenito at que se entrega la herencia del Pa-dre, Ia herencia que El estableciO para sus hijos. Y para que todos los hermanos de Cristo tuviesen parte en esta herencia eterna, santa y real, El se Ia lega mediante un santo testamento escrito con su propia sangre; y para que los hombres tomen Ia parte que les corres-ponde en el Reino que el Padre le dio y El aceptO para diesel° a los hombres sus hermanos, se deje matar, ya que tan solo Ia muerte del testador confiere valor al testamento (Pablo, Hebreos 9,16-17). Jesus, el Primogenito de las multiples primogenituras, tome, asi posesiOn en primer termino del Reino en el que es Rey de reyes y Senor del siglo eterno conforme al Querer del Padre, de Aquel que es el Omnipotence, el Alfa y Omega, el Principio y el Fin, el Poder, la Sabiduria y la Caridad; de Aquel que sabe todo lo que hace y que todo lo que hace lo hace con perfecciOn y con un fin bueno y que por esto engendre a su Verbo y, Ilegado el tiempo, le dote, de una came para que fuese • inmolado. Y despues, tras haberlo resuci-tado y exaltado, puso en sus manos traspasadas todo podcr de juicio a fin de que cuantos le vean, lo mismo quienes materialmente le cru-cificaron que los que lo hicieron ofendiendole con sus pecados, se
batan el pecho una y otra vez, tanto en el juicio particular como en Ia aparicion final de Cristo Juez. Porque asi se halla establecido y asi sera.
Versiculo 80: Aquel •que ha de venir
&De que modo? Ciertamente no volviendo a tomar came. Porque si es seguro su retorno, otro tanto es que ya no volvera a asumir otra came puesto que Ia primera de que se revistiO es una came per-fecta, eterna y glorificada por Dios, su Padre. Ni vendri para una segunda Redencien pues no habil segunda redencion dado que la primera file suficiente y perfecta. Los hombres tienen desde entonces todos los medios y auxilios sobrenaturales ne-cesarios para permanecer en el pueblo de los recreados hijos de Dios y para pasar de la recreacien a la super-creacion con solo que lo quieran hacer. Porque si, como este dicho, y dicho con sabiduria, «el hombre es una capacidad que Dios llena de Si» y tambien «la gracia es un germen que Dios pone en el alma» o tambien «un rayo que desciende para iluminar y fecundar», es 'Ogle() que, si el hombre se-cunda la voluntad y las inspiraciones divinas, su capacidad de conte-ner a Dios aumentara y se ira dilatando conforme todo el hombre crezca en edad y en capacidad de entender y de querer. Entender las
crezca en edad y en capacidad de entender y de querer. Entender las espirituales palabras de Dios, o sea, los movimientos que Dios sus-cita en todos los hombres para conducirlos a una cada vez mayor justicia y voluntad de alcanzar el fin para el que fueron creados. E igualmente el germen de Ia Gracia, si el hombre secunda su creci-miento con fidelidad al mismo y con la practica de la Ley y de las virtudes, de germen diminuto se hara arbol frondoso que dard frutos de vida eterna; y el rayo, cuanto el alma mas crezca en gracia y se eleve en el camino de Ia perfeccion, mas aumentara Ia potencia de su luz, como le sucede a quien de Ia profundidad de un valle as-ciende a Ia cumbre de una montafia. Esta capacidad que se dilata para contener mas y mas a Dios, este arbol que crece magnifico en el jardin del alma, este rayo del Sol eterno que de rayo se hace ocean de luces cuanto el hombre mas se eleva hacia el Padre de las luces, Ileva al hombre, recreado por medio de la Gracia obtenida por los meritos de Cristo, a su su-percreacian, es decir, a Ia identification con Jesus, asumiendo una
Esta capacidad que se dilata para contener mas y mas a Dios, este arbol que crece magnifico en el jardin del alma, este rayo del Sol eterno que de rayo se hace ocean de luces cuanto el hombre mas se eleva hacia el Padre de las luces, Ileva at hombre, recreado por medio de la Gracia obtenida por los mentos de Cristo, a su su-percreaci6n, es decir, a la identification con Jesus, asumiendo una
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humanidad nueva que transforma al hombre, criatura racional, en criatura divinizada que piensa, habla y obra del modo mas semejante al que tuvo su maestro eterno durante su tiempo mortal y que mantic) a stis fieles que lo tuviesen: «El discipulo, si ha de ser perfecto, debe ser como su Maestro» (Lucas 6,40).
Como tampoco vendra el Verbo del Padre para una segunda Evangelization. No vendra personalmente, mas con todo, evangeli-zara. Suscitara nuevos evangelizadores que evangelicen en su Nom-bre. Evangelizaran de una forma nueva en consonancia con los tiem-pos; forma nueva que no cambiara sustancialmente el Evangelio eter-no ni la gran Revelacion sino que los ampliard, completara haciendo-los comprensibles y aceptables hasta para quienes, debido a su ateis-mo o incredulidad acerca de los Novisimos y otras muchas verdades reveladas, aducen la razon de que «no pueden creer cosas que no comprenden ni amar a seres de• los que saben muy poco y ese poco es, tal que tinicamente sirve para atemorizar y desconsolar en lugar de atraer y de animar». Nuevos evangelizadores. En verdad se encuentran ya por mas que el mundo en parte los ignore y en parte los combats. Pero seam cada vez mas numerosos y el mundo, tras haberlos ignorado o coin-batido, cuando el terror haga presa de los necios que ahora se burlan de los nuevos evangelizadores, se volvera a ellos para que sean forta-leza, esperanza y luz en las tinieblas, en el horror y en la tormenta de Ia persecution de los anticristos en acto. Porque si es verdad que antes del fin de los tiempos surgiran cada vez mas falsos profetas siervos del Anticristo, otro tanto es tambien verdad que Cristo Senor les opondra cada vez mas numerosos siervos suyos suscitando nuevos apOstoles alli endonde menos se piensa. Y puesto que la infinita Misericordia, por compasion de los hom-bres miseros envueltos en una voragine de sangre, fuego, persecution y muerte, hard resplandecer sobre el mar de sangre y horror Ia pura
Estrella del mar, Maria, que sera la precurosora de Cristo en su venida, estos nuevos evangelizadores evangelizaran a Maria, ciertamente dejada con exceso en Ia penumbra por los Evangelistas, Apostoles y Disciputlos todos, al tiempo que un mas amplio conoci-miento de Ella habria amaestrado a muchos impidiendo tantas caidas por cuanto Ella es Corredentora y Maestra. Maestra de una vida pura, humilde, fief, prudente, piadosa y pia en su casa y entre las gentes de su tiempo. Maestra siempre a Craves de los siglos, digna de ser tanto mas conocida cuanto el mundo mas se precipita en el fango y las tinieblas y asi pueda ser Ella tanto mas imitada para que el mundo tonne a lo que no es tiniebla ni fango. Los tiempos que avanzan serail tiempos de guerra, no solo ma-terial mas, sobre todo, de guerra entre Ia materialidad y el espiritu. El Anticristo tratara de arrastrar a las criaturas racionales hacia el pantano de una vida bestial y Cristo, por su parte, tratard de impedir esta apostasia, no solo de Ia religion sino tambien hasta de Ia propia razen, abriendo horizontes nuevos y vias iluminadas por luces espiri-tuales, suscitando en todo aquel que abiertamente no lo rechace, un despertar potente del espiritu, despertar favorecido por estos nuevos evangelizadores no tan solo de Cristo mas tambien de Ia Madre de Dios. Alzaran el estandarte de Maria. Llevaran a Maria. Y Maria, que ya una vez fue causa y fuente, indirecta mas siempre poderosa de Ia redenciOn del hombre, lo sera una vez mas, porque Ella es la santa Adversaria del Adversario perfido y su calcatial esta destinado a aplastar perpetuamente al infernal dragon, como Ia Sabiduria que en ella puso su asiento se halla destinada a veneer las herejias que corrompen las almas y las mentes.
En aquel tiempo, cuya Ilegada es inevitable, en el que las tinieblas combatiran contra Ia luz, la bestialidad contra el espiritu, la satanidad contra los hijos superstites de Dios, Babilonia contra la Jerusalen celes-tial, y las lujurias de Babilonia, las tripiles lujurias, se desbordargn como aguas fetidas e incontenibles filtrandose por doquier, desde Ia Casa de Dios, como ya sucedio y se dijo que habra de ocurrir de nuevo en aquel tiempo de abierta separacion entre los hijos de Dios y de Satangs, en el que los hijos de Dios alcanzaran una potencia espiri-tual nunca hasta ahora conocida y los de Satanas un poder maligno tan vasto que mente alguna es capaz de imaginar cual sera realmente, en-tonces se producird Ia nueva evangelizaciOn, Ia plena nueva evangeliza-don que al presence apunta sus primeros destellos.
Y ella obrara grandes milagros de conversion y de perfection, y por la parte contraria grandes esfuerzos de odio satanic° contra Cris-to y contra la Mujer a los que no podran alcanzar sus enemigos. No seria -conveniente ni util que tal sucediera. No se puede causar ofensa a Dios hiriendo a los Dos para El mas queridos: el Hijo y la Madre que ya, en su tiempo, sufrieron todas las mas odiosas y dolo-rosas ofensas, pero que ahora, glorificados como estan desde hate si-glos, no podrian llegar a ser ofendidos sin que un inmediato y ho-rrendo castigo divino cayese sobre los ofensores. Por esto, con medios nuevos y apropiados y en el momento pre-cise se Ilevara a cabo la tiltima evangelizaciOn y quienes se encuen-tren ansiosos de Luz y de Vida las tendran plenas, perfectas y dadas por un medio conocido tan solo por ambos Donadores: por Jesus y por Maria. Unicamente quienes para si hayan elegido tinieblas y fango, herejia y odio contra Dios y Maria, o sea, los que ya estaban muertos antes de morir, los espiritus ptitridos, los espiritus vendidos a Satanas y a sus servidores, es decir, los precursores del Anticristo y este mismo, tendran tinieblas y fango, tormento y odio eternos, como es justo que asi sea cuando llegue el que ha de venir.
Versiculo 170
Jest's, en su Cuerpo glorificado, de una belleza inconcebible, es y no es distinto de como era en Ia Tien-a. Es distinto en cuanto que todo cuerpo glorificado asume una majestad y una perfecciOn que mortal alguno, por bello, majestuoso y perfecto que sea, puede po-seer; mas no es distinto por cuanto Ia glorification de Ia carne no al-tera los rasgos de Ia persona. De aqui que, en Ia resurrection de los cuerpos, aquel que fue alto sera alto, el que fue delgado sera del-gado, el que fue robusto sera robusto, el que rubio, rubio. el que moreno, moreno y asi de lo dernas. Con todo, desapareceran las im-perfecciones porque en el Reino de Dios es todo Belleza. Purezi, Salud y Vida del modo que se estableciO que asi fuese en el Paraiso terrenal de no haber el hombre introducido en el con el pecado Ia muerte y toda suerte de dolores, desde las enfermedades a los odios entre los hombres unos contra otros.
El Paraiso terrenal era Ia figura de lo que sera el Paraiso del Cielo habitado por los cuerpos glorificados. Los aspectos naturales del Paraiso terrenal apareceran asimismo en el del Cielo, es decir, en el Reino etemo, si bien en forma sobrenaturalizada. Asi el sol, la luna, las estrellas que eran lutes de variada potencia creadas por Dios para iluminar Ia morada de Adan, seran sustituidas por el Sol Eterno (Apocalipsis 21,23), por la luna vaguisima y purisima, por las innumerables estrellas, esto es, por Dios, Luz que, con su luz vista a Maria (Apocalipsis 12,1) a la que sirve de escabel Ia luna y de co-rona las estrellas mas hermosas del Cielo; por los santos que son las estrellas del nuevo cielo; el esplendor de Dios comunicado a los Jus-tos (Mateo 13,43). Y el rio que regaba el Paraiso terrenal que, al simbolizar el medio por el que Ia humanidad habria de ser regada por aguas que la purificasen de los pecados haciendola fend para el nacimiento y desarrollo de las virtudes y digna de agradar a su Crea-dor, tenia cuatro brazos como Ia Cruz de Ia que fluyO el rio de Ia Sangre divina para lavar, fertilizar y hater agradable a Dios la huma-nidad decaida, sera sustituido por el rio de agua viva que brota del Tronco de Dios y del Cordero y discurre por la ciudad de Dios Tronco de Dios y del Cordero y discurre por la ciudad de Dios (Apocalipsis 22,1). Y el arbol de Ia vida, simbolo asimismo del Arbol que habria de devolver la verdadera Vida a quienes habianla perdido: la Cruz de Ia que pendid el Fruto Santisimo que propor-ciona la Vida y de la que nos vino Ia Medicina para todas las enfer-medades del yo que pueden ocasionar la muerte verdadera, sera sus-tituido por los arboles «de ambas margenes del rio», de los que se habla en el Apocalipsis capitulo 22, versiculo 20. Desaparecerin todas las imperfecciones, he dicho. Los habitantes de Ia Jerusalen celestial, una vez alcanzada la perfecciOn sin posibili-dad de caidas —porque en la Ciudad de Dios, al tiempo que no pueden penetrar en ella los pecadores todavia impuros, tampoco pue-de penetrar nada que sea capaz de producir impureza, abominaciOn o engario— se veran sin imperfecciOn alguna. El gran Seductor, at que le fue posible penetrar en el Paraiso sensible, no podra insinuarse en el Paraiso celestial. Lucifer, que ya fue precipitado del Cielo a los infiemos por su rebeldia (Isaias 14,12-15), sera sepultado y reducido a la «nada» hasta el fin de los tiempos antes de que sobrevengan el nuevo cielo y Ia nueva tierra para que ya no pueda obrar, dariar ni causar dolor a cuantos a la sazon hayan superado toda prueba y purificacion y vivan en el Setior.
Asi pues, no habra imperteccien del espiritu ni de la mente que [ogre subsistir, y hasta las imperfecciones fisicas, que constituyeron cruz y tormento, merecidas si fueron consecuencia de una vida in-munda e inmerecidas si fueron herencia de los padres o causadas tal vez por la ferocidad de los hombres, desapareceritn. Los cuerpos glo-rificados de los hijos de Dios serail cual habrian sido si el hombre hubiera permanecido integro en todo cual Dios habiale creado: per-fecto en las tres panes que le integran, con esa perfecciOn con la que Dios le formo.
Jesus, el Hombre-Dios, perfectisimo per ser el Dios encarnado, integre por ser inocente y santo, sin lesion que suponga menoscabo ni vergiienza en ninguna de sus partes ya que sus 5 heridas son per-las de gloria que no marca infamante, luminoso at ser «luz» como Dios y «Gloriosisimo» como Hombre Santisimo hasta el punto de parecer blanco en sus Games, vestidos y cabellos, como acaecio en el Tabor, con vestidura talar por ser «Sacerdote para siempre segtin el orden de Melquisedec» (Salmo 109,4), o sea, m'ediante ordenacion directamente divina, hecho tal por el Padre, con cedidor de oro por ser Pontifice eterno, aparecera ante todos cual* era como Hombre, para que todos le reconozcan, y cual es como Gloriosisimo por haber, at obedecer at Amor, gustado la muerte para dar a todos la Vida, y los bienaventurados se regocijaran al verle.
«Yo soy el Primero y el Ultimo»
Como, Dios no tiene principio y tampoco el Verbo de Dios lo tuvo. Con todo, hay un misterioso principio que es aquel que el ins-pirado Juan indica al comienzo de su Evangelio de la Luz: «En el principio era el Verbo». Este principio sin principio, sin una epoca que sirva de referencia, puesto que para el Etenio no hay limite de tiempo sino abismo sin fin de etemidad, Zcual fue. Es uno de los misterios que el mismo Verbo esclarecera a las almas cuando esten en el Reino, ya que todo les sera aclarado y hecho cognoscible por medio del Verbo alla en su Reino etemo.
Mas para los hombres, a quienes Ia came y el exilio haceles imposibie la penetracien de los misterios y dificil el comprenderlos hasta en Ia medida de lo que es comprensible a los que viven en la Tierra, hay que decirles que este principio sin principio existe desde que existe Dios que, al ser, engendra y ama lo que engen-dra, o sea, desde siempre, porque el primer engendrado de su seno
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fecundo por su ardentisimo y perfectisimo amor es su Verbo, etemo como El. A los mas tardos de inteligencia se les podria decir que el primer flamear de la Caridad engendni al Verbo y produjo la procesion del Espiritu Santo. Mas puesto que para quien es Etemo no se da un primer flamear de Ia Caridad, es mejor decir que la perfecta Unidad y Trinidad de Dios no tuvo principio en el sentido que los humanos quieren dar a esta palabra y que el misterio, al ser misterio, nos sera desvelado tinicamente cuando seamos una sola cosy con Dios, como Cristo lo pidio y obtuvo para nosotros.
En primer Luger, es instil querer penetrar y conocer la verdad de este misterio. El mistico mas ardiente, el mas profundo contempla-tivo, el adorador mas sincero, por mas que, hasta casi desprenderse de sus exigencies humanas, se sumedan, se abismen, ardan, suban y se lancen hacia el Abismo de sublimidad que es la Divinidad para conocer a fin de amar cada vez mejor e implorer del Objeto de su unico amor la verdad, la reveled& de este misterio y asi poderselo explicar a tantos que, al conocerlo, querrian ser atraidos hacia el Amor por mas que, mientras se encuentren revestidos de came mor-tal, no pueden tener el conocimiento pleno del misterio. Es preciso creer por fe, por pura fe. Creer sin limitaciones de pes-guises humanas. Acoger la verdad que se nos propone sin pretender explicamosla. Creer firme, simple y totalmente. Cuanto .mas se cree asi, mas sutil se hace el velo del misterio, llegando hasta el punto de tener a ratos la sensation espiritual de que se haya rasgado por un momento, confirmando al espiritu en las esperanzas sobrenaturales de la posesion de Dios y produciendo un mils ardiente Ilamear de cari-dad que, uniendonos mucho mas a Dios, favorece una nueva rapidi-sima reveled& del sublime Misterio. Momentos anticipados y relati-vos del Conocimiento que vendra a constituir nuestra eterna biena-venturanza. Entonces conoceremos cuanto aqui, mas o menos relati-vamente y en proportion a nuestra vide de identificacion con Cristo, Sabiduria, Verdad, Conocimiento del Padre y a nuestra union con la Divinidad, logramos apenas entrever en su Verdad. Conoceremos a Dios, a este Dios que existe desde siempre. Y conoceremos al Verbo, a este Verbo que de siempre existe y que ciertamente fue engendrado por el Padre sin que por eso hubiese ha-bido tin momento initial de generaci6n. Este Verbo consustancial al Padre en el Cielo, y durance su tiempo de Hombre en la Tierra.
Este Verbo, una sola cosa con el Padre y, sin embargo, perfecta-mente distinto del Padre sino que es una Persona perfecta y esta, Persona divina, no anulada o ausente cuando el Verbo tome persona humana sino unida a esta aun permaneciendo distintas en Cristo, como distintas son igualmente en Ia admirable Unidad Trina, testimo-nio veridico de coma en el hombre, hecho por Ia Gracia hijo de Dios o criatura divinizada, puede haber union con Dios. Union per-fectisima y Unica en el Verbo hecho Hombre que asumie, conti-nuando siendo Dios, came mortal; y union relativa, pero no menos verdadera en el hombre que es elevado de criatura natural y racional a criatura divinizada por su participacion en la vida sobrenatural. Ahora bien, por todo cuanto hasta aqui queda dicho, Jesucristo, que vendra en el tiempo y modo precisos por ser Eterno, es con toda justicia llamado «el Primero y el Ultimo». Primero en el ser y Primero en el amaestrar. En primer lugar a traves de su Palabra de Sabiduria que hablo a los patriarcas y a los profetas por Was sobrenaturales y despues como Maestro a las turban de Palestina y, a partir de ahi, nuevamente por vias sobrenaturales a sus siervos e instrumentos que viven en la tierra. Y Ultimo en el amaestrar porque, en el Cielo a los espiritus bie-naventurados y despues a los resucitados, sera el Verbo y por el Verbo, por Jestis, come los ciudadanos del Cielo tendran su perfecto y completo amaestramiento por el que conoceran todas las verdades hasta entonces incomprensibles por ser «mistenos de fe» sobre los que intitilmente se cansaron en descifrar los doctores, con-templativos y misticos.
Maestro eterno. Maestro primero y ultimo. Maestro 'que atin con-tinuara siendolo cuando todas las escuelas de doctores hayan dejado de existir. Maestro que colmara todas las lagunas que. se dieron du-rante milenios y siglos acerca del conocimiento de Dios; que ilumi-nara la profundidad del misterio que siempre continuo oscuro para los entendimientos humanos y anulara los errores de todas las escue-las humanas. Y como por su primer «hagase», pronunciado cual Maestro que sabe perfectamente aim se han de hacer todas las cosas para que resulten buenas y asi vino a la existencia la CreaciOn sensible, asi tambien mediante su ultimo «hagase» se pondra fin a cuanto se corrompe y sent tenida por «cosa buena» la que no lo es; y tendra su inicio el nuevo mundo y se estableceran todas las cosas de un modo nuevo e inmutable de acuerdo con su Querer de Maestro Pefectisimo y de Juez supremo al que el Padre confio todo el poder del Reino de Dios en los Cielos, del Reino de Dios en los co-razones, del Juicio sobre todas las criaturas angelicas, racionales e inferiores a fin de que todos, en el Cielo, sobre la Tierra y en los infiernos adoren, conozcan y sientan que El es el que es: Rey de reyes, Senor de los senores, el Alfa y el Omega, el Omnipotente.
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